Mujer iroqués

lunes, 10 de abril de 2017

VIDA DE AUTÓNOMO


Este año, tras un tiempo de incertidumbre, me encuentro con la agenda laboral prácticamente a tope. En estos momentos estoy sacando adelante el trabajo del día a día para las diversas publicaciones de la cabecera Muy y para la Agencia SINC, un encargo de cierta envergadura para SPL , afortunadamente sin fechas estresantes de entrega, y un trabajo particular que está casi terminado, a lo que se suman dos proyectos de gran volumen, el Dinoproyecto 2017 (mi cuarto trabajo de animación paleontológica para Japón) y un proyecto personal que voy a desarrollar a lo largo de este año, también sobre paleo*. Si ahora mismo me hicieran nuevos encargos de cierta envergadura, tendría que rechazarlos, lo cual es algo verdaderamente inusitado.

No es que me pase la jornada currando de sol a sol sin detenerme. Si hiciera eso podría sacar más volumen de trabajo, por supuesto, pero acabaría colapsando. Necesito tiempo para respirar, para estar con la gente a la que amo, y conmigo mismo, así que tengo que forzarme a mantener una rutina de trabajo razonable para que todo vaya saliendo, lo cual también es algo inusual: los que me conocéis sabéis que soy una persona muy caótica, y eso genera unas inercias muy difíciles de romper.

El ponerme en forma estos años me ha ayudado bastante, ya que supuso imponerme una disciplina bastante estricta. Por mucho que nos vendan esos mensajes de supérate, sé positivo, saca la parte mejor de ti, bébete nuestras deliciosas fórmulas energéticas... etc, lo de correr es un muermo muy gordo, y el cuerpo jamás te pide salir, sino arrebujarte en el sofá. El mío, al menos, me pide eso, pero suelo sobreponerme (casi) siempre

Arranco motores, en un día normal, sobre las 8'30. Reviso correos por si hay algo urgente (cuando tienes clientes fuera de España te pueden llegar mensajes a horas muy, muy raras**). En caso de algún tema urgente de curro me pongo con ello y adiós rutina, pero es lo que toca. Si no es así me calzo las zapatillas y la ropa de deporte.

Últimamente salgo con S a entrenar cada dos días, así que o tiro para su casa, donde me espera a regañadientes pero por la boca chica, porque en el fondo se lo pasa bien, o salgo directo para el parque (el mismo recorrido en ambos casos, sólo cambia el lugar de partida)

Entre las 9'30 y las 10 llego a casa. Duchita y desayuno. Darío P recomienda el ejercicio antes de comer, para que consumas el glucógeno de los músculos y, así, lo que comas después va directo ahí. Lo que viene a ser desayunar a débito, te zampas unas calorías que ya has quemado previamente. Lo malo es que la mente hace extraños y sinuosos vericuetos y acabas con la idea de que, total, ese desayuno no cuenta, y más de una mañana me redesayuno, en plan hobbitt. Si hay que hacer compra aprovecho ese rato. Idem si hay que fregar platos.

En cualquier caso, entre las 10'30 y las 11 empiezo a currar, con paradas de cinco a diez minutos cada hora en teoría, pero como me de por abstraerme, si estoy con algún tema que me absorbe, me olvido hasta de mear***. Si no es así, en los descansos me meto en las rrss, ojeo algún tebeo, me paseo por la casa, me pajeo... lo que viene a ser matar el rato y vaciar un poco la cabeza

A las 13'30, parada para hacer la comida. Si es algo que puede dejarse al fuego o al horno me pongo una alarma (no sería la primera vez que incinero una olla por olvido) y vuelta al tajo hasta las 15'00, que suele llegar D, mientras que mi chica llega sobre las 15'30. 

Parada larga para comer, sobremesa. Si ando fatigado por haber dormido mal (este año la alergia me ha tenido bastante jodido de febero a casi abril) cabeceo un rato.

17'30 a 21'30, más curro. Entre la tarde y la mañana sumo de 5 a 7 horas. Cuando toca dibujar a lápiz procuro que sea en este espacio, ya que prefiero abocetar con luz de día. Eso, en invierno, es un asco, ya que suele haber más bien poca luz. Dicho sea de paso, cuando sale uno de esos días cortos y grises que no ves el sol ni pagando por él, suelo andar con el ánimo bastante chof y ganas de nada. Soy muy lagartijo, a mí dadme solecito.

Cena, ratito de sofá en pareja, alguna serie.

