Mujer iroqués

lunes, 13 de julio de 2015

DISFRUTEN DEL CALOR (disfruten lo votado)


No suelo meterme en temas de política, así que asumo que esta entrada me va a costar muchos lectores. Pero oye, es mi blog y me lo follo como quiero.

Como todos los veranos, tenemos encima la ola de calor de julio, y las televisiones rellenan su parrilla con los usuales consejos de los expertos. Hidrátense, vayan por la sombra, no salgan a mediodía, cuidado con los mayores y los niños...

Es cierto que este año el calor se está notando mucho más, y hace que muchas personas empiecen, por fin, a tomarse en serio el tema del calentamiento global, y a aceptar que las causas de ese calentamiento somos nosotros. Y lo somos mucho más de lo que la gente está dispuesta a aceptar, al menos en Madrid (y también, sospecho, en Sevilla*, pero dado que no vivo ahí no puedo elucubrar con la misma seguridad)

La Corte y Villa lleva disfrutando de alcaldías del Partido Popular desde 1991, es decir, 24 años seguidos. En ese tiempo se ha producido una transformación paulatina de la cara de la ciudad: la capital del reino ha sido alicatada. Ha habido otras muchas transformaciones, pero esa es la que más nos está afectando ahora mismo.

Los que peinamos canas recordamos la zona de Recoletos sin asolar: el tramo de paseo era de tierra, como buena parte del Paseo del Prado, sin  ir más lejos. Como buena parte de las plazas de la ciudad, donde había arbolado, cesped, tierra, columpios y bancos. Muchos bancos.

Y sombra. Los bancos solían situarse en las zonas de sombra.

Entonces el PP, de la mano de Álvarez del Manzano, empezó a apostar por la modernidad, lo que al parecer consistía en cubrirlo absolutamente todo de hormigón. Como ejemplo de las nuevas plazas duras (un término tan repugnante como el del brutalismo de los años 60 y 70) tenemos la explanada  situada en Goya, frente al Corte Inglés, la plaza de Salvador Dalí: un infierno de losetas refulgentes veteado con algunas pirámides de hormigón. En algunas de esas pirámides agoniza un árbol cuya sombra no sirve de gran cosa, debido precisamente a estar en una pirámide. Intentar pasar por ese erial urbano en julio no sólo te deja abrasado, también medio ciego, por la reverberación del sol.

Ese es el modelo de plaza adorada por los populares. En todas partes hemos visto el mismo proceso, primero se arrasa la plaza original con cualquier excusa (un aparcamiento, unas obras del metro, conducciones de gas... será por excusas, Madrid es una obra permanente) y luego se rediseña de acuerdo a un proyecto moderno e integrador, que consiste en dejar una explanada de cemento y, si hay suerte, algunos árboles en cajoneras, que acabarán muriendo y serán eliminados poco a poco.

El ayuntamiento aduce que esas plazas son más económicas de mantener**, pero la excusa deja de funcionar cuando te planteas qué problema dan los bancos, porque además de quitar hasta el último fragmento de verde, los/las alcaldes peperos parecen tener algún tipo de problema con los bancos, ya que los eliminan. Apenas quedan ya aquellos viejos bancos de madera, como de 1'80 de largo, donde podían sentarse cuatro abuelos a charlar a la sombra. En su lugar hay bancos de hormigón o metal, muchos menos, situados usualmente al sol, y con reposabrazos en medio, delimitando claramente el número de asientos. O bancos unipersonales, de modo que en el mejor de los casos se pueden sentar dos personas, si es que han puesto dos bancos, y colocados de forma que sea incómodo hablar.

Lo de los reposabrazos en los bancos largos es para que la gente sin techo no los use para dormir. La idea es que si no tienen bancos para dormir, ya no habrá gente sin techo. Y para asegurarnos de que eso es así, eliminamos de paso TODAS las fuentes de agua potable que había antes por Madrid, a ver si además de morir de sueño, los mendigos mueren de sed y dejan de afear la ciudad.

Hay otra explicación, pero esa está tapada. Lo que han hecho los alcaldes populares es robarle la calle a los viandantes. Se trata de que la gente no haga vida en la calle, y se limiten a usarla para ir de su casa a comprar, o al restaurante, y de vuelta a casa, sin que queden espacios donde la gente pueda simplemente estar, disfrutando la tarde, la sombra, la compañía. Porque cuando la gente hace eso, no consume.

Haced la prueba, coged un libro e intentad buscar por el centro de Madrid un rincón para leer un rato, sentados a la sombra. En Sol, imposible, en Gran Vía, imposible, en Alcalá, imposible, en Huertas, imposible, en Callao, imposible, en Chueca, imposible, en Embajadores, imposible... quedan algunos reductos, la plaza del dos de Mayo, la de Tirso de Molina, Plaza de España, el parque de Debod... pero incluso esos los van cercando poco a poco de terrazas de pago, como la Plaza de Santa Ana, donde ya no queda un solo sitio donde poder sentarte salvo que vayas a hacer consumición. De hecho, y dado lo que hemos visto en estos últimos años en el Retiro, tal vez haya algún proyecto para alicatar también ese parque, y quitar de una vez todos esos árboles tan peligrosos con tendencia a caerse, casualmente desde que se recortaron los gastos de mantenimiento.

