Mujer iroqués

jueves, 9 de junio de 2011

MADRES VARIADAS (y II)


Continuando con el repaso a los grupos de mamis, hay uno que resulta interesante porque sus miembros sufren una evolución relativamente rápida. Se trata de...

• Las comeflores

Este tipo de señora, usualmente madre primeriza, cree que la infancia es un precioso jardín donde angelicales niñitos de grandes sonrisas y brillantes ojos viven con candor el descubrimiento del mundo. Esta actitud suele deberse a una excesiva exposición a manuales de crianza bienintencionados, de esos que suelen escribir personas con un  doctorado en psicología y ningún niño en su haber para respaldar sus ideas.

No dudo que en algún rincón deben existir esos preciosos y sonrosados retoños, pero los que pueblan los colegios son, en su mayoría, una tribu de bárbaros bajitos cuyos principales intereses en la vida son gritar hasta desgañitarse, correr como un ejército de lemmings, sacar de quicio a los adultos a su cargo y zurrarse con sus compañeros. Tienen muy pocas ganas de aprender, esforzarse, o comportarse bien y, por supuesto, resultan impermeables a las benignas influencias de la educación no represiva.

Como he dicho, lo interesante de esta categoría de ingenuas mujeres es la rapidez de su evolución. Antes de un año y medio sólo unas pocas irreductibles creen todavía en la natural bondad de sus vástagos. La mayor parte se convierten en madres normales y lidian junto al resto de nosotras para desbravar a su progenie mediante el viejo sistema del palo y la zanahoria, tarea que debería estar reconocida como ocupación laboral de alto riesgo. Las restantes, en cambio, sufren tarde o temprano otro tipo de metamorfosis, transformándose en...

• Las vencidas.

Fáciles de reconocer por su actitud pasiva ante la vida. No han resistido la presión y han tirado la toalla, justificando su actitud con expresiones del tipo es que no puedo con ella o el pobrecito es así. El sueño dorado de estas mamis es conseguir que algún psicólogo demuestre que su criaturita sufre algún tipo de desmotivación, dislexia, hiperactividad, autismo... vale cualquier cosa, incluso un certificado de borderline. Lo que sea con tal de poder esgrimir un papelito que las desvincule de cualquier responsabilidad al respecto. Y dado que esas clasificaciones tienen unos límites generosamente amplios, suelen salirse con la suya, porque los médicos también son humanos y al final firman lo que sea con tal de sacarse a una pelmaza de encima.

Ojo, no estoy hablando de gentes que se rinden ante un adolescente problemático con tendencias sociopáticas, sino de madres que no soportan la responsabilidad de educar a una niña de 6 o 7 años, incluso de menos. Y a veces hay rendiciones colectivas, como la de una clase que tuvo la desgracia de dar con una profesora de infantil bastante incompetente. La chiquillería llegó a primaria sin saber siquiera leer o escribir sus nombres, salvo un par de niñas cuyas madres se negaron a aceptar esa situación como algo normal. El resto lleva ya varios años viviendo en  en la comodidad de la excusa (es que es un grupo que va más lento, es que no hay que agotar a los niños con tanta teoría). De hecho, cuando su actual profesora ha cogido el toro por los cuernos y ha tratado de solucionar las cosas, se ha encontrado con un coro de protestas por parte de un montón de madres que temen que la presión pueda traumatizar a sus pequeños holgazanes.

• Las que no se rinden.

En el polo opuesto a las anteriores están estas esforzadas mujeres que cuentan con toda mi admiración. En vez de apalancarse en la excusa, ellas se esfuerzan por que sus peques salgan adelante, buscando mil y una maneras de motivarles, echando sobre sus espaldas responsabilidades de maestra, buscando actividades de refuerzo... L, una chica joven, bastante ingenua y, a priori, no demasiado bien preparada para lidiar con un hijo tirando a vaguete (hablemos claro, un vago con calzas coloradas) no cejó hasta encontrar un colegio con un proyecto educativo adecuado para el niño y, con un montón de esfuerzo, ha logrado sacarlo adelante. Mi aplauso para ella y todas las que son como ella. Y para...

• La supermami

Y no lo digo peyorativamente. Hay mujeres que merecen ese título, como mi vecina M, que tiene tres vástagos (nena, nene, nena) de esos que parece que desayunan anfetas y rezuman energía por todos sus poros. Yo acabo el día roto con un niño ¿Cómo se las apaña ella con tres? Y no es que simplemente sobreviva, porque siempre que me cruzo con su pequeña tribu veo tres críos alegres y vivarachos, rodeando a una madre con aspecto agotado, pero un brillo en los ojos que habla de felicidad y optimismo. No sé cual es su secreto, pero espero que algún día me acepten en su logia y me lo cuenten.

