Mujer iroqués

sábado, 17 de julio de 2010

LA AMARGURA DE LAS SOTANAS (I) MIS RECUERDOS


Tras años cerrada, he decidido volver a abrir esta entrada. He suprimido los nombres reales, a fin de preservar la identidad de las personas de quienes hablo. No es por cuestion legal: si hubo algo en su comportamiento que hoy resultaría delictivo, hace muchos años que prescribió, y si lo que hicieron fue (y así lo creo) injusto, allá ellos y quienes les justificaron y encubrieron con su conciencia. Yo, personalmente, he podido dejarlo atrás.

RECOMIENDO ENCARECIDAMENTE QUE LEAIS LOS COMENTARIOS: MAS DE UN CENTENAR DE PERSONAS HAN DEJADO SU TESTIMONIO Y SUS OPINIONES; ALGUNAS CONTRARIAS A LA MÍA, OTRAS MUY PARECIDAS

Hace tiempo escribí sobre el celibato sacerdotal y sus causas. Comenté que, en mi opinión, el celibato no es la raíz de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, o al menos no es la raíz más profunda. A mi entender lo que subyace bajo ése y otros problemas relacionados con la Iglesia es la profunda amargura de sus miembros.

La imagen que vende la Iglesia del sacerdocio es la de un servicio de entrega, devoción y amor, lleno de alegría y satisfacciones. Recuerdo que cuando se inició la propuesta Adopta a un Sacerdote las imágenes con que se promocionó la iniciativa eran de jóvenes y apuestos sacerdotes, sonrientes y con los brazos abiertos, blancos y negros por aquello del detalle multiracial, y la iconografía de la campaña  se basabaa en hombres de aspecto feliz y generoso. Sin embargo cuando pasamos de las campañas publicitarias al mundo real la diferencia es abismal.

Sin irnos muy lejos tenemos al mascarón de proa del clero español: monseñor Rouco Varela, un prelado hoy ya retirado, pero cuya ponzoñosa influencia sigue pudriendo lo que toca. ¿Alguien se atreve a decir que su aspecto es el de alguien feliz, repleto de amor a los demás y entregado al servicio a los pobres? Más bien parece un personaje de aspecto siniestro, siempre hosco, y repleto de bilis. No es el único caso: cuando oímos o leemos las declaraciones de cualquier mitrado nos encontramos un montón de reproches, rencor y veneno. De creerles resultaría que las iglesias estarían siendo demolidas, los cristianos estarían siendo quemados publicamente en las calles, sus hijos vendidos como esclavos u obligados a practicar sexo contra natura y las tumbas de sus antepasados profanadas a diario. Pero eso no cuadra: nadie impide a los cristianos practicar su fe, y la Iglesia no sólo se embolsa anualmente más de 11000 millones de euros estatales sino que mantiene una relación de privilegio con el gobierno español, merced a ese concordato con la Santa Sede que el PSOE promete derogar siempre que está en la oposición, pero nunca es el momento cuando está en el gobierno. 

Entonces ¿A qué viene tanta rabia?

No hablo de rabia por hablar. Pasé mi infancia y adolescencia en el colegio del Sagrado Corazón de Madrid, desde 1970 hasta 1984. Era fácil distinguir entre los profesores seglares y los frailes: los segundos llevaban sotana y te golpeaban. No hablo de un cachete o un coscorrón: hablo de golpes. El director de mi época de EGB era conocido como el Lechero, y no por su afición a los lácteos. Ese hombre te partía la cara a la menor oportunidad, incluso sin que se le diera la más mínima excusa. Por ejemplo, el día que le dije que mi padre quería que esperara un año a hacer la primera comunión, porque habían pasado una nota para que la hiciéramos en primero de EGB, me soltó dos bofetadas de buenas a primeras y cuando me levanté del suelo me tuvo castigado toda la tarde.

No era un caso único. El hermano J, el profesor de mi curso cuando yo tenía cinco años, repartía una buena ración de golpes a diario. El Topo, el Puti… entre todos lograron que asociara indefectiblemente las sotanas a los golpes. O sin sotana, con 11 años un fraile de los de paisano me arrinconó contra la pared a bofetadas por decirle algo a mi compañero de pupitre. Era de los que iban de modernos y enrollados, pero cuando se le iba la cabeza le salía un psicópata que daba verdadero miedo.

Sigo recordando el olor de esas sotanas. Agrio, penetrante. De sudor mal lavado y, en algunos casos, algo más, porque años después me di cuenta de que algunas olían igual que aquella vieja bodega de Victor de la Serna, el olor al vino rancio.

A veces, hablando con viejos compañeros, me parecía que quizás yo exageraba, porque ellos insistían en que había que olvidar los detalles malos y centrarse en los buenos recuerdos, pero hace unos meses le comenté a mi hermano mayor que había recibido una circular, un panegírico fúnebre sobre el Lechero. Al parecer había muerto recientemente y, en el texto, elogiaban el amor que repartió a sus alumnos y él, delante de mi madre (era una comida familiar) dijo ¡¿El puto hermano U?! ¡¿Amor!? y llamó a sus hijas para decirles ¿Os acordáis cuando os hablaba del Lechero? ¡Pues Jose os puede confirmar que no exagero!

Él no sólo recordaba cada golpe, como yo, también comentó que al parecer a mí me daban con más saña porque no me callaba. recordó también como en cierta ocasión (Colonia infantil de verano General Varela*, yo debía tener siete u ocho años), al comulgar se me quedó la oblea pegada al paladar, me atraganté y empecé a toser hasta que la escupí. Acto seguido una monja llamada sor Inés se me echó encima a golpe limpio: mi hermano pensó que me había matado porque al quinto golpe yo estaba en el suelo, sin moverme, y ahí seguí recibiendo amor.

Nuestra madre nos preguntó ¿porqué no decíais nada en casa? a lo que le respondimos que para nosotros era el pan nuestro de cada día, que lo veíamos normal. Dos niños de siete y nueve años veían normal que les dieran de bofetadas a diario.

Y sí, era lo normal: había unos pocos frailes que no actuaban así, y esos además destacaban por ser unos profesores magníficos. A ellos, como a los seglares, a veces se les escapaba un bofetón, un capón o un borrador, pero en los años 70 eso no era nada

Recuerdo a un profesor genial que tuve con diez, once años, don Florentino Diaz*, con el que a veces me llevaba una colleja por charlatán, pero yo mismo sé que era bien merecida, para los parámetros de la época. Fuera de esos momentos (dado lo hablador que siempre he sido el pobre debía tener una paciencia de santo, porque sólo recuerdo un par de pescozones) era un maestro estupendo y divertido, y disfruté de los dos cursos que pasé con él como no había hecho en varios años anteriores. 

El Urtain no era una mala persona. Y, como profesor, le recuerdo con mucho afecto: no le gustaban las medias tintas, quería que hiciéramos las cosas correctamente, empezando por usar bien los números ordinales (sí, soy ese tipo de persona que sabe que el ordinal de 1273 es milésimo bicentésimo heptaségimo tercero) Y nos habló del Mayorazgo. Y más abajo os diré porqué eso es importante

O el hermano Otálora, que una vez casi me estrangula porque llegué a desesperarle de puro charlatán, pero siempre se controlaba a tiempo. Y no solo me metió en la cabeza una asombrosa cantidad de matemáticas, además me hizo aprender a valorarme y a descubrir algunas de mis dotes.

Luis Ortega, que llegó a ser director, fue, sin más, el mejor profesor de física que he conocido jamás, y uno de los hombres que mejor trato nos dio, como alumnos y como personas.

Y Chacho, el sacerdote que me embuchó en el cuerpo el gusanillo de la lectura y con quien estuve a punto de darme de hostias en clase por una discrepancia irreconciliable sobre asnos (yo hubiera ganado de calle, el pobre era un alfeñique). Podías llevarte mal o bien con esos profesores, y como digo a veces a alguno se le escapaba un capón, pero se notaba la diferencia: eran gente que estaba a gusto consigo misma, y eso se notaba.

Pero estaban las sotanas amargas, los frailes que ponían en pie a una fila de la clase al azar y te hacían poner los dedos juntos hacia arriba para abrasártelos a palmetazos, los que se cruzaban contigo en el pasillo y te partían la cara sin que dijeras nada. E incluso algún seglar, como el Foca, un profesor de Espíritu Nacional** al que reciclaron a la clase de gimnasia. Un individuo repugnante, de aspecto porcino, con un bigote sudoroso (de ahí su mote), que jamás se dignó venir a clase en ropa deportiva y para el que la gimnasia consistía en dar vueltas y más vueltas corriendo al campo o hacer flexiones durante media hora. Los chavales gorditos lo pasaban especialmente mal con él, porque cuando no eran capaces de hacer más flexiones la emprendía a patadas con ellos. Y fue pensando en el Foca y su miserable vida como entendí las causas que había detrás de toda esa rabia.


* Aún recuerdo su voz: era andaluz, y hablaba exactamente como el gato Jinkx, el de Pixie y Dixie, lo cual me hacía sentir muy feliz.

** Uno de los ejercicios que nos hacía hacer en las tablas de gimnasia que se hacían a final de curso era La Ametralladora: debíamos dejarnos caer como si nos fusilaran. Al parecer eso le parecía un espectáculo magnífico

199 comentarios:

MariaJU dijo...

Así era. Yo no estuve en colegio de monjas, pero los curas andaban infiltrados en todas las instituciones de enseñanza y las q no eran de enseñanza.

Recuerdo especialmente a otro cerdo que ya murió y ojalá esté en ese infierno con el q nos asustaban, que en clase de religión primero ponía en fila a los chicos (fueron los primeros años de enseñanza mixta en el instituto) y cada vez q erraban la lección destapaba la caja galletas y había ostias que valían mil duros, pero con un ensañamiento feroz que atemorizaba a todos los pequeños espectadores (yo andaba por los 10 años. Luego, para seguir comprobando si sabíamos o no el tema, la fila tocaba de chicas y cuando llegábamos a su lado para decirle la puta lección correspondiente se le iba la mano faldas arriba, sobretodo hacia las más desarrolladas. Yo era la más canija y fea y pequeña, iba con pantalón y no le resultaría demasiado magra para sus asquerosos dedos, así q no le dio por meterme mano, pero veía horrorizada como lo hacía con mis compañeras q no se atrevían ni a moverse y, si no se sabían lo q preguntaba, decía en tono "cariñoso" a la vez q se le iba su zarpa hacia arriba de la nalga golpeando en los muslos babosamente: "venga chiquita!" y cuando no había manera de arrancarle una palabra, soltaba disciplente y con sonrisa cínica, "venga, siéntate y mañana te pregunto de nuevo". No sé q era peor, si las palizas propinadas a los chicos o el manoseo q dedicaba a las chicas.

Ante estos hechos, la mayoría estudiábamos religión como descosíos, pero vamos, q no faltase ni una palabra, si no ya se sabe lo q esperaba.

Como muy bien dices, yo tp tengo q amar ni perdonar a todo el mundo, porque no todo el mundo merece ese acto de generosidad por mi parte, ni por parte de nadie. Por ello no me considero mala, yo suelo ir por la vida intentando no putear a nadie, que ya es ser bueno desde mi punto de vista. Pero si alguien intenta joderme a mi, simplemente, como reacción natural, me protejo e intento evadirme de la jodienda q quieran endiñarme, lo cual es racional y lógico.

ojalá saliesen todas las confesiones sobre esos horrorosos años en que una panda de amargados-as se despachaba a gusto con los débiles.

Saludos. buen artículo.

La de la ventana dijo...

Tuve mucha suerte con las monjas de mi colegio. Incluso en ese momento lo sabía, tan pequeña, porque jamás nos humillaron, ni nos pusieron la mano encima. Lo máximo que nos hacían era castigarnos con las manos en la cabeza por hablar, y era a toda la clase, en masa, lo cual era un rollo, pero nada más. O echarnos de clase, pero ni siquiera nos mandaban a ver a la directora, sólo tenías que quedarte en el pasillo hasta el final de la clase. Si alguna monja pasaba entonces por allí te regañaba un poco, pero en plan dulce, "Mujer, ¿cómo hablas tanto en clase, no puede ser, mira, ya estás aquí otra vez...". Hacíamos nuestras misas de Miércoles de Ceniza, las flores a María, y poco más. Sí, tuve mucha, muchísima suerte. Siempre lo supe, pero leyéndote, José Antonio, soy mucho más consciente todavía.

MariaJU dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
MariaJU dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
MariaJU dijo...

disculpa de nuevo, algo no me iba y me hizo publicar doble y triple, por eso borré)
>:0]

Anónimo dijo...

Yo tambien fui a un colegio de sacerdotes, curiosamente del mismo nombre, pero en Barcelona. Hermanos Gabrielistas. Doce añazos, afortunadamente sin que me tocaran un pelo. Pero Iglesia Catolica y religiones, todas, me repugnan igualmente.

Y jamas entendi porque esta tan mal visto desear o celebrar la muerte de alguien. Como si uno hiciera daño a alguien por pensar o desear. Maldita tradicion judeo-cristiana.

Paranoica empedernida dijo...

Yo también fui a un colegio religioso (salesiano), pero crecer en los 90 me ha protegido de extremos.

Una vez cuando tenía 10 añitos el profesor me dio un azote en clase porque estaba hablando con mi compañera. Ese mismo profesor nos deleitaba fumando puros en clase, ventanas abiertas incluso en invierno.

Mis padres fueron a hablar con el director del colegio, que les explicó que no era la primera vez y tenían constancia de las perlas de este individuo, pero no podían despedirle porque les salía caro.

Este "señor" al día siguiente vino a preguntarme si me había dado una paliza de muerte, en tono amenazador. Después pasó los dos años que siguió como profesor mío ignorando mi existencia como alumna.

Espero que el cáncer lo salude de mi parte. Me resultaría irónico encontrármelo de paciente en una planta de onco. Yo también ignoraría sus llamadas y olvidaría darle su dosis de analgesia.

Jorge W. Moreno-Bernal dijo...

¡Uy, de lujo! respecto al tono guerrerista de estos cochinos curas, hay que ver el alboroto que armaron en Argentina con lo de Cristina Kischner (o como se que se escriba ese apellido) y el matrimonio gay.

Paco de Jerez dijo...

¡Qué fuerte, tío! Y qué ácido. Y cuánta amargura nos dejaron esos cabrones enterrada en lo más obscuro de nuestra alma. ¡¡Hijosdeputa!! Deberías, si me permites la sugerencia, subir el enlace de tu entrada y un comentario sobre la misma a los tres grupos que hay sobre los corazonistas de Alfonso XIII. Sería un boom:

http://www.facebook.com/?ref=home#!/group.php?gid=4797031917&ref=ts

http://www.facebook.com/?ref=home#!/group.php?gid=7002204914&ref=ts

http://www.facebook.com/group.php?gid=26055583852

Gracias y un fuerte abrazo.

José Antonio Peñas dijo...

¿Tú estabas con el Marcelino? El puto multi M

Mini Marcelino Merino Moreno Mide Mucho Menos de Medio Metro Mal Medido y es Modelo de Microbio de Macaco en Miniatura

Voy a echarle un ojo a esos grupos, a ver si veo a algún viejo conocido. Yo estuve entre 1971 y 1984

Unknown dijo...

Yo tuve más o menos la misma suerte que Paranoica Empedernida, aunque aguanté curas por otro lado.

En el colegio era el profesor de E.Física el mal follado. Nos cogía de las orejas y casi nos levantaba por ellas. Yo lo denuncié, junto a mis dos hermanos, a mis padres, que fueron a hablar al centro. Al día siguiente me calló una bronca por parte de este hijoputa de la hostia. Pensé que me iba a matar. Por suerte, después de la bronca, se limitó a ignorarme (y no volvió, que yo sepa, a tirarle a ningún niño de las orejas).

Anónimo dijo...

Navegando por internet encontré un grupo de Facebook sobre corazonistas y el link a tu blog.Yo he vivido allí la misma infancia, con los mismos malditos curas maltratadores.Recuerdo al cabrón del hermano vicente, un medio metro maltratador que golpeaba a los más pequeños e indefensos.También recuerdo al pederasta hermano Eraso, un cura seboso que venía rebotado de otro colegio de la orden y al que ponían a dar clase de francés a los más pequeños.El miserable se las apañaba para que le recitaras la lección en solitario para meterte mano.
Me indigna que haya meapilas que sigan peloteando a esa caterva de gentuza.

Anónimo dijo...

De casualidad he llegado a esta página. Me presento: me llamo Emilio Rodrigo, tengo 33 años, nací en Madrid y fui al colegio de Alfonso XIII desde 1981 a 1991.

Quería decir que tengo muy buenos recuerdos del colegio y de los Hermanos. Especialmente del Hno. Vicente, por lo que me duele que te expreses en esos términos sobre él... aunque la libertad no te la quita nadie.

Para mi el Hno. Vicente era un hombre muy exigente y estricto. Pero nunca le vi pegar a nadie. Nosotros, yo y mi grupo, en general lo respetábamos y lo queríamos. Era una de esas exigencias en las que se trasluce el afecto.

Cuando uno es niño o adolescente valora ciertas cosas, con el paso del tiempo desecha muchas de ellas y se queda con lo que es importante. ¿Me caían bien todos los Hermanos? No. Pero no pretendo juzgar a nadie. Los defectos de los docentes seglares eran para mí muy similares a los de los religiosos... la época franquista nos dejó una gran herencia de autoritarismo e incapacidad de reflexión.

A los 14 años me mudé a Uruguay donde continué estudiando con la misma congregación. Hoy soy Hermano, sí señores, Hno Emilio, para servirles. Hoy sigo viviendo en Uruguay y desempeñando aquí mi misión como Hermano del Sagrado Corazón. Y les aseguro que mi vocación no es traumar a nadie... aunque no todas las decisiones son fáciles ni dejan a todos contentos.

Estuve en el hospital al lado del hno. Vicente el día anterior a su muerte. Estaba yo de visita a mi padre en Madrid. Vicente no se cuidaba en la salud, fumaba mucho y era realmente obeso, no me consta que bebiera.

Cuando falleció me regalaron una cazadora que él tenía y que es la que utilizo casi a diario, con gran cariño. Es la cazadora que tengo puesta en estos momentos.

SALUDOS

Hno. Emilio Rodrigo

José Antonio Peñas dijo...

La diferencia no tiene que ver con la memoria, Emilio, sino con los 11 años de distancia que van desde que yo entré en ese colegio hasta que lo hiciste tú. En ese tiempo se murió Franco y sucedió una cosa llamada transición y muchas cosas cambiaron, entre ellas lo que sucedía en los colegios.

José Antonio Peñas dijo...

En esencia es la diferencia entre que los maltratadores tengan ABSOLUTA impunidad y que no la tengan. Aprenden a disimular por la cuenta que les trae.

Anónimo dijo...

De acuerdo. Un poeta uruguayo que vivió muchos años en España y creo que es bastante conocido también por allí, Mario Benedetti, tiene una poesía que me gusta mucho que se llama "No te salves". Una de las frases que allí expresa es "No te juzgues sin tiempo".

Exactamente el tiempo es la clave para muchas cosas:
- Para madurar.
- Para comprender qué está bien y qué mal.
- Para aceptarnos y poder aceptar a los demás.
- Para comprender y perdonar.

En el colegio de los Corazonistas de Madrid se pegaba, como seguramente en muchos otros colegios, incluso en los públicos, como se pegaba en las familias a los hijos, como los hombres pegaban a las mujeres.

No quiero decir que estaba bien porque muchos lo hacían, sino darle un contexto. Se pegaba porque se veía bien que así fuera, porque los padres esperaban eso, porque había que mantener la verticalidad y el orden a toda costa. Y en esto (en mi época) los profesores seglares le llevaban la ventaja a los Hermanos... recuerdo al profesor de música que te pegaba con la flauta...

En la educación se juegan relaciones de poder. Siempre el educador tiene poder sobre el educando, el padre sobre el hijo. Y los casos de abusos emocionales, morales, psicológicos, etc, se dan cuando hay relaciones asimétricas de poder. Hay que tener cuidado... en aquella época no se tenía tanto.

Sea como sea el pasado es intransformable. Pero podemos sanar nuestras heridas emocionales a través del perdón y de la comprensión de que aquellas personas (en general), a pesar de que algunos métodos no eran apropaidos, tenían una buena intención.

Muchos de ellos cambiaron, tal vez hasta se avergonzaron de haber usado la violencia. "No te juzgues (ni juzgues) sin tiempo".

Gracias por responderme y por el tono de tu respuesta.

SALUDOS

Emilio

José Antonio Peñas dijo...

Emilio, el caso denuestro colegio en los años 70 no era normal. Lo sé por mis primos, que iban a los agustinos, mis hermanas que estaban en el Sta. Catalina de Sena y mis amigos del Santamarca y el Ramiro de Maetzu. Ninguno de ellos tuvo el tipo de vivencias que tuvimos yo, mi hermano y nuestros compañeros. No de ese nivel. Unos vecinos nuestros, me explicó mi madre, sacaron a sus hijos del colegio tras saber cómo les trataban: nuestra madre nos preguntó entonces pero (según ella) nosotros no pensábamos que fuera anormal lo que pasaba, hasta ese punto lo teníamos asumido, pero nos dijo que de haber sabido lo que nosotros entendíamos como normal nos habría sacado de allí de inmediato. Las cosas no empezaron a cambiar hasta finales de los 7o, cuando la orden empezó a poner coto a las irregularidades, no sólo en el tema del trato a los alumnos, sino en cosas como el bar sin licencia que había bajo el patio (cerraron el acceso, pero podía verse el local si mirabas a la galaería inferior), la compra obligatoria de los libros en el colegio (obligatoria hasta que los padres empezaron a protestar porque eran los mismos que se podían conseguir en las librerías, solo que bastante más caros) o el monopolio de una tienda para el chandal del colegio (el chandal rojo, que entonces era de una especia de tela gomosa, lo que llegué a odiar ese trapo). A partir del 80 y ya con nueva dirección hubo bastantes cambios y la situación se normalizó, aunque siguió habiendo asuntos como la prohibición a los mayores (3ºBUP y COU) de usar el gimnasio y el teatro del edificio nuevo el año 83 con la excusa de que deteriorábamos las instalaciones (pero usarlo para que los hermanos organizaran campeonatos de frontón no debía deteriorarlo, y lo sabemos por el ruido y las huellas de los pelotazos) lo que impidió que los del grupo de teatro pudiéramos estrenar El Tragaluz.

No fui testigo de cómo fueron las cosas tras el regreso de Ugarte como director, ya que mi último año fue con el hermano Severino, al que logramos deprimir profundamente, pero sé que varios de los mejores profesores tuvieron que dejar el colegio porque manteníamos el contacto con ellos, y por mis amigos y sus hermanos sé que el nivel no volvió a mejorar hasta que asumió la dirección Luis Ortega (a quien por cierto tuve como profesor de física, un maestro excepcional) así que dudo mucho que el hermano Vicente cambiara con los años, como dudo que lo hicieran ninguno de los que tuve que sufrir en mi infancia.

¿Perdonar? El perdón requiere al menos el arrepentimiento de los que causaron el daño, de otro modo el perdón no es sino olvido y ocultación. Ninguno de los que nos maltrataron vino jamás a disculparse, siquiera mínimamente, por lo que hicieron, así que el arrepentimiento lo doy por inexistente, y en cuanto al olvido, mi memoria, para mi desgracia, es tremendamente eficaz, así que ambas vías están cerradas.

Anónimo dijo...

José Antonio:

Realmente no sé cómo era el trato en el Colegio en la década del 70, pues yo nací en 1977 y asistí al Colegio de 1982 a 1991.

Sí te puedo afirmar que en la década del 80 los golpes no eran moneda corriente y que si había algún coscorrón o tirón de orejas generalmente no venía de los Hermanos. En particular Vicente era un hombre resptado y querido por nosotros, aunque era un profesor sumamente exigente, de esos con los que no vuela una mosca en clase. Además era el Director de EGB en esos años y el Hno. Carlos Urreizti era el Director de BUP. No creo que en BUP se dieran episodios de violencia, al menos no era ése el carácter de Carlos.

De esa década recuerdo a los HH. Vicente, José Luis Mardones, Victorio Garrido, Emilio Echegoyen (después dejó la comunidad), Teófilo, Alberto (alias "Tito"), José Luis Sevillano, Juan, Manuel Fuentes, Jesús... Cada uno tenía sus más y sus menos, pero sin duda alguna no era la realidad que tú describes.

Las instituciones tienen vidas largas. Por los mismos patios y clases transitan personas muy diferentes a lo largo del tiempo. Incluso las personas somos distintas en diferentes momentos de nuestras vidas. Actualmente el Director es el Hno. Marcelino Madrid y le ha dado un impulso muy importante a todo lo pastoral. Su trato con los alumnos es super ameno y accesible, el Colegio está abierto para los exalumnos (y no sólo para el deporte). Incluso hay un movimiento pastoral muy importante llamado "Valdeca" con un marcado perfil social, y muchos exalumnos (de 35 años para abajo) forman las "CLC" (Comunidades Laicas Corazonistas) donde comparten su vida, su fe y también sus proyectos solidarios. Hay incluso exalumnos del Colegio (miembros de la CLC) como misioneros en Perú.

Así que, ya ves, el Colegio que fue no es el que es.

Muchos vivimos con sincera tristeza la muerte de Vicente. Muchos sufrimos con la exposición pública que sufrió el Colegio con el derrumbe del salón de actos.

