Mujer iroqués

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domingo, 1 de noviembre de 2015

SER INVISIBLE


El Hombre Invisible, uno de los primeros personajes con poderes de la ciencia ficción, suele ser un villano. El protagonista de la novela de H. G. Wells quiere usar su poder para chantajear al mundo, pues nadie podrá esquivar su mortal y asesino ataque.Ese planteamiento se mantiene hasta la última versión cinematográfica, donde los protagonistas van cayendo uno por uno ante el monstruo (ya sabéis, la típica peli de se salvan el chico tímido o la chica virgen)

Bueno, pues debo decir que la invisibilidad es el poder más mierder que te puedes echar a la cara. Sí, ya sé lo que estáis pensando: si yo fuera invisible me colaría en los bancos, y en los vestuarios de las animadoras (modo masculino), y le daría de hostias a todos los chulitos que me cruzara y...

Vamos a centrarnos en el hombre-mujer invisible de la ciencia ficción (descartamos el argumento "fue un mago") cuyo cuerpo se vuelve transparente a la luz visible (pero es visible en el espectro infrarrojo, ya que sigue generando calor, circunstancia felizmente aprovechada por Mr Hyde en la segunda serie de The League of Extraordinary Gentleman)

Tenemos, pues, a una persona totalmente transparente (presupongamos que es un hombre, los tíos somos más de hacer este tipo de mongoladas). Nuestro amigo ha inventado el suero de la invisibilidad o le ha picado una araña invisible, así que ya puede salir a la calle a iniciar su reinado de terror y... bueno, eso siempre y cuando viva en un clima cálido, porque como llueva, nieve o se levante el Moncayo (¿qué pasa, que el hombre invisible no puede ser de Zaragoza?) se va a pelar de frío y le van a descubrir por el  tilín tilín de sus helados cojoncillos. Ay, amiguete, la ropa no es invisible, así que hay que salir a la calle en pelotas y descalcito.

De acuerdo, nuestro hombre invisible es murciano: descartamos el frío y la lluvia. Pero como no cruce por los semáforos, su carrera criminal va a durar poquito. Si lo hace a pelo, o por un paso de cebra, el primer conductor se preguntará qué cojones es lo que le ha abollado el capó, y el segundo qué es eso que ha pasado por debajo de sus ruedas.

Supongamos que había suficientes semáforos y nuestro coleguita ha logrado llegar a su objetivo, el vestuario femenino del polideportivo donde compite la selección de boleyplaya brasileña. El mozo se introduce subrepticiamente en una esquina, se agarra el mango feliz y se dispone a darse un homenaje visual... un momento, no, no puede.

Porque el hombre invisible es ciego

Para ver, es necesario que la luz se refleje en la retina del ojo. Si eres transparente, la luz te atraviesa sin reflejarse, así que no hay de donde rascar: un topo tuerto en un túnel del metro ve más que el hombre invisible. Y dado que un bastón flotante cantaría mucho en la acera, nuestro héroe lo tiene negro, no ya para cruzar la calle, sino para esquivar ñordos y meos perrunos, botellas rotas, condones usados, colillas encendidas, cáscaras de pipas, chicles y todo aquello con lo que sus conciudadanos decoren las aceras. Así que, o se para en todas las fuentes disponibles a lavarse los pies, o le delatará la mierda que lleva pegada a los mismos, y el montón de sordas maldiciones que proferirá cada vez que pise un regalito.

Por no mencionar otros detalles, como que si acaba de comer, llevará en el estómago un montón de cosas masticadas (a menos que antes de zamparse un pollo lo vuelva invisible), y como haya tenido caries veremos unos sospechosos empastes flotando a media altura. Y también habrá algo así como una bolsita de pis flotante, salvo que nuestro rompetechos sepa como invisibilizar el ácido úrico.

Estirando mucho mucho mucho nuestra credulidad, si el hombre invisible fuera capaz de ver, tampoco sería demasiado problemático librarse de él. Bastaría con enviar tras él a un comando bien entrenado de vendedores de la ONCE armados de gruesos garrotes. Y, si ha logrado infiltrase en nuestro cuartel general/laboratorio secreto/apartamento en Torrevieja, cubriremos el suelo de tachuelas, apagaremos la luz y nos descojonaremos escuchando los ¡ay! ¡huy! ¡me ca...! ¡ouch! cuando intente acercársenos.