• La agobiadora profesional.

No suele haber más de una por curso. Esta señora vive convencida de que su nene es una víctima de la incomprensión, un ser angelical al que todo el mundo tiene manía porque la gente es envidiosa y no reconoce al Mesías cuando lo tiene ante sus ojos.  La agobiadora se dedica a la zapa continua, quejándose casi a diario ante las profesores de lo frágil, especial y delicada que es su criaturita y cómo es injustamente tratada por sus compañeros, la sociedad y el Universo en general. A fuerza de dar la murga un día tras otro acaba por erosionar la capacidad de la docente para discernir la realidad y al final, quizás víctima de un síndrome de Estocolmo a nivel escolar, la maestra acaba por aceptar que dos más dos son cinco. La agobiadora profesional, en nuestro caso, ha llegado al extremo de amenazar al colegio con una denuncia por acoso contra su inocente y maravillosa niñita, un querubín que, según sus propias palabras, hay que tratar con especial atención porque  no es como los demás niños. Debe estar hecha de carnes más nobles, o a lo mejor es que en vez de follar a la mami, su papi metió la polla en una jarrón de porcelana de sevres, vaya usted a saber.

Dentro de esta categoría tenemos la sublclase de la Separada profesional. La mayoría de madres separadas que conozco, pese a lo duro de su situación personal*, se esfuerzan por sacar adelante a sus hijos con la mayor normalidad y dignidad posible, pero la profesional es de otra pasta. Ella ha hecho de la separación un arma, y le saca partido. ¿Que la niña apalea a sus compañeros? Es que la pobre ha sufrido mucho por la separación ¿Que jamás entrega sus deberes? Es que, como sus padres están separados, la pobre no se centra ¿Que ha intentado sacrificar a su compañera de pupitre a Moloch-Baal? Es que su triste situación la ha vuelto un ser muy sensible. La excusa se repite més tras mes, año tras año, hasta que, como hemos visto, las profesoras, hartas de que las monten un pollo cada vez que intentan hacer bien su trabajo, acaban por ceder.

Lo malo no es sólo la diferencia de trato (y es malo que un alumno reciba un trato preferencial porque sí, no nos engañemos), sino que la niña o el niño acaban comprendiendo que pueden subírsele a las barbas a quien quieran. Porque sea cual sea el caso, ahí estará su mamá dispuesta a rechazar todas las evidencias y defenderles a muerte, y en poco tiempo se convierten en unos tiranos insoportables y resabiados. Como digo, la agobiadora es un ejemplar escaso, y mientras que en una clase tenemos a una agobiadora estándar (el curso está dividido en dos clases) en la otra nos encontramos con la separada profesional. Una desgracia, porque quizás, de haber coincidido en la misma aula ambas niñas tiranas, la cosa se solucionaría con un enfrentamiento a muerte entre sus progenitoras, en un espectáculo marcial de esos que atraen al público.

• Las cotillas.

Más abundantes que la anterior, las cotillas requieren un mínimo de dos para funcionar adecuadamente, ya que resulta muy frustrante tener la boca repleta de noticias sin nadie dispuesto a compartirlas y añadir más de su cosecha. Estas señoras no parecen dedicarse a nada en especial, no trabajan fuera de casa, no tienen ninguna actividad de ocio conocida y siempre pululan por el colegio o las cafeterías cercanas (conozco al menos tres grupitos que desayunan juntas todos los días, y hablamos de desayunos muyyyyyyyy largos). Pero esa falta de actividad es engañosa, ya que oculta su verdadera vocación: el comadreo. De alguna manera siempre están al tanto de todo y saben que Z ha perdido los nervios, M ha tenido una trifulca con P, N le pone ojitos al marido de R, H va de Reina de Saba pero no tiene donde caerse muerta...

No os sorprenderé si os digo que este colectivo forma el núcleo duro de las mamibulto del AMPA, anteriormente mencionadas, ya que así al espionaje a nivel del patio añaden detallados análisis de los problemas del profesorado. Y lo que no saben, se lo inventan ¡Si será por tiempo libre! Y no lo digo por decir, porque resulta que vivo esa experiencia debido a mi amistad con S.

