martes, 13 de septiembre de 2016

DIARIO DE LA PATERNIDAD RESPONSABLE (XXIII) ¡Habemus bachiller!


Diario de a bordo. Fecha estelar: 13 de septiembre de 2016.


Continuamos nuestro proceloso periplo estelar en busca de respuestas para las preguntas que atormentan el alma humana. ¿Estamos solos en el universo? ¿es posible el contacto con otras razas inteligentes? y, de ser posible ¿sabrán esos seres inteligentes cómo tratar con un adolescente apalancado?



Por fin, y tras una avalancha de peticiones, llega un nuevo episodio de vuestra serie favorita del world wordial.

La espera ha sido larga, pero debéis entender que a medida que pasan los años el retoño va dando menos de sí, y llevar un día a día más seguido resultaría muy repetitivo, sobre todo durante el curso. Ahora debería decir, además, que los mozuelos, originales, lo que se dice originales, pues no son. Ni tampoco demasiado creativos. D se sorprende de que me sepa el 98% de sus chistes, es más, creo que en su clase están convencidos de haber inventado el del perro llamado Mistetas, el Badum badum badero y la canción de las bragas amarillas. Si además el tema incluye alguna cuestión relativa al sexo, la neuronilla superviviente les revienta y ya es todo alusiones supuestamente graciosas y jajejojijujajote

En fin, como decíamos ayer... dejamos a mi vástago en mitad de su entrenamiento como corredor. Por desgracia no lo completó: estábamos ya en la quinta semana cuando tiró la toalla. Es una lástima, él confiaba en poder correr este invierno la San Silvestre conmigo y, para que mentiros, me hacía ilusión algo así. Además podríamos habernos vestido a juego, en plan dúo cómico, ya que en estos momentos parecemos una pareja de chiste, yo una i minúscula, él una I mayúscula, que hay que ver lo que ha crecido este bigardo a lo largo del año.

Su carácter no se ha endulzado, para qué mentir. Podríamos describirle como un adolescente gruñón. Para ser justos, una parte de sus bufidos se deben a los puñeteros brackets que, además de incomodarle de por sí, le atormentan cada mes cuando llega el momento de apretarlos un poco más, dejándole la boca hecha un dolor. La verdad es que ha demostrado una paciencia de santo con este tema, porque la doctora, para suavizarle el mal trago, le dijo que sería cosa de seis meses y ya va para un año. Sé que mi dentadura no es para tirar cohetes pero, cuando veo lo mal que lo pasa él, bendigo a mi madre por no haber intentado corregir lo que la naturaleza me regaló.

(verás que risas cuando descubra que la calvicie masculina es hereditaria jejeje)

Por otra parte, si bien continúan sucediéndose los días en que nos preguntamos la una al otro ¿porqué nos metimos en este berenjenal? ¿En qué momento pensamos que iba a ser una buena idea? ¿Seguro que es demasiado tarde para devolverlo? siguen llegando destellos de madurez que nos reconfortan y nos hacen pensar que, después de todo, no lo estamos haciendo mal, y nos dan ánimos para dar un nuevo paso hacia adelante.

Pero vamos al turrón. Este año el devorador de atunes ha perpetrado 4º de la ESO y el curso ha sido cualquier cosa menos un camino de rosas. Como viene siendo usual, nuestro joven protagonista empezó lleno de optimismo, convencido de que esta vez le sería fácil mantenerse al día con poco esfuerzo. Nada sorprendentemente, esa presunción se demostró falsa y a partir del segundo trimestre hubo que forzar la máquina. Dicho sea de paso, contábamos con la valiosa ayuda de KS, que no sólo le ha ayudado a entender las asignaturas más chungas, sino que ha sabido manejarle en circunstancias duras y, sobre todo, cansinas. Si necesitáis una profesora capaz de gestionar la empatía, el estímulo positivo y la fusta, acudid a ella. Tiene fusta propia, lo cual es un punto extra a su favor.

En cuanto a las actividades de esparcimiento y ocio, debo deciros que esos anuncios donde las calles están llenas de alegres y saludables adolescentes, todos de aspecto sospechosamente blancoestadounidense, haciendo vida social por calles y centros comerciales de aspecto estadounidense, o vacilando de forma graciosa y creativa a sus torpes padres en casas unifamiliares como muy estadounidenses (la típica casa de clase media cuyo salón es como nuestro piso, cocina incluída) no reflejan demasiado la realidad. El nuestro dedica el tiempo de ocio a su PS4, jugando a StarWars, Dragon Ball y lo que, resumidamente, son matanzas indiscriminadas con espadas de tamaños desmesurados. Cuando KS le sugirió hace unas semanas que podría probar a leerse un libro, el muchacho respondió...

_ ¡si este verano ya me he leído uno! ¡el de los cerdos esos y la granja!

*sollozo de padre *mirada al cielo *porquéseñorporquéeeeeeeee


Y encima no es cierto, se ha leído más libros POR PLACER, y toneladas de tebeos, pero al parecer el concepto "ocio=lectura" no acaba de entrarle y sólo es capaz de pensar en las lecturas obligadas del instituto.