El Hombre invisible, lo mires por donde lo mires, es un loser.

Aún así, habrá quien piense que debe ser genial hacerse invisible: A esas personas, las invito a disfrutar de la experiencia real. Encontrarte entre treinta, cuarenta, cien personas, y que nadie repare en tu presencia. Porque no eres una persona alta y guapa, no tienes una sonrisa deslumbrante, no destacas por la calidad de tus ropas ni lo hermoso de tu timbre de voz. No tienes una vida fascinante. 

No importas.

Da igual que valgas la pena, nadie repara ni un instante en ti, ni se toma la molestia de descubrirlo. Si hablas, no te escuchan, si preguntas, no responden. Si falta un asiento te toca estar en pie, si no hay suficientes plazas eres quien se quede en tierra, si hay planes nadie cuenta contigo y, si no estás, nadie se preocupa ni se pregunta porqué no estás, porque nadie te echa en falta. 

Están en su derecho, ninguna ley puede obligarles a prestarte un solo minuto de atención. Pero eso no hace que duela ni un ápice menos.

Bienvenidos al maravilloso mundo de la invisibilidad, que no es un regalo, sino una cadena. Por mucho que pienses que ya te has acostumbrado a su peso, volverá a doler cada vez que te den de lado y seas consciente de que sigues arrastrándola.

Eres un mendigo. Y nadie va a darte una limosna: no te ven.

viernes, 5 de septiembre de 2014

VA DE VIÑETAS...Prince SLUT in the Days of King Arthur


Desde muy niño he sido fan de Hal Foster. He leído y releído su obra hasta el punto de que, a estas alturas, probabemente me la conozca viñeta a viñeta. Cada vez que vuelvo a abrir sus páginas me asombran la narrativa, la puesta en escena, los paisajes, el movimiento, el dominio de la anatomía... pero, sobre todo, me pasma la fuerza de los personajes.

Foster no construyó personajes planos. El caracter de sus protagonistas se despliega faceta tras faceta: incluso alguien tan simplón como Pierre, el torpe-sanchopancesco-inútil criado de Sir Gawain tiene bajo su piel regordeta mucho más que un cliché. Sus mujeres no son lánguidas damiselas esperando un rescate (Aleta tiene la sana costumbre de rescatarse sola), los caballeros no son monolitos de virtud, el propio Val puede tener reacciones caprichosas, violentas, crueles... y, si bien no de forma explícita (porque requiere una lectura atenta) tampoco la sexualidad de sus personajes está construida de acuerdo a la norma.

Querido público, olvídense de Tom de Finlandia. Si buscáis una historia con barrillo, bienvenidos al sorprendente mundo del Príncipe Valiente Golfx.

Empecemos por nuestra estrella, Val, a quien seguimos desde su adolescencia hasta los años de madurez (en las fechas en que Foster deja la serie, Val pasa los 40). A priori, un apuesto varón heteronormativo, felizmente casado tras una juventud de alegres devaneos con mozicas de buen ver. Pero las cosas no están tan claras.

Sí, Val retoza alegremente con Aleta, pero también se le ve muy a gustito rodeado de mozos fornidos... y desnudos. Es más, él suele quedarse en pelotas (o en tangarrabos) a las primeras  de cambio. Y con mucho contacto físico, que eso es cosa de hombres... No vamos a mencionar su peinado, ajustado a las modas de la época, pero todo el personaje destila una interesante ambigüedad viril. Pensemos en el gran momento en que Val recibe la espada Cantante de manos del príncipe Arn, pues sólo con ella podrá frenar a los vikingos que les persiguen. La escena de la batalla en el puente (arriba) impresiona por su belleza, pero ¿qué estamos viendo? docenas de musculosos, sudorosos y peludos hombretones se lanzan en masa sobre un imberbe joven armado con una enorme y rígida espada, y los caídos se sumergen en oleadas de espuma.

Agotado (normal, menudo gangbang) Val es llevado al campamento vikingo y ahí descubrimos su gusto por el cuerpo a cuerpo con poca ropa y su puntito sado en ambientes playeros.

El SM es una constante en la vida de Val. Foster lo da todo en las escenas de mazmorra, donde, por cierto, Val suele ser el sumiso... 