23'30, empieza la jornada nocturna. Esta puede oscilar entre dos y cinco horas. Es el espacio que me da flexibilidad para acometer todo. Si al día siguiente he quedado, o toca gimnasia por la tarde, suelo acostarme bastante tarde, para compensar la jornada. Debo decir que de noche avanzo mucho porque hay muy pocas distracciones. Me acostumbré a hacerlo cuando D era peque, ya que era cuando se dormía y podía centrarme, y me he vuelto un ave nocturna.

El objetivo de esta rutina es sacarme, de media, 8 horas de trabajo 6 días a la semana. Si las cosas van a su ritmo y no hay imprevistos, puedo bajar un poco el ritmo. Si llega un aluvión de curro, tengo margen para forzar la máquina y sacar de 50 a 60 horas semanales, pero no más allá de dos o tres semanas seguidas. Años ha era capaz de meterme en caso de grave atasco una jornada de 36 horas currando sin parar, pero a día de hoy no me veo capaz de hacer algo así, que ya voy para mayor.

Si habéis echado cálculos, veréis que duermo tirando a poco. Por mí dormiría mucho más, y cuando tengo una mañana libre de curro me la suelo tirar en un zzzzzzzzzzzzzzzz. Le tengo cogido el tranquillo a dormir en trenes y en el metro, a quedarme frito mientras espero a L en la piscina o a D en el odontólogo. Si me veis en el metro con la cabeza gacha, probablemente esté dormido. En alguna ocasión que he tenido que estar un par de horas de espera en Madrid por algún motivo, y no me compensaba subir a casa, me meto en la linea 6, la circular, pillo asiento y duermo tranquilamente hora y media mientras doy vueltas por Madrid: recomiendo dicha línea a todo el mundo, con las lógicas precauciones para que no puedan sacaros la cartera ni mangaros la mochila.

Y en esencia, esa es mi plantilla de vida laboral. Es raro que salga una semana en la que pueda cubrirla todos los días, ya que siempre hay alguna cosa que hacer. Bajar a ver a algún cliente, o algúna amiga/o a quien hace mucho que no veo, hacer compras intempestivas, grabar un programa con AntenaHistoria... Si necesito desconectar, y dado que trabajo en casa, la mejor forma de hacerlo es saliendo de casa. Cuando se me olvida y empiezo a estar borroso, mi chica me coge de una oreja y nos vamos a tomar una cerveza, o simplemente a pasear tranquilos, y aparte del gimnasio suelo quedar al menos una tarde a la semana**** y ese día ya no trabajo hasta la noche. Me supone luego un sobreesfuerzo de un par de noches, pero compensa.

Las horas de trabajo no son, necesariamente, horas dibujando, modelando o animando. Buena parte de mi trabajo implica buscar documentación, revisar, archivar, sacar copias de seguridad, responder bastantes correos o, pura y llanamente, pensar y planificar. Y recoger, que tengo el cuarto de trabajo manga por hombro a base de acumular documentación y bocetos y se me comen los papeles.

Y así voy sacando las cosas. Mas o menos. 

De todas formas, este ritmo sólo se mantendrá hasta finales de junio. Pasada esa fecha podré relajarme un poco y dedicar un par de horas diarias a lo que sea que me apetezca, dormir, leer, hacer puzzles o montar la Basílica del Pilar con palillos. O escribir, que nunca saco tiempo para llevar al día el blog

Hasta entonces, si no sabéis de mí, no os preocupéis, estaré aquí, dando por la patria, digo por el vil metal, hasta la última gota de sangre, si fuera menester.

Disfrutando de la vida del autónomo: el placer de saber que eres tu propio jefe, con el pequeño inconveniente de que, como jefe, eres un tirano y un explotador

* Y dado que me encargan cosas sueltas de paleontología de insectos, y otro cliente me va pidiendo imágenes de paleontología de humanos, lo cierto es que este año más de las dos terceras partes de mi curro será paleoarte

** El año pasado, un cliente de Nueva Zelanda solía mandarme correos a las 4, justo antes de irme a la cama

***Sondas para autónomos: ahí veo una interesante oportunidad de negocio

****Si puedo, agrupo quedadas en el mismo día, de modo que salgo del gimnasio y tiro directo para el Dinosaurio de Lavapies

1 comentario:

lyuti dijo...

Ah, no, pero si hablas en antena historia di en qué podcast :). Es broma, lo dejo a tu elección. Ya sabía que te imponías ritmo de negrero, pero como dices tu jefe es un negrero, y con la crisis estamos negros. Lo de llamarlo autónomo es un chiste que tiene su mala leche :).