Perdoanr no es olvidar ni es engañarse pensando que lo malo fue en realidad bueno. El perdón es aceptar que lo que fue sucedió así, aceptarlo y evitar que siga dañándonos en el presente, el perdonar nos da paz. Perdonar no es un bien para quien lo recibe, sino para quien lo da. La única manera de sanar las heridas emocionales qu otros nos han causado es aceptando y perdonando... y no tiene nada que ver con que el otro te pida perdón o no. En un sentido estricto nadie se "merece" ser perdonado. El perdón es siempre un regalo.

SALUDOS

Emilio

Anónimo dijo...

No sé por qué me posteó lo mismo tres veces ¿?

José Antonio Peñas dijo...

Blogspot da estos sustos a veces. Ya borro yo los comentarios repetidos

José Antonio Peñas dijo...

Me temo que ese concepto de perdón sólo puede tenerse en consideración si se aceptan una serie de premisas que yo no comparto, así que tenemos una discrepancia insalvable. Lo que tampoco es mala cosa: si todos pensáramos igual el mundo en general y la blogosfera en particular serían aburridisimos.

Lo que me llama la atención es el término Comunidad Laica Corazonista en vez de comunidad seglar. En la práctica Laico y seglar han ido dejando de ser sinónimos aunque el diccionario de la RAE todavía lo acepta debido a la raíz griega layos y su uso primitivo como indicador de la diferencia entre los feligreses de base y los que han recibido las órdenes.

Soy un maníaco del uso correcto del castellano. Herencia de Chacho. Uno de estos días tendré que explicar cómo estuvimos a punto de darnos de ostias por culpa de Platero.

Anónimo dijo...

Al Chacho no llegue a tenerlo. Me parece que era un loco... un genio loco... no sé si más genio o más loco.

Emilio

José Antonio Peñas dijo...

Estaba más para allá que para acá pero era un hombre bastante honrado consigo mismo y un profesor de lengua y literatura de primera clase. Polémico, muy amigo de la discusión y de la iniciativa de los alumnos.

Unknown dijo...

Me ha parecido espectacular, te diría más, creo que me ha emocionado, porque he sentido en mis carnes todo lo que pone en el relato.
Le daría un premio a los mejores relatos.
Por cierto una cuña para Curro, que me hizo una invitación cuando se murió este individuo ( si se le puede llamar individuo, no creo que merezca ese calificativo ni siquiera ) para que fuera a su funeral, misa o demás.
Pienso que una persona así no merece que le visite nadie ni en el lecho de muerte.
Es mi apreciación personal y espero que la de muchos que vivieron esas vejaciones, me gustaría nombrar a otro hermano que me hizo la vida imposible cuando apenas tenía 5 o 6 años y no sabia nada de la vida
( Pedro María Bilbao ) que espero que esté criando malvas con el Vicente.

Por cierto te conozco, no sé si tu hermano o tú estuvistéis conmigo en el cole. Tú llevabas el pub el Golpe o era tu hermano. Yo soy Jorge J. Ruiz Ribó, me puedes ver en el facebook.

José Antonio Peñas dijo...

Era mi hermano. Yo nunca me he metido en el intrincado mundo de la hostelería y la restauración.

Anónimo dijo...

EL PUTO VICENTE Y SU MEGÁFONO. LOS ÚLTIMOOOS!! QUINTOOOS!!! JAJAJA MENUDO CABRÓN. YO SOY DEL 84, NOSOTROS TUVIMOS LA SUERTE DE QUE EN ESA ÉPOCA YA NO LES DEJABAN METER OSTIAS, PERO EL VICENTE SE LAS ARREGLABA PARA SEGUIR SOLTANDO LA MANO Y LO QUE LE ENCANTABA ERA DAR CAPONES, SIN MOTIVO ALGUNO. HABIA MUCHO HIJOPUTA ENTRE LOS CURAS PERO DE ALGUNA MANERA ME ALEGRO DE HABER ESTUDIADO ALLÍ. ME HA GUSTADO MUCHO EL TEXTO, ESTÁ MUY BIEN ESCRITO. UN SALUDO!

Unknown dijo...

Jose María ya me he acordado. Yo estudié con tu hermano Julio, que debe ser algo mayor que tú, por lo menos recuerdo que algun año estuve con él, quizá por octavo de básica.
Un Saludo para tu herano de Jorge Ribó, seguro que se acuerda.

Unknown dijo...

Perdón eres Jose Antonio, te he cambiado el nombre. Mil disculpas.

Anónimo dijo...

Lo que decís de los curas es absolutamente cierto. Sólo añadir que Chacho era mala persona y peor profesor. El peor del colegio. Tenía eso que conocereis muy bien de ser un cura rebotado, que lo era

José Antonio Peñas dijo...

¿En qué años estuviste en el colegio, anónimo? ¿Coincidimos?

Discrepo con respecto al Chacho: tuvimos muchas discrepancias, pero siempre me pareció un buen profesor. Entre otras cosas le debo mi hambre por la lectura y mi fobia al mal uso del idioma.

Anónimo dijo...

Yo soy un poco más pequeño que vosotros pero en los 80, he visto al Larreina pegar una auténtica paliza a un chaval en el pasillo. He visto a un tal Florencio (que no era cura) darle las del pulpo a un tío (Mendiluce o algo así) delante de las filas como ejemplo.. he visto al Puche golpear a la gente con un manojo de llaves, y por supuesto al V.Ugarte golpear a diestro y siniestro muchas veces sin ningún motivo. así que eso de que la transicion y la democracia aliviaron el tema, sería muy discutible, al menos es lo que yo ví.

Unknown dijo...

Jose Antonio no sé si me preguntas a mí. Yo estuve en el cole desde más o menos el 69 o 70 al 82 o 83. Estoy seguro que coincidí con tu hermano que debe tenr unos 46 años.
Un Saludo.

José Antonio Peñas dijo...

No. me refería al anónimo que no se ha identificado, pero por lo que dice no debimos coincidir.

Anónimo dijo...

Eran gente que habia entrado en el seminario con 12 años, muchos procedentes de aldeas de la Gupuzcoa profunda. Cuando se acercaban a los 40 y empezaban a hacer balance de su vida en un entorno diferente ,en los años 80, ya siendo otra España la que había fuera de las sotanas ,debía ser terrible, y en ese momento tenían unos 40 chavales enfrente haciendo el gamberro y tocándoles los c. todos los días. El rsultado era una descarga de ira y violencia como la que describís.

Respecto de Chacho que alguien ha comentado, no pegaba probablemente porque no podía ya que era un mierda (no sólo fisicamente) pero era de la misma calaña que los que habían entrado en el seminario con 12 años , incluso con más amargura.

Un abrazo a todos los que sufristesis aquello
JCG. (1975-1987)

Unknown dijo...

Me gustaría contestar a Emilio Rodrigo ahora que he leido todos los comentarios.
Mi experiencia no ha sido muy grata sobre todo con el Vicente que me propinó un tortazo y me salió sangre por el oído, ya que tenía un eczema y no te creas que se disculpó; fue tan grande en desaguisado que tuvieron que ir mis padres a hablar con él ( el Vicente no le dio ninguna importancia ). Del Pedro María Bilbao recuerdo que nos metía detrás del piano y empezaba a tocar y después grababa nuestros lloros para ponérselos a tus compañeros para que se mofaran, también nos encerraba en el armario en los recreos si te portabas mal, podría continuar largo y tendido pero con esto vale para que valoréis.
Puedo también hablar de un tal Rafael cura que tuve en 1º y 2º que fue un encanto con nosotros y aprendimos mucho, nunca nos puso la mano encima, claro está todos no somos iguales.
Cada uno cuenta según le ha ido, digo yo. Pero creo que aunque a ciertas personas no les han tocado un pelo habrán observado alguna vez como se cebaban con algunos compañeros,porque ciegos no somos.
Emilio creo que has defendido lo indefendible, conozco poca gente que no haya recibido en sus carnes la dureza de las manos del hermano Vicente. Como dice Jose Antonio creo que como eres más joven no lo has conocido en su apogeo en plena
dictadura aplicable también en los colegios.

Anónimo dijo...

Jose Antonio Peñas hace un comentario sobre el Ugarte que no pasa desapercibido. Cuando habla de "los comentarios para que todos se rieran del apaleado"

Es cierto, no sólo era la violencia gratuita, muchas veces er la humillación. He visto al PM Bilbao poner gente en cuclillas con los brazos en cruz o de rodillas y reirse de ellos cuando no aguantaban más fomentando que se riera de ellos toda la clase.
He visto al Ugarte mandar a un tío a una clase de dos cursos menos y tenerle ahí humillandole continuamente.
He visto al D Florencio reirse de un compañero que tenía un defecto en la voz y era tartamudo imitandole delante de sus compañeros para que todos se rieran.

No sólo era la violencia fisica era también este tipo de cosas.

Emilio, es lo que tiene internet que aunque tarde permite que mucha gente que no lo sufrió sepa lo que pasaba .

Quizá sea verdad lo de juzgar con tiempo y puedo llegar a admitir algun bofetón , pero la humillación y violencia (extrema en algunos casos) que vimos y sufrimos, es independiente del tiempo.

Un Abrazo y te deso lo mejor en tu profesión porque educar es una de la profesiones más importantes.

Anónimo dijo...

Yo recuerdo que por las mañanas los de 5º de EGB entraban 5 minutos antes,porque formaban en el frontón de la entrada.
Despues se formaba una barrera vigilada por Vicente Ugarte para que pasaran todas las filas. Si alguien al pasar su fila intentaba colarse, el Ugarte lo lanzaba para atrás de un golpe.
Cuando terminaban de pasar las filas, se rompía la barrera y la gente entraba corriendo, y allí en las puertas abatibles de color blanco estaba Vicente Ugarte golpeando sin piedad a todos los que corrían hacia clase intentando esquivarle.

El Bilbao era el que daba "pretecnología" y te pegaba con la primera herramienta que hubiese a mano??. No estoy seguro

Recuerdo lo que alguien ha dicho del D. Floremcio y el compañero tartamudo, y añadiría que cuando el compañero rompió a llorar al no aguantar la humillación, el susodicho reaccinaba dandole de leches , vaya tela...

Sólo decir que en todos vuestros comentarios no he visto ninguna exageración ni falsedad.
ERA ASI.

Un Abrazo
JCG (1975-1987)

Anónimo dijo...

Jode....tío.Mi hija , a la cual le había contado mi desgraciada infancia en aquel campo de concentración (1967-1977 ), ha encontrado tu página , y ha venido corriendo a decirme :"Papa,papá, es el REMIGIO,hay una foto suya, del que te pegaba!
Así es , a mi me dejó la cabeza como un mapa el día que asesinaron a Carrero Blanco.Lo recuerdo bien, llovía y yo era mediopensionista , por lo cual nos metieron en clase a 3 alumnos hasta que viniesen los que comían en casa.Yo estaba tranquilo, en silencio, pintando un pájaro en la pizarra.De repente por las ventanitas se vió una cabeza con un mechón de pelo que se balanceaba rápido sobre la frente.! Era él, y venía a por mí!
Sin ton ni son me cogió por los pelos, me arrastró , me sacó de la clase ,me dejó de rodillas y se lió a caponazos con saña....menudos chichones!!!....no, no se me olvida el día del asesinato de Carrero.
Le tuve luego un año entero de profesor de matemáticas....imaginate.Siempre a las 11,30, después del nervioso recreo, que putada.
Recuerdo aquel curso.Sabíamos que le ibamos a tener de profesor, porque el año anterior le había dado clase al grupo B de los que eran un año mayores. El día que comenzó el curso , un compañero llegó corriendo entusiasmado gritando :" No nos ha tocado el Remigio,...nos ha tocado el hermano Vicente!!!!" Que alegría para todos...pero , cuando entramos en clase allí estaba él!!
!Que hijo de la gran puta, fue el año que se cambió de nombre..., ahora ya no era el Remigio, era el hermano Vicente!!!
Menudo infierno de año....preguntarselo a Carlos Aparicio , el cual recibió 2 palizas en la misma hora de clase.Jode....es que le echó los huevos de contestarle minutos después de las primeras hostias.Ah, teníamos 11 añitos !!!

Me quedo atónito viendo algún comentario diciendo que era un fraile querido por los alumnos....
También tuve la "suerte" de pasar un curso completo, con 9 añitos ,con Don Jesús Buendía.Menudo elemento!!!, todo el puto día golpeandonos las manos con la regla.
Y es cierto lo que comentais.Yo solía sacar buenas notas , pero te humillaban tanto que hacían que te sintieras una mierda y un inútil.
Allí también estaba el pederasta del "Luis Santiago", si, ese, el narizotas.Les tocó (nunca mejor dicho) al grupo C.....les trajo por la calle de la amargura....

Entre los frailes hubo alguna honrosa excepción, como el Viana , o entre los profesores, como Don José...
Lo cierto es que después de leer tu blog me costó dormirme hasta las 3 de la mañana....Habías removido mucho en mi interior.
Ten en cuenta que nos marcaron a fuego.
Bueno, un abrazo para todos los que sufrimos nuestra infancia en aquel siniestro lugar....
C.B.M.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
José Antonio Peñas dijo...

Un abrazo, CBM. Acabo de eliminar la duplicación de entradas (sospecho que blogspot debe tener el día tonto)

Anónimo dijo...

"Era fácil distinguir entre los profesores seglares y los frailes: los segundos llevaban sotana y te golpeaban"

Jose Antonio, yo discrepo de esta frase, los seglares no llevaban sotana pero daban igual (y a veces más) que los frailes. Aparte de los ya mencionados y celebres por sus golpes y palizas Florencio y Buendía, habría que recordar al Moratalla, al Puche, al Baltasar al Matías a un tal Aureliano o Aurelio etc etc etc

José Antonio Peñas dijo...

Yo sufrí al Buendía y al Moratalla (¿cuál de los dos era el te partçia la cabeza con su puta pipa?) y por supuesto al cerdo del Baltasar, al que le he dedicado un apartado en esta entrada (creo que también he mentado al Moratalla). En cambio no recuerdo al Florencio como especialmente pegón, pero por las entradas veo que otros sí conocieron esa faceta suya (a lo mejor me confundo de hombre: era el que hablaba con el acento andaluz del gato Jinks ¿no?)

El caso es que a mí se me quedó grabada la relación sotana-paliza gracias al hermano Javier, que nos repartió leña en 1ºC de EGB y que disfrutaba riéndose de mi incapacidad de pronunciar la R, y al hermano Vicente con sus piruletitas. En cambio en 2º tuvimos a un seglar, un chaval joven llamado (creo Jesús) que nos trataba con cariño y nos hizo pasar un curso maravilloso. A partir de ahí me quedó claro que una sotana negra y maloliente era sinónimo de cerdo

Anónimo dijo...

Por lo que cuenta CBM en una entrada anterior sobre el día del asesinato de Carrero y el nombre de algun compañero agredido por Vicente Ugarte, interpreto que es de la quinta de 1963, y se acordará de esto:
Entra Florencio en clase:
Vazquez salga a la pizarra. Vazquez salió y recibió una de las mayores palizas que he visto (y las he visto de todos los colores)
"Ya sabeis quien es mi hijo", así nos enteramos que "el simio" como le llamabamos tenía un hijo en el colegio, creo que era del 64 y que se había pelelado con Vazquez en el recreo. Sí era pegon, de los que más

Anónimo dijo...

Yo no escapé idemne a la saña con la que se señalaba a los que teníamos alguna diferencia en aquella época y en algunos centros, de hecho tengo a mi nombre un sesudo estudio psicológico en el que se me diagnostica un retraso mental, eso sí moderado. Con esto quiero decir que tengo las espaldas hechas a algunos palos, más morales que físicos, y a pesar de ello, lo que leo aquí es de una brutalidad, ensañamiento, abuso de autoridad y superioridad física y todo tipo de abusos que me tiene asqueada hasta lo más profundo.

Susana

Anónimo dijo...

Susana

Lo que has leido puede parecer exagerado a alguien que no lo haya vivido, pero cualquiera que pasara por aquel lugar, puede decirte que lo que has leido es sólo la punta del iceberg podríamos cualquiera de nosotros contarte muchas más historias que te pondrían los pelos de punta.
Dicen que la memoria humana filtra los malos momentos y a pesar de ese filtro mira que recuerdos tenemos así que imagínate.

Anónimo dijo...

Por ejemplo... no dejeis de leer el siguiente articulo:

http://bs-ba.facebook.com/topic.php?uid=26055583852&topic=9006

Anónimo dijo...

Muy bueno el artículo.
Yo estuve en los corazonistas del 77 al 90, o sea, de párvulos a COU. Es cierto que hubo dos épocas clarísimamente diferenciadas. No sé si alguien les dio un toque o fue por el cambio de director, no sé por qué, pero el cambio existió.
Recuerdo que los primeros años fueron un acojone constante.
En esa “etapa” más o menos hasta séptimo u octavo, 1984-1985, sufrí a algunos de los personajes que han salido en el blog.
El Aureliano ese era un cabrón y a mi personalmente fue el que más me zurró.
El Jomeini iba de colega y de buen rollo, pero nunca olvidaré como levantó literalmente del suelo por las orejas a un chaval y lo arrojó contra la pared. La mayor burrada de las muchas que vi.
El Puche era un auténtico sádico que cuando venía con ganas de pegar, daba la hora de clase libre para estudiar y se dedicaba a pasearse por la clase repartiendo sin parar.
Me sorprende que no se haya nombrado al Lago, que repartía flautazos gratuítos. A este es al que más he visto disfrutar pegando, junto al Puche y ninguno de los dos era cura, aunque años después el Puche sí se hizo cura.
El foca. La descripción ha sido perfecta en una entrada. Facha de libro. Educación física de lujo, dando vueltas al patio o estando media hora de pie con los brazos en cruz moviéndolos en círculo, para que viéramos que él era capaz de hacerlo, el gilipollas.
El simio (Florencio) no era andaluz, era de Talavera y daba Física y Matemáticas. Yo le pillé en la segunda época. Nunca le vi pegar a nadie. De hecho hasta me caía bien.
El Eraso, un pervertido.
El Chacho era un cínico y no muy buena gente. A la gente de mi quinta nos hizo innumerables putadas, pero también me inculcó el gusto por la lectura y el lenguaje. Con eso me quedo.
Mi hermano, siete años mayor, me hablaba del Remigio, del Larreina, del Marcelino y de toda esa banda, y me contaba exactamente lo mismo. Recuerdo que cuando me los cruzaba en el pasillo temblaba pensando que en unos años me tocaría sufrirlos. Pero ya te digo que el cuento cambió radicalmente. En los 3 ó 4 últimos años no vi las burradas de antes y a estos tres concretamente nunca les vi pegar a nadie. Ojo, no los defiendo. Ya te digo que mi hermano me contaba lo mismo que escribes tú.
A modo de ejemplo, recuerdo que en párvulos había un cabrón (no recuerdo el nombre) que nos hacía formar en el patio en dos filas para entrar y desde atrás, para que no le viéramos, pasaba por el centro repartiendo a todo el que se moviera, hablara o riera. Bueno, pues a finales de los 80 no se me olvidará una imagen del mismo mamón en el centro de un grupo de niños gritando de 5 ó 6 años pidiéndoles a media voz y por favor que se callaran y entraran a clase. Si los pilla en el 77 los mata.

José Antonio Peñas dijo...

He suprimido una duplicación de comentarios: supongo que blogspot ha estado haciendo de las suyas.

El caso es que tras leer los comentarios sobre el FLorencio me entra la duda de si no me estaré confundiendo de nombre: el hombre que recuerdo no me parecía pegón, y los dos cursos en que fue profesor nuestro me parecieron bastante buenos. Creo que se apellidaba Díaz y me suena que su hija fue compañera nuestra en COU, allá por el año 84.

¿El Foca? ¡Qué buen apodo! En efecto el Baltasar parecía una foca con ese bigote lamentable y siempre sudoroso.

A lo tonto esta está siendo la entrada más comentada: yo sólo quería exorcizar algunos malos recuerdos, pero veo que he abierto la caja de los truenos

Anónimo dijo...

Florencio Díaz, efectivamente. A mi me dio Matemáticas y Física y Química en séptimo.
Yo nunca le vi pegar, pero también es verdad que era en la época en que ya no pegaba nadie. Tampoco vi pegar al Vicente ni al Larreina y tela. Pero sí me creo que antes pudiera pegar, habiendo barra libre como había.
Por cierto, también fui cliente de El Golpe, en la Prospe y tengo amigos que eran habituales y alguno que inclusó trabajó allí.
Saludos.

Anónimo dijo...

Diosssss que recuerdos me ha traido leer todo esto.

Yo acabé en 1980 y me cuesta muchisimo creer que "gente" como Vicente Ugarte Aizpeurrutia, Narciso Larreina Gainzarain, Pedro María Bilbao Bilbao , Jesus Buendía Alvarez, Patrocinio Fernandez Mancebo etc etc cambiaran y dejaran de pegar las palizas que como todos los que pasamos por allí, he visto y sufrido.
Yo soy de esos que dicen que hay que quedarse con los buenos recuerdos, es decir los estupendos compañeros que allí estuvimos y con los que guardo una estrecha amisttad. Pero un día uno de ellos me dijo una frase
"Rozando los 50 tacos, recordamos nombres y dos apellidos de gente que pasó por nuestras vidas cuando teníamos menos de 15 años, eso es todo un sintoma"

Y así es

Un abrazo a todos

Anónimo dijo...

No es que hayais abierto la caja de los truenos, es que como dice alguien por ahí en alguna entrada anterior, internet nos da la oportunidad de contar lo que sufrimos allí, algo que quizá realmente sólo sepamos de verdad, los que allí estuvimos.

En cierto modo la sensacion que se tiene al escribir algo que todo el mundo puede leer es la de que de alguna manera aquello no queda absolutamente olvidado

Cada uno cuenta según le ha ido, a mi por ejemplo el Larreina jamás me tocó y el Ugarte tampoco que yo recuerde pero si ví lo que ví, es decir cómo machacaron a algunos compañeros.

Recuerdo al "puti", (alguno se acordará hasta de su nombre, yo lo he olvidado) vaya elemento , nos dio matematicas en los años 70 (sotana negra y crucifijo dorado colgando a la altura de la barriga).

"Fulano, salga a la pizarra, Usteeeed es de los bueeeenooooos"
y empezaba "el baile" o sea la somanta....

Gracias Jose Antonio por darnos esta oportunidad,

Anónimo dijo...

Que grande leer todo esto... QUE GRANDE. Yo entre en el colegio del Sagrado Corazon de las Tortas y los Capones de la calle Alfonso XIII alla por el año 84, cuando tenia 5 añitos... Desde el Hno Florentino, que ya nos daba capones con esos 5 años, hasta el Sr. Ugarte Azpeurrutia, que utilizaba el puño para dar capones, el puto pito para lo mismo, la mano de pelotari para dar azotes o lo que se le ocurriese en cada momento al puto mamut del pleistoceno aquel, pasando por enormes hijos de la grandisima puta, que venian de follar niños en las misiones de Peru y de Colombia, como el Hno Ochoa Goya (jovencito el), que me tumbo de un guantazo al inventarse que yo gritaba al ir al baño (por entonces yo era un angelito como pocos habra habido...), no sin antes haberme arrancado los pelos de las patillas, levantandome del suelo. Tambien cabe mencionar pederastas tales como el Hno Crlos Urreitzi Galan, que fue director de tan ilustre institucion tras abandonar el cargo el citado Hno Vicente Ugarte... Este individuo de pelo blanco, al mas puro estilo Chacal, gustaba de buscar por los pasillos a aquellos niños que, como yo, nos quedabamos despues de clase estudiando en un aula hasta que venian a buscarnos nuestros padres, o entrenando en algun equipo del colegio. Era un puto Lobo persiguiendo niños en los oscuros y apagados pasillos despues de las 5:30... Me queda el gustazo de que al Hno Ochoa y al Hno Galan mi padre les hizo una visita que no olvidarian facilmente; tampoco se olvidarian de mi puta cara, uno por darme de leches por la cara y el otro por abrazarme e intentar tocarme (buena patada en los cojones se llevo, eso si).
Bueno, ahi queda mi tochaco!!!

Anónimo dijo...

Es imposible describir con palabras lo que he sentido al leer todo esto.
Os habeis dejado algunos:
El Hno Topo (Apilanez) un enano que te pegaba con el revés de la mano
El Hno Mortadelo (V. Belategui) un narizotas gafotas que te arrinconaba en una esquina para pegarte a placer sin que pudieras escapar
El Hno Dracula (J. Revillo) buen profesor de fisica y radioaficionado (la antena que había en la azotea del cole)
El Hno Zampo (J. Foronda) que llegaba mamao despues de comer, un fantasma aunque soplaba mucho menos que el Hno Gordo (Miguel)
El Hno Gabilondo actual ministro que te metía la cabeza debajo del agua en la piscina de la granja hasta casi ahogarte y que también soltaba la mano de vez en cuando aunque menos que los demás
El Hno Apachete, El Hno Vampus, El Hno Muerto (que vendía lapices y bolis), El Hno Bocacho (M. Moraza) El Hno Porky El Hno Araña y su olor puuaajjj, El Hno Svintus y su terrorifico aspecto
Entre los seglares estaba el Fakir que era un cabrón, y que llevaba los zapatos con la punta levantada, de ahí su mote El zozo que daba dibujo. El galleta que daba educacion fisica y era tonto del culo. el Chacho que era mala gente, muy mala persona, un tipo lleno de odio rencor amargura y resentimiento quizá el peor de todos. El sopas, un buen hombre ya mayor y medio sordo que nos daba filosofía.El Vadillo que ahora trabaja en una editorial un tipo con aspecto de pijo que era un cachondo y a veces un poco cabroncete pero se veía que andaba de paso por el colegio, El Bacterio que reemplazó al Vadillo y que creo que trabaja en la misma editorial, muy buena gente y muy buen profesor, quizá el mejor, un poco comunista, El mafioso que daba quimica también buena gente

Bueno ya está bien, un fortisimo abrazo a todos los que allí estudiasteis, al final aquí estamos y no hemos acabado tan mal

Anónimo dijo...