Aleta también tiene sus aficiones, y, en el tema del bondage, comparte armario con su marido. Por no mencionar que ella también gusta de andar ligera de ropa, levantando miradas (y lo que no son miradas) a su paso. Asimismo, parece igualmente interesada en el otro lado de la calle, como demuestra su intimidad con la rotunda, robusta y curvilinea Katwin, la fría devoción que despierta en su doncella india, Tillicum, o sus simpáticas escenas de baño.


Val y Aleta viven su sexualidad de forma alegre y abierta, y no tienen reparo en disfrutar de una enérgica sesión de spanking entre aventura y aventura. Son una pareja muy, muy bien compenetrada, que gozan sin que les preocupe el qué dirán.

No puede decirse lo mismo de Sir Gawain, el  compañero de Val. Mujeriego empedernido, asaltador de balcones y ventanales, un don Juan triunfador donde los haya pero... no consuma. Porque, cada vez que llega el momento, Gawain pone pies en polvorosa, huyendo de las mujeres a uña de caballo.

Gawain es un narcisista de tendencias homosexuales duramente reprimidas.
Esperan de él que sea un hetero viril, y esa es la apariencia que ofrece al mundo, pero, como puede verse en esta otra imagen, no son los cuerpos femeninos los que le hacen suspirar.

Ahora, si hablamos de represión, la reina Ginevere se lleva la palma. Atrapada en un matrimonio de opereta, con un marido asexual, las atenciones de su amante, Lanzarote, no bastan a llenar su vacío. De hecho, sólo la vemos relajada en cierta ocasión, tras un alegre baño con Aleta (yo no quiero decir nada, pero...)

Arturo ¿qué podríamos decir de Arturo? En la batalla de los pantanos encabeza la carga con su poderosa  excalibur, pero nunca más le veremos volver a esgrimirla ¿quizás el soberano, bajo el peso de las responsabilidades, se ha vuelto impotente? No del todo: nuestro rey aún disfruta del voyeurismo. Sí, la única vez que vemos a Arturo... chispeante... es cuando se encuentra con Aleta, como no, en pelotas por el bosque. El monarca, con ojos viciosetes, la persigue por el arroyo, y no se bate en retirada hasta que ella le da un severo correctivo. Luego, al reencontrarse con él, le humilla y maltrata, porque el rey ha sido un chico muy, muy malo. 

A buen entendedor...

Os preguntaréis ¿no hay en este medievo ningún atisbo de heteronormatividad? No lo encontraremos en el rey Aguar, solterón empedernido cuya virilidad es puesta en entredicho por su propio hijo, y cuya afición al emperifollamiento sólo tiene parangon con la de Gawain.

Tampoco en Mordred, que sublima sus deseos sexuales en una búsqueda desenfrenada de poder, quizás como un modo de recabar la atención de su fría y dominante madre.


No desesperemos: nos queda Boltar, honrado pirata, y comerciante. El alegre bribón vikingo rezuma hombría a la vieja usanza. Juerguista, fanfarrón, vocinglero, el alma de la fiesta... hasta el día en que su camino se cruza con el de Tillicum y ella le amenaza de muerte. Boltar se deja de juergas adolescentes y madura, decidido a ser digno de la única mujer capaz de helarle en el sitio con una sola mirada. Desde entonces ha sido su amante esclavo y.... vaya, después de todo tampoco aquí tenemos las cosas tan claras.

En fin, confío en no haber hecho añicos vuestros recuerdos, y espero que, si alguien no conocía esta magnífica obra, no deje de leerla por mi culpa. De verdad, vista desde cualquier lado merece la pen... a quién quiero engañar. Mi buen Rafa N (más que un jefe, un amigo) no me perdonará JAMÁS, porque nunca podrá volver a ojear las páginas de Foster con mirada inocente.

Y el día que le explique porqué el lanzaredes de Spiderman está anatomicamente mal situado, probablemente se suicide, después de matarme a mí. Pero la Verdad debe salir a la luz, sea cual sea el precio.

