Mujer iroqués

jueves, 13 de mayo de 2010

Algunas recomendaciones (II)


La antropología es un campo de estudio fascinante, pero algunas escuelas de pensamiento (como la dualista francesa de Levy-strauss) me resultan demasiado artificiosas: sus conclusiones son atractivas pero la argumentación está, a mi entender, muy traída por los pelos. Yo me inclino por el materialismo puro y duro, y en esa línea lo más recomendable es la obra de Marvin Harris, el mascarón de proa de la antropología cultural. Sus trabajos duros, como Introducción a la antropología general y Muerte, sexo y fecundidad (Alianza Universidad) resultan fascinantes, pero creo que para aquellos que empiezan es más práctico hacerse con sus obras de divulgación general, especialmente  Caníbales y Reyes, Bueno para Comer y el más célebre, Vacas, cerdos, guerras y brujas (Alianza Bolsillo). Harris analiza fenómenos sociales usualmente asociados a la espiritualidad, o vistos como aberraciones desde un punto de vista occidental, y los explica en base a argumentos puramente materiales, interpretando el comportamiento como parte de la relación entre una cultura, su medio ambiente y sus formas de producción, y separando claramente lo que la gente hace de lo que la gente dice que hace. Algunos de sus puntos de vista resultan muy polémicos y tal vez sean demasiado extremos, pero además de amena, su lectura es muy, muy fructífera.

Las ciencias sociales, pese a lo que muchos creen, son ciencias naturales, y la mejor prueba de ello es la obra de Desmond Morris, un etólogo que sacudió el mundillo académico a finales de los 60 con El Mono Desnudo y El Zoo Humano (Ciencia DeBolsillo), dos brillantes análisis del ser humano desde el punto de vista de un zoólogo. Su obra posterior está repleta de titulos interesantísimos pero yo destacaría uno que puede verse todavía en los saldos del VIPs y tiendas similares: El Cuerpo al Desnudo, un repaso de la anatomía humana, desde la cabellera a los pies pasando por los genitales, exponiendo las implicaciones sociales y culturales de cada una de las partes de nuestro cuerpo (por ejemplo la oronda barriga de un hombre mayor como símbolo de su respetabilidad social)

Para abrir boca en las ciencias duras el autor más recomendable es, quizás, Roger Penrose. La Nueva Mente del Emperador (Mondadori) y Lo Grande, lo Pequeño y La Mente Humana son títulos ideales para echar un vistazo al fascinante mundo de la física moderna. Penrose no trata de rebajar su nivel para hacerse más accesible al público, por el contrario logra auparnos a nosotros mediante un lenguajes directo y sencillo. Exige un esfuerzo a sus lectores y les recompensa sobradamente.

La física puede ser, pese a todo, un tanto árida si no se entiende previamente cómo funciona realmente la ciencia, y Peter Medawar es la persona indicada para enseñárnoslo. Medawar es un Popperiano duro y agresivo, con una pluma seca, exacta y muy afilada. Cualquiera de sus obras es recomendable pero yo elegiría El extraño caso de los ratones moteados (Crítica–Drakontos) y Los límites de la ciencia (FCE).

Otro magnífico filósofo de la ciencia es el matemático Martin Gardner. Pese a los años transcurridos desde su publicación, La Ciencia, lo bueno, lo malo y lo falso (Alianza Bolsillo) no debería faltar en la librería de ningún escéptico, y Ciencia o Vudú de Robert Park (Grijalbo) sería un excelente complemento.

Finalmente voy a romper una lanza por un libro poco conocido. Se trata de Desde la Nada, de Gerd Binning (Galaxia Gutenberg). Partiendo de sus investigaciones sobre la microscopía de túnel, que le supusieron un Nóbel de Física, Binning se adentra tanto en el azar del mundo natural como en el funcionamiento de nuestra mente para ilustrarnos sobre los caminos de la creatividad, los terrenos que la hacen brotar y los modos de alimentarla y evitar su decaimiento. Un trabajo fascinante que para mí supuso una verdadera iluminación.

Terminaré con un consejo: siempre que sea posible hay que buscar las fuentes originales. Gracias a la red hoy es posible consultar casi cualquier información en cuestión de minutos, así que si os llama la atención una afirmación sobre, por ejemplo, la obra de Darwin, no debéis limitaros a creerla y asentir: buscadla, contrastadla y analizadla vosotros mismos: el conocimiento se basa en el pensamiento crítico, no en la fe, y hoy en día tenemos a nuestro alcance herramientas más que suficientes para poner a prueba nuestro intelecto y disfrutar con él.

Poco más puedo decir: hay centenares de autores y miles de obras a nuestra disposición, así que si con esta breve selección logro despertar vuestro apetito, no dudéis en lanzaros al banquete. Y si algún otro título os llama la atención, por favor, hacédmelo saber, a ver si podemos organizar un buen debate al respecto.

6 comentarios:

molinos dijo...

..pufff..de estos creo que voy a pasar pero a Harris ya le leí. Me quedaré con el de Gould del otro día, a ver si me hago con él.

De cienca para dummies como yo es el de Bill Bryson...seguro que lo has leído aunque seas un superexperto.

José Antonio Peñas dijo...

Bo, ése no he llegado a leerlo. Y más que como experto me definiría como adicto: a medida que pasa el tiempo voy chutándome dosis más fuertes, aunque a veces me meto drogas inadecuadas. Intenté leerme un texto supuestamente divulgativo sobre teoría del caos y fui totalmente incapaz de pasar del segundo capítulo.

molinos dijo...

Pues te lo recomiendo mucho. Te gustará, Bryson escribe muy bien, es ameno, divulgativo y muy entretenido. Tiene también sobre viajes que te molarían. Se da un estilillo a Durrell....

xino dijo...

Ya te recomende a Bryson enun comentario pasado XD Leelo que merece la pena.

Por cierto, echo de menos a Sagan con algunos de sus libros. Los dragones de Eden por ejemplo es genial, de hecho consigui el Pulitzer por él.

José Antonio Peñas dijo...

Tomo nota de la (doble) recomendación, a ver si puedo pasarme pronto por una librería.

No sólo Sagan, Xino. Me he dejado en el tintero un buen número de autores, pero hay que cortar por algún ladoo tendría que escribir la episkipedia

José Antonio Peñas dijo...

Inténtalo con El Mono Desnudo, Moli. Te garantizo una lectura fascinante

Por cierto, si en el segundo comentaro pensaba empezar con un "Moli" ¿Porqué he tecleado un "Bo"? Debo beber menos