lunes, 24 de diciembre de 2012
OTRO AÑO QUE PASA...
... y tras años de recibir malas noticias diariamente empiezas a pensar que en realidad nunca será de otra manera, que ya todo será gris.
Pero me niego a dejar de ver en color. Pese a todo disfruto de mi vida y quiero creer que he logrado que las personas a las que quiero hayan disfrutado un poco más, por escaso que sea ese poco.
Disfruto tocando las narices de palabra y obra, con Teteras y Mahomas, a los que sienten que la risa es una imperdonable ofensa a la santidad de sus creencias. Francamente, si no queréis que nadie se ría de vuestras creencias tenéis dos caminos: guardaroslas para vosotros o dejad de creer en cosas que llaman a la risa.
Disfruto haciendo mi trabajo lo mejor posible en todo momento, y he tenido el placer añadido de que mi esfuerzo sea valorado. Sé que soy un privilegiado y no me avergüenzo por ello. Y mientras pueda seguir trabajando, haré lo que esté en mi mano por seguir disfrutando.
Disfruto con cada mínima luz que nos llega. Hace poco el Tribunal Constitucional nos dio una, ratificando el derecho de la gente a amarse y aún me dura la sonrisa al ver a la caverna enfurecida y vociferando.
Disfruto pensando, hablando y escribiendo, sea en el mundo real o en el virtual.
Disfruto aprendiendo, y este año he aprendido mucho. Sobre mí mismo, para empezar.
Disfruto viendo a mi hijo salir poco a poco adelante pese a muchos patinazos. Si tengo que sumarlo todo, hoy es un poco mejor y más maduro que el año pasado, y no ha perdido ni un gramo de alegría, así que todos los sinsabores compensan sobradamente.
Disfruto sabiendo que mi chica es peleona, obstinada y valiente. Y disfruto sabiendo que mi hijo lo ve y aprende que nadie regala nada si no estás dispuesto a luchar. Aunque solo sirva para que nadie pueda decir que no luchamos.
Disfruto sabiendo que mi familia, mal que bien, va tirando hacia adelante. Lo más duro ha sido ver partir a mi hermano Suso, Teresa y toda su chiquillería. Les añoro, sobre todo a mis sobrinas Ale y Yancy, pero sé que están bien y eso vale por todas las añoranzas posibles.
Disfruto de mis amigos. Es triste ver como algunos se quedan por el camino, cuando comprendes que ya nada te unía a ellos salvo unos recuerdos y en realidad la persona que te está hablando es una extraña. Pero los que no te han desengañado y los nuevos que vas haciendo te dan calor sobrado para seguir caminando.
Disfruto del calor de gente diversa y variada, cuando todo el mundo aboga por lo homogéneo y gris. Disfruto descubriendo que en medio de toda la mediocridad y estupidez que nos rodea, sigo encontrando personas inteligentes, decididas, bellas y capaces de reírse. Y de reírse de sí mismos, la más sana de las risas.
Disfruto porque apenas hace año y medio que conocí a HonkyMiss y descubrir que es mi amiga más íntima es toda una conmoción. Justo cuando piensas que nada puede sorprenderte, el azar hace que dos caminos se crucen y te llena de asombro. Disfruto el asombro y comprendo que aún me esperan sorpresas y no puedo dar nada por supuesto.
Disfruto quitándome equipaje de encima. Porque hay cosas que simplemente son eso, cosas, y no necesitas arrastrarlas contigo.
Disfruto de una buena charla, de una fiesta, de un paseo, de un beso, de un abrazo, de una sonrisa.
Disfruto todos los días cuando voy a dormirme y noto que me quedan ánimos para levantarme al día siguiente. No sé si durará, ni cuanto, pero sigo notándolo. Y me gusta
Veremos si dentro de un año me quedan fuerzas para escribir. De momento aún las tengo. Y las disfruto.
miércoles, 5 de diciembre de 2012
NAVIDAD, BLANCA NAVIDAD (o lo que queda de ella)
(La versión inicial de esta entrada se publicó en el blog de Dominación donde encontraréis otras alegres historias sobre fiestas religiosas)
Ya se acercan, niños, las felices fechas navideñas, cuando recordamos el milagroso acontecer de Jesús, adornamos el Árbol y festejamos la llegada de los pastores a adorar al niño, seguidos de los Reyes de Oriente cargados de presentes. Días familiares, para montar en conclave un precioso y nevado Belén con su angelito, su pozo, sus patitos, sus ovejas y una preciosa Estrella guía.