(ninguna de las imágenes ha sido retocada: los dibujos de Foster siempre destacaron, entre otros mil motivos, por su elegante sensualidad)

domingo, 23 de junio de 2013

SI YO FUERA PAPA EN LUGAR DEL PAPA... (II) Cambios Doctrinales



Nos, MasterFucking the First, Pontifex, Pastor del rebaño de Jesús, calzado con las Sandalias del Pescador por la gracia del Espíritu Santo...

... y algunos dineros generosamente distribuidos entre el colegio cardenalicio...

... y un uso prudente y discreto de algunas fotografías comprometedoras...

... y algunas cabezas de caballo (grazie, don Corleone, enseguida nos ocuparemos de su asuntillo)

... vengo en proclamar que es hora de inquietudes y aguas revueltas para la barca eclesial, y pues que el señor ha puesto en mis torpes manos su timón, es menester hacer algunas reformas para sobrevivir a estos años tempestuosos.

Como primera medida proclamo con gozo una amnistía general en el purgatorio.

No pongais esas caritas de O.O ¡Claro que puedo hacer eso! Durante siglos la Iglesia vendió indulgencias para las ánimas del purgatorio, y el negocio de las misas de difuntos se basa en en la posibilidad de redimir pena. Y digo yo ¿no es la caridad virtud que debe practicarse sin tasa? Pues para generoso, el menda. Hale, todos fuera, al cielo en tropel, que invita el Papa. De acuerdo, habrá algún que otro problemilla de realojo pero digo yo que con un buen plan de reordenación urbana eso se resuelve facil ¡San Pedro, allá que te van!

Además le damos unas merecidas vacaciones a la señora madre de Chus, que ya está bien, hombre, 2000 años de portera del purgatorio sin un sueldo base razonable ni semana inglesa.

Me diréis ¿y el infierno? Hombre, pues tentado estoy, pero con tanta coña, que si es una metáfora hoy, que mañana ya no lo es, que existe, que no existe, que es endotérmico, que es exotérmico... vamos a dejarlo tranquilo por un par de pontificados. Herr Ratzinger dijo que existe, y de momento Punto Pelota.

(Además tengo apalabrado con una amiga asturiana* que si ambos nos condenamos compartiremos caldera unos eones para follar como Luzbel manda y sin prisas, así que a mí ya me viene bien como está).

Segunda medida. En aprovechando que las próximas JMJ se convocan en Rio de Janeiro, he tomado dos decisiones:

1.  Encargarme una vestimenta talar más fresquita, que aune la ligereza con la elegancia, sobre la idea del sacro tanga (y poco más) para encabezar con dignidad una buena samba,

2. Abandonar la polvorienta liturgia latina e instaurar O Novo rito Brasileiro, con bailes sensuales, ritmos sabrosos, caderas bamboleantes, cachaza y absolución general de todo pecado contra el Sexto cometido en fechas de carnaval. El resto del año, un poco más de comedimiento pero ¡qué menos que un par de semanas de hacer la vista gorda al año! Por la misma, pido a Carlinhos Brown que acepte un capelo cardenalicio y vaya anotando ideas.

De aquí se sigue que el sacerdocio necesita nuevos vientos. Necesitamos sangre joven, con ritmo, y una buena manera de lograrla es duplicando la oferta: sacerdocio femenino desde ya. Que sí, que Juan Pablo dijo que no, pero también dijo que no había infierno como tal y mira que poquito tardó Bene en puntualizar ese tema ¿eh? Para lo que queremos sí se puede ¿eh? Pues para esto también. Y no me vengan con que el sacerdote encarna a Jesús y por eso debe ser hombre y si no el creyente no logra identificarse y bla, bla bla... el muchacho era bastante pijín y tirando a metrosexual. No me crean a mí, sino a Leonardo da Vinci, vean, vean... No me digan que una guapa presbitera no puede encarnar al señor con dignidad y suaves curvas

Nota mental: rediseño de la ropa de misa. Concepto de base, minifalda unisex.

Para finalizar este paquete de medidas de urgencia, y a fin de agilizar la burocracia de la confesión, es menester recortar servicios y sacar de la cartilla algunos pecados. El primero de todos el de tomar el nombre de Dios en vano. Como español, vivo en el único país que trata al señor de tú a tú, por su nombre de pila (MeCagoEn) así que creo que podemos pasar por alto ese tema y ya puestos todo el concepto blasfemia. El lenguaje con blasfemia es rico, colorido y musical. Y los de la asociacion Tomas Moro pueden dedicar su tiempo y esfuerzo a la cría del colibrí andino, o matar el rato haciendose pajas sin cargo de conciencia porque...