• La amiga

Inicialmente no pensaba hablar de S, pero lo cierto es que ella forma una categoría por sí sola. Es normal hacer amistades en el patio. Conoces gente de edades parecidas a la tuya, con preocupaciones similares, nos cruzamos en el parque, charlamos, quedamos si los críos se llevan bien... pero hacer una verdadera amiga es raro. Nuestro caso empezó como una amistad más, S y yo nos caímos bien, charlábamos a menudo... lo normal. Y un día, debido a un accidente (que no detallaré, pero no se trata de nada escabroso, no seáis mal pensados), conectamos. Y ya va para siete años. Casi todas las semanas nos vemos alguna tarde, sacamos a los niños a que se desfoguen, les preparamos una pizza, les reñimos colectivamente... hemos intimado, y no sólo entre nosotros, ya que ambas parejas nos entendemos bien.

Es una mujer alegre, inteligente y con carácter. Y paciencia, mucha, muchíiiiisima. J, su chico, viaja mucho por temas de trabajo, y donde mi chica y yo somos dos contra uno, ella lucha en clara desventaja, una contra dos. Y qué dos. Sus niñas, si se empeñaran, harían desesperar al Mahatma Gandhi. Como mi hijo, pero en femenino y por partida doble.

Si tuviera que clasificarla en las categorías anteriores, entraría holgadamente en las de las normales, las que no se rinden y, si no fuera porque suele vestir de forma muy discreta, en la de las macizas. Bueno, creo que sería así. Lo cierto es que no soy muy objetivo, dado el cariño que nos tenemos, pero es guapetona y puedo afirmar que tiene buena planta y un trasero estupendo. Y sí, sé que me estás leyendo, S, y espero haberte sacado los colores.

Pues bien, hace unas semanas llevamos a los niños a la feria, y por el camino nos cruzamos con otra madre de clase. Entonces le dije, uno de estos días van a pensar que estamos liados, y ella me dijo, no, te equivocas, ya lo piensan. Resulta que el núcleo de cotillas nos ve juntos a menudo, en el cole y fuera de él, y como no entienden el concepto amistad sin roce han llegado a la conclusión de que ella se ha divorciado de su marido y está enrollada conmigo. Lo que demuestra una vez más que el exceso de tiempo libre nunca es bueno. Claro que eso no deja de tener sus ventajas, porque si algún día nos diera por liarnos, eso que llevaríamos adelantado.

Y con esta nota personal, doy por terminado mi repaso. No obstante, si podéis sugerirme otras categorías (como las de las mamás del Hummer ¡qué hallazgo!) estaré encantado de abrir un apéndice, porque estoy seguro que el tema aún puede dar mucho de sí.

* De los casos de parejas separadas que conozco, como un 40% son gente que nunca debió juntarse, y el resto se separan por culpa de él. Muy rara vez por culpa de ella, con lo que en general las mujeres  se llevan la peor parte.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Cuanta sabiduría!

molinos dijo...

Yo es que no soy una madre..solo lo fingo..pero no se lo digas a nadie..

José Antonio Peñas dijo...

¿Entonces las princezaz y el ingeniero son figurantes contratados en una agencia de actores? ¡Te lo curras un montón!

Anónimo dijo...

Puntualización por alusiones: mis hijas no harían desesperar a Mahatma Gandhi; le cogerían amablemente del brazo para ayudarle a caminar, le cederían sus abrigos y le arroparían amorosamente... hasta convencer al mundo de que son 2 pequeñas angelicales con la desgracia de tener un madre loca que solo sabe pegarles berridos inmerecidos a las criaturicas...

José Antonio Peñas dijo...

Pero tú y yo sabremos la oscura verdad ¿No es cierto?

¡Que ilu, la primera vez que te animas a comentar!

Anónimo dijo...

"La mayor parte se convierten en madres normales y lidian junto al resto de nosotras para desbravar a su progenie mediante el viejo sistema del palo y la zanahoria"
¿Sacamos a Freud del mercadillo de los charlatanes otra vez? ;).

Buen ejercicio de sistemática maternal, ameno, y muy gracioso. Pero, como para todo, seguramente nosotras nos vemos de una forma y otras nos describen de otra (manera).

Susana

José Antonio Peñas dijo...

Como ya digo, es mi punto personal de vista, luego entre otras cosas es un enfoque (algo) masculino del asunto.

sonia dijo...

Muy bueno. Espero encuadrarme en las que no se rinden. Te sugiero explotar el tema de las mamas-hummer (tuvieron una epoca dorada BMW X5...) no incompatible con las anteriores. Y los padres....: te sugiero algunas categorias: ausente-dimisionario, competitivo - futbolero ( mi niño es el mejor y el entrenador no le saca porque le tiene manía...), hiperresponsable, separado... da para un par de post. Besitos