Bueno, no voy a asombrar a nadie si, como ateo, considero todo lo anterior como una solemne majadería. Ni existen angelitos, ni nieva en Belén, ni, de acuerdo a la versión editada y corregida por el Papa de Roma, Dios hizo volar por los aires las capas exteriores de una desdichada gigante roja para que la usaran como GPS unos pastores que debían conocerse los caminos de la zona mejor que sus pollas* ni unos reyes sabios que tan sabios no debían ser, ya que fueron preguntando el camino en vez de mirar los carteles, y mira que los romanos señalizaban bien las cosas.
(Las escrituras no aclaran el número de Sabios de Oriente, ni les da título de Majestades. Se decidió que eran tres a finales del medievo, pero ya puestos podían haber dicho que eran doce, y que la caravana llegaba hasta Damasco, y que además traían seismil cuatrocientos pajes y miles de elefantes cargados de marfil, rubíes y uranio. Y un helicóptero. Para mi humilde pensar, tres camellos, tres reyes y tres pajes quedan poco majestuosos)
A ver, no se trata de que el evento no sea verosimil. Que no lo es, por mucho que SS. SS Benedicto Equisuvepalito haya intentado darle credibilidad, suprimiendo seres imaginarios como unicornios, mulas, bueyes y estrellas con cola. Que para mí tenía más gracia con el ganado, ojo, pero si el Papa dice que los bueyes y las mulas no existen, pues no existen, que para eso es el Papa, y no como Rouco, un vil gran visir que quiere ser Papa en lugar del Papa.
Es que aunque Ratzi me enseñara la partida de nacimiento, y una foto firmada por Darth Vader sosteniendo al Niño y diciéndole cuchicuchicuchi ¿quien es tú papá, preciosidad? la cosa seguiría chirriándome. Porque lo del portal, los pastores y, sobre todo, las fechas elegidas, huelen muy mal. Es más, de haber una buena oficina de registro de derechos en tiempos de Nerón, la Iglesia hubiera tenido que hacer frente a una demanda judicial de las de muchos, muchos denarios.
En tiempos de la expansión del cristianismo por el Imperio, había otros cultos que tenían mucha aceptación esntre las clases populares, y más concretamente entre las legiones. Y las legiones, queridos alumnos, eran un target preferente para hacer conversiones
... un momento... ¿los curas se iban a predicar a campamentos llenos de romanos depiladitos, en minifalda y con arreos de cuero?.... bueno, de eso podemos hablar otro día...
La cuestión es que entre las tropas estaba ampliamente extendido el culto de Mitra, mucho más que el cristianismo. Eso era un problema porque no es lo mismo desollar a una filósofa entrada en años que hacer lo mismo con 6000 señores hechos, derechos y bien armados, así que los obispos decidieron tratar la cuestión del mitraismo con cierta mano izquierda. Y resulta que el dios Mitra, que no es un Dios creador sino un Dios Hijo, engendrado por el Sol Padre, viene al mundo en una cueva un 25 de diciembre (cosas de ser un dios solar, mirushté) y es adorado por unos alegres pastorcillos a los que les es anunciado el nacimiento por... sí, lo sé, suena familiar ¿verdad?
En vez de condenar abiertamente el mitraismo, lo que les hubiera granjeado graves problemas (los señores con espada, por muy minifalderos que vayan, suelen ser poco razonables) los obispos optaron por el sincretismo, calzando una fiesta similar al nacimiento de Mitra en las mismas fechas y adornándola con elementos parecidos. No adoptaron, en cambio, la costumbre mitraica de degollar toros para banquetear por aquello de que los toros salen tirando a carillos. En su lugar vendieron la idea de que la felicidad y los banquetes vienen después, en la otra vida... vamos, que el cristianismo venía a asemejarse a una demo, prometiendo más para luego, para la versión de pago que aún estamos esperando.
No es el único mangoneo navideño. En esas fechas se celebraban en Roma las Saturnales, la fiesta preferida de los esclavos, ya que se les eximía de trabajo y podían celebrar opíparos festines. Los esclavos eran otro coto de conversiones para los primeros cristianos, así que la cena-comida de Navidad fue reemplazando al banquete saturnal. Ahí no hubo más pezones que dejar las viandas, porque si tras bautizar a un esclavo le dices que le vas a cambiar la mejor comilona del año por una deliciosa jornada de ayuno y oración lo más probable es que te sorprendas al descubrir que la pila bautismal cabe holgadamente en tu culo.