... ¡Fuera la masturbación del Sexto Mandamiento! Todo ha sido un fenomenal malentendido, el pecado de Onán no fue pelársela sino practicar la marcha atrás. El Señor le castigó por derramar su simiente en el suelo, y muy bien que hizo, que ese marrano dejaba el parquet impresentable. Seguirá siendo pecado correrse sin garantizar la posterior limpieza, pero con tener a mano un cleenex, tema resuelto. ¡A sacarle brillo a la zambomba, perillanes, que se os ve con ganas!

Dicho sea de paso. Las mujeres por supuesto también quedan incluidas en la reforma, que en eso de hacerse pajas ya les digo yo que nos dan sopas con honda, y nunca mejor dicho lo de las sopas.

Para rematar, en un gesto de ecumenismo he decidido adoptar las normas alimentarias del culto de Offler, el dios cocodrilo. Retiramos la abstinencia, el ayuno y la prohibición de la carne en viernes, para adoptar como único alimento prohibido el brócoli ¡fuera ese impío brócoli de vuestras mesas, pecadores, que sois unos pecadores!

Y bueno, tengo algunas cosillas más en cartera, pero eso ya lo dejaremos para cuando volvamos de Brasil. Si me disculpan, he quedado con unas feligresas cariocas para que me vayan enseñando los movimientos básicos, que soy de natural torpe (el Señor ¡ay! castiga mi orgullo con confusion de pies) y me llevará un tiempo estar a punto para presidir las jornadas. 

Que Él os acompañe y guíe siempre vuestros pasos (bailones)

pepepepepepe pepepepepepe pepepepepepeeeee
pepepepepepe pepepepepepe pepepepepepeeeee
Um par neginho na strada.
Um par pra ca y pra la.
Vigem que coisa mais linda.
Um par neginho começando a andar,
começando a andar, começando a andaaaaaaaar.


* tu tranquila, S. Mientras esté en mi mano, nadie nos deja sin caldera

martes, 4 de junio de 2013

SI YO FUERA PAPA EN LUGAR DEL PAPA ... (I) Marketing y financiación



... y podría serlo, ojo. No hay ningun impedimento en la doctrina al respecto: cualquier bautizado puede ser nombrado Sumo Pontifice. Así que ya me veo con tiara, sandalias pescatoriales y triple corona.

O me vería así si la Iglesia aceptase por fin el reto de la modernidad y se decidiese a sacudirse de encima el polvo de los siglos. Hablan de crisis de fe, de pérdida de valores... ¡paparruchas! Lo que sucede es que Roma no sabe vender su producto.

Señores del colegio cardenalicio ¿quieren volver a ver las iglesias petadas de fieles, el cepillo rebosante de billetacos, las arcas de Roma llenas a reventar, las procesiones tan prietas de público que cueste mover el santo? Pues en el próximo cónclave, no desperdicien su voto ¡EPISCOPHAGUS PONTIFEX! ¡AUR AUR AUR!

Y como primera medida, elegir nombre. Un buen nombre, ya vale de juanes, pablos,  juanpablos, benes... un nombre potente, sonoro, que inspire respeto y devoción... PUTOAMO. PUTOAMO PRIMERO.

Sonoro, molón y fácil para las coregrafías. Las catolicfangirls solo tienen que repetir PUUUUTOÁAA-MO (plasplas-plasplasplas) cuando me vean pasar en el papamov... un momento, segunda orden papal: al desguace con el papamóvil. Basta de fasto y oropel, circularé en una BMW R75 conducida por una monja maciza con recias botarras de motera, hábito escotado y minifaldero y un VATICAN  HELL'S  ANGELS en la espalda. Yo, desde el sidecar, iré bendiciendo urbi et orbi a las multitudes enfervorecidas. Y los obispos pueden seguirme al trote, que están tirando a gordacos y les vendrá bien un poco de ejercicio.

¿Veis por donde van los tiros? La Iglesia no necesita kikos amongolados, catequistas aburridos o canonizaciones multitudinarias. Necesita MARRRRRRRCHA para llenar el redil.

