Mujer iroqués

viernes, 19 de marzo de 2021

QUEDA MUCHO CAMINO POR RECORRER

 Hay momentos en los que ODIO tener razón. Hace años ofrecí en Desgranado Ciencia una charla sobre el sesgo de género en la ilustración científica. En ella hablé acerca de como los paleontólogos del XIX ninguneaban a la mujer, y ese sesgo se ha ido transmitiendo de forma inconsciente. Podéis verla y escucharla aquí

Ayer, por casualidad, mi amiga R me mostró, con comprensible cabreo, la nueva reconstrucción que se ha presentado del esqueleto H3, un joven adolescente Antecessor inicialmente conocido como El Chico de la Gran Dolina (por la excavación en la que fue encontrado)

Que ha resultado ser, después de todo, una mujer adolescente.

Un magnífico paleoilustrador, Tom Björklund, cuyo trabajo admiro y respeto profundamente, ha hecho una reconstrucción de La Chica de la Gran Dolina. Como veis, ha hecho un gran trabajo: vemos a una humana, con unos rasgos claramente distintos a los nuestros, pero con ese punto que nos hace reconocernos como parientes. Si nos cruzáramos con ella por la calle quizás pensaríamos que su frente es un poco extraña, y poco más, pese a que nos separan cientos de miles de años.



Quiero insistir en este punto: tanto a nivel científico (la recreación anatómica) como conceptual (el aire claramente humano) esta ilustración es IMPECABLE.

El problema viene cuando la comparamos con la reconstrucción que se hizo en los años 90, cuando H3 fue identificado, erróneamente, como un muchacho. Esta ilustración es obra de otro grande. Que me perdone Tom, pero Mauricio Antón fue la persona que me enseñó los principios de la paleorreconstrucción, y le considero, además de como a un artista de primer orden, amigo y maestro. 

Bueno, pues aquí tenemos al Chico de la Gran Dolina.



Anatómicamente, ambas imágenes son similares. Se trata del mismo rostro, dado que ambos autores trabajaron sobre los mismos restos. Pero el tratamiento de la persona es muy diferente. Mauricio hizo a un muchacho vibrante, dinámico, sus músculos en tensión, el cabello en movimiento, como si corriera, y una expresión de alegría contagiosa, casi a punto de la carcajada.

Pero resulta que ahora sabemos que El Chico en realidad es La Chica y si vamos a su nueva imagen oficial....

UPSSSSSSS

La muchacha está inmóvil, pasiva, nos mira con aspecto tímido y tiene la boca bien cerrada. Es más, mientras que la iluminación de la imagen de Mauricio nos muestra que El Chico está al aire libre, La Chica está al fondo de la cueva.

El sesgo de género, una vez más. EL PUTO SESGO DE GÉNERO. La imagen de Mauricio sigue siendo un retrato perfecto para H3, aunque sepamos que es una mujer. De hecho hizo en su momento otro retrato del mismo individuo, y como podéis ver bastaría una mínima modificación en la forma del pecho para convertirlo en ella. Y aunque es una imagen estática sigue ofreciéndonos a una persona que nos mira con firmeza, sin debilidad.


Lo mismo sucede con esta otra imagen que hizo Mauricio de una mujer algo más mayor de la Sima de los Huesos. No hay nada en ella que sugiera timidez o indefensión


En cambio la nueva Chica de la Gran Dolina nos mira con temor. Es más, si nos fijamos en el ángulo de la figura, la estamos viendo desde arriba, mientras que en las reconstrucciones de Antón, hombres y mujeres nos miran a nuestro nivel. Como iguales.

Tom no está haciendo una imagen sesgada de forma deliberada. Es el sesgo inconsciente del que hablo en mi charla, que arranca en el siglo XIX y se sigue transmitiendo, precisamente porque no somos conscientes. Por eso vemos esa diferencia en las imágenes. Por eso la niña tiene la boca cerrada.

¿Cuántas veces no hemos escuchado el Calladita estás más guapa?

Y bien peinada, y con la carita lavada.

Nos queda mucho camino por recorrer, incluso en un campo tan especializado como el del paleoarte. Llevo casi una década ilustrando mujeres antiguas cazando y usando lanzas (si sois lectores habituales de mi blog conoceréis esta entrada) Pues bien, por fin los paleoantropólogos aceptan que sí, las mujeres de las culturas prehistóricas cazaban, y el artículo en el que se explicaban las pruebas y su análisis fue ilustrado con esta imagen...



... en la que han tenido los cojonazos de vestir a la mujer DE ROSA, para que se note bien que es una mujer. Y en pose de modelo, sin dinamismo alguno, cuando usar una lanzadera como la de la imagen es un ejercicio especialmente dinámico.

Los prejuicios tardan en morir, y tardan mucho más si no luchamos conscientemente contra ellos. Mauricio lo hace. Yo, aprendiendo de su trabajo y de los magníficos ensayos de Stephen Jay Gould, trato de hacerlo. Espero que Tom, que hasta ahora no había caído en el sesgo de una forma tan evidente, no vuelva a hacerlo.

Como digo en mi charla, somos animales visuales, y debemos cuidar qué es lo que muestran nuestras imágenes. Para que los lectores no se sorprendan cuando representamos a una mujer defendiéndose de un oso con una lanza, porque ni os imagináis la de veces que me han preguntado ya pero ¿hay alguna prueba de que ellas usaran lanzas?

Si alguna vez te has hecho esa pregunta, pregúntate de vuelta ¿conoces alguna prueba de que las usaran ellos? o, parafraseando a Galeano, al hablar de las pinturas rupestres ¿porqué das por hecho de que fueron pintadas por ellos, Y NO POR ELLAS?

Yo intentaré seguir revisándome mi sesgo. Por favor, no dejéis de hacerlo vosotros.

Y dejemos que la Chica de la Dolina pueda reír abiertamente, como cualquier otra persona

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