Yo estuve interno en ese colegio en la década anterior y conocí al hermano Vicente Ugarte. Entonces no era director y tenía el nombre de guerra de hermano Remigio y por aquella época eran famosos sus capones. Ibas hablando en la fila y de repente sentías una conmoción cerebral, y era que te había caído un capón de los suyos, imaginaros, por aquel entoces jugaba al fronton con la mano... Bofetadas. solo recuerdo que me diese en una ocasión y casi diría que fueron merecidas. Por lo demás debo decir que le recuerdo con cariño y agradecimiento por la ayuda que me prestó y el sincero aprecio que sentí que me tenía. Esta es la verdad. Un saludo Ignacio

Anónimo dijo...

jojojo, el Lago, menudo personaje!! Yo le vi una vez romperle la flauta a J.V.A.... en la cabeza!!
El Puche te levantaba del suelo tirándote de las patillas, el Tito, que daba pretecnología y dibujo, era un borrachín de órdago. A mí el primero que me sacudió fue el Florentino, en 2º de EGB.
Pero mítico mítico fue el Sagaseta, chimenea pura.
Se os olvida algún pervertido como el hermano Hibarzábal (el Lechuza), con su mancha Gorvachov en la cabeza, sobando y besuqueando chavalines sin parar, yo entre ellos.

Anónimo dijo...

Pues yo, aparte de los que decís recuerdo al Hermano Miguel Angel que daba clases de dibujo y al que llamábamos "Sandokán" debido a su pelo largo y barbas muy al estilo de la época, y que siempre decía: "Mastuerzoooo, le voy a dar un mamporrooo" pero jamás tocaba a nadie y se quedaba en simple amenaza.
Entrando en polémica, es verdad que Vicente Ugarte daba a diestro y siniestro pero mi opinión es que era consecuencia de que era un animal de los montes vascos, no creo que tuviera intención de joder la vida a nadie, sin embargo había gente como Chacho que si tenía intención de joder la vida a la gente.
Así como algunos asociais las sotanas y Vicente Ugarte con los bofetones, capones y demás regalitos (lo de las piruletas lo he visto y sufrido) algunos otros (me consta) cada vez que oyen hablar de García Lorca o Miguel Hernandez les viene a la cabeza aquel mal tipo, falso y peligroso que aunque no pegaba (alguien ha explicado muy bien porque) intentaba por todos los medios joder la vida de algunos suspendiéndoles hicieran lo que hicieran.

Yo respeto todas las posturas de antiguos compañeros y todo lo que decís es verdad pero ya hace mucho tiempo como para mirarlo con un poco de perspectiva.

Un Fuerte Abrazo a todos

Ashoka dijo...

Yo también fui a colegio de curas. A los Maristas. La verdad es que lo pasé bastante mal, aquel sistema de educación era inhumano en no pocas ocasiones. No le faltan motivos para el resentimiento. No obstante, le invito superar y perdonar. No porque las personas que le ofendieron lo merezcan, sino porque es usted quien se merece lavar ese odio pasado, porque puedo ver en sus propias palabras como se está negando a usted mismo superar ese pasado. Y aquel mundo murió hace tiempo. Aquellas personas que le hirieron están muertas o habrán cambiado tanto que seguro que ni las reconocería hoy de oirlas o verlas.

Mi hijo hizo recientemente la comunión y esto me permitió tomar contacto con sacerdotes de hoy en día y créame no hay punto de comparación con aquellos seres frustrados y dogmáticos que usted conoció. Y conste que soy agnóstico tirando a ateo... no me ciega ningún sectarismo.

Anónimo dijo...

Encuentro esto por casualidad (buscando el 'nombre de guerra' del hijoputa de Vicente Ugarte), y... joder... Yo estuve del 88 a 99, hasta que amablemente me mandaron a tomar por saco.

Y joder, alguien comentaba lo de las humillaciones... En mi época golpes había menos (pero había, sobre todo V. Ugarte, Lino Navascués tirando de la patilla, Cecilio nosequé - Latín - clavando una uña extralarga hasta que casi sangrabas, etc.), pero humillación...

Odio a los putos Corazonistas con toda mi alma, y el día que se cayó parte del colegio - por su puta ansia de dinero - estuve a punto de ir allí a bailar el 'Bailaré sobre tu tumba'. Algún profesor era bueno (recuerdo a un tal Domingo, que me dio 1º de EGB, Jesús Gallego en 4º), pero la mayoría unos negaos, unos locos (el Hrno. Roberto, que fue director, estaba como para encerrar)... Yo con el Chacho las tuve de todos los colores (creo que su último o penúltimo año de clases), y no se si era más un loco sádico o un sádico hijodeputa.

Y los que no eramos buenos estudiantes, estábamos permanentemente jodidos. Muy jodidos. La permanente sensación de ser una puta mierda...

Mierda de colegio, joder. Mierda de curas. Mierda de Corazonistas

Anónima dijo...

Banda sonora del post:

Mi colegio. La Trinca en youtube

esa tétrica sotana de mal agüero
con esa bragueta inmensa
de cuerpo entero.
Su misión era enseñarnos declinaciones
y arrearnos bofetadas y coscorrones...

Fernando Castro dijo...

Imagino que la enorme cantidad de comentarios de este blog son una evidente muestra de lo que aquellos energúmenos ejecutaron durante años contra los alumnos que tenían a su cargo, que, desde luego, más que cuidarnos y educarnos, se dedicaron a tratar de domesticarnos y adiestrarnos como hace el inefable "Sisar" Millán, el chicano con alma de gringo que amarga la vida de los perros norteamericanos mientras llena con ello sus jugosas cuentas corrientes en dólares USA.
Me río yo del "encantador de perros" ese.

Es cierto que los curas venían de caseríos abertzales, criados entre vacas, txacolí y levantadores de piedras. Es cierto que estamos hablando de los años todavía grises de finales de los '60, inicio de los '70 en la España de entonces, con todo lo que eso traía aparejado. Yo estuve en los Corazonistas de Alfonso XIII entre 1966 y 1975, más o menos y seguro que muchos me recordaréis, dado que mi nombre es auténtico, no tengo por qué ocultarme.

Yo eran un estudiante bastante decente. Nunca suspendí jamás una asignatura e, incluso, sacaba algún notable o sobresaliente de vez en cuando. Por cierto, sabéis lo que son los ERPA, ¿no?, esas fichas que se enviaban al Ministerio de Educación con las notas de los alumnos. Yo NUNCA, JAMÁs tuve clases de música, NUNCA. Pues cuando me fui del colegio, me dieron los ERPAS y ¡tenía notas de música! ¡increíble! y, para que no sonara raro, de vez en cuando había suspendido, pero luego me aprobaban en septiembre. ¡Lo que hace el Espíritu Santo en forma de gaviota batasuna!

Digo esto porque, lejos de ser un santo, sí tengo que decir en mi defensa que yo no eran un tarado, no montaba bronca, era más o menos tranquilo y educado y para nada violento y nunca me gustaron las peleas.
La mayor cantidad de hostias, violencia, capones, puñetazos, patadas y bofetones la he presenciado en mi etapa en los Corazonistas. Tengo experiencia directa con el castigo físico y la violencia gracias a esos burros, tarados y paletos hermanos Corazonistas: Vicente Hugarte (Remigio), su hermanos el Porky, "Marcelino Moreno Merino que Mal Medido Mide Menos de Medio Metro", la arpía del Florentino, y, como no, el insigne socialistoide y defensor de los derechos humanos y Ministro Egregio de Educación don Angel Gabilondo, a quien por cierto me encontré hace unos pocos años en la fiesta de la Embajada Italiana en Madrid, con su esposa, y al yo contarle quién era e insistir en narrarle algunos de los remarcables sucesos que habíamos compartido, con la alegría y el interés de su esposa (¡ay, cuenta cuenta majo, qué gracia!), él mudó la color, palideció, enrojeció y se azuló todo al mismo tiempo en fracciones de segundo y me dijo que no era momento de hablar de aquello y huyó despavorido. Quizá no le traía buenos recuerdos, qué lástima, con la ilusión que a mi me hacía.

Queridos amigos: riámonos de esos orangutanes, riámonos de una sociedad que permitía y creó las bases de aquella "educación" y riámonos de nosotros mismos. Superamos aquellas pruebas que el cielo nos dio y hemos seguido mirando al futuro. Nosotros no pegamos a nadie, nosotros no ridiculizamos públicamente a nadie, nosotros no fuimos crueles y vengativos. Fueron ellos, sin ninguna acción nuestra. Que carguen ellos con la vergüenza de aquello y que Dios, nuestros Dios o su Dios les perdone. Yo ya les perdoné, les olvidé y les asigné su responsabilidad por lo ocurrido y ahora sólo puede darme pena aquel comportamiento.
Un abrazo a todos y muchas gracias por la valentía de contar vuestra opinión sincera.
Saludos cordiales!!!!

Paco de Jerez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Pues yo casi nunca recibí ningún mamporro. Estuve desde los 4 a los 17 años allí. Y salvo alguna rara excepción, todo lo que vi allí me pareció normal. Cierto que había capones, bofetones y "actos de violencia", pero no me parecía nada exagerado como aquí se expone. Recuerdo que las clases tenían entre 40 y 50 alumnos y la disciplina se mantenía. A veces un capón, servía como ejemplo a todos durante mucho tiempo. No recuerdo que estuvieran siempre pegando. Me parece que el pegar era la excepción, y se hacía como un medio para mantener unos niveles de disciplina, que tampoco me parecen exagerados. No vi sadismo. Tampoco abusos sexuales.
Al Remigio casi nunca le vi pegar, aunque alguna vez sacó a alguien de clase para darle. Al poco volvía otra vez a clase con el alumno que no presentaba ningún signo externo, ni siquiera lloraba, así que no creía que fuera tan terrible. A varios de mis amigos, en aquella época, cuando armaban alguna muy gorda en su casa, sus padres les daban una paliza. Era lo normal entonces.
Tuve en 2º grado (con 6 años) a Don Manuel Puche, que ese mismo año llegó al colegio. Por lo que decíis, luego cambiaría, pero tengo muy buen recuerdo de él, y me pareció un profesor encantador.
O a lo mejor el Puche que decíis es otro.
La verdad, siempre recordé con agrado mi paso por el colegio, y estuve orgulloso de haber recibido allí la enseñanza. A lo mejor es que tuve una suerte increíble y me tocaron siempre los mejores profesores, aunque no lo creo.

Anónimo dijo...

Soy el del mensaje anterior. La verdad es que después de leer tanta mala baba contra los frailes yo también empecé a odiarles un poco. Pero luego me di cuenta que en lo esencial no guardaba ese amargo recuerdo que había leído. ¡Me parece todo tan exagerado!
Los hermanos corazonistas siempre me parecieron gente muy sana. Las collejas y los capones eran lo habitual en la enseñanza y en las casas en aquella época, no seamos hipócritas.
La única vez que me pegaron fue de la siguiente manera: un profesor o hermano que nos daba clase se ausentó por un mes y pusieron a otro hermano a cuidarnos. Durante esa hora teníamos que estudiar, pero no se podía hablar con el compañero. Si el hermano te veía hablando, te llamaba para que fueras delante de él. Tenías que ponerte en posición de firmes, entonces él, que permanecía todo el tiempo sentado, abría los brazos y los juntaba de golpe con una doble bofetada, bastante espectacular, pero que no dolía tanto como parecía.
Recuerdo que el sistema era muy teatral, por descontado que cuando llamaba a alguien todo el mundo dejaba de estudiar para ver la bofetada. Y recuerdo también que todos nos reíamos, incluso también el que iba a recibir la bofetada, porque era difícil mantener las manos junto a las caderas cuando las manos del hermano se movían para dar la bofetada. A veces sólo amagaba y las manos del alumno saltaban solas de la cadera a la cara, para protegerla; si se repetía el acto defensivo varias veces, la torta final sería más fuerte. Había que controlarse y aguantar sin moverse. En una tarde me llamó dos veces al patíbulo; la primera vez estaba cagado; la segunda yo también me reí con todos. Fue la única vez que me pegaron en 14 años (del 64-65 al 77), y creo que me vino muy bien.

Parte de lo escrito en este blog está llena de inexactitudes, exageraciones y odio. Supongo que después de tantos años, el odio que algunos medios de comunicación han injertado contra la iglesia, la exageración de los efectos perniciosos de determinada violencia (también es violencia una inyección, o clavar una aguja en la piel para cerrar una herida, ¡eh!) ha llevado a alguno a mezclar sus malos recuerdos con sueños o fantasías, o simplemente a exagerarlos. Es que parece que se creen héroes por haber sufrido lo que dicen que han sufrido. Menos bolos, caperucita.
Al hermano llamado Remigio (se puso este nombre al llegar al colegio porque había otro hermano más antiguo que se llamaba Vicente), luego Vicente Ugarte, lo recuerdo como una persona respetada por todos los alumnos, alegre y extrovertida, con una sonrisa en los labios. Si yo fuera él y leyera lo que se ha escrito en este hilo, siendo ya anciano, me sentiría profundamente desgraciado al ver la ingratitud de la gente. Él ha entregado su vida de manera voluntaria (equivocado o no, eso es otro tema) sin recibir apenas compesaciones, y desde luego, ninguna económica, para formar a la juventud en unos valores con los que yo (al menos en su gran mayoría) sigo estando de acuerdo, lo cual le agradezco profundamente.

atinasio dijo...

Soy el del mensaje anterior.
Hay que estar enfermo para pensar que si un educador le da un capón o un cachete a alguien cuando habla y hay que mantener silencio o cuando ha hecho algo mal, lo hace porque es un sádico y disfruta con el dolor ajeno.

También es un enfermo el que achaca a otros la amargura que le producen las equivocaciones que haya podido tener en su vida.
Parece que viven debajo de la cáscara de Calimero ("Es una injusticia").
¿Es que después de tantos años no han sido capaces de superar eso? ¿O no será más bien que por alguna frustración o amargura de las muchas que nos trae la vida, se sienten bien descargandose sobre los chivos expiatorios al uso?
¿Eso es saludable?
¿quién es el enfermo?
¿quién tiene el corazón lleno de amargura?

José Antonio Peñas dijo...

No es necesario acudir a fantasías, películas o sueños para explicar la diferencia en nuestros recuerdos. Se deben simplemente a que cada persona tiene vivencias diferentes, incluso cuando se refieren al mismo suceso.

En los comentarios se ha mencionado a Don Florencio. Fue mi profesor durante dos años, y fueron dos años estupendos. Le considero un gran maestro y el trato que tuve con él fue genial. Sin embargo otros alumnos, por lo que he visto, le recuerdan como una bestia parda, y sé que algunos compañeros de mi clase le veían así. Estábamos en la misma clase y veíamos, en principio, lo mismo, pero cada uno lo interpreta y recuerda de una manera diferente, incluso incompatible. Eso no significa que unos mientan y otros no, sino que nuestra perspectiva era diferente.

Hablando con antiguos compañeros, todos recordaban el día que el hermano Otálora casi me estrangula, y algunos pensaban que eso fue un maltrato. Yo, que fui el supuesto maltratado, creo que el Otálora era un hombre genial y un profesor fantástico, disfruté muchísimo de sus clases y aprendí un montón. Pero era un hombre nervioso y yo era un experto en sacarle de quicio, incluso sin quererlo, así que no creo que me maltratara, ni mucho menos, simplemente estalló. Puede que de forma un poco exagerada, pero no voluntaria y desde luego por mi culpa (aunque esa vez no lo hice a posta).

En cuanto al hermano Vicente, mis recuerdos no están sacados de ninguna película. Y los tuyos también son reales. Eso no implica que uno de los dos mienta, o esté amargado o frustrado. Sólo significa que somos personas diferentes y hemos tenido vivencias y experiencias diferentes.

En cuanto a los abusos sexuales o los manoseos, sólo recuerdo un caso, el del hermano Villanueva. Ni uno más. Alguna vez oí hablar de otros, pero no voy a escribir sobre algo que alguien dijo que le dijeron que uno había dicho... sean ciertos o no.

Anónimo dijo...

he entrado en este blog porque he visto que denunciaban el caso de curas pederastas. pensé que si era el caso de Luis Santiago Villanueva Archéliz me uniría en la denuncia, porque cuando fui padre por primera vez, comprendi la villanía de este ser abyecto y mala gente. un miserable en el que se reunía lo peor del ser humano. Lo peor. Soy del 62 y del C. Muchos lo sufrimos. al meter su nombre en Google, he visto que una persona con su nombre murió en el 2.008. ojalá sea él.. no hará más daño y espero que en vida alguna vez haya estado atormentado por todo el mal que hizo. El Remigio conocía la historia. el padre de JASA fue a partirle la cara y él le paró. todos lo sabían ¿ el Gabilondo también? yo he visto las palizas. yo soy testigo. yo también pensé que por qué no se había hundido el colegio cuando se derrumbó. Un abrazo para todos. nosotros, que éramos niños, sí que éramos los mejores. Ah y no soy anticlerical, ellos eran unos mierdas. por acción.....o por omisión.

Juan F. Rodríguez Prado dijo...

Hola Compañeros. He leído todas vuestras intervenciones y, en algunos casos, han pasado por delante de mis ojos algunas imágenes casi en blanco y negro, sucedidas hace ya muchos años, referidas a las vivencias de un niño, mal estudiante, que recibió algunos capones e, incluso, recibió las caricias de una regla llamada Doña Juana, que blandía en sus manos Don Florencio. También recuerdo alguna paliza que propinó, delante de un montón de niños, el mencionado anteriormente, Narciso Larreina, a otro compañero llamado Alvaro Izaguirre, que yo creí que acababa en algo terrible, al grito de "si me cargo otro más acabaré mal, pero no te aguanto más. Sin embargo, no tengo un recuerdo tan terrible de Vicente Ugarte como otros habéis reseñado, aunque le vi dar algún capón suelto e, incluso, yo fui objetivo de alguno. Lo que si me llama la atención es que, salvo error, ninguno de vosotros ha mencionado al que yo considero como el más tarado y fanático del colegio, alguien que disfrutaba hablando de la muerte y que era un auténtico guarro y siempre con el nudillo preparado para lo que hiciera falta, al que todos conocíamos como "bocachocho" y que respondía al nombre de Hermano Marino. "Menudo pájaro". Y para que no parezca que todo era terrible, quiero recordar aquí, con agrado, a Felipe Albaina que me parecía una buena persona. Saludos para todos.

Anónimo dijo...

De casualidad he descubierto este Blog, ya que me meto poco en estas cosas pero he empezado a leer y no me puedo aguantar.
Yo también estudié en los Corazonistas (de 1971 a 1983) osea que pillé los "años duros" y me gustaría hacer algunas observaciones;
-Puedo decir que todo lo que he leído es absolutamente cierto y los que estuvimos en aquel colegio en aquellos años sabemos que esas cosas pasaron.Por supuesto cada uno cuenta la feria como le ha ido, pero repito los que fuimos alumnos del Sagrado Corazón de Alfonso XIII en aquellos años sabemos que lo que se cuenta en este Blog es verdad y no se exagera ABSOLUTAMENTE NADA, aunque entiendo perfectamente que la gente que no vivió aquello no termine de creérselo.
-Ahora bien, a pesar de haber tenido esas "experiencias", no entiendo muy bien como se puede generalizar y pensar que todos los curas son como aquellos y hacerlo extensivo a toda la Iglesia, me parece absurdo.Como se ha dicho en algún comentario lo de nuestro colegio "no era normal".Yo tenía amigos que estudiaron en los Jesuitas o Agustinos y su experiencia nada tiene que ver con la nuestra...para nuestra desgracia.

En fín,un fuerte abrazo a todos los compañeros que por allí pasaron y hasta la próxima.

Anónimo dijo...

De un blog de por ahí

El cura con su sotana negra nos iba preguntando (“hacía una vuelta”) según estábamos sentados en los pupitres (eran dobles, en fila; serían 5 x fila; y 4 filas… pues eso: unos 40, más o menos, por clase…), por ejemplo, en matemáticas (el cura decía -por ejemplo- “5 x 3 + 8 – 2″… y tenías que responder cagando leches; obviamente, era casi imposible cuando iniciaban el turno contigo… porque, luego pasaba la pregunta al siguiente, y luego al siguiente… hasta que -con ese tiempo “ganado” y a pesar del acojone que suponía que se iba acercando a ti el turno- se contestaba correctamente y se iniciaba una nueva pregunta). Pues bien, para eso usaban una regla de madera maciza de grosor cuadrado (1 ó 2 cms.) y de 20 ó 30 cm. de largo. Sonaba como un estruendo cuando se golpeaba -a todo lo largo- en la mesa del profe (se oían perfectamente los regletazos de las otras clases): 1 único golpe, estaba bien… y pasaba al siguiente; 2 golpes, mal… y también pasaba al siguiente… Vamos, que ni siquisera pronunciaba palabra alguna: sólo te miraba y ¡¡zas!! reglazo a la mesa… Muchas veces, cuando llegaba a algún “castigao” (por él mismo o por la “vida”… que las tragedias humanas se prodigaban), ni siquiera le dejaba contestar: se reía ampliamente, con saña, y hacía sonar los 2 regletazos de rigor… “pasaba” de él.
…Y, efectivamente, según se iban equivocando o no respondiendo (latín, matemáticas… o lo que fuera), te tenías que levantar, e ir a ponerte de pie delante de todos, bajo o junto la pizarra. Acabada la primera ronda… se hacía un “descanso”. El cura “calentaba manos” (como si de un auténtico aizkolari se tratara, antes de coger el hacha y liarse a cortar el tronco) y se ponía a la labor: mientras con su mano izquierda sujetaba la mejilla derecha del primer crío de la “fila de espera”, con su mano derecha (previamente calentada, ya digo) le arreaba un sonoro bofetón. El enano, bien lloraba, bien no. O bien se le escapaba una lágrima o no. El caso es que ya podía irse -calentito- a sentarse en su sitio. Y así otro niño y otro y otro… Dependiendo de asignaturas, cura, lección… podríamos decir ahora que un mínimo de un 30% acababa de pie, esperando en cada ronda su “hostia” particular. Y lo normal era que se repitieran 1 ó 2 rondas más…
…El ambiente, os podréis imaginar, era absolutamente aterrador. Estoy seguro que exactamente igual de aterrador para el que “recibía” que para el que -de momento- no.

Anónimo dijo...

De un blog de por ahí (cont)

También existía otro método de terror muy implantado: Si hablabas, reías, no contestabas… en fin, cualquier cosa que se le antojara al cura en ese momento, en medio de una clase,, “sólo” te decía: “vete fuera de clase”. Entonces cogías la puerta, salías y permanecías en el pasillo, junto a la entrada de la clase… La clase continuaba, como si no hubiera pasado nada; casi, casi, olvidándose del compi que se había quedado afuera (salvo porque, a veces, nos miraba, de puntillas, con la punta de su nariz, por encima de la ventana alta que daba al pasillo)… Entonces, la “programación de festejos” (porque había “fuegos artificiales”…) era como sigue: si el director, aquel día, no había hecho su ronda, el cura hacía un pequeño paréntesis; salía de clase y cerraba la puerta; se iba a por el mocoso… y ¡izis!! ¡¡zas!! una y otra, recibía una buena manta de bofetadas. Se oía perfectamente. Es más, estoy seguro que se hacía adrede: se oía; pero no lo veíamos… Entonces, entraba primero el cura, se sentaba y como si tal cosa. El niño, lleno de mocos y de lágrimas y más rojo que un tomate, también entraba y se sentaba en su sitio… Los demás, acojonados. Siempre, por un motivo u otro, estábamos todos aterrorizados. Lo más normal era que ni siquiera se “manchara” las manos: el Dire hacía ese trabajo por él. No consigo recordar si era mejor el “tratamiento” del Dire que el de cualquier otro cura… salvo que tenía la mano dura como una piedra… de jugar al frontón (no sé por qué; pero, la mayoría, eran vascos…).

¡.…Nunca olvidaré en mi vida cómo uno de los pocos curas que podían dar misa (la mayoría, eran “hermanos”; éste era “padre”), se ponía con cara de auténtico “iluminado”, con una amplísima y forzada sonrisa, a sermonearte ¡¡a saber qué…!!, en la penúltima planta, que hacía de capilla, en una misa… Cuando pocos minutos antes había puteado a toda la clase o a alguien en particular (ya no recuerdo el detalle)… sin el menor escrúpulo. ¡Como un auténtico Mr. Hyde…!

Al parecer, esos tiempos se fueron. La enseñanza ya no tiene nada que ver… Y, por absurdo que parezca, resulta que ahora los abusadores son los niños… Y los acojonados, los curas y profesores . ¡¡Qué ironías tiene la vida!!

Anónimo dijo...

Ja Ja Ja Ja Ja Ja Ja Ja Ja......
Que recuerdos al leer los comentarios.