Pensemos en la misa estándar, en su versión supuestamente festiva, cuando la parroquia tira la casa por la ventana y hay musica. O sea, la monja de la guitarra y el coro de señoras mayores desafinando el quealegríiiiiacuandomedijeeeerron ¿eso es una fiesta? #facepalm.

Hay que aprender de las misas Gospel y montar coros en condiciones, que canten con alegría, que le pongan espíritu y te fuercen a mover las caderas y batir palmas. Y en las misas de tarde y del gallo, caña eléctrica y buen metal. Basta de adaptar sosaineces de los beatles, desde ahora sólo buenos clásicos como ACDC, Metallica, Iron Maiden... una iglesia de noche pide guitarras que hagan temblar las cristaleras y calaveras cerca de las velas ¡aprovechemoslo y tengamos llenazo de jevis nostálgicos y metaleros satánicos!. Me diréis que esos no van por la misa, pero una vez dentro ya es cosa del párroco llevarles al la fe ¿o es que tengo que daroslo todo hecho?

Hace poco estuve en una comunión. Cuando los infantes, en traje de novia enana o almirante con chorreras, entraron en la iglesia, fueron recibidos con una cancioncilla sosainas de bienvenida. ¿Porqué desperdiciar las posibilidades del merchandising? Imaginemos la misma escena con los chavalines vestidos de tropas de asalto de Star Wars (blanco, adecuado para comuniones ¿no?) entrando al ritmo solemne de la marcha imperial. Y en las comuniones de postín podríamos alquilar los servicios de Ratzinger vestido de Emperador, esperando a sus huestes al pie del altar. El pobre se aburre en Castelgandolfo, y así se sentiría útil y podría aportar unos dinerillos para las arcas pontificias, tan necesitadas de monetario. Entre eso y un buen acuerdo con LucasFilm sacaríamos unos ingresos muy saneados.

Sería interesante contar para estos eventos con amantes del cosplay que den ambiente, por ejemplo escoltando a los imberbes catecúmenos con los rojos uniformes de la guardia imperial, o en alegre disfraz de wookie. Y ni siquiera habría que pagarles, con poner a la monja de la guitarra (ahora ya sin trabajo) cerca de la puerta esos patéticos pringados dignos jóvenes ya se sentirán felices, nunca habrán estado tan cerca de una hembra desde que les parieron.

Hablando de ingresos, hay otra fuente de negocio que hasta ahora ha sido ignorada olímpicamente por el Vaticano. El Índice de Libros Prohibidos. No, no he bebido demasiado vino de misa, pensadlo un poco.

¿Qué ha pasado con las obras condenadas por el celebérrimo Índice? Que se han convertido en BestSellers. Ya sea el Sidereus Nuncius, el Origen de las Especies o El Capital, todos ellos fueron condenados y todos ellos fueron éxitos de ventas. Ojo, no de lectura, de ventas, que es lo que le mola a los editores. Así que no cuesta mucho darse cuenta de que un buen agente literario tendría interés en que el Papa condenase furiosamente alguna obra literaria de sus representados, o por el contrario alabara con entusiasmo la firmeza doctrinal de las obras de la competencia, porque el público no sabe mucho de latines, pero si declaras que una obra es felizmente conforme al dogma, a todos les sonará a ladrillo amuermante.

Quien dice libros dice pelis o música. Lás páginas de crítica cultural de L'Osservatore Romano pueden convertirse en una mina de oro, solo hay que negociar bien los acuerdos y si de algo saben los obispos es de componendas bajo mano así que ¿a qué estamos esperando? ¡Si ya lo estamos haciendo a diario, anatemizando cualquier cosa mínimamente divertida, pero sin cobrar por ello!

Las canonizaciones también pueden dejar unos réditos interesantes. Pongamos un precio razonable, un beato por 5000 euros, un santo por 7500 de nada ¿quién se negaría a tener un familiar en los altares por unos dinericos de nada, que te puede adelantar cofidis? Y si luego sus cobradores te rompen las piernas, resignación hijo mío, piensa que te están apaleando por la fe.