Debo desmentir un punto que suele mencionarse en estas fechas. Lo de que el árbol de Navidad fue un remedo de los árboles que se adornaban por las saturnales y bla, bla, bla... señores míos, el primer arbol pascual no se vio en Occidente hasta el siglo XVI, y pocas saturnales debían celebrarse en esas fechas, pocos romanos minifalderos habría por la zona, y menos aún en Alemania, que es de donde nos viene la estúpida costumbre de torturar a un abeto incinerándolo con lucecicas incandescentes y adornándolo con espumillón y cojoncillos de colores.
Por cierto que lo de los tres reyes magos, mencionado más arriba, podría ser un préstamo directo del judaísmo, ya que a Abraham y Sara les fue anunciado el nacimiento de su hijo Isaac por tres sabios que les visitaron en su campamento (se ve que los desiertos están llenos de sabios despistados y si no pones por ahí una supernova no saben salir)
Pero resulta que no, porque según Susan los reyes magos no vienen de Oriente (¿?) sino de Occidente (¿?¿?¿?) y más en concreto de Tartessos (¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?). Cágate lorito
O en su versión bilingüe, Shit you, little green exotic bird.
Pongo a Mitra por testigo que no hay una sola alusión a Tartessos en el Nuevo testamento. Hay alguna referencia en Reyes, en concreto cuando la construcción del templo de Salomón, pero en tiempos de Augusto Tartessos llevaba ya varios siglos enterrada debajo de alguna ciudad fenicia que a su vez yacería bajo alguna ciudad griega que estaría entonces convirtiendose en ciudad romana. O sea, que no. Y espero impaciente a que el Papa me explique porqué precisamente de Tartessos, y no de la última Thule o, puestos a fardar, de la Atlántida, Cimeria o Lemuria, para animar a los frikies más patéticos a unirse a las celebraciones.
Además, después de decir que los Reyes Magos eran del Betis, el Papa va y nos suelta que no son Reyes ni magos, y que en realidad son simbólicos ¿pero esto que es? El Belén se nos ha quedado en nada.
Recapitulemos. Fuera el portal, remedo de la cueva de Mitra, fuera el buey y la Mula, fuera la absurda estrella con faralaes, los pastores desperdigados por el corcho porque sin estrella no saben llegar y los reyes magos metafóricos viniendo de occidente, sin camellos, sin pajes, sin corona y bailándose un fandango. Y por supuesto, adios al árbol. Menos mal que Bene no se ha hecho con un mapa meteorológico de la zona porque entonces el mercado de la harina, elemento tradicional para nevar el Belén, sufriría una crisis dentro de la crisis.
¡Santidad, pare ya, que nos jode usted las fiestas!
Por suerte hace ya décadas que me negué a poner belenes/árboles/colgajillosconpelotascharoladas y mi política de resistencia pasiva** ha dado sus frutos, así que no tengo que preocuparme de las opiniones vaticanas. Donde no hay Belén, no se pueden quitar figurillas. Pero no dejo de lamentarme por los pobres niños, hijos de fieles católicos, que verán castrado por orden papal el feliz momento de colocar pastores en tropel, y la ordenada caravana de camellos y pajes...siempre chicos con ceñidas calzas, en plan sota de bastos... ¿porqué los Reyes los reyes nunca contratan chicas para traer los regalos?***
Pero al menos los pastorcillos siguen dispersos por ahí, y podrán seguir follándose a las ovejas, como he visto hacer en alegre zarabanda en más de un belén y más de tres.
Y siempre nos quedará el Caganer****
Felices fiestas, amiguitos.
Actualización a 25 de diciembre: mi madre opina que el Papa se equivoca en lo del buey y la mula porque, como es hombre, no entiende de partos. Si María iba de 9 meses la pobre apenas podría dar un paso, luego iría en mula. Y con la pelona que estaba cayendo no iba a dejar al animalico fuera de la cueva, pasando frío, luego mula, al menos, había. Y debo decir que es un argumento i-rre-fu-ta-ble.
Tome nota y aprenda, Santidad.
*Por romántico que suene, el oficio de pastor es de hacerse muchas pajas. Quizás de ahí venga la imagen de los pastorcillos acercándose al belén mientras tocan la zambomba. Y eso podría explicar, por añadidura, porque todo el terreno aparece como nevado, que son muchos pastorcillos.
**Resumida en la frase YO NO LO PUSE Y YO NO LO RECOJO.
*** No seamos mal pensados, quizás no contratan chicas porque decir “camellos y pajas” no suena muy bien.
**** Hasta que el Papa decida que los señores cagando también son seres mitológicos y/o metafóricos, que todo puede pasar.