Yo me acuerdo del Hermano Moisés Fernandez de Landa alias "el paperas" y que nadie ha mencionado. No recuerdo si pasó a Alfonso XIII, los que tenemos "cierta" edad le recordamos de Claudio Coello, y os puedo asegurar que los que mencionais: Bilbao Ugarte, Larreina, Marino Moraza, Florentino etc. etc.(a muchos los conocí , a otros no) eran hermanitas de la caridad al lado de este individuo , sólo la frase "que viene el paperas" ya nos aterrorizaba y nos hacía temblar

Un Abrazo a todos y sólo decir que los comentarios que reflejan situaciones que yo viví (la mayoría de los comentarios) son reales como la vida misma , los demás, todo me hace suponer que también lo serán.

Anónimo dijo...

Por favor, ¿alguien recuerda a un tarado que llevaba bata blanca(no era jesus apilánez el topo) y hacía un extraño juego que consistía en adivinar el número de canicas que escondía entre sus manos y si acertabas te las llevabas y si perdías le tenías que dar una? se ponía en la zona del antiguo cobertizo del edificio de alfonso xiii, estoy hablando de 1980 aprox.

Miguel dijo...

Yo estuve en los Corazonistas desde 1987 hasta 1994, y mi experiencia fue terrible en algunos aspectos. Si yo viví esto a finales de los 80 - principios de los 90 no quiero pensar como sería en los 60 y 70, años más proclives al abuso y al castigo físico. Decir que por lo general había una gran diferencia entre los profesores "de la calle" y los curas. Por lo general los laicos eran gente maja y amable, además de buenos educadores. En este apartado recuerdo a Incocencencio "Chencho", que me dió 3º de EGB, a David (4º EGB) y a Teodoro, que tuve en 5º de EGB. Lamentablemente el ciclo superior de la EGB y el BUP era impartido casi en su totalidad por los ínclitos Hermanos del Sagrado Corazón, que salvo honrosas excecpciones, como el hermano Vicente Garrido, que daba inglés y lengua y era un tipo simpático, amable y campechano, los demás eran unos hijos de la gran puta y tienen el dudoso honor de haber amargado parte de mi infancia y adolescencia. Todo lo dicho sobre el Vicente Ugarte es cierto. Recuerdo vívidamente su papada, su jersey color burdeos, su silbato, su odioso megáfono y su grito de "QUINTOS!!!", a cuya llamada acudíamos los pobres chavales a las filas como los corderos al matadero. Este bastardo me tuvo 4 horas de cara a la pared por una minucia, me daba capones desproporcionados para un niño de 9 años y me trataba como si fuera basura. Recuerdo también a un tipo del que sorpresivamente nadie ha hablado aqui, supongo que sería porque estuvo poco tiempo en el colegio, pero lo recuerdo con especial odio: El Hermano Juan Ramón Saez Sarralde. Lo tuve de tutor y profesor de un par de asignaturas en 6º de EGB, el curso 90-91. Era un auténtico hijo de la gran puta que pegaba, humillaba y maltrataba psicológicamente a partes iguales. En una ocasión, castigado de rodillas sobre la tarima esa que había en cada clase, me piso con una fuerza enorme el tobillo por detrás, produciéndome un dolor terrible en el talón de aquiles. También acostumbraba a tomar la lección oralmente, y a veces, aunque hubieras cantado bien la conjugación de los verbos te decía que lo habías hecho mal, lo que hacía que te descolocaras y te bloquearas al no entender como podía estar mal lo que decías, y te rompías la cabeza hasta límites insospechados, para media hora y después, y bajo amenaza de castigo si no contestabas bien, decirte que lo habías dicho bien. Si eso no es maltrato psicológico que venga Dios y lo vea. El cabrón también acostumbraba a difamarme ante mis padres en las obligadas charlas. Exgeraba, retorcía, desvirtuaba, cuando no mentía abiertamente, sobre determinados comportamientos míos, con el objeto de que mis padres me castigaran, objetivo que conseguía con gran éxito el bastardo.

Miguel dijo...

Recordando a otras alimañas, por allí también pululaba el Hermano Teófilo, un cura de la vieja escuela que pegaba más en un internado de los años 40 que en un colegio de finales de los 80 y que difamaba, humillaba y golpeaba a partes iguales. Como no acordarse también del Hermano Alberto, conocido también como "Tito" o el "borracho", que daba lengua y pretecnología, y que agarraba sin motivo alguno unos cabreos de muerte, y en una ocasión me dió una patada que me derribo al suelo por estar haciendo mal la labor de trabajos manuales, que consistía en pirograbar una virgen sobre madera. También ocupan un lugar en la antología de la infamia el Hermano Roberto, que daba matemáticas, tenía flequillo y una mala hostia épica que pagaba con los pobre chavales que no albergaban maldad alguna, porque yo era trasto, como cualquier niño, pero no malo, y si en algún momento fui indisciplinado fue para vengarme y como respuesta a aquella educación fascista y represora. Otro hijo de puta de libro era el hermano Juan, también conocido como el Hermano Perro, que enfilaba a cualquiera que llevara un colgante en el cuello, una foto de un grupo de rock en la carpeta o que no simpatizara con la falange.Que decir del Lago: Un sucio bastardo con el que siempre me quedó la música y el dibujo para septiembre, que pegaba con la flauta, humillaba, despreciaba y además era ludopata. Y de muchos a pesar de que no los tube recuerdo su cara de mala hostia, de amargura y frsutración, como es el caso del Sagaseta, que en mi época estaba destinado en la biblioteca y parecía un personaje sacado de una película de la Hammer. En definitiva, lo que habeis comentado algunos, que eran gente que se había metido (o mejor dicho los habían metido) al seminario siendo niños y ya de adultos se daban cuenta de que eso no era lo suyo y pagaban su frustración con los pobres, inocentes e indefensos chavales. No entiendo como puede haber gente que tenga buen recuerdo del Vicente Ugarte o de cualquiera de aquellos cabrones, simplemente no me entra en la cabeza, y los que dicen que les han perdonado... Respeto su opinión, pero yo ni perdono ni olvido, e incluso hay veces, cuando me recreo demasiado en el recuerdo, que me entran ganas de vengarme de alguno, porque ahora ya no podría pasarse conmigo, sino que sería yo quien les metería a ellos una buenas hostias.
P.D. Se me ha olvidado comentar el refinado y efectivo método de castigo consistente en cojerte de la patilla casi levantándote del suelo y estrellarte la cabeza contra la pizarra al grito de "APRENDIZ DE IDIOTA!!!" . Hijos de puta...

Miguel dijo...

Se me ha olvidado comentar algo muy importante, y que quería decir porque corrobora algo que ya se ha dicho más arriba: Era habitual humillar y reírse del típico compañero obeso, no solo en gimnasia, sino en clase de lengua: Si sacaba mala nota, el Hermano Tito le decía: "Aqui que pasa, que de estudiar poco, no? Solo nos dedicamos a engordar o que?" Momento que toda la clase celebraba con sonoras carcajadas(toda la clase menos yo, que con 10 años ya veía la injusticia y la infamia de aquello). También se les llenaba la boca hablando de "compañerismo", "solidaridad" y otra palabras bonitas, cuando la realidad es que solo les interesaban los que iban bien en los estudios y eran disciplinados y a los demás les trataban como escoria. La fiesta del Hermano POlicarpo y las misas que daban eran un perfecto y repugnante ejercicio de hipocresía, y dejo de escribir ya, porque me hierve la sangre recordando a quellos hijos de la grandísima puta.

Anónimo dijo...

El olvido es una buena medicina, desde luego.
Yo he vivido todo eso, más visto que sufrido, por suerte.
Una pequeña mención al éxito clamoroso de nuestros educadores, que ya en ese momento disponían de un ejército de niños crueles, desalmados, que repetían las humillaciones vistas en sus maestros en las mismas cabezas, el gordo, el empollón, el de gafas, el afeminado, el del nombre raro....
Y como el olvido parcial no otorga santidad debo desear a todos esos adorables compañeros solo una cosa, justicia en sus vidad; que tengan exactamente lo que merecen, ni más ni menos.
Y, entre nuestros queridos maestros, añado a los vicentes, topos, focas, luisantiagos, erasos, chachos, sopas,...el nombre de Fermín Arcaute, del que espero que arda en el mismo Infierno eterno que el resto de sus colegas que tuvieron la desvergüenza, la mezquindad, la pobreza de espíritu de arrancar la inocencia de unos niños.

Anónimo dijo...

Aunque no he leído todos los comentarios, se me revuelven las tripas cuando leo parte de aquello que padecimos . El miedo atroz al hermano Remigio ( Vicente Ugarte)) los golpes sistemáticos como parte de su peculiar sistema pedagógico, las humillaciones que rallaban en la enfermedad por parte de quienes las practicaban, aún recuerdo cómo un hermano del que he olvidado el nombre completo, (creo que era Jose María y que había sido boxeador) nos obligaba a sacudir azotes en el culo a un compañero castigado. Recuerdo también mi entrada en parvulitos con 6 años, uno de los primeros días, cuando volví a clase tras el toque de fin de clase a recoger aquel famoso verdugo y me encontré de frente con el hermano Antonio Aguirre quien sin mediar palabra me lanzó contra el suelo de un bofetón. Mi recuerdo especial para él y todas la caterva de enfermos, acomplejados y psicópatas que nos intentaron machacar, pero que no lo consiguieron.
Un saludo emocionado a mis compañeros.
Miguel Núñez .

Martín Pescador dijo...

He vuelto con más tiempo para leer el resto de los comentarios y lo único que no me cuadra es alguno comprensivo y benevolente hacia los hermanos Corazonistas. Recuerdo ahora que, como suele ser normal en los lugares en los que se padece una constante represión, existía una pequeña porción de chivatos y pelotas, es la única explicación que me cabe para estos comentarios. El tiempo difumina los recuerdos y a veces los endulza a conveniencia borrando sombras y tachones; más difícil es hacerlo cuando el recuerdo del dolor y la humillación ha quedado grabado con dolor en la piel y en la memoria.

Yo sufrí esta educación durante 11 años( y recuerdo muchos de los episodios que se han relatado, incluyendo la humillación a un compañero tartamudo( Jesús) y a otro con una obesidad muy seria y que fallecería antes de llegar a la adolescencia ( Luis). No hay ninguna invención, ni exageración, tampoco en las acusaciones de pederastia, no hay ni siquiera espíritu de revancha, esas cosas ocurrieron y deben recordarse. Enhorabuena por publicarlo.
Finalmente mis disculpas por la falta ortográfica cometida en mi anterior post ( rallaban por rayaban) debe haber sido una pueril venganza inconsciente ahora que estoy a salvo de capones y hostias o tal vez una confirmación de que con sangre la letra no siempre entra, aunque sí que es cierto que de las peores situaciones se pueden sacar enseñanzas valiosas: nosotros ya los conocimos y a nuestros hijos los pusimos bien lejos de ellos, y de sus enseñanzas.

Un saludo. Miguel Núñez.

José Antonio Peñas dijo...

Un fuerte abrazo para ti, Miguel, y gracias por pasarte por aquí. Sí, es curioso el contraste entre unos y otros recuerdos. Lo veo en mi propio caso, ya que no recuerdo al Florentino como un profesor pegón, pero otros compañeros con los que he hablado sí lo recuerdan así. Y estábamos en la misma clase, así que está claro que yo veía las cosas con otros ojos, y de hecho disfruté sus clases los dos años que le tuvimos

Anónimo dijo...

Don lino navascues cunchillos, gran hijoputa poco nombrado me molió a ostias con 6 o 7 años que tendría yo. Si me lo echase a la cara ahora, una buena ostia se llevaba el muy cabron

laclaustra dijo...

Estuve en el Colegio entre septiembre de 1971 y junio de 1984, o sea, de párvulos a COU, los trece años que completaban este ciclo de nuestra formación anterior a la universidad, por supuesto, coincidiendo con el dueño de este blog

Querría empezar preguntándote si cuando dices que recuerdas con cariño a Florentino, al que tuviste como profesor dos años, no le estarás confundiendo Don Florencio (Díaz, ¡creo!), profesor externo que en mi generación nos dio clase en varios cursos del segundo ciclo de la EGB (yo le recuerdo en 7º). El H. Florentino Foronda, sí, sí, hermano de Jesús Foronda, nos dio clase a muchos de nosotros en Párvulos y, hasta donde yo recuerdo, siempre estuvo ahí, y sólo ahí...

Lamentablemente viví en primera persona, tanto por sufrirlo en mis carnes como por ser testigo presencial directo, muchas de las anécdotas que aquí se narran, pero, a pesar de ello, mis recuerdos positivos pesan muchísimo más que los negativos, y con ellos me quiero quedar, aunque entiendo perfectamente a los que aquí nos expresan lo contrario, pues yo debí tener suerte, ya que "sólo" padecí capones (no pocos) y alguna vuelta al patio corriendo...

Un detalle que he notado como denominador común en todo el "hilo" de este blog es que todos os expresáis con absoluta corrección. Frecuento "foros" de Internet donde sus foreros deben ganar puntos por escribir: sin signos de puntuación, sin tildes o con graves faltas de ortografía, incluso incoherentemente. Y a ti Jose Antonio te felicito por tu habilidad literaria, no conocía tu blog y me encanta todo lo que he leído en él, se nota que alguien (aunque fuera el Chacho) te incitó a entrar apasionadamente en el mundo de la lectura y la escritura, ¡enhorabuena!. Algo positivo que nos llevamos todos los que pasamos por el SS.CC.

Otro día cuento algún recuerdo, pero vaya por delante el: "Tritur nusucuca garver si al urtutito raritre gulo ruso la carta rosa te trace ha he hi ho hu"...

José Antonio Peñas dijo...

Tienes razon, yo me refiero a DOn Florencio Díaz, un señor con un acento andaluz como el del gato Jinks, el de Pixie y Dixie.

Y ciertamente me enorgullezco de escribir correctamente, y me gusta ver que la gente que se pasa por este blog también lo hace.

Anónimo dijo...

En 5º de EGB el profesor castigaba a los alumnos a recibir hasta 30 golpes en la cabeza, con la parte de madera del borrador, delante de toda la clase. El profesor de Latín humillaba de forma cotidiana a los más débiles, y se ensañaba con algunos de forma cruel, también delante de todos, mientras nos escupía su desprecio. La violencia bestial de profesores sádicos, despóticos, despreciativos, no era excepcional en el colegio aquel, y ha dejado en algunos de nosotros una herida que no se puede, ni se debe, olvidar.

Anónimo dijo...

TODO VERDAD,,,,,,,,,EL LUIS SANTIAGO,,,pederasta,,te daban una hostias,,hijos de la gran puta,,,el vicente un asesino,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,con EDUARDO la tenian tomada con el una vez en clase de gimnasia le insultaba el CARBALLO,,,EDUARDO SE LEVANTO Y LE DIO UNA GALLETA con 11 años los tenia bien puestoss,,la respuesta fue una somanta de hostias,,,,,,UNA PALIZA,,,yo tengo el meñique roto y deformado por cubrirme la cabeza de un puñetazo,,OJALA ESTEN TODOS ESOS CERDOS BIEN MUERTOS,,,

Anónimo dijo...

JODER,,ACABO DE DESCUBRIR esto y se me viene a al memoria,,,,EL PUTO BUENDIA y los reglazos,,en las manos,NO EXAGERA NADIE,,,te lanzaban el borrador a la cara si te veian distraidos,, tirones de pelos,,, niños llorando,,,me acuerdo de una pintada en el baño LUIS SANTIAGO TOCAPOLLAS,MARICON,,,,PUTO FRANQUISMO

Anónimo dijo...

Y LOS QUE NO PEGABAN SON COMPLICES,Y SI ALGUIEN AQUI LES DEFIENDE ES QUE LE GUSTA LA VIOLENCIA,,,,,,,,,,,,,,,,,,,TENIAN QUE INDEMNIZARNOS,,,,,,COMO VICTIMAS DEL FRANQUISMO,Y LA IGLESIA,,

Unknown dijo...

Hola yo estudie en corazonistas toda mi vida, desde el 85 hasta el 99 y desde luego que hemos vivido colegios muy diferentes. Puedo entender a los anteriores a mi época porque eran tiempos difíciles por lo que contáis pero los que hayáis coincidido en mis años exageráis bastante. Yo tengo muy buen recuerdo de mis años de corazonistas, cierto es que eran exigentes pero la mano se levantaba en contadas ocasiones. Lo que si puedo decir a mis 32 años es que todavía mantengo a mis amigos del colegio y como yo, otras generaciones a las que conozco y sólo por eso me gusta haber estudiado allí. Además creo que el nivel de estudios eno época era muy bueno, de hecho todos mis amigos, en estos tiempos tan complicados, están trabajando tras haberse sacado la carrera. Sólo quería hacer constar que no todos los que hemos estudiado allí tenemos malos recuerdos. Entiendo a los más mayores pero los más jóvenes exageran y mucho

caliapa dijo...

Anonimo, soy al que dieron dos palizas el mismo día seguidas, me gustaría saber quien eres, eras compañero mío de clase seguro. Caliapa.

Anónimo dijo...

No os ancléis en el pasado. Eran unos hijosdeputa pero lo hemos superado todo. Con esos cerdos hemos, no obstante, logrado tener valores positivos en la vida. Animo

Anónimo dijo...

yo era del C,,

Anónimo dijo...

esa foto pertenece al asesino hijo de puta del REMIGIO. Me mandaron una carta cuando murió un grupo de meapilas, y les mandé a la mierda. Estos cerdos, con ÁNGEL GABILONDO de mirón y consentidor de sus pederastias.

Cuando el sarnoso del REMIGIO entraba en mi clase con su cabeza cuadrada, me ponía de rodillas y me daba de ostias. Aparicio: 8/8... Creo que abusaron de todos nosotros, nos sometieron. A algunos les dieron por culo, y a todos nos han dejado con una idea equivocada de lo que es la infancia en un colegio, y no en un campo de concentración. QUIERO HACER UNA PELÍCULA SOBRE LO QUE NOS HICIERON LOS CORAZONISTAS, como humillaban a los débiles, el perro del SANTIAGO VILLANUEVA ARCHELIZ, el etarra hijo de satanás de BILBAO BILBAO PEDRO MARÍA, la paliza que le pegó MORATALLA a uno de mi clase que casi le mata. La paliza que nos dio a mi hermano y a mi el REMIGIO por llamar a un niño CARBONERO.

El Felipe gordo como un buey pitando en el patio... los medios bocatas de caballa, me siguen encantando... hubo cosas muy malas, sufrí mucho y algún hermano me intentó meter mano y me cagué en sus muertos...

os animáis, ponemos unos euros y les enseñamos a los de ahora como nos daban de palos, nos hacían tragar tiza, cuando no mierda... Os acordáis de la pizarra rota por un puñetazo.

CUANDO SE LES HUNDIÓ EL COLE POR ESPECULAR ME ALEGRÉ, había desaparecido el cobertizo del pis, y el frontón en el que Larreina, Urturi... nos daban capones con sus dedos morcilleros llenos de callos. Y el Muga, que gracioso, y el Pelines... Don Florencio... al que no ponga la formulita le planto un cero, le planto un cero...

Me he quedado jodido como el resto.

Y de nosotros, de todos nosotros, quién ha llegado arriba. Era un colegio de segundas y terceras filas...

He visto a Prieto llorar en clase, a Alcalde que se le murió la madre y nadie le compadeció. He visto a Carballo mirar a otro lado cuando el hijo puta del Sáenz Gadea daba de ostias a los Escarpelini Gorriti... Tenemos para hacer una serie de mil capítulos... jajajaja...

También me acuerdo de la mili, de mis novias, del hermano Alberto, de las del cole de enfrente, de Sánchez Villas... podría escribir miles de horas y años de todo lo que viví. A lo mejor es una buena terapia. Si no os animáis con la película, hacemos un libro, pero deben saber que en nuestro nombre CORAZONISTAS....

EL PUTO REMIGIO ARDE EN EL INFIERNO, y que cara de cabrón con pintas. El diablo en persona. No debió nacer.

Anónimo dijo...

Almodovar se quedo corto con su pelicula La Mala Educacion,,,hace falta un remake,,,era de terror y NADIE EXAGERA,lo que pasa que los malos recuerdos el cerebro los saca con la edad,,,ME parece una idea buenisima y tienes todo el derecho,,,yo me apunto

laclaustra dijo...

En respuesta a Anónimo

Hacía tiempo que no entraba por aquí, casi desde mi última intervención...

No me parece justo que se generalice a todo el colectivo de Hermanos Corazonistas. Había muchos que no comulgaban con estas prácticas, y además eran buenos, que digo, muy buenos profesores, como por ejemplo el H. Ortega o el H. Severino, o el Padre Julio Revillo, incluso el H. Jesús Foronda, dentro de sus peculiaridades, era buena persona y buen profesor (también su hermano carnal, Florentino)

Aún más injusto me parece que se diga que los demás eran complices, pues en aquella época era habitual utilizar los golpes para enseñar, ¡lamentablemente!.

Las "Leyes" y la "ética" de aquella época por desgracia aceptaban ese tipo de prácticas, pero la generalización siempre es mala, muy mala

¡Con qué cariño recuerdo a muchos otros profesores externos como la de Historia (Elena), Inglés (Antoinette, ¡creo!) o los de dibujo (Pablo) y biología (Alberto)... de BUP y COU!, ¿también les consideras cómplices?, no, no es justo, no lo son, tuvieron que convivir con ello...

Anónimo dijo...

respuesta a LACLAUSTRA. Hablas sin saber. Hablas de diez años después de que nos metiesen mano. Y crees que si un 'hermano' te toca la polla,el que está al lado le dice algo. El Foronda era un hijo de puta, el Florentino un perro sarnoso que contaba las confesiones de los que nos haciamos pajas. Lo contaba en clase delante de todos. Crees normal que Ángel GABILONDO, que iba con tías por la calle abrazado, merece haber sido ministro, cuando fue consentidor de abusos SEXUALES, que no hablamos de una tobita detrás de las orejas. De palizas q dejaban medio muertos a niños desde los 5 años. Traumas para toda la vida. Nos enseñaron a odiarles, y te garantizo que si viese a uno de ellos le perseguiría hasta su extinción. ERAN UNOS MARICONES ETARRAS que pretendían trasladarnos sus complejos y odios. y ojalá ardan todos en el puto infierno. LACLAUSTRA, que te enteres de qué va esta movida, para alabarlos escapa a otra página de mamadas.

Anónimo dijo...

LISISTRATA pero da el nombre de esa salida q os metía mano. sin nombres no tiene valor. en nuestro colegio, como eran mayoría los acosadores, pues eso. Pero te puedo decir de carrerilla: COLEGIO CORAZONISTAS: Maricones que metían mano a la gente: Luis Villanueva, El Puti... no digo más que se me gastan... el resto miraban para luego pecar en el internado con los que dormían allí, que esos si que pueden contar la intemerata. menudos BUJARRAS. Esto no son educadores, son enfermos mentales con título para violar.

Anónimo dijo...

LISISTRATA pero da el nombre de esa salida q os metía mano. sin nombres no tiene valor. en nuestro colegio, como eran mayoría los acosadores, pues eso. Pero te puedo decir de carrerilla: COLEGIO CORAZONISTAS: Maricones que metían mano a la gente: Luis Villanueva, El Puti... no digo más que se me gastan... el resto miraban para luego pecar en el internado con los que dormían allí, que esos si que pueden contar la intemerata. menudos BUJARRAS. Esto no son educadores, son enfermos mentales con título para violar.

laclaustra dijo...

Anónimo, ¿sabes tú lo que yo sé o dejo de saber?, contesto yo, no

Ya he dicho que yo tuve la suerte de no sufrir en mis carnes lo que describes, y deduzco que tú lo viviste mucho más de cerca que yo. A mí, y al 99% de mi generación, que es la de Jose Antonio, solo nos llegaron rumores, que por cierto todos dimos por veraces, seguramente se quedaron en eso, rumores, porque los afectados no se atrevían a reconocerlo

A mí me han dado "capones", no pocos, pero lo más importante es que no todos los curas o hermanos lo practicaban, tan solo algunos, y eso estoy defendiendo. Si crees que con mi intervención estoy defendiendo lo que considero actos delictivos, te equivocas, si se puede que se persiga, pero mi paso por el Colegio no va a quedar empañado por ello, y sinceramente te digo que lamento que el tuyo sí

Nuestra "quinta" celebró el 25 aniversario de salida del Colegio hace unos pocos años, creo que en el 99, y nos juntamos mas de 80, ¿tú crees que en algún momento se habló de algo de todo esto que comentas aquí?, te garantizo que no, al revés. Incluso nos juntamos con algún compañero que fue expulsado en 3ºBUP, ningún comentario, ni de su expulsión ni de todo esto, y nos juntamos desde muchas provincias de España, Andalucía, Canarias, Ciudad Real..., todos acudimos con ilusión por reencontrarse

Insisto que no pretendo defender, solo te pido que no generalices

laclaustra dijo...

Me he "torrao", el 25 aniversario se debió celebrar en el 2009, no en el 99, ¡mil disculpas!

José Antonio Peñas dijo...

COn todo respeto, Laclaustra, yo no hablo de rumores. Lo que cuento en mi texto lo vi y lo viví. Si tú fuiste más afortunado, mejor para ti, pero igual que no quieres que unos generalicen en una dirección, no generalices tú en la otra.

laclaustra dijo...

Acepto que pueda estar exagerando un poco, no mucho, pero no que generalizo, ¿dónde lo he hecho?, no soy consciente. ¿No hay ningún profesor externo o hermano del que guardes buen recuerdo?, ¡no me lo creo!, me costaría creerlo incluso de Anónimo (creo haberte leído que tenías "buen rollo" con el Chacho, del cuál yo no puedo decir lo mismo, es más, para mí era de los pocos que no estaban a la altura ¡para gusto los colores!)