Me diréis que así podría canonizarse a gente indigna pero, entre nosotros, así en petit comité, si ya hemos beatificado a una sádica sanguinaria como Teresa de Calcuta o canonizado al hideputa de Cirilo de Alejandría, un pecadorcillo más o menos tampoco debería preocuparnos. Total, el señor ya reconocerá a los suyos ¿no?.

martes, 31 de enero de 2012

¿POR QUÉ ME ABURREN LOS ZOMBIES? (I)


NO. Lo diré por diezmillonesima vez. Mi avatar NO ES UN ZOMBIE. Es mi maquillaje de sacamantecas, un personaje patrio, clásico y de amplia tradición. YO NO ME DISFRAZO DE ZOMBIE. Y no lo hago porque les tengo tirria.

Sí, lo digo sin miedo, lo grito a los cuatro vientos. Me da igual que la comunidad frikie me repudie, que me señalen con el dedo y esputen a mi paso. ¡¡¡ESTOY HARTO DE LOS ZOMBIES!!! ¡¡¡NO LOS SOPORTO!!!

O sea ¿es que soy el único que se da cuenta de que el género zombie no se sostiene por muchos alfileres que se le pongan? Y le ponen muchos ¿eh? porque he tenido esta discusión con más de un zombiadicto y hay que ver la de vueltas y revueltas que dan argumentando su defensa.

Que conste, no tengo nada en contra del género de horror, menos aún en contra del de los No Muertos, que nos ha dado figuras tan memorables como la Momia, Drácula, Carmilla, Charles Dexter Ward, Herbert West, la Criatura de Frankenstein, el doctor Muñoz... No, mi problema es con el sub-subgénero zombie, de lejos lo más penoso y aburrido del fantasy en las últimas cinco décadas.

¿Qué tengo en contra suya? Todo. Pero lo que se dice, todo. Empezando por su escasa apostura. O sea, se pueden decir muchas cosas malas de Drácula, pero la elegancia le salva: sea para robar niños o asaltar jovencitas en negligée, el conde va siempre hecho un pincel, impecable con su capa rojinegra y su impóluto chaqué. Un Señor como debe ser. En cambio el zombie, a quien desde ahora llamaremos el podrío, para distinguirlo del sufrido pero digno personaje del vudú haitiano, carece del más mínimo sentido de la higiene, decoro o elegancia. Por no hablar del vocabulario: la Criatura (la de verdad, la de Mary Shelley) se expresaba como un atormentado filósofo, mientras que el podrío se limita a murmurar ggggggggg, mmnnngrrrrr o, en el mejor de los casos, cereeeebrooooosssss. Lo que dice muy poco de la calidad literaria de sus autores, incapaces de escribir un diálogo digno de tal nombre.

Pero al margen del aspecto estético, lo que me tira para atrás es la invalidez de los supuestos en los que se sustenta su existencia de ficción. Los vampiros, los hombres lobo, la Bestia del Millón de Años, el monstruo de la Laguna Negra, el xenomorfo de Alien, los hombres-pez de Insmouth... todos son verosímiles de acuerdo a la lógica de su universo literario o cinematográfico, pero el podrío carece de la más mínima racionalidad o coherencia. Empezando por su supuesto origen.

La epidemia zombie suele deberse a un accidente atómico, una infección por virus o alguna extraña contaminación química que hacen que los muertos se pongan a andar. Bueno, pues eso me supone un cierto problema lógico porque, para andar, esté muerto o no, un cuerpo consume energía. Y no de cualquier tipo (quiero decir, no vale con las radiaciones) sino con la que generan las reacciones químicas del metabolismo. Los cadáveres se caracterizan por carecer de metabolismo. Apurando mucho, mucho mucho podríamos aceptar que un muerto reciente podría reactivar su metabolismo de alguna misteriosa manera y levantarse aprovechando sus reservas de lípidos y azúcares, pero a partir de unos días esas reservas desaparecen en boca de las bacterias, los insectos, las larvas... así que un muerto de unas semanas no puede levantarse PORQUE NO TIENE NADA APROVECHABLE EN SU CUERPO. Vamos, que no hay tocineta de la que ir tirando a la espera de zamparse un sabroso cerebro.

