Mujer iroqués

sábado, 9 de julio de 2011

SEXO EN NIUYORS (bueno, en Génova, pero casi viene a ser lo mismo)



Alberto Ruíz Gallardón tiene fama de dilapidar en proyectos faraónicos. Algunos dicen que es su modo de avanzar hacia el poder en el partido Popular, pero se equivocan. El alcalde acomete tuneles, estadios e intercambiadores con saña asiria por el más triste de los motivos, el desamor.

El pobre Alberto rotura la tierra para impresionar a la mujer a la que desea en secreto y con locura. Quizás, de forma inconsciente, trata de afirmar su virilidad autoidentificándose con fálicas tuneladoras. En el fondo sabe que es un esfuerzo inútil, porque ante ELLA siente como su masculinidad se empequeñece y sólo un orgullo mal entendido le impide arrastrarse en actitud suplicante. Y es que Esperanza Aguirre le pone burro. Pero burro, burro.

Él siempre ha soñado con ser un esclavo sexual, y, tiempo ha, reconoció en Espe al ama severa e implacable que lleva buscando desde hace años. Cada vez que se la cruza por los pasillos de Génova, su mente se nubla y su entrepierna se inflama imaginando el instante en que ella, con ceñido traje de cuero y afiladísimos tacones, empiece a golpear sus nalgas con el látigo.

¡Has sido infiel a la memoria de Aznar! (zas, zas, zas) ¡Toma, zapaterista mal disfrazado! (zas, zas, zas) ¡prueba el sabor de la justicia, emboscado del socialismo! (zas, zas, zas)
Sí, dame, dame, me lo merezco, ama, he sido tan malo... ¡soy tu perra!

Pero el pobre ignora la terrible realidad. Nunca cumplirá sus deseos, porque las fantasías de Espe no incluyen azotar alfeñiques de pelo rizado. Ella, secretamente, se excita imaginando que las turbas proletarias asaltan su casa y desgarran sus ropas con dedos libidinosos.

Y, claro, Alberto no es el único con problemas. Porque, como todos sabemos, Esperanza no siempre es consciente de lo que la rodea (ahí están sus continuos deslices a micrófono abierto para probarlo), y el choque de sus ensoñaciones con la realidad puede tomar matices extraños.

¡A las buenas tardes, el butano!
¡Vienes a tomar mi virginal cuerpo de condesa a la fuerza! ¿Verdad, rojo obsceno?
errr…no, señora presidenta, yo venía a traer la bombona, pero si es mal momento, pues ya me paso otro día ¿eh? que uno es un mandao...
¡Sacia tus viles deseos, inmundo garañón a sueldo de Rubalcaba!
No, si yo soy de Repsol... bueno, una subcontrata, pero tal y como están las cosas no puedo quejarme, ¿sabe?
– ¡Tómame, sudoroso butanero! ¡Ultrájame, haz de mi lo que quieras!
– (ya empezamos, unos crían la fama…) mire, señora, que no es por no hacerla el favor, si yo lo haría encantado, pero mi MariJuli se lo tomaría a mal ¿sabe? y además ya casi es la hora del bocata, y el convenio no contempla este tipo de servicios...
– ¡Maricón! ¡Inútil! ¡Menchevique! ¡Mucha boquilla, pero al final no valéis para nada!... Noooo, si ya os tengo calados a vosotros, yaaaa...¡!Que todos los holgazanes os hacéis socialistas!

Y así transcurre el día a día del alcalde y la presidenta: dos barcos solitarios, que nunca verán cruzarse sus rutas en la inmensidad del océano.

6 comentarios:

Elvira dijo...

Estoy acostumbrada a que seas un frikazo, pero esto me ha dejado sin palabras. Creo que la imagen de la Espe revolcándose cual gata en celo (¿por qué sólo me sale esta comparación?) me va a dar pesadillas durante mucho tiempo. Mete esta historia en un sobre y envíala al despacho de la Godzilla madrileña. A lo mejor le tocas la fibra sensible y se apiada de Albertito...

José Antonio Peñas dijo...

O de mí, y me saco unos dineritos repartiendo butano.

coconutplayer dijo...

Qué dulce canción de desamor estrafalario. El iniico de un musical :).

S.Belizón dijo...

A mi el post me ha gustado mucho, pero tengo que decir que imaginar a Espe tal y como me la he imaginado en el Post me ha producido un poco de grima.

José Antonio Peñas dijo...

Seguro que tiene su público. Fíjate en como aullaban las juventudes peperas la noche de la victoria electoral cada vez que salía ella dando bailecitos al balcón. Seguro que si empieza a sacarse la falda Génova se hubiera visto asediada de erecciones populares

Raquel Alzate dijo...

Muero de guasa!!! XDDDDDD