En nuestros cursos de la EGB éramos unos, pongámosle 50 por clase, por 4 clases, 200 alumnos. Supongamos que 10 vivieran vejaciones sexuales (que con que hubiera sólo uno estaría fatal), eso implicaría un 95% que no lo sufrimos, luego bajo mi cifra del 99%, no al 95% sino al 90%, para no discutir demasiado por los porcentajes

Pero por mal que esté no podemos decir que TODOS eran así, es como si decir que como hay un político corrupto ya lo son todos (aunque según escribo esto me doy cuenta que quizá no haya escogido el mejor ejemplo), buscaré otro, sería como si los italianos que al parecer descubrieron partidos amañados y por ello ya decimos que todos los árbitros son corruptos, no, mi opinión no puede ser favorable a ese punto de vista, lo lamento pero no

Por cierto, Anónimo, ¿dices que Florentino contaba secretos de confesión en clase?, me sorprende, desde el año 70 hasta su final estuvo dando clase en párvulos, sin salir de ahí, y a esa edad ninguno sabíamos qué era eso,..., y por otro lado, ¿era sacerdote?, pues debió colgar los hábitos porque nosotros sólo le conocimos de Hermano Corazonista

José Antonio Peñas dijo...

Sí, pero lo que he mencionado y explicado no lo ha sido por rumores. Lo que cuento es lo que vi y viví.

Don FLorencio (que no florentino, me lo aclaró un compañero más arriba), Chacho, Jesús (un seglar que me dio 2º de EGB), El Bacterio, Alfonso, el hermano Otálora, Pablo Forever, Luis Ortega, el Sopas... son gente que me enseñó y me ayudó a crecer. Pero eso no cambia la realidad que vivimos en esos primeros años, en los que lo normal era la hostia porque no había consecuencias para el que hostiaba.

laclaustra dijo...

Bien, eso me encaja más, alguno hay del que guardas buen recuerdo, ¡me alegro!, y yo, para bien o para mal, guardo un excelente recuerdo del Colegio...

Cuando utilicé el término "rumores" lo hacía para referirme, no a las "hostias", que las hubo, y no pocas, aún recuerdo una paliza a un compañero en 2ºBUP en el pasillo mientras el profesor de dibujo anterior a Pablo le miraba atónito, o también como en EGB las reglas de madera tenían nombre (¡mal asunto!) sino a los abusos sexuales, que a tenor de lo descrito por Anónimo debieron ser más frecuentes de lo que nos llegaba, aunque yo insisto, en mi entorno, esto último eran "comentarios de pasillo" (seguramente reales) pues o bien el colegio, o bien el propio afectado, lo ocultaban (debieron ser experiencias aberrantes y difíciles de superar)

De alguno de los nombres de Hermanos que se mencionan aquí yo también oí que abusaron, cierto, sobre todo con un compañero de un curso superior al nuestro, pero yo no puedo confirmar que fuera cierto y de nuestra generación no supe nunca de ninguno, al menos yo no, y eso que hacíamos vida allí...

ana peña escobar dijo...

yo gracias a quien sea no fui a colegio ni de curas ni de monjas y exceto doña florencia,que se le iba la mano de vez en cuando con los mas lerdos,egun ella,mis colegios han sido nromales.

siento muchisimo todo lo que tuvisteies que vivir.

Miguel Ángel Hervás dijo...

Me resulta muy curioso que, a pesar de ser personas que, en general, habéis sufrido mucho con los hermanos corazonistas, no reneguéis de la educación recibida. Educación que, por cierto, se os nota mucho por la forma y el fondo de los comentarios leídos. Yo estudié en los Corazonistas de Alfonso XIII desde 1969-70 (párvulos) hasta 1981-82 (COU): toda mi vida escolar. Algunos de los recuerdos y descripciones de castigos que desgranáis en vuestros textos son objetivamente ciertos. Sin embargo, el tono general me parece un poco exagerado. Y no soy el único. El año 2007 celebramos en el colegio el 25º aniversario de nuestra promoción y vino bastante gente. Recuerdo que me produjo cierta sorpresa el hecho de que la gran mayoría de compañeros de promoción que tenían hijos en edad escolar, los llevaban a los Corazonistas. Eso, en mi opinión, significa algo.

Tengo claro que los curas tenían sus cosa buenas y sus cosas malas; pero después de leeros a todos en este blog, puedo decir que en algo, a pesar de los capones y los 'maltratos' (el entrecomillado es adrede), sí acertaron: nos enseñaron a expresarnos con libertad.

Un abrazo para todos.

laclaustra dijo...

Entonces eres un par de años mayor que nosotros, pues Jose Antonio y yo somos de la quinta del 66 y tú debes ser del 64...

¡Hombre!, no todos renegamos de la educación recibida, yo no lo hago, pero a tenor de lo leído, debo reconocer que algunos lo han debido pasar francamente mal...

Miguel Ángel Hervás dijo...

Efectivamente, soy de la quinta del 64.

Con mi comentario sólo quería decir que cualquier generalización es un poco injusta. Hablamos de una época en que los castigos físicos estaban hasta bien vistos por la sociedad y los colegios, sobre todo religiosos, no se sustraían a esa realidad. Evidentemente las instituciones religiosas, por su propia idiosincrasia, eran terreno abonado para comportamientos censurables, poco éticos y siempre dañinos. Y sé que esos comportamientos se cebaban con más saña con personas más débiles o indefensas. Pero también quiero decir que yo, personalmente, he conocido dentro del ámbito del colegio personas, religiosas y seglares, que con su bondad y su humanidad han contribuido a que mi experiencia escolar haya sido, en conjunto, gratificante y enriquecedora. Hablo de gente como el hermano Alberto, el hermano Emilio, Matías (sacerdote), el hermano Julio, Alberto (el Bacterio), José Antonio Ibáñez, el gran Ramón Tomé, Elena (profesora de Geografía e Historia), Fermín (el psicólogo), el Laureano (daba Matemáticas en 2º de BUP)... Seguro que me dejo alguno.

En fin, que cada uno cuenta la fiesta según le va en ella. Lo importamte es sentirse libre de contarla de verdad.

Abrazos para todos.

seguidor dijo...

Soy Andres López Gregorio estudie en Claudio Coello y en Alfonso XIII
Me considero Corazonista,y os digo que lo que no me enseñaron es a escribir anónimos,
Si aprendí lo que es el perdón
Un abrazo al todos compañeros

Anónimo dijo...

Acabo de descubrir este blog y he rejuvenecido casi 30 años.
Me llamo Manuel ,aunque todos me llamaban Luque (ya sabéis, los apellidos...) estudié en los Corazonistas de Madrid desde el 75 hasta el 88 y la verdad es que no lo pasé tan mal, aunque tampoco lo recuerdo con gran dulzura: hubo momentos muy buenos y otros lamentables.
Cuando acabé COU volví al cole en sólo 2 ocasiones: la ceremonia de fin de curso de mi hermana (que vino de las Catalinas a hacer COU con los "coras"), la otra , para votar...
Mi hermana fue de las que tuvo que aguantar al reprimido del "Chacho"... que tipo más estúpido y que en absoluto comparto lo de buen profesor.
Seguramente yo era de los estudiosos y por eso me libré de más de una leche (Alguna sí que me llevé) porque la verdad sea dicha: "hostias" haberlas las había ... y algunas de ellas de película.
Aunque empecé párvulos con el B , en tercero me pasaron al C (...) y creo que eso fue una intervención divina porque los profesores eran muy diferentes unos de otros (me refiero a la hora de repartir hostias) y los del C, en general, fueron "normales": el Teodoro en 3 EGB, el simio (muy facha eso sí) , buenos tipos ambos. En 5 EGB tanto el Lara (que se empeñó en que dejara el balonmano por el baloncesto) como el Dioni fueron excelentes y tampoco fueron malos todos los profesores de BUP: Alberto (bacterio) de mates y biología, Alfonso (química y física) , Ventanilla (química), Pablo (dibujo) ,Antoinette (inglés) y por supuesto no quiero olvidarme del Hermano Ortega: sí, aquel que se llevaba las manos a la cabeza cada vez que le decíamos que de mayor queríamos ser ingenieros... de lo mejor del profesorado (ingeniero químico de Sarria).
Ni del buenazo del Padre Mauro de Religión.
Aunque también tuvimos nuestra ración de hijoputas y algún que otro maricón reprimido: no nos libramos del hijo puta del Puche (repartía de lo lindo), ni del imbécil que nos tocó un año en historia (éste no era cura), ni del Baltasar (el foca) y del imbécil de su hijo en Gimnasia (estos dos sí que eran de película...): menos mal que como contrapunto también estaba "Pepe" (un gran tipo).
Tampoco nos libramos del "Eraso" (un gordo sobón) , ni del capullo de flauta (Lago) ...
Mención particular merecen:
1.-Hermano Narciso Larreina Gainzaraín (el carlista): tres años seguidos dando lengua. Yo era de sus alumnos favoritos y nunca me tocó un pelo (no era mal estudiante, repito) pero sí vi caer a mi compañero Ángel Gramaje todo un tramo de escaleras rodando trás la hostia que le soltó ...
2.- Para el cabrón del "jomeini" cuyo nombre no recuerdo y que disfrutaba levantándonos por las patillas en el comedor: que gran "amigo" ... Él fue uno de los responsables de que en el campamento de Benasque , de no recuerdo bien el año, uno de nuestros compañeros de apellido "Barahona" (del B) se perdiera en una marcha y acabara muerto , despeñado... Muchos lo recordareis otros ni os lo habrán contado.
Sobre su conciencia queda.
Y por último, una anécdota, ésta es del director del centro que creo se llamaba Carlos... Un día entró en clase y nos suelta: "... Mañana día 20 de noviembre, no voy a permitir que nadie traiga al colegio ningún símbolo como banderas, ... Al igual que yo tampoco puedo poner ninguna ikurriña en la entrada del colegio..."
Ahí queda eso!

laclaustra dijo...

Me ha encantado tu intervención Manuel, aunque el detalle de Benasque, que desconocía, me ha dejado los pelos como escarpias..., ¿en qué año ocurrió eso?. Eres 4 años más joven que Jose Antonio y yo, y veo que compartimos muchos profesores, no todos, incluso la opinión sobre ellos
Lo del director Carlos, ummm, ¡no sé quién debía ser!
Un saludo

Ricardo dijo...

Hola, yo fuí al Sagrado Corazón de Alfonso XIII más o menos del 79 al 84...me dieron de hostias ( aparte de las de la misa) hasta reventar. En 3º y 4ºEGB tuve a Don David (no era cura), un listillo que iba de simpaticón que disfrutaba soltando la mano y humillando haciendo reir a la clase a costa de los capullos que estábamos los últimos de la clase (nos ordenaban por puestos.....) Por cierto siempre estaba manoseando a Fátima profesora de 1º EGB. En 5º tuve a Teodoro, se le escapaba también alguna, pero la apoteosis de hostias la recibí en 6º de EGB tenía 6 o 7 profesores y rebia de por lo menos 5. Lago era un salvaje que atizaba hasta con la flauta, estaba loco. Ibarzábal el de Inglés daba con el puño cerrado y te pitaban los oidos de los hostiones que daba, recuerdo un puñetazo en la nuca que me dió un calambre por todo el cuerpo. Faustino me soltó solo una pero manudo hostión. Puche un tarado, te sacaba al pasillo y te hostiaba literalmente. A veces venía algún profesor de otra clase paseando a algún desgraciado a hostias para irle exhibiendo...en fin una puta locura. Las veces que he pensado en ir allí a cagarme en la puta madre de todos ellos. Vaya infancia que tuve de mierda, y en casa callado por miedo a que mis padres les dijeran algo y tomaran represalias...en fin una experiencia que no se me olvidará jamás y que desde luego ha marcado algunos rasgos de mi personalidad. Hoy en día soy un profesional brillante después de la mierda que me hicieron sentir. Con respecto al director Vicente un paleto que me pregunto en 6º (llevando 6 años en el colegio que si era nuevo....).

Ricardo dijo...

Por cierto mención cariñosa al padre de Juana (matemáticas) 6º de EGB, era todo un señor. Ese colegio me trae recuerdos muy amargos. Creo que después cambiaron.....pero yo ya estaba jodido

pedro dijo...

Colegio Fray Luis de León, padres Reparadores. Allí estudié hasta 2º de bachillerato. Después nos mudamos y mi nuevo colegio fue el Sagrado Corazón de Alfonso XIII, hermanos Corazonistas. Allí termine mis estudios en 1972.Despues me licencié en medicina en el 1978.
No noté la diferencia entre uno y otro. Era un mundo de supervivencia en el que me enseñaron mucho y bien, eso sí rodeado de bofetones y lo que más lamento, de humillaciones. Entonces era así y así lo asumíamos.
Nunca se me ocurrió comentar en casa situaciones que después de mayor me cuesta creer haber vivido. Mis compañeros tampoco lo hicieron. El cole era así en una España que también era así. En el cole me pagaron como a todos, y en la facultad me siguieron pegando, como a muchos.
Entonces tenia la sensación de estar solo, si me pegaban era mi problema y si pegaban a otros, pues era el de ellos. Incluso en alguna ocasión en la que me tocó hacer de “verdugo”…sí, éramos los compañeros los que en ocasiones aplicábamos el castigo, teníamos que pegar a nuestro vecino de pupitre, a nuestro amigo. Si le dabas flojo, recibías tú, corregido y aumentado.
Tuve profesores fantásticos que han marcado el rumbo de mi vida como D. Julio Revilla Coscojuela y su radio EA4JG que abría las fronteras de la comunicación a las antípodas, en una España cerrada a cal y canto; o Don Cruz que marcó mi infancia con el sello de la honestidad y el compromiso, o como otros muchos más.
De otros he conseguido olvidarme. Sí, olvidé sus nombres y sus caras. Da igual, prácticamente cualquiera de ellos se podía transformar en un segundo y sacudirte sin mediar palabra. Ellos también estaban solos y asumían su rol igual nosotros el nuestro.
El grupo de compañeros que hemos seguido manteniendo contacto no deja de ser significativo: tres médicos, tres ingenieros de telecomunicaciones, un ingeniero aeronaútico y un abogado. Enseñar materia, nos enseñaron .
Y cuando nos vemos y hablamos del cole no lo hacemos con odio, tampoco voy a decir que con mucho cariño, pero nunca me había planteado hasta ahora otra cosa diferente a lo que comentamos cada vez que coincidimos: joder con los curas, menuda somanta de hostias nos llevábamos entre pitos y flautas…y la excursioncita al Cerro de los Angeles cada mes de junio, allí el himno lo cantábamos todos: “Madrid corazón de España….” Los rosarios que conseguíamos hacer interminables para no dar clase, el botijo en la ventana a partir del mes de abril o los partidos en el patio todos a la vez y cada curso con su pelota, en bachiller éramos 4 cursos (yo del C) cada uno de cuarentaytantos.
A mis hijos nunca les conté mis recuerdos colegiales, pero por si acaso los he mantenido bien apartados de la enseñanza religiosa

Pedro Chana

Anónimo dijo...

Hola.
Cuántos recuerdos al leer los comentarios de tantos corazonistas, sobre todo el de LUQUE. En cuanto a la muerte de OSCAR BARAHONA OLIVA creo recordar que fue en el verano de 1984, después de acabar 8º EGB; recuerdo que nos impactó a todos.

Anónimo dijo...

Hola a todos, hace tiempo que no entraba en el Blog y veo que sigue muy activo, lo cual me alegra.

Me hace gracia los que mezclan el franquismo con las putadas que nos hicieron en ese colegio. No voy a hablar de política ya que este no creo que sea el sitio para ello, pero ya está bien de mezclar churras con merinas.
Como ya comenté en primera intervención, tengo amigos que también estudiaron en colegios de curas esos mismos años como los Agustinos o los Jesuitas y cuando siempre les he comentado nuestras vivencias con los Corazonistas, pensaban que les hablaba de una película de ciencia ficción. No sé si la diferencia fundamental era que sus curas eran Padres (sacerdotes consagrados, posiblemente con una vocación más clara y por supuesto con mayor formación)y los nuestros eran Hermanos, muchos de ellos metidos a la fuerza en los Seminarios cuando eran menores de edad.Ni qué decir tiene los amigos que estudiaron en colegios laicos o mixtos (que los había) en aquella época.

Como anécdota recordar que uno de los peores bichos de ese colegio, el hermano Pedro Mª Bilbao Bilbao, cuyo nombre se repite (siempre para mal) en este Blog no era precisamente "franquista", se comentaba que fué detenido por pertenecer a un comando de información de ETA. Nunca supe si eso era verdad, pero era lo que le faltaba a tremendo hijo de puta.

Un fuerte abrazo a todos.

Ricardo dijo...

De verdad que bueno leer todos estos comentarios, ¿ Quedará alguno de estos maltratadores trabajando aún? Como dije en un texto anterior estuve entre el 79 y 84, ahora me arrepiento de no haber contado a mis padres las perrerías que me hicieron, casualmente después de mucho tiempo vi un test de inteligencia que nos hicieron y salía prácticamente subnormal...después de salir del colegio en otras pruebas he salido con un coeficiente superior a la media...no se si lo que querían es que me fuese de allí y presionaban de esta manera a los padres. Se me calentó un poco la cabeza e hice un escrito al actual director del colegio comentando algunos aspectos de la educación que allí se impartía, a base de hostias y humillaciones. Algún día que llegaba tarde había un capullo con gafas en la puerta deseando de meter una hostia a los rezagados. Vergonzoso lo allí vivido y tengo que decir que repetí 6º de EGB ya en otro colegio y jamás vi ni un atisbo de lo que viví allí. Pasé a ser un chaval normal que aprobaba y tenía amigos y resulta que era un tío de puta madre..joder quién me lo hubiese dicho. Mi emocioando recuerdo, al hijoputa del Lago (el de los flautazos) Por hacer un dibujo que no le gustaba me mandó levantar e ir a su sitio, me dijo ponte ahí de pie y quítate las gafas, las dejé encima de una mesa y con una sonrisilla me pego una gran hostia en la cara que me hizo agachar la cabeza y llorar del dolor. Otro día en un cambio de clase cuando se fué volvió y me vió de pie viendo unos gusanos de seda de un compañero, sin mediar palabra dejó su carpeta y me hostió hasta que me senté en mi sitio y sin decier nada se fué. Ibarzábal daba puñetazos coño puñetazos!!! le gustaba dejar fuera el nudillo del dedo corazón, era una salvajada. Don David el graciosillo, con dos hijos qe tenía el hijo de puta era capaz de hacerte un molinillo de hostias mientras se descojonaba y si le hacia gracia tu examen lo leía para que toda la clase se descojonara...perdón por el tocho pero es una rabia contenida lo que tengo y he encontrado esta vía de escape. Los buenos estudiantes se lo pasaban bien los jodios....no les tocaban cuando hablabas con ellos y la hostia se la llevaban siempre los mismos...Puche tarado, y el director Vicente otro más de la trama. Siempre justificaban las hostias como que era la única forma...y me dejo muchas cosas pero no os quiero aburrir. Un abrazo a todos

Anónimo dijo...

Hola a todos (y a todas, por si las hubiera)soy Luque, otra vez.

Ya ha pasado algún tiempo desde que descubriera este blog y me decidiera a escribir en él.

Simplemente quiero deciros que hace pocos días mi "quinta" celebró los 25 años desde que acabamos el ya anticuado C.O.U.(joder, como pasa el tiempo ¿verdad?)

Desafortunadamente, por motivos personales, no pude asistir a ese evento pero sí he recibido los comentarios de algunos de mis mejores amigos (que aún conservo del "denostado" colegio) y también algunas fotos.

Voy al grano con algunas conclusiones:
1.- curiosamente asistieron muchos compañeros/amigos que se fueron del colegio antes del COU: lo mejor del cole siempre fueron los amigos que hicimos allí y con el tiempo apetece volver a saber que fue de ellos: alegrarnos de que todos seguimos adelante (cada uno como puede) y apenarnos por aquellos que ya no lo cuentan...

2.- parece ser que también se habló de las "leches" que se repartían aquellos años: es decir, haberlas las hubo y de todos los colores... Pero el tema se trataba con grandes carcajadas (no hubo grandes traumatismos ni grandes traumatizados afortunadamente)

3.- La visita al cole es realmente interesante: ¡vaya como ha cambiado! y ¡vaya instalaciones! (... sin duda, ya no es lo que era)

Y por último, una reflexion personal: la mayoría de los de mi generación de COU son ahora medicos/as, ingenieros/as (unos cuantos), abogados/as, economistas,... Es decir,al final, a parte de las "leches", creo que algo bueno también se nos quedó... mejor así.
Hasta pronto

Anónimo dijo...

Tienes razón Luque, pero me gustaría saber cuantos han llegado a COU y cuantos se han quedado en el camino. Seguro que el que termina COU en este colegio tiene un nivel alto, tendrá buenos recuerdos y seguramente no ha sido humillado. Si había carcajadas en la reunión a lo mejor era porque a ellos no les habían dado una buena somanta de hostias como a otros. Te aseguro que hacian daño de verdad. Y que quieres que te diga, pues sí, me he reido como en cualquier colegio faltaría mas, también tendrá sus momentos buenos la maltratada no te jode, pero a mi se me han quedado grabadas las hostias y es mi recuerdo y seguro que el de muchos...enhorabuena por terminar allí los estudios, tiene mérito y seguro que es una satisfacción, respeto tu punto de vista pero no hay que quitar importancia a los hechos que allí se producían. Poco se puede hacer ya...pero a lo mejor a algún cabronazo garrulo que pastoreaba por allí le da por leerlo y se le cae la cara de verguenza.

Anónimo dijo...

He llegado a este link a través del grupo de facebook como otros de los que hay por aqui..curioseando y viendo que es de la vida de antiguos compañeros.

He de decir que yo estuve solamente un año alli, en COU. Todos los cursos los hice en Santa Catalina de Sena (colegio de enfrente, de monjas..mismo perro con distinto collar), cuando al principio era solo de chicas y que sorprendentemente no tenian COU alli, con lo cual todas acababamos pasando al de los curas.

Mi hermano, tres años mayor que yo, fue toda la vida a los Corazonistas, por tanto me conozco toda la historia y puedo reiterar las vuestras, todo es verdad y algunas historias me recuerdan a la suya, no puedo añadir mas que mi apoyo.
Solo incluir un episodio que me contó con Lago, en el que rompió (si, rompió) una flauta en la cabeza a uno de los compañeros de mi hermano.

Mi paso por alli fue breve pero fue el peor año de mi vida..y eso que ya estabamos en los 90.
Si bien no existian esa clase de abusos fisicos tan descarados que mi hermano y vosotros sufristeis, eran mucho mas evidentes los malos tratos psicologicos, el acoso a los que no iban tan rapidos como el resto y sobre todo a las chicas que estabamos alli, etc. En mi clase había una persona tartamuda y encima con sobrepeso, que era el continuo hazmereir de los profesores.
Habia un hermano, que ni recuerdo su nombre, nos daba lengua y desde el primer dia dijo que a ver donde estan las chicas guapas, que las iba a sacar todos los dias a la pizarra..ese era el peor en cuando a baboseo, comentarios, miradas, etc.
Otro parecido era el de ingles, del que solo recuerdo el mote "el tortuga", que no desaprovechaba la ocasion para acercarse a tu mesa y rodearte con el brazo para ayudarte amablemente con los ejercicios...

Del Ortega, que lo han nombrado mas arriba, la mayoria de alumnos le tenia panico, sus gritos y alaridos se oian por todo el pasillo porque no sabia hablar normal el hombre.. pero aun asi fue con el que mas aprendi, nos daba fisica y quimica.

En general la tension fue continua en ese curso, era un tipo de abuso mucho mas sutil de lo que habeis nombrado de hace tantos años.., pero aun asi despreciable, ya que aunque fuera poco, dia a dia se iba convirtiendo en una montaña.

Simplemente daros mi apoyo. Un saludo.

José Antonio Peñas dijo...

Joder, cuando escribí no pensé en las compañeras porque me centré en los primeros años. Pero lo que dices es verdad, un acoso que estaba tan interiorizado por toso el mundo que nadie lo veía extraño.

Un beso, quien quiera que seas (por las fechas que mencionas me temo que no coincidimos)

Anónimo dijo...

"En las sórdidas aulas
del colegio, sembradas
de crueldad doméstica,
torpemente regidas
por mediocres psicópatas
expertos en maldades".

Luis Alberto de Cuenca

Anónimo dijo...

Estuve en los Corazonistas toda la vida (1988-2003). Es un colegio donde prima la buena educación y la rectitud, los que no eran capaces de llegar a unos mínimos debían cambiar de colegio, pues el aprobado no es algo que se regalaba, había que merecerlo.
Comentar mis buenos recuerdos sobre el hermano Vicente Ugarte (desconocía que en otro tiempo fue Remigio), sabía matemáticas como pocos. Ciertos son sus famosos capones con los nudillos sacados, creo que nadie hemos escapado de ellos, pero tampoco nadie lo ha padecido tanto como para no contarlo. Quizás en otras décadas fue peor, eso es algo que desconozco. Yo recuerdo a Vicente como alguien cercano, amigable y con sentido del humor, es cierto que un humor a su manera, de un hombre que viene del interior de Guipúzcoa, su pueblo natal era Oñate, donde por cierto coincidí una vez con él en un verano a primeros de los 90. No dudó un segundo en saludarnos a mí y a mi familia y a dedicarnos unos minutos de conversación. Recuerdo también que acostumbraba a montar en bicicleta en el patio del colegio en los meses de verano. En paz descanse. Siempre recordaré su bocina y su grito de ¡¡LOS ÚLTIMOS!!
Quisiera acordarme también del hermano Florentino López, natural de Vitoria. Me dio clase a finales de los 80 en el último curso de prescolar. Me enseñó a escribir, sumar y restar, por lo que sólo puedo estarle agradecido. Es cierto que algún capón a destiempo se le escapaba, nada lo suficientemente grave. Acostumbraba a frecuentar los bares de la zona los sábados y domingos por la mañana. Se tomaba sus chatitos de vino con su ''pandilla'' como él la llamaba, nada malo. Le gustaba pasear y era afable y simpático, nunca rehuía al saludo ni dentro ni fuera del colegio. Recuerdo que enfermó y se quedó en silla de ruedas sin poder hablar, y aún así salía a la calle empujado por su hermana, y se emocionaba si nos veía (a mi familia) y le saltaban las lágrimas. En paz descanse.