Aceptemos pulpo por animal de compañía y supongamos que, pese a todo, los podríos no necesitan metabolismo para mover los músculos (lo que, insisto, es imposible, como sabe cualquiera que conozca cómo funciona un músculo). Bueno, pues si es así ¿a santo de qué tienen hambre? Porque el hambre, señores, es una consecuencia del metabolismo. A eso responden los adeptos al género que el hambre se debe a la necesidad de comer endorfinas para aliviar el dolor que supone un cuerpo muerto. Pero majetes, en todas las pelis vemos que es dificilísimo detener a los podríos porque les puedes arrancar un brazo y ni siquiera cambian de expresión PORQUE NO SIENTEN DOLOR así que ¿en qué quedamos?...y diréis es que no sienten dolor porque ya están atiborrados de endorfinas.... pues entonces ¿porqué siguen empeñados en comerte si ya no tienen porqué tener hambre?

Y esa es otra, lo de las endorfinas sólo se justifica en el podrío clásico, porque éste come cerebros, pero el moderno se lo come todo. Y digo yo ¿de que le sirve, si no puede digerir? porque la digestión implica un metabolismo activo y complejo. Y por cierto, si comen y digieren ¿porqué no van todos con los pantalones llenos de cacotas? Porque si comes, cagas, y no se ve que se les abulten los calzones ni se les hinche el vientre hasta explotar en marrón.

Lo de los cerebros, por cierto, me hace mucha gracia. Llega el podrío, agarra a la víctima y le abre la cabeza para comerle los sesos. ¿Saben los guionistas de esas historias lo durísima que es la caja craneal? Para abrirla, los forenses usan una sierra radial. ES IMPOSIBLE ABRIRLA CON LAS MANOS. A menos que aceptemos que el virus transforma mágicamente la carne pútrida y blandengue en acero sueco.

Vale, olvidemos el cerebro con su textura suave y su ambrosía de sabores, y aceptemos que el podrío medio se conforma con comernos nuestras prietas nalgas. ¿No sería lógico que se comieran entre ellos? O sea, en cualquier peli tipo gualkindead por cada superviviente hay como mil malos intentando comérselo, luego es una fuente de alimento muy escasa. Lo lógico, si los muertos tienen hambre, es que se coman lo primero que pase a su lado, es decir, otro muerto. Pero no, siempre se les ve deambulando sin objetivo, en plan rebaño, hasta que aparece un vivo y entnoces se acuerdan de que tienen hambre.

Es que les llama la atención el movimiento, dicen. Pues ellos no paran de moverse. Es que sólo se fijan en los movimientos de los vivos. Pues con caminar como si fueras gilipollas, solucionado ¿no? Es que se fijan en que no estás muerto... escucha, guapito, no le des más vueltas. NO PUEDEN VERTE. ¿Porqué digo esto? Porque ver es una función extremadamente compleja que requiere, entre otras cosas, de un sistema nervioso operativo y un globo ocular en buen estado.

Cuando un ciego recibe un trasplante de cornea se encuentra con un curioso problema: su cerebro necesita aprender a ver. No es un proceso automático, las señales del nervio óptico deben ser interpretadas, y ese aprendizaje puede llevar semanas. Unas cuantas neuronas chiclosas no pueden hacer ese trabajo. Pero, aunque pudieran, el ojo necesita estar en condiciones, y los podríos, entre otras cosas, no parpadean. Y si no parpadeas, a la media hora te empiezas a quedar ciego porque la superficie del ojo empieza a resecarse, y si le da el sol es aún peor, porque se quema la retina . Y eso en el caso de que haya ojos desde el principio, porque lo primero que se le jode a un muerto son los ojos. Se hunden al ir perdiendo el humor vítreo y sin la forma adecuada, no funcionan. Así que no, os pongáis como os pongáis: NO VEN.

Dicho sea de paso, el hombre invisible tampoco ve. Para ver, la luz debe reflejarse en tu retina, pero si eres invisible, la luz te atraviesa sin reflejarse. Ergo, el hombre invisible está tan ciego como un pepino de mar y, amén de clavarse todo lo que haya en el suelo y pisar todos los ñordos de perro de la calle, se va dando ostias contra todo lo que se cruce en su camino, farolas, árboles, piedros, automóviles... luego si el tráfico es denso no vivirá para llegar al otro lado de la calle. Vaya mierda de poder, la invisibilidad, porque aunque lograras sortear los coches al tacto y colarte en el vestuario de las animadoras, tampoco podrías verlas...

(continuará)