También sostiene que hacer ejercicio es aburrido, y hacerlo conmigo o con su madre le parece injusto ya que tenemos ventaja física sobre él porque somos más viejos (que alguien me lo explique). Pero mal que bien de cuando en cuando le ponemos en la calle para que le de el aire y le sigue gustando tirar con arco, así que no es seta el 100% del tiempo y se mantiene en una forma física medio aceptable.

Centrándonos en el instituto, D se ha enfrentado a un dilema que, supongo, ha tenido que afrontar la mayor parte del alumnado: se le dan medio bien los temas de letras, muy bien algunos temas de letras y ciencias (historia o biología, p. ej) y bastante mal las ciencias más áridas (léase física y matemáticas), lo que a priori le debería llevar a decantarse por los bachilleratos mixtos o de humanidades, pero lo que le tira es la ciencia (*lagrimita de orgullo) así que toca joderse y clavar codos. Y muchos codos, porque el verano ha sido durillo.

Peeeeeeeeeeeeeeeeeero... el esfuerzo ha valido la pena. Hoy, mi espigado gañán ha estrenado el primer día del bachillerato así que, querido público, ALBRICIAS Y ZAPATETAS


No sabemos cuanto le durará la ilusión o el buen ánimo, sobre todo porque este año no vamos a dejar que el optimismo le lleve a la relajación y de ahí a la holganza y de esta a... ¿qué viene después? ¿el sacrificio a otros dioses? Sea como sea hemos llegado a la conclusión de que este año hay que apretar las tuercas desde el comienzo, y como primera medida cautelar ya se establecido un rígido horario/calendario para el (muy escaso) uso de diversiones electrónicas. Para el resto de situaciones estamos engrasando el látigo a fin de que restalle adecuadamente. Llamadme mal padre, ogro, esclavista, TeenTorturer... pero hay que ponerse las pilas desde ya. Empezando por mantener un razonable orden en su dormitorio, su agenda y su mochila, porque sus hormonas parecen ser un imán irresistible para la entropía y le basta una mirada para dejar desordenada, por no decir abarrotada en modo diógenes, la mesa más limpia y despejada.

¿Pensáis que exagero? Cedo la palabra a KS, su esforzada teacher:

Me gustaría poder quitarme mérito, pero hay circunstancias que me lo impiden. Como mucho, puedo decir en su defensa que hace meses que superó todas las barreras de mi diplomacia y saber estar, y me saca de quicio con más facilidad que nunca. Lo cual no es bueno para él, porque podríamos haber tenido clases medio distendidas y la mitad han terminado conmigo de mala leche, y él haciendo ejercicios de mala gana para que yo se los corrigiese.

Digo la mitad, y digo bien, porque D sigue un etograma. Un día me la lía pardísima a base de interrumpirme, de soltar machistadas y chorradas adolescentes sin parar, me cabreo y al día siguiente se porta estupendamente, esforzándose, para luego decirme "¿A que me he portado bien?". El tercer día compensa el segundo. Y así cíclicamente.

Eso sí, tengo que decir que va asumiendo responsabilidad sobre sus estudios y yo ya no vengo "porque mis padres te pagan. ¿Te doy 5€ y terminamos la clase ya?". De hecho, ahora es más de este rollo:

-¡D! ¡Una machistada más y paro la clase y la pagas tú entera! (en vez de sus padres)
(Para. Al rato, machistada/micromachismo adolescente random)
-Te lo he advertido antes. Se acabó.
-No, porfa, porfa, que me porto bien. Vamos a ponernos con Mates.

Es que es muy duro pasar 2 horas seguidas con un adolescente al que su entorno de colegas y Youtube le desmontan a diario lo que (me consta que) sus padres y yo le intentamos enseñar. Muy, muy duro, sobre todo si te interrumpe la clase porque considera importante soltar lo que estaba pensando, aunque no tenga nada que ver y siempre termine siendo una de estas gracias-perlas. ("Ya estamos. No sé por qué me huelo que de este comentario va a salir una charla feminista de las tuyas")

Otra cosa importante de este curso es la Lengua. ODIO MUCHO, MUCHO, MUCHO a su profesor. Sí, a ese que le va a dar también 2º de Bachillerato porque no coge cursos impares. Les dicta los apuntes a los chavales con frases como "La gaviota fue escrita por una mujer alemana, que escribía bajo el pseudónimo de Fernán Caballero", "Federico García Lorca, Vicente y Salinas..." y luego en clase les cuenta cosas como que Federico García Lorca y Miguel Hernández murieron "por idiotas". A mí su Lengua y Literatura de este curso me ha matado.

Por lo demás, es adolescente y no mide bien sus fuerzas. Hace unos días le dio por echarme un pulso a mí y otro a Bollito, mi pareja. Lo fundí casi sin esfuerzo. Entonces insistió en el combate con Bollito ("D... que ella trabaja en el bar y carga bidones de cerveza..."). Le duró menos que a mí. Se queja de que sólo le dejamos usar la derecha y no las dos manos a la vez.

En fin. Devuelvo la conexión.

Va a ser un año duro para él y durísimo para nosotras, así que no esperéis demasiados chistes, esto de la cría del adolescente son seis paladas de arena por una de cal, y eso siendo optimistas. Así que a aferrarnos los machos, que vienen curvas.

Fin de la transmisión.