Almirante Benbow dijo...

Yo salí de allí en el 82. Era un buen alumno así que mi rendimiento escolar me protegió, salí relativamente imdemne. Sólo sufrí los abusos de los locos que los generalizaban (Marcelino Moreno Merino y su regla, el Puti y sus sobes, Svintus y sus dos horitas diarias de castigo etc...) pero fui testigo de sucesos similares a los que contáis. Que los cuente nada añade a la discusión. Lo que sí me ha llamado la atención es que ninguno o muy pocos dijimos nada en su momento. En mi caso lo hice por primera vez hace unos diez años, mi madre se quedó escandalizada y preguntó ¿por qué no lo contaste? La verdad es que no lo sé bien, sólo supongo que fuimos al colegio como van los soldados a las trincheras: a sobrevivir con los camaradas. Los HH Corazonistas eran el enemigo y los soldados no hablan de sus batallas, sólo las luchan. Lo que más lamento al leeros no es haber pasado por allí, ya he confesado que apenas sufrí golpes o abusos, sino haber pasado sin darme cuenta del terror en que vivían algunos de mis compañeros. Después de todo, las cosas estaban cambiando y acabamos con algunos de ellos (recuerdo la crisis nerviosa del Marcelino o la muerte del Puti) pero pudimos hacer más.

Y los buenos fueron laicos: Antoinette y Alberto "Bacterio" me enseñaron a pensar, Mafia era un tío decente, el Zozo y Tomás hicieron lo que pudieron para educarnos más allá de las hojas de dibujo y poco más.

Anónimo dijo...

Yo he ido también al colegio al que se hace referencia, pero debido a la diferencia generacional no he vivido muchas de las experiencias que por aquí se comentan, ya que yo acabé en el año 2003. Eso sí, yo recuerdo con auténtico pavor al Hermano Pablo (el Pingüino) que era el tutor de 4ºA, nada que ver con el Hermano Santamaría (Santa) o el Chacho, bendito Chacho. Ese sí que era un profesor, un gran profesor, al que le debo mi pasión por los libros, y el no haber tenido que volver a estudiar sintaxis después de sus clases; nos ponía motes a todos, unos más graciosos, otros más peyorativos, pero siempre con una sonrisa bailándole en la boca. Al que siempre odiaré será al Oso (gracias a Dios ya he olvidado hasta su nombre) aunque no se queda atrás el Hermano Valeriano, al que vi hace cosa de un mes y me alegré de verle tan viejo y jodido.
No recuerdo que nos cayesen golpes, quizá el Hermano Marcos y el Hermano Pablo (3ºA y 4ºA) pero tampoco los recuerdo con demasiado rencor, eran personas mayores que habían vivido otros tiempos y que no supieron adaptarse a los nuevos.

Susana dijo...

A las buenas. Pues tengo una entrada escrita, que no sé si voy a publicar, sobre lo que me pasó a mi en el Divina Pastora de cuatro caminos. En mi caso lo más destacable es que yo era destacaba por ser la tonta, rara y objetivo de la cólera de las monjas que me tocó aguantar. Vamos, la que daba la lata porque no llegaba. Salí de ahí, aparte de con las humillaciones de rigor, alguna torta más que la media y mucha mierda en la cabeza, con un precioso expediente en el que quisieron destacar que sufría un retraso mental. Por supuesto el glorioso expediente que me regalaron me trajo problemas cuando ya no estaba allí.
Bueno, escribo esto porque pienso que no se debe perdonar ni olvidar a la ligera. Sembraron mucha mierda en niños muy pequeños, yo tenía 7 años cuando me largué de ahí. Ahora viendo la educación desde el punto de vista de madre, lo revivo y me doy cuenta de que sí que hicieron un daño a largo plazo muy difícil de reparar, en la autoestima, en ver el mundo como si fuera un camión que se viniera encima, en asuntos de ser muy intolerante con vacilaciones en los demás.
Contar lo que sucedió, o que te cagas en los muertos de quienes eran responsables de estas barbaridades, no es un desahogo en si. Es una forma de dejarlo atrás, digamos de cagar la mierda para que salga fuera, ya que cuando era niña nadie se interesó ni lo escuchó, ni me dio ninguna ayuda práctica para reparar el perjuicio que me habían hecho. Por eso creo que olvidar y perdonar no es la mejor táctica, en realidad está ahí dentro y no se olvida. Prefiero aliviarme la carga.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Buenisimo. Que tiempos que una vez pasados parecenmejores. Lo que nos hacian estudiar. El foca si no me equivoco. Nosotros 3 hermanos y varios primos pasamos por aqui.
Recuerdo un dia preparando en gimnasia lo que luego representabamos el dia del Policarpo que a primo le dio "el galleta" tal ostia que le marco los cinco dedos en la cara.
Recuerdo todo perfectamente me pase los años de explendor.
Y nuestro nombre "CORAZONISTAS" lo gritabamos con cariño.
Soy un Urbez , recuerdos para mi quinta

Anónimo dijo...

Hola a todos. He encontrado este blog por casualidad. Yo fui a los Corazonistas en Gipuzkoa. Del 60 al 72, en los colegios de Rentería y S. Sebastián Muchos nombres de frailes que habéis escrito los de Madrid también pasaron por aquí. El Marcelino (el mediometro )´el Eraso (pederasta total ) el Belategui (un amargado que nos jodió un año entero con la física y las mates) el Otálora ( cínico como el sólo)... A mí me pillaron sobre todo los 60 o sea que imaginaros el sistema. De todas formas, tan sádicos como los que teníais por ahí no los recuerdo. Daban ostias y reglazos pero lo habitual por aquella época.
Como información adicional os diré que entraban a los 12 años en el seminario que tenían en el colegio de Rentería. Eran un montón en los 60 pero no nos dejaban tener ningún contacto con ellos, tenían su propio patio de recreo, estaban en un ala aparte del edificio..etc.
También os he leído que la mayoría eran de la Guipúzcoa profunda. Aquí salvo el Eraso y el Belategui que estuvieron sólo un par de años, no conocimos más guipuzcoanos. Aquí todos eran navarros, alaveses y madrileños. Quizás es que hacían una distribución geográfica. No lo sé.
Como anécdota final os diré que hace unos años coincidieron el Obispo de S. Sebastián Munilla, El alcalde Odón Elorza también en SS y el ministro Gabilondo todos antiguos alumnos del cole de Mundaiz en SS.
Ahí os dejo otra visión de los Corazonistas desde esta esquina del imperio.
Saludos

Jomeini dijo...

Como tantos otros yo también he llegado aquí por casualidad.
Fui Corazonista entre 1963 y 1972, o sea en los "años de plomo", en los que los "cuervos" tenían licencia para machacarnos impunemente.
Entré en preparatorio, en el colegio de Claudo Coello y allí tuve la oportunidad de conocer tipos tan interesantes como los hermanos Marcelino Merino Moreno o Moisés Fernández de Landa, entre otros conocidos psicópatas, aunque ninguno le hacia sombra al hermano Cecilio, un auténtico "killer" cuya principal distracción era hacer llorar a una fila entera de pupitres, en las lecturas de francés. Al final todos acabamos comprobando la eficacia de su revés a una mano.
Después estuve en Alfonso XIII, para cursar quinto y sexto de bachillerato y allí padecí los métodos de terroristas como el Porky o el Araña. Y también del hermano Tomás, que decían que había sido camionero y boxeador aficionado y cuando terminaba contigo parecía que te hubiera atropellado un trolebús..
En todos estos años he presenciado golpes, vejaciones y palizas de todos los colores y llegue a conocer el auténtico sabor del miedo, del pánico en estado puro.
Han pasado un montón de años y cuando nos juntamos a comer un grupo de ex alumnos de la época nos reímos a conciencia al recordar alguno de los episodios protagonizados por aquellos tarados, pero aún recuerdo con nitidez que cuando me acercaba al colegio me temblaban las piernas y se me secaba la garganta. No he vuelto a sentir nada parecido, afortunadamente. Un saludo

Anónimo dijo...

Caliapa,,podiamos vernos y hablar,,,,vivo en Madrid ,,

Anónimo dijo...

http://books.google.es/books?id=aZDtfbKeeccC&pg=PA111&dq=corazonistas+colegio+hundimiento&hl=es&sa=X&ei=GiYbUtHQCojd7QbO3oHQDA&ved=0CDQQ6AEwAA#v=onepage&q=corazonistas&f=false

José Antonio Peñas dijo...

No suelo aceptar comentarios anonimos ni enlaces, pero esta vez no es spam: me ha sorprendido lo que viene en ese enlace, es un libro en el que se menciona el colegio. Sölo una página, pero... uf

Anónimo dijo...

Me acuerdo que observando las obras ya acabadas de ampliacion del Infierno ,pasaba por delante de el y dije OJALA se hunda sin niños dentro y a los pocos dias,,,tachin,,tachin,jijiijiij,¿no nos enseñabais a creer en Jesus y en Dios ??pues eso les pedi.,muy majetes los dos. Sobre todo Dios que aun vive,, ,,buena gente,majete,supersolidario el tio y tal,,desde entonces creo en el

Anónimo dijo...

Sus correos ahora serian por ejemplo
@pedromari.con
@luisasantiagaPUTO.com
@hostiolaris.com

Anónimo dijo...

Quien no se acuerda del MUGA??,apodado EL MOCO,por su aficion a alinear sus desechos nasales en la mesa,y cuando ya tenia arsenal suficiente los lanzaba a los chavalines que se cubrian con los libros poniendolos en posicion vertical sobre el pupitre,,MUCOFILOS,OSTIOLARIS

Anónimo dijo...

OSTIOLARIS,,
EUSKALOPITECUS FRONTONENSIS
FALDERUSOTANENSISNEGRUZCUS,aysi Darwin levantara la cabeza ,,,o que pena Rodriguez de la Fuente muriese tan joven,,batiria records de audiencia,,, con todos mis respetos a la Zoologia,,,

Anónimo dijo...

OSTIOLARIS,,
EUSKALOPITECUS FRONTONENSIS
FALDERUSOTANENSISNEGRUZCUS,aysi Darwin levantara la cabeza ,,,o que pena Rodriguez de la Fuente muriese tan joven,,batiria records de audiencia,,, con todos mis respetos a la Zoologia,,,

Anónimo dijo...

Quien no se acuerda del MUGA??,apodado EL MOCO,por su aficion a alinear sus desechos nasales en la mesa,y cuando ya tenia arsenal suficiente los lanzaba a los chavalines que se cubrian con los libros poniendolos en posicion vertical sobre el pupitre,,MUCOFILOS,

Anónimo dijo...

Por casualidad he dado con este Blog y acabo de ponerme de muy mala leche. He desenterrado en diez minutos recuerdos de hace 40 años (escribir esta cifra también da miedo). Fui a los Corazonistas de la calle Eduardo Conde en Barcelona entre 1973 y 1980 y mis recuerdos sobre las bofetadas y humillaciones son los mismos con alguna variantes en función del borracho, sádico o todo a la vez que te tocara en suerte (salvo excepciones, claro, porque si no hubiéramos acabado todos chiflados). Nadie en mi entorno recuerda nada parecido y muchos no daban crédito a alguna de las muchas barbaridades que presencié y, obviamente, sufrí. La tradición con respecto a sus especialidades no deja de llamarme la atención porque, sin duda, eran de la misma escuela (en todos los sentidos). No acabo de entender como podíamos vivir todo aquello con normalidad y me alegro de poder constatar con vosotros que aquellos majaderos existieron de verdad; condicionados por sus circunstancias, quizá, pero desde luego dignos de una tesis sobre la conducta aberrante de aquellos hermanos psicópatas, dipsómanos y pederastas (que también los había). Saludos

Anónimo dijo...

La verdad es que estoy flipando con los comentarios hacia el Hno. Vicente. Yo le tuve en 6º, 7º y creo que tb. en 8º de EGB. He de decir que toda la base que tengo en Matemáticas, se la debo a él y hoy, a mis 41 años, todavía sigo resolviendo ecuaciones como él nos enseñó. Era un cura a la antigua usanza, con la mano a veces larga, como los profes de antaño, pero nada más. Mariconadas, las justas. Los gañanes y patosos, lo debieron pasar más con él. El resto, agradecidos. Descanse en paz.

David dijo...

La verdad es que estoy flipando con los comentarios hacia el Hno. Vicente. Yo le tuve en 6º, 7º y creo que tb. en 8º de EGB. He de decir que toda la base que tengo en Matemáticas, se la debo a él y hoy, a mis 41 años, todavía sigo resolviendo ecuaciones como él nos enseñó. Era un cura a la antigua usanza, con la mano a veces larga, como los profes de antaño, pero nada más. Mariconadas, las justas. Los gañanes y patosos, lo debieron pasar más con él. El resto, agradecidos. Descanse en paz.

José Antonio Peñas dijo...

Te digo lo mismo que a otros. Hablas una década después, cuando ya no se permitía pegar. Pero si, según tú, somos unos gañanes, pues nada, para ti la perra gorda. Y mejor para ti, dado que nunca te dieron ni viste una paliza como las que nosotros conocimos.

richis dijo...

Para anónimo 11 de marzo de 2014, 12:44. Soy más o menos de tu época ( un año menos) y he visto sacar a mozos de 11 años a hostias de la clase, dar flautazos con ensañamiento, y series de puñetazos con puño cerrado por cabeza, nuca y cara.
Que cabestro eres tronco, seguro que eras un pelotilla y te daban de hostias los compañeros por lo que disfrutabas cuando el profe les molía a palos.

Párvulos B 1968 dijo...

Yo estuve en el colegio desde octubre de 1968 hasta junio de 1981. De lo que he leído sobre ciertos hermanos y profesores no puedo opinar porque no tuve la suerte, o la desgracia, de recibir, respectivamente, sus enseñanzas o sus miserias. De otros sí. El tal "Puti" era un profesor malísimo. Dicho por algún compañero de claustro. Como persona, era peor que malo. Me acuerdo perfectamente de su nombre pero prefiero no escribirlo. El de la foto, para más inri, era del "staff" directivo del colegio. Otros de los citados eran lo peor de lo peor. De esa gente que no se merece ni el aire que respira. Peores que el hambre. El tal Florencio, profesor de matemáticas, física y ciencias naturales, además de mala persona, era un vago redomado. Los había resentidos, hipócritas y rencorosos. El tal Chacho, cuyo nombre de pila era "Alfredo", tenía más peligro que, juntas, todas las vacadas de Victorino, Miura, Cuadri y Palha. Otros eran, sin más, unos psicópatas degenerados. En fin, acordarte de esa gentuza te emponzoña la sangre. Yo me he llevado palizas. Y también las ví en compañeros. Sufrí humillaciones. Y las presencié.
También tengo que hablar de otros que, por el contrario, con sus defectos y sus virtudes, como todos tenemos, merecían la pena como maestros y como hombres. Voy a dar sus nombres porque es lo justo. Entre estos, estaba el hermano Marino Moraza Sáenz de Gordoa. Era un trabajador incansable. Se dejaba el pellejo en cada clase. Nunca pegó ni humilló a nadie. Siempre trataba con respeto. Era exigente porque se exigía a sí mismo. Me parece que era un buen hombre que ponía lo mejor de sí. También tengo que hablar de don José Antonio Ibáñez (la mayoría sabrá quién era si hablo de el sopas), profesor externo. A mí, me puso en linea de salida hacia la vida de adulto. El hermano Laureano González Sedano, profesor de matemáticas y física, también era bueno. Buen hombre y buen profesor. Era el que decía que los que habíamos tenido al tal puti, no sabíamos matemáticas.
Creo que generalizar no es bueno. Tampoco recurrir a tópicos como ideologías, creencias o contextos históricos. En la vida, hay gente buena y gente mala. También había compañeros que, ya con 8 o 10 años, eran unos cabroncetes. O unos hijos de puta, vamos. Todos los días, en todos los ambientes, nos encontramos con situaciones que carecen de lógica, con injusticias, con atropellos y con miserias. A pesar de que la vida es una lucha, un compendio de momentos malos, o muy malos, y de otros buenos, sin embargo, no te puedes creer que haya gente adulta que, con críos, pueda llegar al ensañamiento y a la humillación. Y encima, prevaliéndose de su condición de profesores.
No sé de dónde procedían el Remigio, el Puti, el Florencio, el Bilbao Bilbao, el Chacho o el Miguel Gordo. Ni me importa. Supongo que de alguna cloaca. Prefiero quedarme con la duda. Si sé que nosotros, los agredidos y humillados, eramos mejores que ellos. Para los que de ellos vivan: ¡seguimos siendo mejores que vosotros!.
Han pasado años como para que falten algunos de los que, entre el lejano 1968 y el 1981, andábamos por los pasillos, clases y patio de Alfonso XIII 127. Para los buenos, mi recuerdo. Para los malos, mi desprecio. Mis mejores amigos son, hoy, marzo de 2014, gente que estuvieron a mi lado, año tras año, como colegiales, en el colegio.
Un saludo.

Luis Mari Errecalde dijo...

Buenas ... chavalería ... citando en el buscador un nombre compuesto y sus dos apellidos ... me he encontrado con este blog/foro, lo cual me ha permitido volver atrás ... pues éso ... cincuenta y más años.
Obviamente, soy mayor en edad que prácticamente todos vosotros -cursé estudios con los Hermanos Corazonistas en Eibar desde el 57 hasta el 65 del pasado siglo- pero no quisiera quedar como el abuelo Cebolleta.
A estas alturas de la vida no va a ser mi estilo el de juzgar a nadie pero sí que es cierto que me he leído prácticamente la totalidad de los comentarios que habéis puesto y alguno de ellos -sobre todo respecto a alguien que fue para mí motivo de dudas durante muchos años- es de una claridad meridiana.
Siempre fui un alumno "tontorrón" y aplicado y posiblemente esa actuación me hizo pasar en cierto modo desapercibido ante los frailes -que no curas- pero -efectivamente- los había verdaderamente "siniestros".
Como pertenezco -como antes he comentado- a la época en que llegó la televisión a los hogares ... comentaré una anécdota que -claro está- a vosotros no os tocó vivirla.
Nos situamos en los años 61-62-63 y empezaban los miércoles a televisar partidos de Copa de Europa en los que casi siempre intervenía el R. Madrid. Bueno ... pues los frailes acudían a las casas de los más "pudientes" ... veían el partido ... merendaban/cenaban más bien copiosamente -no entraré ya si se tomaban alguna buena copichuela- y al día siguiente ... no salía el sol por Antequera ... salía por donde tenía que salir en forma de recomendación ... ayudita .. etc.
Bueno ... mis disculpas por la brasa ... pero ese tema siempre me ha escocido ... pero bueno ... eran frailes ...tenían sus votos ... pero como dijo aquél ...!!qué coño!! ... ellos lo habían escogido. De hecho, al final de la década de los 60 hubos varios hermanos/frailes que abandonaron y colgaron la sotana cuando se abrió la veda.
En fin ... solamente a modo de chascarrillo ... el colega que firma como Amirante Benbow allá por Septiembre del pasado año cita a "Marcelino Moreno Merino y su regla" ... ¿se trata del mismo fraile que solía decir ... "abran puertas y ventanas" ... "postura, silencio y trabajo" ... mientras con su regla se mesaba suavemente su calva?.
Ha sido un gusto. Salud a todos.

Anónimo dijo...

Buenos días a todos. Yo asistí al colegio Corazonistas de Barcelona. Y si, me las dieron de todos los colores. Incluido el hermano Vicente Ugarte, que por aquel entonces me daba clases, creo que de sociales.

Lo malo de hacerte viejo es que tiendes a recordar el pasado con un viso de idealización. Posiblemente por ello recuerdo mi epoca en Corazonistas con cariño.

Y con todo, tuve la suerte de que algunos hermanos se empeñaron en que yo no arrojase mi vida por la cuneta ya desde octavo de EGB.

A ellos mi eterno agradecimiento.

A quienes sufrieron en sus carnes lo que evidentemente había, y que ha sido desgranado por muchos de vosotros, mi solidaridad y simpatía. Y un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Buenas compañeros !! Yo llegue a los Corazonistas Avd Alfonso XII a principios de la década de los 90, y bien recuerdo a algunos de los Hermanos citados, otros claramente no.
En esta época la leña física ya no se llevaba, eso si las humillaciones existían y yo las sufrí,recuerdo especialmente que les gustaba llevarte a cursos inferiores.
Al Hno Ugarte lo conocí poco, sobre todo en el comedor con su megáfono, y si, era una persona a la que no gustaba a la gente.
Yo era un niño rebelde, inquieto pero sin maldad y en el pasillo pase muchas horas, al igual que muchos días quede hasta las 21 PM en clase.
Los Hermanos fueron cambiando recuerdo a los Hnos Pablo, Marcos,Roberto (tito),Florentino que daba parbulos, a Lago ...y los que llegaron aunque si estrictos no eran vieja escuela, eso se notaba.


Todos vivimos experiencias traumaticas en esos pasillos (las mías mucho menores) pero si en la mente queda. Al igual que lo positivo,ya que yo hacia muuuchas horas al día en el cole.
Saludos.

Anónimo dijo...

Acabo de descubrir este blog, y me ha impresionado la cantidad de gente que tiene malos recuerdos de los corazonistas. Yo entré en el colegio del Sagrado Corazón (Claudio Coello 123) en 1963, y me sacaron de allí en 1972. Recuerdo esos nueve años como una época de miedo, sobre todo.
Siempre lo cuento y nadie me cree, pero uno de los castigos que recibíamos de uno de los hermanos (creo recordar que era el hermano Miguel Ángel)consistía en hacer cogerse de la mano a varios chavales de siete a ocho años, y el primero tenía que meter dos plumillas en el enchufe. Recuerdo los golpes que aquel cabrón te daba en la cabeza con la regla de madera si te resistías lo más mínimo a recibir el calambrazo.
Saludos.
Julio

Anónimo dijo...

Acabo de descubrir este blog, y me ha impresionado ver la cantidad de gente que tiene malos recuerdos de los corazonistas. Yo entré en el colegio del Sagrado Corazón (Claudio Coello 123) en 1963, y me sacaron de allí en 1972. Recuerdo esos nueve años como una época de miedo, sobre todo.
Siempre lo cuento y nadie me cree, pero uno de los castigos que recibíamos de uno de los hermanos (creo recordar que era el hermano Miguel Ángel)consistía en hacer cogerse de la mano a varios chavales de siete a ocho años, y el primero tenía que meter dos plumillas en el enchufe. Recuerdo los golpes que aquel cabrón te daba en la cabeza con la regla de madera si te resistías lo más mínimo a recibir el calambrazo.
Saludos.
Julio

Anónimo dijo...

Yo acabé en el 57. ¡
Ya ha llovido!

El colegio estaba en Claudio Coello, en un chalet que había sido Embajada de Alemania.

En mi época era un Colegio con mayúsculas. Solo se iba a misa los domingos, ¡en aquélla época! Solo hubo un día de clase en toda mi estancia de "Formación del Espíritu Nacional". Ni mis compañeros ni yo aprendimos el Cara al Sol, obligatorio en todos los centros de España. (Creo que con el Colegio Estudio, salvando las distancias, eran los más liberales e Madrid)

Alguna bofetada sí se escapaba, iba con la época, pero yo no recuerdo sadismo.

Tengo un recuerdo extraordinario de allí.

Siento mucho que las cosas hayan cambiado tanto

Anónimo dijo...

Coincido con los que se extrañan de los que llevan ahora a sus hijos a este colegio. No sé qué añoran esos padres, si la ignorancia de curas como el Tito (o Tinto, por su conocida afición a los espirituosos), que daban 5 asignaturas cuando solo sabían algo de fontanería, o de profesores como el Lago, auténticos sádicos que se enchufaban un aguardiente antes de entrar a tatuar el egipcio de su anillo en el cráneo de niños de 11 años.
Sí, muchos hemos acabado con carreras universitarias, algo que tampoco es para tirar cohetes en este país, pero también he visto cómo grandes compañeros y amigos sufrieron humillaciones y vejaciones que afectaron a su autoestima y a su posterior recorrido vital, hasta que se sobrepusieron a los sanbenitos. Gente como Alejandro G. L., que leía el Ulises en su intimidad, mientras el cura de turno le humillaba públicamente como si fuera retrasado, animando a los demás compañeros a secundarle. O personas como David N. M., que, pese a los denonados esfuerzos de los Hermanos Corazonistas en demostrar su ineptitud, acabó licenciándose con un espectacular expediente.
Espero que el Bombilla (no recuerdo el nombre real de este hijo de puta) no consiguiera ablandar la genialidad, cultura e inteligencia de Eduardo P. cuando le machacaba la cabeza contra la pared, entre la mesa del "docente" y la pizarra, sobre el estrado y bajo el crucifijo.
Es verdad, muchos nos tenían cariño, como aquel al que llamaban el Simio, denostando al reino animal con el mote. Recuerdo a Carlos V., que era su ojito derecho, cuando recibió una paliza de ese degenerado (sí, ese mismo profesor que decían en otro comentario que nunca pegaba), que cogió su muleta para molerle a palos quién sabe por qué. Pero desde el cariño.
Y del Vicente... ¡qué decir! Cuantos recuerdos. Alguno como Juan R. T. le podrá recordar incluso físicamente, porque dudo que la hostia que le dio por estornudar no le causara ninguna lesión.
Menos mal que yo estuve en los ochenta y, por lo que dicen algunos, ya no se pegaba en esos años. Sobre todo a medida que crecíamos... aunque alguno que tardó en dar el estirón siguió cobrando algún año más.

