Mujer iroqués

lunes, 8 de junio de 2020

PARÉNTESIS

Ahora que la vida empieza a volver, poco a poco, a una apariencia de normalidad creo que voy a hablar sobre cómo hemos pasado estos ¿tres meses? de cuarentena.

En algunos momentos he estado tentado de escribir sobre ello. No lo he hecho porque me parecía que tampoco tenía tanto que decir, cuando tanta gente estaba explicando vivencias bastante más interesantes. Como mucho, me dije, haré un resumen cuando empiece a vislumbrarse el final y bueno, eso parece* así que allá vamos.

Versión corta: lo hemos llevado más o menos bien.

Versión larga:

En mi caso, he contado con una ventaja que no mucha gente ha podido disfrutar, y es que yo ya trabajaba desde casa previamente a la pandemia. Aun así las dos primeras semanas me bloqueé por la incertidumbre sobre lo que iba a suceder. Por más que me repetía sólo serán unas semanas una parte de mí me decía no tienes ni idea de lo que va a pasar.

Esa vocecita es muy difícil de acallar.

En realidad sí hubo un cambio real en mi rutina. Dado que trabajo en casa mi forma de desconectar es salir de casa. Dar un paseo sólo o con mi hijo, tomar un vino con mi chica, salir a correr, bajar a Madrid para cuidar y ver a mis amores... y eso de golpe quedó cerrado. Para qué mentir, sobre todo me agobié al estar aislados del resto de nuestra familia-red.

¿A qué dediqué esos primeros 15, 20 días? A la limpieza. Revisión del ordenador, copias de seguridad, limpieza de archivos redundantes... y en el mundo real organizar docenas de bocetos, escanear algunos conservar otros, y una largo tiempo aplazada limpieza y entresaque de mi biblioteca. En total he liberado unos 5 metros de libros y tebeos, dejando así más espacio más holgura para los supervivientes.

Salvo unos pocos, reservados para algunas amigas, la mayor parte ha ido camino del contenedor: hace mucho que desacralicé el papel así que CONTRA MÍ LAS PIEDRAS.

Pasado ese tiempo fui capaz de retomar mi rutina de trabajo y combinarla con las que han surgido por el encierro. Justo a tiempo porque laborálmente han sido unos meses intensos. Por una parte he tenido como dos docenas de encargos individuales, desde gráficas e infografías relacionadas con la epidemia a retratos y personajes de fantasía pasando por algunos modelos 3D. Por la otra he ido sacando día a día dos proyectos de envergadura.

El más importante en volumen ha sido el de mi quinto monográfico con Muy Interesante. Esta vez el tema es criaturas sorprendentes de todas las eras, o, como lo bauticé a primeros de marzo, QUÉ Es Eso, POR QUÉ Se Mueve Hacia Mí y DÓNDE Está Mi Lanzallamas. Desde noviembre del año pasado he estado recopilando documentación y construyendo/adaptando/adquiriendo modelos y fondos fotográficos. A partir del 20 de abril inicié la fase de render y fotomontaje y anoche la completé, lo que supone haber montado 49 ilustraciones a doble página en algo más de seis semanas.
El otro proyecto es mi cuarto libro como autor completo, y el tercero de Detras del Mito, esta vez dedicado al RAC, los tanques de su Graciosa y Británica Majestad. Empecé a escribir la versión definitiva a finales de enero y he logrado mantener un ritmo bastante razonable. En estos momentos tengo completo el 90% del texto, pero no ha sido un camino de rosas. Casi todo lo que he leído desde el otoño pasado, que empecé a recopilar la documentación, han sido archivos históricos, publicaciones especializadas, informes, estadísticas... y por supuesto todo en inglés, por si no me divertía bastante. En cualquier caso debería tenerlo terminado en un par de semanas más otra para la revisión, así que no me puedo quejar.

Por su parte mi chica no podía teletrabajar, así que ha aprovechado este tiempo para hacer ejercicio, leer, bailar y dibujar. Hace un tiempo hizo un curso de Zentangle, una técnica de relajación a través del dibujo, y eso le ha venido estupendamente para estos meses. Además numerosos profesores certificados se han animado a hacer sesiones gratuitas online y eso le ha permitido disfrutar un montón y aprender nuevas técnicas.

Nuestro hijo remató su curso online y después ha ido ocupando su ocio entre lecturas y videojuegos, amen de echarme una mano (pagada, no me gusta el esclavismo) para un proyecto de publicación electrónica que tengo en mente. Él se ha sacado un dinero y yo he ahorrado tiempo y esfuerzo así que win-win.

Me hubiera venido genial seguir saliendo a trotar para despejarme la cabeza pero eso estaba fuera de cuestión, así que he procurado seguir una rutina de ejercicio en casa bastante rigurosa, sólo me faltaba perder la escasa forma que tenía tras varios meses lesionado. El resultado ha sido bueno, salgo de la cuarentena en mejor estado que entré (lo que tampoco era tan difícil)

También he dedicado una buena cantidad de tiempo a cocinar y me animé a grabar algunos vídeotutoriales sencillitos: pizza, pan, muffins y croquetas para cocinicas torpes y manazas en general. Si los habéis seguido espero que el resultado haya sido comestible y hayáis pasado un rato agradable.

Lo más importante. Hemos podido mantener el contacto aunque no fuera presencial. No nos hemos tirado el día montando videochats** porque todas teníamos mucho que hacer, pero en todo momento hemos estado conectados aunque fuera para abrazar a distancia en los momentos más difíciles y reírnos de cualquier tontería que se nos ocurriera. Esto no reemplaza al contacto cara a cara pero ayuda. Y te permite sentir quién importa de verdad y a quién te mueres por abrazar.

Incluso, alguno de esos vínculos se ha hecho mas fuerte y cercano.

Hemos pasado momentos difíciles, no en casa sino por cosas que han sucedido fuera. Algunas personas ya no volverán y no pudimos ni decir adiós ni acompañar después. Aplazamos duelos y abrazos, habrá un momento para recordar y para llorar.

Con otras hemos pasado momentos de incertidumbre y miedo, y afortunadamente hemos podido respirar después.

Y habrá un momento para volver a reír, ya que hace tres semanas iniciamos poco a poco la vuelta a la normalidad. La próxima semana El Dinosaurio vuelve a abrir y espero estar ahí para compartir el primer vino y el primer abrazo.

Nos esperan meses muy difíciles y, me temo, años duros por delante. Pero estamos juntas y más o menos enteras. Puede parecer poco pero es lo que tenemos y vamos a seguir cuidándolo.

Y si esto vuelve para atrás y nos toca volver a encerrarnos al menos ya tenemos entrenamiento.

Tened cuidado, por favor, y no olvidéis algo que ya dijimos hace tiempo: si deseas hablar, si quieres encontrarte con alguien, si necesitas decir algo que llevas tiempo guardando... no esperes, no te digas, ya lo haré mañana. Yo tengo algunas cosas pendientes y afortunadamente creo que voy a poder hacerlas, pero no siempre voy a tener esa suerte.

Hazlo. En cuanto puedas, porque puede que mañana tarde en llegar, y en ocasiones no llegará.

* Ahora mismo estamos pasando a Fase 2 en Madrid
** Sólo uno, de hecho, y fue toda una sorpresa para mí, ya que fue un maravilloso regalo de cumpleaños

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