Hay lugares como Callao que ya solo sirven para que el Corte Inglés ponga sus promociones, convirtiendo una vía pública en un escaparate privado. Ese es el sueño de los alcaldes de la gaviota: una ciudad donde la gente no tenga espacio para vivir, sólo para consumir. Un espacio donde las aceras pertenezcan a las empresas, no a los viandantes

¿Pensáis que exagero? Pensad en vuestros lugares nocturnos favoritos ¿cuantos siguen abiertos?  De noche la gente de bien debería quedarse en casa,  así que desde hace veinte años los locales nocturnos han sido sometidos a acoso y derribo por parte del municipio, que se ha dedicado a cambiar la reglamentación una y otra vez, de forma que los dueños, en demasiadas ocasiones, han tenido que tirar la toalla al no poder hacer frente a nuevos gastos cada vez que se modificaba una norma por milésima vez.

Intentad caminar hoy o mañana por el centro. Sol inmisericorde por todas partes, salvo los trapos que supuestamente dan sombra en las calles comerciales, como Preciados, no sea que los clientes del Corte Inglés sufran una insolación antes de que hagan gasto. Ni una sombra, ni un sitio donde sentarte,  salvo terrazas absurdas donde se instalan sistemas de riego y ventiladores para que los paganos se tomen su cerveza fresquitos.  Nada de árboles, bancos, rincones... las calles ya no son lugares donde estar, sino simples tramos de paso. Vamos hacia una ciudad como el barrio de Salamanca: un larguísimo escaparate con aceras, tiendas de postín y terrazas carísimas con aire acondicionado en cada mesa, y el que no pueda o quiera usarlas, que se joda, que ni agua va a encontrar. Sólo hormigón y losetas bien calientes.

Sí, hay que hidratarse mucho para combatir el calor. Y evitar las horas del mediodía, y procurar ir por la sombra, y vigilar a mayores y pequeños.

Y hay que dejar de votar a quien apuesta por robarnos la calle, la sombra y los asientos. Y si aún así os empeñáis en aplaudir a los ladrones una y otra vez, al menos ahorradnos los comentarios de qué calor, esto no es normal, alguien debería hacer algo... porque a votar se va leído

No sé si una legislatura basta para recuperar una ciudad tan maltratada, arruinada y endeudada para varias décadas como Madrid, pero a poco que la calle vuelva a ser de las personas, y hay un poco más de sombra, y bancos donde sentarse y charlar, la señora Carmena contará con mi voto. Aunque tenga que empadronarme con algún amigo para poder votar en la capital.

APENDICE JUNIO 2019: la legislatura de Manuela Carmena hizo mucho por devolver la calle a la gente, pero no fue bastante para la izquierda purista, que decidió, una vez más, dividirse y abstenerse para castigar que no les hiciera casito en todo. El resultado, ya tenemos de nuevo a los ladrones frotándose las manos y disponiéndose a arrasar todo lo que se había restaurado en estos años.

*La primera vez que vi los bancos antipersonas de Zoido pensé que se trataba de una broma. Por desgracia para Sevilla, no lo era.

**Al parecer mantener jardines es carísimo y poco rentable, pero tirar miles de millones en promocionar unas olimpiadas que sólo han existido en la fantasía de Gallardón o Botella es una iversión de futuro.

5 comentarios:

Toy folloso dijo...

Al decir que te metías en política, este esforzado catalán ya se estaba colocando a la defensiva....
No me digas que esos bancos y esas sombras del paseo del Pintor Rosales -de cuando la mili-, ahora ya no están.

José Antonio Peñas dijo...

Pintor rosales y ootras zonas, como el paseo del prado, siguen vivas, pero en lo que es sol, huertas, chueca, malasaña... ha sido un desastre

José Antonio Peñas dijo...

Entre tú y yo, si cuando os independicéis os sacáis de encima a la chusma local del mismo pelaje, me tendrás pidiendo asilo en menos de un mes

lyuti dijo...

Si cambiando de equipo lo arreglas, me cuentas la receta. El problema es que ya he visto lo de ensolar en muchos sitios, con el pp, con el psoe y con iu. De hecho en mi pueblo de Almería teníamos a la de Iu especializada en salir de voto necesario para el psoe, y lo primero que se pedía la señora era la concejalía de urbanismo. Y por supuesto que ensolaban, además de muchas cosas por las que está la buena mujer encausada. En el pueblo de al lado, gobernaban los de IU, y ensolaban. Y en la capital el pp, y ensolaban.

Dicho lo cual, estoy totalmente de acuerdo en que nos han robado la calle. Y añado, nos han tirado los árboles, lo que más rabia me da y sí, he estado en varias protestas. Además hay que acordarse de los edificios. Aparte de la mierda de calidad de la construcción, ahora están de moda las moles de fachada acristalada que son lupas que mandan todo el calor reconcentrado hacia abajo. Y las farolas, a pesar de las ordenanzas, se pasan por el gorro que las farolas deben apuntar la luz hacia abajo. Etc, etc, etc.

Toy folloso dijo...

El intento de privatización de la sanidad, atajado en vuestra comunidad, y paralizado aquí -por haberle costado la mayoría a Mas en las últimas elecciones-, dudo que no se hubiera implantado de haberse llevado a cabo estatalmente.
Esa independencia, usada como tragedia para tapar cientos de tropelías a cargo del partido de Rajoy, apenas tiene que tener relevancia -no hay oro ni diamantes bajo el subsuelo de ninguna comunidad-; pero servirá para tener a los mandatarios más cerca y, por lo tanto, más controlados.