Fernández dijo...

Buenas, impresionantes comentarios, yo estuve en el Sagrado Corazón de Alfonso XIII a primeros de los 80 y lo único bueno que saqué de allí es que tengo pocas faltas de ortografía. Era un chavalin que entró con cinco años y salió con doce por la puerta de atrás, hecho un guiñapo. Recibí hostias por doquier, desde tercero de EGB hasta sexto. Tuve a David ( el don se lo quito por mamón), Teodoro en 5º y en 6º un elenco de hijos de puta que disfrutaban dando hostias. Bueno, yo no era malo, golfo ni gamberro. Se supone que era un pringaete que me gustaba hablar en clase, no me gustaba estudiar y era un suplicio cada día que pasaba. Me hacian estudiar en casa y me pasaba las horas muertas delante del libro sin leerlo, reconozco que era un vaguete pero la verdad es que tenía pocos estímulos para aprender. Bueno, me dediqué a sobrevivir entre frailecillos de tres al cuarto. Lo de las hostias fué una constante sobre mi, la verdad que cuando recibía me daba igual y no mostraba humillación y eso claro les jodia. Son tantas las palizas joder. El David era un mamón y soltaba de lo lindo,no eran una ni dos leches, era una somanta en toda regla. Claro yo era un gafotas y esto no ayudaba, aparte que salían volando a menudo el resto de la clase se descojonaba viendo los shows que hacía conmigo. Teodoro no era un pegón nato pero soltaba también. Sexto fué la prueba definitiva, auténticos killers frente a los chiquillos. Ibarzábal el de inglés era un peligro, daba fuerte con el puño, sacaba el nudillo a la vez y claro era como una pedrada en la cabeza ( bueno varias) no se conformaban con una hostia. Lago el de dibujo y música, sinceramente creo que tendría algún problema mental, era un auténtico salvaje, el poco respeto que se le podía tener era por su violencia, con lo cuál se queda en un pobre hombrecillo. Puche, joder a ratos era buen tío, pero se calentaba y te podía sacar al pasillo a darte una buena paliza. Faustino, era jovencillo en esa época y bueno solamente me soltó una en la cara con mano abierta. De Juana, matemáticas, era el mejor, ni se le ocurría soltar una leche y enseñaba bien, además me trataba con respeto, era el único junto a Puche (a ratos). Con los compañeros pués bueno, eramos muchos en clase y había de todo. En fin, un asco de colegio. Reconozco que me quedaban todas, repetí 6º en un colegio público de mi barrio y milagro....aprobaba todas. Como me gustaría darme una vuelta por allí y charlar con algún abuelete si quedase alguno, en serio sería maravilloso conocer sus puntos de vista. Era otra época, aunque tampoco hace tanto, tengo 39 años. La autoestima me la dejaron un poco baja, pero me fuí recuperando. Estás cosas afectan después aunque sea de forma inconsciente, tanto miedo de pequeño no puede ser bueno. Un abrazo a todos, de vez en cuando echo un ojo a ver que va poniendo la gente. Espero que lo lean los "hermanos"

Anónimo dijo...

Hola, suscribo cada palabra de este blog. Entré en ese colegio sobre el 77 y salí sobré el 85.

-El Aguirre, te tiraba borradores de madera a la cabeza si hablabas en clase y no dudaba en golpearte. El castigo para toda la clase era ponernos a correr sin parar durante todo el recreto.
-El topo y sus reveses de mano.
-El muerto, prof. de francés y ya no me acuerdo de qué más...que alá le confunda...sus capones con anillos de metal en la cabeza para hacer más daño, sus golpes con el compás gigante de madera.
-El marcelino y sus sotana con su cruz de calaveras que terminó arrojándose al vacío.
-El araña y su repugnante olor.
-Los golpes continuados del Goñi, en plan gracioso y tal...si fallabas te estampaba la cabeza contra el pupitre.
-La puta costumbre de hacernos pasar a niños de nueve años delante del cadáver expuesto del cura que acababa de morir...lo ponían en el salón de actos de la segunda planta ¿recordais?
-La cara de borracho de Vicente, del Eraso, el que te acariciaba las manos mientras le recitabas la lección...
-El puto foca, el grandísimo gordo con bigote, el profesor de gimnasia que siempre venía de traje y pateaba sin piedad y con saña al que no pudiera hacer el ejercicio mientras se burlaba de él para que los demás le humillaran. Y su hijo el galleta, digno sucesor....
Y así hasta el infinito...No entiendo como, una vez superada actitud infantil de encumbrar la amistad entre compañeros de aquellos años, otros alumnos todavía siguen restándole importancia a todo aquello y no reflexionan sobre lo que fue.
Yo, como muchos de mi curso, cuando nos dieron la insignia del colegio al terminar el COU la tiramos por la ventana delante de la mirada asombrada de los padres...Afortunadamente no tengo ningún recuerdo, salvo los golpes que nos daban en las yemas de los dedos con los marcos de aluminio de las ventanas que iban a cambiar en uno de aquellos años...los curas sabían como aprovechar cualquier elemento para hacer daño.

Anónimo dijo...

Todo lo que has contado en tu post es cierto 100%. No me voy a alargar más ilustrando el maltrato, la falta de preparación de los profesores y otras lindezas que definen a la perfección al colegio Sagrado Corazón de Alfonso XIII.

Sólo una pregunta ¿hay otros foros donde se pueda contar todo aquello para que no se olvide? veo en otros foros de corazonistas como sufren amnesia parcial y recuerdan sólo lo bueno olvidando lo malo...no tiene sentido una cosa sin la otra. Lo que ocurrió allí es verdad y hay que contarlo.

Anónimo dijo...

Y por favor, aunque he escrito como anónimo los dos mensajes anteriores me gustaría identificarme.

Me llamo Ángel Moya, fui al colegio en la época que he dicho...desde 5 de EGB hasta COU (el primer año que fue mixto)...unos años después de la etapa que refleja el post de este blog, y aunque las maneras se habían "suavizado" ya a principios de los ochenta...todavía se maltrataba a los alumnos con dureza.

Y todavía no he olvidado la misoginia y babeos de aquel cura de paisano calvo y jóven (Barona?) con las nuevas alumnas, o los ojos brillantes del Bombilla delatando su desequilibrio. La bata blanca del Vicente y sus golpes a granel. El Eraso y sus manoseos, (a mí no me tocó, pero vi muchos). Las palizas de "buen rollo" del Goñi, las palizas de "mal rollo" del Muerto, el siniestro marcelino de la sotana, la regla y las cruces con calaveras, de como nos pegaban con los compases de madera o los marcos sueltos de ventanas, del célebre profesor de gimnasia Baltasar alias El Foca, el más cabrón de todos, de como Carballo (ex seleccionador de gimnasia) miraba para otro lado o se reía cuando el foca pateaba a los alumnos que no terminaban los ejercicios, de como permitieron que los alumnos (acostumbrados por los profesores a humillar a sus compañeros) acosaran hasta la saciedad a un chaval supuestamente homosexual de mi quinta al que todos llamaron "la nena" y se tuvo que ir del colegio...etc...sólo algunos como Ortega y dos más, se salvan...

Simplemente, en este blog NO SE EXAGERA NI UN PELO. AQUELLO FUE VERDAD. Cierto que ya lo tenía olvidado, pero tras leer otros blogs de corazonistas que sufren amnesia parcial y sólo recuerdan los buenos momentos, he decidido recordar los malos (es decir, la mayoría). Y hacerlos públicos porque es la VERDAD frente a la vergonzante actitud de los que olvidan a sabiendas el pasado.

Mi grupo de amigos de clase (el C) siguen siendo 40 años después mis mejores amigos...Y aunque hay disparidad de criterios respecto a la gravedad de los hechos, ninguno de ellos niega que existieran ni los tilda de "normales". Yo sí creo que hay que recordarlos frente a los que ocultan el pasado. Y no por amargura, que me importa un bledo lo que haya sido de aquella banda de maltratadores, sino por responsabilidad.

Aquello existió. Y no hay perdón, porque para perdonar a alguien primero tiene que haber intención de enmienda o reparación del daño por parte del causante. Y no la ha habido.

Anónimo dijo...

Yo estuve durante los años 64 al 68 en los Corazonistas de Claudio Coello, y es cierto que los hermanos daban unas palizas por motivos nimios.

José Antonio Peñas dijo...

Tras cerrar el texto original, por las razones arriba citadas, dejo abiertos los comentarios a fin de que las personas afectadas puedan ejercer su derecho a réplica o solicitarme explicaciones y, en su caso, una rectificacion pública.

Unknown dijo...

Hola, soy Curro el canario, y estuve en los Corazonistas de Madrid del 81 al 89, luego regresé a mi tierra, Las Palmas de Gran Canaria. Me ha encantado leer todos los comentarios y, la verdad, en los 80 no era moneda frecuente pegar, pero sí es cierto que se pegaba, y corroboro lo de los flautazos de José Luis Lago (profe de música), el cual una tarde, saliendo del cole a las 17:30, bajando yo las escaleras me arreó un bofetón que me giró la cabeza 360 grados. Me fui llorando a casa (yo vivía en las casas octogonales de ladrillo rojo pegadas al cole, al patio del cole) y se lo conté a mi padre, el cual fue cagando leches al cole a quejarse del Profe JL. Lago y casi lo revienta. Desde entonces, dicho profe super simpático conmigo, pero eso sí, como disfruté cuando mi padré le dejó los labios temblando, jajaja. En fin, fue una década en ese cole muy positiva en general, y guardo grandes recuerdos. Saludos a todos y abrazos!

Anónimo dijo...

PEPE. Muy interesante este blog. Tengo que reconocer que si lo hubiera leído hace poco más de un año probablemente mis tres hijos no estarían ahora estudiando en los corazonistas de Alfonso XIII.
Es evidente que hay opiniones exageradas y que cada uno vive su propia experiencia, pero el predominio de una opinión tan claro sólo quiere decir una cosa, y es que los "malos tratos" en una determinada época eran generalizados, mucho más que en otros centros de la capital.

Que tanta gente intervenga de forma tan apasionada para contar su experiencia negativa me hace ver que muchos niños lo pasaron muy mal en ese colegio donde hoy cada día corretean mis hijos.

Me alegro por los que pasaron por el centro y mantienen un grato recuerdo.

Debo decirlo, nada queda de aquellos métodos ni de aquellos profesores. Mis chicos proceden de un centro laico y aunque echamos de menos aquella "modernidad" (y la pasta que pagábamos), hemos encontrado aquí otros valores de compañerismo, solidaridad, trabajo, esfuerzo, generosidad, deporte... en unos niveles que no conocíamos en el otro centro educativo.

Las personas no cambian fácilmente, pero esta es la prueba de que un organismo complejo como es un colegio puede evolucionar muy favorablemente.

A los que lo pasaron mal, mucho ánimo, pensad en positivo, aquella maldad se extinguió para siempre. Y aquí alguien ha abierto una puerta, y corre el aire. Gracias, por vosotros mis hijos hoy son más felices.
A los que conservan un buen recuerdo, creo que alguien de los que gobiernan el colegio ha cogido lo mejor de aquellos años, y que la vocación de la enseñanza corre hoy por la venas de muchos de los profesores.
Gracias a todos y un saludo

Anonimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jesús Gamo Muñiz dijo...

Yo estuve entre el 75 y el 83, parece que la época "suave". Tuve la suerte de no ver grandes burradas, pero si humillaciones, " moving" nos hacían el vacío a los que empezábamos a suspender, nos humillaban durante la clase entera. Recuerdo especialmente al maldito Jesús Apilanez, el "topo", su sadismo y su lujuria, menos mal que no era su tipo, sólo se reía de mi pero no me tocaba como a otros, el " bombilla" José Luis Mardonez Basurto, no era de lo peor, pero si suspendías te ignoraba y se reía de ti. Elias Beltran, tenía sus amiguitos y a los demás nos maltrataba. El Hermano Vidal, el "muerto", guardó mejor recuerdo de los profesores externos en general, y del Padre Mauro. Me ha gustado encontrar este blog para entender que nonera cosa mía, estaban muy enfermos, y yo estaba sano. Ahora ellos están muertos y yo luchó por olvidarles. Panda de monstruos, voy a ser padre y jamás trataré así a mis hijos ni a nadie. Esa es la diferencia. Casi me destruisteis pero aquí sigo luchando cada día para ser un ATEO mucho mejor que muchos CATOLICOS. Hasta nunca.

Unknown dijo...

Grandes el Padre Mauro y el Padre Fuentes. Mi década de los 80 en el colegio fue COJONUDA, tanto a nivel académico (te preparaban de coj...) como a nivel personal (te educaban, con dureza, pero aprendías disciplina). El nivel académico que alcanzábamos en el cole era muy superior a otros colegios de Madrid, y la verdad, y bajo mi punto de vista, aprendías disciplina y a saber comportarte. Miren los niños de hoy en día en los colegios, sin disciplina y unos maleducados sin respetar a los profesores. Antes nuestros padres hacían caso a los profesores, hoy ocurre todo lo contrario. Gracias Corazonistas!!!

Anónimo dijo...

He descubierto por casualidad este blog.Lo voy a seguir y pondré también mis experiencias.
Yo estuve en esos campos de concentración desde 1958 a 1970.Mi campo de concentración era el de Zaragoza Paseo de la Mina.
Os quejáis los de Madrid que erais hijos de la élite de la capital de España.Haceros idea de cómo nos trataban a los hijos de clase media y media baja de gente provinciana.
Las ensaladas de hostias que nos llevamos nosotros eran parecidas o corregidas y aumentadas.Los que no puedo olvidar después de 45 años son al Valeriano y al Jaime .Me lleve de esos dos hijos de puta dos palizones que seguro que la policía franquista no las daba a sus detenidos.En 4 bachiller teníamos al Juan Miguel para física;decían que había sido boxeador,y los problemas de física en la pizarra eran aterrorizantes.Vi a alguno con los pantalones mojados por haberse meado de miedo.
La ventaja que teníamos era que había una Casa de Socorro municipal enfrente para cuando se ,pasaban de tortura tener un médico que te atendiera
En cuanto al nivel académico,no todos llegamos a preuniversitario,pues ya se insistía a los 14 15 años en que tu no vales más que para llevar el volante del tractor,o la vara para cuidar las cabras y ovejas(Hno.Francisco el Chapete)Estos son los ánimos para el estudio a los de los pueblos.
Os iré siguiendo porque perlas para contar no faltan.
Dentro de esta banda había alguno que era persona(Los Hnos.Gonzalo Ocharan,Damián Grijalvo,José María Moraza,Manuel Almale,Luis Ortega y algún otro puedo hasta guardar buen recuerdo)
Os iré siguiendo y aver si entra alguien de Zaragoza.

Anónimo dijo...

Yo estuve en el de Zaragoza de 1958 a 1970.Las ensaladas de hostias que nos llevábamos todos eran como las que contáis los de Madrid pues estos hijos de puta los iban cambiando de capital.
Un recuerdo para el Valeriano y el Jaime por los dos palizones únicos que me han dado en toda mi vida.Me imagino que ya habréis reventado ya,par de hijos de puta.
A ver si entra alguno más de Zaragoza a contar sus experiencias en el infierno

Anónimo dijo...

Un breve comentario al compañero de Zaragoza; supongo que cuando dices que los de Madrid éramos hijos de la élite de la capital, lo dices de coña (que conste que no nos hubiera importado, por lo menos a mí). La realidad era que los que estudíabamos en los Corazonistas de Madrid proveníamos al igual que los de Zaragoza en su mayoría de la amplísima clase media que existía en España en esos años. Casi todos eramos de la zona donde estaba el Colegio, más o menos, que no era ni de lejos el barrio que es hoy en día. Recuerdo con felicidad los innumerables descampados que había por nuestro barrio y pasamos gran parte de nuestra infancia.
Había hijos de comerciantes, funcionarios,empleados de banca, oficios varios...En fín que los hijos de la élite, iban a otros colegios no al nuestro.

Anónimo dijo...

En mi colegio de curas (bueno, eran hermanos, más o menos lo mismo) había desde gente muy sana con la que aprendí mucho hasta auténticos psicópatas. En el año 82 (sí, cuando Naranjito) recuerdo en una ocasión en la que un profesor (laico) llamó en el comedor a uno de los chavales (era un comedor grande, para unos 300 niños, y tenía un micrófono para poder hablar). No se me olvidará aquello. Delante de todos, a medio comer, le preguntó al chaval si era cierto que había hecho una cosa (una tontería, creo que era que se había llevado un balón para devolverlo al día siguiente). El niño dijo que sí,y sin mediar más palabra le calzó una hostia en la cara, a palma abierta, que lo tiró al suelo. Seguidamente dijo en el micro "Así aprenderás a no repetirlo". Jamás olvidaré como el niño se levantó, y sin derramar una lágrima se sentó en su silla. Tenía los cinco dedos marcados en la mejilla. En el comedor se podía oir el vuelo de una mosca.

Anónimo dijo...

Estuve durante los sesenta en el Colegio de Claudio Coello, y los hermanos eran unos auténticos maltratadores, hoy por la mitad de las tortas que nos dieron, estarían en la cárcel . Mis recuerdos son completamente negativos, me revuelvo cada vez que veo al Gabilondo, sí el exministro, que era uno de ellos, yo no lo sufrí pero amigos míos sí, y al igual que el resto de los hermanos era un enfermo mental.


Anónimo dijo...

Soy Pablo Ortega Deballon. Entré en los corazonistas de Alfonso XIII en 1° de EGB hacia 1977 o 78 y acabé COU en 1990. En los ultimos tiempos (perdonad la falta de tildes, no es culpa de los Corazonistas: los teclados franceses no me permiten acentuar mas que la "e") he intentado mirar con ojos de adulto la educacion que recibi(mos) de niño(s). Creo que globalmente les debo mucho.
He leido todos los comentarios. Cada uno tenemos nuestros recuerdos, de docentes (religiosos y seglares) y de compañeros. De unos recordamos su humanidad, de otros su incompetencia profesional, alguno aliaba humanidad y competencia (como Luis Ortega, José Luis Sevillano, José Antonio Santamaria, José Luis Lara, Antoinette, etc). Cada uno hacemos nuestro balance. Leia mas arriba los comentarios de un compañero llamado Ricardo que se decia traumatizado y asqueado por el colegio... pero si es Ricardo M. M., no me extraña que se fuera traumatizado del colegio, porque eramos unos cuantos los que deseabamos verle desaparecer. Tengo en mi recuerdo 3 compañeros que empañan mi escolaridad mucho mas que cualquier profe.
De todo lo que he leido, lo que creo que debo ACLARAR (por la gravedad del tema) es lo de la muerte de Oscar Barahona. Vivi aquella desgracia en mas primera linea que nadie: yo compartia la tienda en Benasque con Oscar y con Hortal (verano de 6° EGB para mi, ellos eran un par de años mayores) y fui el que dio la voz de alarma de que Oscar no habia vuelto. Hicimos parte del camino juntos, bajando del lago Cregüeña e ibamos tan hechos polvo que cada uno bajaba por donde podia. Cuando pienso hoy en ello, probablemente hubo algo de "negligencia" en la vigilancia, porque yo recuerdo haber hecho el camino de vuelta practicamente solo (por lo menos buena parte del trayecto). Veia por alli delante a algun compañero y yo intentaba seguir mas o menos un camino parecido. Al inicio ibamos con contacto visual, pero llego un momento en que se trataba de "bajar" pero el camino no era una "senda trazada". Creo que iba de coche escoba un hermano (Alberto Salazar si mi memoria es buena). Al llegar al campamento, en las duchas, nos dimos cuenta con Hortal de que Oscar no estaba y alertamos a los hermanos, que inmediatamente se inquietaron y lanzaron la busqueda. Oscar debio de intentar atajar o se despisto del camino y se fue hacia las rocas. El caso es que tras una noche de busqueda, en la cual los hermanos (Salazar, Gicho, etc) participaron con la Guardia Civil, lo encontraron muerto al pie de unas peñas por las cuales habia debido rodar (eso es lo que recuerdo como explicacion que se nos dio). Supongo que eso no habria sucedido hoy porque hace falta un numero de "vigilantes" por chaval y porque la idea de "fortalecernos por el esfuerzo un poco salvaje" no se lleva. Logicamente, fue un momento muy duro para los hermanos y para toda la comunidad escolar. Hoy me habrian propuesto una celula de apoyo psicologico. En aquel tiempo no habia de eso, se anulo el campamento, me volvi llorando de Benasque a Madrid, me alegré de ver a mis padres (mi celula de apoyo psicologico)... y hablo de Oscar a mis hijos cada vez que vamos en verano a la montaña.
Un abrazo, Corazonistas

Jesús Calvo dijo...

Al topar con este blog y empezar a leer los comentarios fechados en 2010, no pensé que fuesen a prolongarse tan lejos como hasta hoy, en 2016. Se me ha hecho tarde leyéndolos, pero no quiero apagar sin dejar el mío, chavales. Desde 1965 hasta 1973 también corrí como vosotros tras el balón en el patio de Alfonso XIII, con lluvia y con sol, comí bocadillos de caballa, canté en el Cerro de los Ángeles, recé rosarios, confesé mis actos impuros, sin llamarlos nunca “pajas”, cambié cromos y, por supuesto, también recibí capones, reglazos en la punta de los dedos y bofetadas. Fueron contados en tantos años, porque era de los “primeros de clase”, formalito y aplicado, pero los que les llovían al resto los sentía como propios. Es lo que tiene la puñetera empatía. Al Remigio, después Vicente, le ví romper de un guantazo las gafas de un compañero cuando teníamos diez años, por una pijada, y a mí me abofeteó por ponerme una bolita de lana del jersey en la punta de la nariz, en una soporífera clase. Tendría el día tonto. En una ocasión, el Florencio nos hizo formar en círculo alrededor de los pupitres, nada más entrar en clase, y nos fue tomando la lección. Al que fallaba le soltaba una buena bofetada. Los mocos del Muga, el hedor del Araña, las hostias de tantos, las humillaciones… No puedo decir que haya leído nada que me parezca exagerado. Era un régimen con resabio carcelario, cuartelero, de terror latente, aunque se viviese con la normalidad de lo cotidiano y familiar. Y aquellos cuervos, pretendían ser al mismo tiempo los transmisores de un supuesto amor cristiano… Bastante poco nos afectó a la salud mental. Claro que no todos eran así, pero ese era el ambiente. Resistirse, reclamar o devolver las agresiones no eran opciones por aquel entonces. Tampoco lo eran en casa. A los que prefieran guardar solo los buenos recuerdos, mejor para ellos. Quizá sea más sano. Yo no quiero olvidar los malos. Se lo debo a un niño inocente e ilusionado que pudo soportar durante ocho años aquella atmósfera infame sin que se le mustiase del todo su tesoro interior. Medio siglo después, un fuerte abrazo a los compañeros que lo lean y enhorabuena por estar ahí. Otro medio siglo más y ya no habrá nada. Sed felices.

Lisístrata dijo...

Estoy suscrita a ls comentarios de este post dsd su inicio. Éste de Jesús Calvo me ha encantado, sobretodo por como lo dice. Pequeños textos con estilo donde se disfruta de la buena narrativa. Gracias

Josefo el Apóstata dijo...

Suscribo el juicio de Lisustrata y además me identifico con el relato totalmente.

Anónimo dijo...

Nada de lo que contáis me resulta extraño. Treinta años después no he logrado superarlo del todo. El miedo, queda el miedo. Seguramente porque no era muy fuerte o porque no era muy listo... o porque sigo siendo débil y estúpido. Según me dijeron muchas veces, no valdría para nada. Pero era un buen niño. Ahora ya no sé.

Me sorprende no obstante que nadie mencione esto: el ambiente de crueldad que también nosotros (por activa o por pasiva), contribuimos a sostener y perpetuar. Cada vez que silenciábamos o incluso celebrábamos alguna de esas atrocidades, ¿no éramos cómplices de ellas? Recuerdo bien a los campeones de cada curso: hoy grandes profesionales, ciudadanos ejemplares, padres de familia esforzados. ¿A cuántos compañeros dejasteis atrás? ¿Sólo son unos apellidos más que ilustran vuestras animadas reuniones de ex alumnos?

Hace tiempo recibí un correo. Alguien me había buscado por la red, ya se sabe, para "recordar viejos tiempos". Ese alguien, junto con su pandilla, me bautizaron en su día con un mote humillante. Era un buen deportista, se burlaba de los menos dotados. Sacaba buenas notas, se reía de los que suspendíamos. Una persona estupenda. Pero con poca memoria: olvidó al escribirme pedir perdón. Le contesto ahora desde aquí.

Quiero decir que ya no hay excusas. El miedo ya no vale. La ignorancia ya no cabe. Y todos nos conocemos. Quiero disculparme sinceramente con todos los compañeros a los que en su día no defendí pudiendo hacerlo, a los que no auxilié debiendo hacerlo y a los que, para mi vergüenza, ofendí gratuitamente. Cada una de mis acciones y omisiones pesan en mi conciencia.

A los que, en idénticas circunstancias y con mayor intensidad en demasiadas ocasiones, actuaron mal conmigo o con cualquier otra criatura como yo ("cosas de niños", dirán alegremente) decirles que sigo esperando una disculpas, que algunos seguimos esperando una reparación.

Pero no nos engañemos: ésta no llegará.

Nos amamantó una loba.

Anónimo dijo...

Hola a todos.

He llegado a este blog de manera casual buscando información del cole en el que mi pequeño empieza el curso... MAÑANA!
Me he quedado de piedra. Si lo lee mi mujer yo creo que lo cambia de cole sin pensarlo dos veces.
Nosotros somos "de provincias" y al no conocer los coles de Madrid más que por alguna referencia de los amigos que tenemos, nos hemos basado en buscar un cole concertado con buenas instalaciones deportivas y resultados académicos normales... y tras analizar y visitar unos cuantos, llegamos a la conclusión de que era el más adecuado.

Leyéndoos me han entrado los 7 males, aunque viéndolo con perspectiva, habláis de hechos ocurridos hace 30, 40 o incluso más años... por lo que doy por hecho que todo esto forma parte de la historia negra de nuestro país.

La verdad es que las personas que hemos conocido en esta fase (el Director H. Marcelino y todo el equipo de infantil), nos han parecido gente de mucha confianza, cariñosa y entrañable.

Si alguien de por aquí tiene a sus hijos allí escolarizados agradecería unas palabras tranquilizadoras y por supuesto una visión crítica de lo que funcione mal o de si hay algún "elemento" que pueda acercarse, espero que de lejos, a las salvajadas que por aquí se cuentan.

Yo nací en el 74 y en los 80, en un colegio público de provincias, desde luego que te daban algún tortazo, capón... incluso un bestia le abrió la cabeza a un compañero en 3º de EGB contra el pupitre.... desde luego eran otros tiempos, pero aún así los recuerdo como hechos muy, muy puntuales.

Un abrazo a todos y espero no ofender a nadie por seguir dando vida a un colegio que para algunos está claro que es un recuerdo horroroso.

FMR

Unknown dijo...

Que tal compañeros, la verdad es que me he reído bastante con todos los comentarios, a pesar de haber sufrido en bastantes ocasiones,los capones o reglazos del Remigio, los empujones hasta tirarme al suelo desde la pizarra del Puti, las burlas del Puche,los tocamientos y manoseos del Berguera, los empupitramientos del que daba latín, creo era el Moratalla, los mocos que ponía en la mesa y disparaba el Muga, el desgraciado del de gimnasia, el Baltasar, hombre siniestro, ni Almodóvar en sus películas imaginaría un tipo así de perverso y su hijo el Galleta, sin palabras de ese marica, en fín, una serie de despropósitos y humillaciones de la época posiblemente. Yo soy del 64 y estuve desde párvulos hasta 2 de BUP, ya que, por suspender 2 asignaturas creo y no repetir me tuve que ir a la sucursal, al Cumbre, eso era otro mundo, jajaja y no viene a cuento ahora.También guardo gratos recuerdos y sobre todo la educación recibida, que a pesar de que ha sido recibida con sangre, me ha resultado muy valiosa en la vida y a pesar de todo estoy orgulloso de haber estudiado allí.

Anonimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Pues tuviste una suerte loca de no ver pegar a nadie por parte del "Santo" Vicente. Conmigo fue de los que se ensañó bien, además de con otros cuantos

Anónimo dijo...

Pues a mí en ese colegio me estuvieron caneando hasta el año 88. O sea que la transición tardo en llegar a ese colegio

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo yo estuve desde los años 80 al 88 y todos los nombres que das lo borda van a la hora de meter palizas

Luis CG dijo...

Yo debo coincidir contigo en clase. Todos de los que hablas,los tuve sin excepción. De Don David no tengo esos malos recuerdos (aunque es verdad eso que cuentas porque tb era de los últimos de la clase). A partir de 5° mejor no hablar. Al igual que tú, cada vez que pasó x allí cerca me dan ganas de entrar a defecar en ese puto antro. Supongo que a día de hoy tampoco tendría mucho sentido.

Ric F. dijo...

Buenas, yo entre a los 5 años allá por el curso 79/80, creo, y salí a los 12. Hasta 3º EGB bien, después he visto (y recibido) de todos los colores. Allí un insulto típico era llamar comunista a alguien y era lo peor que te podían llamar jajajaja
6º de EGB fué el peor año, mas que nada porque teníamos profesores distintos para cada asignatura y las posibilidades de que te hostiaran aumentaban exponencialmente.
Madre mía las que me dieron y además sin contarlo en casa, no fuese a hablar mi padre con alguno y me hostiase después en represalia(eso pensaba..). La verdad es que en clase éramos muchos, yo creo que mas de 40, pero vamos que nos daban siempre a los mismos y no era muy efectivo a veces ya te descojonabas de la pedazo hostia que te habías llevado...vamos que te acostumbras y deja de surtir efecto y eso les encabronaba mas. Que sepáis que perdí la fe por su culpa pero gracias a Dios la he recuperado. Cambié a otro cole público y bien, me chocaron muchas cosas..sobre todo mezclarme con chicas joder que salido estaba

Bernardo dijo...

Y este es uno de los que escriben comentarios en este blog

El director de PR Noticias es un chantajista. Así lo ha dictado la Audiencia Provincial de Madrid, que ha condenado a Pedro Aparicio por un delito de "amenazas condicionales", el equivalente al chantaje, tras exigir hasta 300.000 euros a cambio de no publicar un reportaje. El fallo de la Justicia condena a Aparicio a cuatro meses de cárcel y a pagar las costas procesales.

La Audiencia ha tomado esta decisión tras la denuncia del director de comunicación del Colegio General de Colegios Oficiales de Diplomados de Enfermería de España, Íñigo Lapetra. Aparicio citó en su despacho a Lapetra para advertirle de que "poseía un dosier con informaciones incriminatorias en el ámbito personal y supuestamente penal" del presidente del consejo Máximo González Jurado, dice la sentencia.

Aparicio "le amedrentó con revelar mediante su plataforma digital la información recogida en el dosier". Para evitar que esto sucediera, relata la resolución, Lapetra tenía que entregar la cantidad de 300.000 euros al director de PR Noticias.

El recurso judicial ya desestimado presentado por Aparicio, alegaba la "infracción del derecho a la libertad de expresión del artículo 20 de la Constitución" pero la sentencia que lo condena aclara que "no se le condena por haber comunicado información alguna sino por haber amenazado a otra persona con difundir informaciones".

La comisión deontológica de la Asociación de la Prensa Madrid ha revelado la sentencia y ha calificado el comportamiento profesional de Pedro Aparicio de "indeseable". También se muestra especialmente crítica con "aquellos puntos que aluden al mantenimiento de los principios de profesionalidad y ética" en lo que respecta a Aparicio, e instan al mismo "a la utilización de métodos dignos en el trabajo y a la no utilización en beneficio propio de las informaciones privilegiadas de las que haya tenido conocimiento".

José Antonio Peñas dijo...

Me entero ahora, gracias al blog de Bernardo, y con dos años de retraso, del fallecimiento de Jesús Foronda, que fue nuestro profesor de francés en BUP y COU. Era un hombre excéntrico, que a veces interrumpía una lección para contar alguna anécdota de sus viajes, o algún encuentro con antiguos alumnos. Algunos decían que estaba chiflado, yo le recuerdo con cariño, y sus clases siempre se me hicieron amenas.

Fue un buen profesor, pude descubrirlo años después, cuando viajé por el sur de Francia y comprobé que no tenía dificultades ni para entender ni para que me entendieran. Gracias a él he leído siempre con fluidez en francés, lo cual me ha permitido gozar de Asterix, Tintin y muchas otras obras francobelgas (los que me recordéis no habréis olvidado mi amor por los tebeos) y he disfrutado de largas horas de cine francés en VO así que, al margen de sus manías y de cómo arrastraba el final del nombre Baudelaire (Tu has oublié baudelaire!) puedo testificar que hizo un gran trabajo.

Como ateo, sólo puedo decir: Adiós, hermano Foronda, le llevo en mi memoria, con una sonrisa.

Bernardo dijo...

¡Enhorabuena! Tu comentario me llena de alegría.Veo que el trabajo de ese misionero que estuvo en Madagascar repercutió en tu futuro de lo cual mucho me alegro porque la abundante bazofia de este blog creo que es totalmente injusta para los que se dedicaron a educarnos en aquellos tiempos.

José Antonio Peñas dijo...

Bernardo, la gente ha ido dando su testimonio y su opinion. SI has leido todos los comentarios habrás visto que unos tienen buenos recuerdos, otros los tienen muy duros, algunos de ambos. Yo no agrupo en el mismo saco a todos los profesores que tuvimos: los hubo muy buenos, y los hubo que además eran grandes personas, pero eso no borra la parte mala de lo que viví, ni de lo que vivieron otras personas. Me alegra que tu experiencia fuera positiva, la mía tiene blancos, negros y muchos grises. Hablo de la mía, que es la que conozco.

Por otra parte, el Aparicio que ha comentado en este hilo (si mal no recuerdo, puedo estar equivocado) es Carlos Aparicio, no Pedro Aparicio ¿Fue también ese Pedro conmpañero nuestro?

Otra cosa. En este blog, escribir, solo escribo yo. Los comentarios son libres y, como ves, no suelo censurarlos (solo excluyo el spam y los comentarios que no tienen sentido respecto al tema tratado) pero los textos, las entradas, son todas mías. Así que entiendo que al decir Bazofia te refieres a mis textos ¿te refieres a alguna de mis entradas en particular, algo que quieras comentar más concretamente?

Bernardo dijo...

Ni mucho menos me he referido a tus textos sino a bastantes comentarios que creo que no son ni justos ni verdaderos.He oído que quitaste el artículo porque podrías tener problemas judiciales.Hay bastantes comentarios lejos de la realidad y equivocados. POR SUPUESTO QUE SE LLAMA PEDRO APARICIO QUE FUE ALUMNO DE TU MISMO COLEGIO Y COMPAÑERO NUESTRO.Tengo muy buena memoria. QUIZÁS LA CULTIVÉ DE NIÑO. Saludos

José Antonio Peñas dijo...

Entiendo, es que al referirte al blog pensé que te referías a lo que escribo. Sí, retiré la entrada pero dejé los comentarios abiertos, por dejar espacio al derecho a réplica

He visto que has citado los comentarios a que te refieres. Eso, si no te importa, prefiero no republicarlo, que cada palo aguante su vela

El caso es que yo recuerdo a un carlos aparicio. Pero. como te digo, en el tema nombres no siempre confío en mi memoria (de hecho a veces confundia a Don Florencio con el florentino y alucinaba porque no entendía algunas cosas que se decían)

Bernardo dijo...

DE ACUERDO NO REPUBLIQUES. Creo que Carlos era su hermano.NO ES TAN MALA TU MEMORIA.

Bernardo dijo...

TE DEMUESTRO CON ESTE ARTÍCULO QUE HE ENCONTRADO LO QUE HABLÁBAMOS ANTES.SU HERMANO APARECE EN EL ARTÍCULO.

LOS SONIDOS DEL COLOR

Escrito por Pedro Aparicio en 26 Julio 2016.
Hace veintitrés años vivía en la calle Alcalde Sáinz de Baranda. Alquilamos un piso a una viuda de un ex telefónico. Era un séptimo con buena luz, con un patio que daban nauseas, la casa estaba toda manga por hombro. Mi suegro de aquel entonces, era un poco quisquilloso, mañoso, y bastante toca pelotas, pero se encargó de poner encima del suelo de cocina y baño, un corcho que quedó muy aparente. A mí, la casa me encantaba, porque tenía un sitio en el que poder pintar mis cuadros.

Desde niño me vienen a la cabeza miles de momentos de otras vidas vividas, y en las que veo cómo ocurrieron hechos del pasado que dejarían a cualquiera fuera de juego. Y cuento esto, porque veía en mi ‘estudio’ momentos y olores que no reconocía, pero que recordaba. Y los pinté. ¿Mi ayudante? Un tal Lucas con babi del cole, y manos llenas de pinturas, poder, energía creativa, y ¡tan bonito mi bebé!

La pintura como tal, no el arte de la pintura, mucho menos del dibujo, y antagónico al hiperrealismo solemne… es la concentración histérica de la realidad vivida y no expresada. Contención de sentimientos y de color. Expresión pura y dura, unida a texturas y complementos que llenaban de amor, olor y notas musicales. Contacté con un viejo amigo de mi hermano Carlos, Pedro Saura, amigo a su vez de Pajicolicai, un tipo irrepetible.

El tal Pedro un bohemio más majo que la leche, sano, con buenas maneras, buen tipo. Hacía sus músicas y le invité a participar conmigo en la PRIMERA EXPOSICIÓN DE PINTURA PARA CIEGOS. Aceptó encantado y nos pusimos a trabajar en su estudio de Miraflores. Rodeados de pinos milenarios, de olores a tierra mojada, a corteza noble, locura y naturaleza en estado medio aceptable. Abríamos las ventanas para que saliese el humo de la marihuana que nos acompañaba, era necesaria para poder sentir, creer y llegar un poco más allá. La verdad es que daba lo mismo, estábamos para hacerlo y lo íbamos a conseguir.

Pinté un cuadro que terminó en la colección de David Marjaliza Villaseñor, a través de un regalo que le hice a Ana, su hermana. Éramos pareja, nos queríamos, era un ser adorable. Lo llamé El Paular, y el primer cuadro, con la primera música, que acabó en la que pudo ser nuestra nueva casa en el centro especulativo de Valdemoro.

Preparamos más de veinte cuadros y entramos en contacto con una galería que no recuerdo el nombre ‘¿Gondomar?’, y que regentaba un señora mayor que era muy friqui.

Mi hermano Carlos pagó el catering, y yo vendí casi todos los cuadros, y recibí encargos para otros tantos. Los canapés estuvieron de maravilla, Carlos se gastó una pasta, por lo que le estaré eternamente agradecido, y se dio cuenta de nuevo, de que su hermano Pedro despegaba, y su obligación era que no se estrellase. Siempre es mi ángel de la guarda, por eso me enfado con él.

José Antonio Peñas dijo...

No dudaba de tu palabra sino de mi memoria. En cualquier caso, me alegra hablar contigo, aunque discrepemos en muchas cosas (lo cual es más que legítimo, cada uno tenemos nuestras vivencias y nuestro modo de gestionarlas)

Si tienes un rato, creo que te gustará leer esta otra entrada. Quería hablar de quienes más me enseñaron, en el colegio y en la universidad, y creo que algunos nombres te serán muy familiares

http://episcophagus.blogspot.com.es/2014/09/de-profesores-y-maestros.html

José Antonio Peñas dijo...

(al releerlo he visto un montón de fallos de sintaxis, me paso el día corrigiendo cosas que escribí hace años y años)

Bernardo dijo...

Me ha encantado lo que dices de Elena y sobre todo lo del rebaño de hormonas mal digeridas. No me extrañan los cachetes de los que se habla en algunas de las entradas del blog...otros tiempos. El Luis Ortega, el Sopas, El Alberto... todos jubilados. El Javier no sé si te refieres al Olejua o al Murguialday. Si era el profe de Filosofía era el Olejua. Te dio clase el hermano Gabilondo el exministro? Era forofo de la Real y muy competente en clase. Si me pones tu correo te mando algún artículo que salió en el Mundo sobre él que te gustará leerlo.

José Antonio Peñas dijo...

EL hermano javier fue nuestro profesor en 1º de EGB. Ni idea del apellido. No, no tuve a Gabilondo, lo tuvo mi hermano mayor, dos cursos antes.

ENlázalo aquí, si es posible, así puede verlo todo el mundo. La razón por la que no cerré los comentarios es que este hilo de respuestas ha sido catártico, e incluso con el post clausurado sigue siendo visitado (misterios de la mente humana)

chicho Aldana dijo...

Estimado José Antonio, compañero de colegio aunque no creo haber coincidido contigo, pero sobre todo compañero en eso de las palizas.
Han pasado cuarenta y muchos años desde que perdí de vista a ese ejemplar incalificable de Vicente Ugarte, al que yo conocía como Hermano Remigio, y todavía a día de hoy me recorre una especie de escalofrió por la espalda cada vez que me acuerdo de el.
Tuve la oportunidad de leer tu artículo hace unos años antes de que lo retiraras y tengo que decirte que reflejaba al ciento por ciento la actitud violenta de este personaje.
Con todo lo peor no era la violencia física que tanto le gustaba, era la humillación descarnada, el ridiculizar en público a los alumnos, esa chulería descarnada y esa prepotencia que tanto gustaba emplear.
Que bien sabía combinar todas esas violencias para escarnecer y derrotar al pobre alumno que tuviera la mala suerte de haber pasado por su lado.
En su afán por ridiculizarme y amargarme la vida, pues yo no era para nada de su agrado, llegue a sentirme un despojo humano sin ningún valor, una persona incapaz de ofrecer nada positivo a los demás, y lo que es peor, en algún momento llegue a pensar que casi me merecía lo que me estaba pasando. Créeme que en más de una ocasión llegue a pensar que la vida no merecía la pena.
Por todas estas razones tengo que decirte que no puedo estar más de acuerdo con tu carta, y que siento enormemente que la hayas retirado. Es más yo te animaría a que la volvieras a colgar, pues es un elemento de denuncia de algo que ocurrió y que mucho tuvimos que sufrir y soportar.
Un cordial saludo

Pérez Martín dijo...

Yo estuve en los Corazonistas desde párvulos en el año 1972, hasta 8º incluido, mucho años..., y tengo que decir que tengo un EXCELENTE recuerdo del colegio, y creo que en gran medida soy lo que soy gracias a personas que han influido de manera muy positiva en mi formación.

Estoy muy de acuerdo en que algunos de los profesores y sus formas distan mucho de lo que se desearía de un buen maestro, que se les iba la mano con capones y tortazos que nos parecían indiscriminados y desproporcionados, que alguno mostró comportamientos de excesivamente cariñosos sin llegar la sangre al río nunca en mi caso, y siento mucho que algunos de vosotros los sufrierais con gran dolor, y que incluso algunos hoy tengáis secuelas.

Creo que no eran conscientes realmente de que pudiera tener estas consecuencias, entre otras cosas porque en aquella época simplemente replicaban lo que habían aprendido, y los métodos empleados no eran para nada enfocados a lo que hoy entendemos como un desarrollo del niño, el verdadero aprendizaje, el crecimiento personal o el coaching. Esto no les exime ni les disculpa, pero creo que muchos de ellos hacían lo que pensaban que era correcto.

En mi caso particular, sabiendo perfectamente muchas de las cosas que habéis comentado, quiero romper una lanza en favor del Hermano Vicente Ugarte, a quien debo en gran medida ser Ingeniero, con él aprendí MATEMÁTICAS de verdad, como decís también aquí algunos, y reconociendo que era excesivamente duro en muchas ocasiones, conmigo tuvo un trato EXCELENTE, abriendo su puerta como Director para escuchar lo que quería decirle, darme consejos y ayudándome a reflexionar. Además, para mi fue un GRAN MOTIVADOR hacia las Ciencias, y por todo ello sólo puedo darle las GRACIAS, además de por algún capón que seguramente me gané y que me ayudó a estar un poco más centrado. ¿Es la mejor forma? No, desde luego, pero a mi me ayudó!!

Con el tiempo he aprendido es a perdonar a quien me ha hecho daño. No olvido, pero sí perdono y a mi me ayuda a estar en más Paz conmigo mismo.

Me siento CORAZONISTA como muchos de los compañeros que empezamos en el 72, y con nuestras reticencias, somos muchos los que llevamos el colegio en el corazón.

Y lo que tengo claro es que A TODOS LOS COMPAÑEROS de promoción que he vuelto a ver, TODOS son ESTUPENDAS PERSONAS, y muchos de ellos GRANDES PROFESIONALES.

Todo se puede hacer mejor. Es ahora nuestro turno para hacer lo que esté en nuestra mano para dejar el mejor legado posible. Yo hago lo posible cada día.

Un abrazo para todos y mucha suerte en la vida.

Martín.

Anónimo dijo...

Pues yo ni olvido ni perdono.. todavía con 40 años a veces tengo pesadillas con ellos... he visto volar contenidos de pupitre por la ventana, romper una flauta en la cabeza de un compañero, clavar anillos en la cabeza de los niños en fila (yo me incluyo)a base de capones, he visto hasta peleas a puñetazos entre alumno y profesor... y Vicente no era el peor ni mucho menos.
Recuerdo a Roberto como una mala persona... este sí que era una joyita.. podría decir muchas cosas malas de el... me las ahorro, no me merece la pena..
Para muchos fue un calvario ir allí... en muchos sentidos... "ahí lo dejo".
Pasaron muchas cosas, que si saliesen hoy a La Luz, más de uno acababa en la carcel. Eso te lo puedo asegurar.

Bernardo dijo...

He visto el el programa salvame naranja. CHAPEAU Han hablado bastante bien del colegio de ALFONSO XIII.Por algo será...y entre ellos los hermanos Matamoros..

el_Coli dijo...

Son las 3:15 de la madrugada, me he pasado las últimas tres horas leyendo atentamente todos los comentarios de este blog. Me han llevado una época gris, oscura y lamentable que creía olvidada. Una época en la que el castigo físico y la vejación eran la norma en la educación. Entré en el colegio a principios de los ochenta, y estuve allí bastantes años, hasta 3º de BUP, no sufrí el maltrato físico tan grave que sufrieron algunos de mis compañeros, ellos ya saben quienes son. Pero he visto un borrador de la pizarra volar de un lado al otro de una clase y pasarle a un alumno a unos milímetros de la cabeza, tan cerca, que si le pilla le hubiera dejado seco en el sitio. He visto el brazo de Puche subiendo y bajando frenéticamente a través de las cristaleras del aula, y cuando volvían a entrar ver a un alumno machacado tras el profesor, he visto una flauta Hohner partida en la espalda de un alumno por obra y gracia del profesor Lago, se conoce que ese día se había pasado con el aguardiente mañanero. Todo esto es ya historia conocida, nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, quiero decir un par de cosas más:

Las peores vejaciones que sufríamos no eran físicas, eran psicológicas, tuve un profesor de lengua, del que mi memoria ha decidido olvidar su nombre, que delante de toda la clase pensó que era muy divertido humillarme y decir explicitamente "que parecia subnormal cuando hablaba", no es que yo fuera Unamuno, pero, lo que son las cosas, muchos años después me gané la vida bastante bien dando charlas de seguridad informática en compañías. Otros no hacían más que recordarte que no valías para estudiar, y que lo mejor que podías hacer era hacer FP y que tu padre te diera trabajo en su fontanería, ellos pensarían que eso era humillante, para mí fue un orgullo toda mi vida saber que el trabajo de mi padre pagó los estudios de su hijo, y que lo hizo contra viento y marea. Su capacidad adivinatoria quedó en entredicho cuando acabé la carrera en el cuadro de honor de la facultad. Cosas que pasan.

Lo que creo más importante de todo esto es que el ambiente en el que crecimos hacía normal que unos pocos vejaran a otros, yo personalmente sufrí que agunos descerebrados que compartían clase conmigo se pasaran el día vejándome con sus comentarios y cogiendome entre varios haciendome lo que entonces se conocía como un "picahuevos", que no es otra cosa que abrirte de piernas y hacer que tus testículos chocaran contra un poste. Para aquellos que quizá se recuerden en aquella tesitura, deciros que érais unos mierdas, y que si tenéis el suficiente valor podéis intentarlo ahora, ya no soy el chico gordito de entonces, y tengo unos cuantos danes sobre un cinturón negro, que demuestran que no soy un torpe como pensábais que era entonces.

Por una cuestión de salud mental prefiero pensar que soy como soy, entre muchas otras cosas por aquellas experiencias que tenía reprimidas en mi memoria y que de repente han emergido. Pero también es cierto que aún arrastro muchas inseguridades en mi vida, y que cualquier revés que ocurre en la misma, por pequeño que sea, me sume en un estado depresivo muy similar alque sufría en aquellos años que pasé en los Corazonistas.

No dudo de las bondades del colegio, pero es evidente que hay grandes sombras que se ciernen sobre él, ahora ya no maltratan a los alumnos, pero no tienen ningún problema en montar un patio de un colegio en una azotea para hacer un parking y lucrarse. La jugada, su llega a pasar unos días antes hubiera sido una trahedia de dimensiones épicas. Cada uno con su conciencia.

Raúl Sánchez

Bernardo dijo...

No seré yo el profesor de LENGUA VERDAD? PORQUE LO QUE YO HICE POR TI EN ESE COLEGIO NO LO HACE NADIE EN TU VIDA.

Anónimo dijo...

Efectivamente Bernardo: en el supuesto de que fueras tu ese tal Bernardo al que alude Coli, puedes estar seguro que no haría semejantes cosas sin encontrarse con una buena denuncia ante la inspección.

José Antonio Peñas dijo...

Por favor, he mantenido este hilo con los comentarios abiertos porque me pareció que era interesante que la gente siguiera opinando, pero si va a haber enfrentamientos personales, le daré cierre

José Antonio Peñas dijo...

Insisto. QUien quiera discutir que vaya directamente a los perfiles de google de los interesados. Aquí no va a publicarse ni una sola alusion personal más