Mujer iroqués

miércoles, 19 de marzo de 2014

TE RECUERDO...


... de uniforme. Las estrellas de capitán, en tu chaqueta, en el armario del recibidor. Luego comandante, teniente coronel...Me recuerdo pensando en el tono de tus ojos, gris azulado, mientras doy color a tu fotografía, ya como general. Mamá quiere darte una sorpresa por tu cumpleaños, y aquí me tienes, ajustando canal tras canal. Aún me sorprende ver mi rostro en el tuyo, mi mirada en la tuya ¿tanto nos parecemos?

Te recuerdo, siempre trabajando. Vuelves, te quitas el uniforme y empiezas a estudiar. Luego anotas las cuentas del día. Sólo después descansas.

Te recuerdo cuando huelo tabaco negro. Y recuerdo tu cara de dolor al ver a mamá echar el coñac de treinta años al guiso, porque el médico te lo ha prohibido y no va a tirarlo ¿no? y tú le dices ¡pero no lo hagas cuando yo estoy delante!

Te recuerdo alegre. Sé que te enfadas de cuando en cuando, no en vano somos cinco críos liándola, pero me cuesta recordarte enfadado. Cuando te recuerdo, estás de buen humor.

Te recuerdo al volver de aquella acampada en invierno. Entro por la puerta y, tras soltar la mochila, me dices que Javier ha muerto. Nunca te he visto llorar, no hasta ese día.

Te recuerdo el día del célebre Malta-España. Al cuarto gol me voy a la calle, a pasear a Rocko, porque me dije, me le da un síncope en el siguiente, y no quiero verlo. Y quedaban 8 más...

Te recuerdo en el pueblo, también con Rocko. Duerma en el salón o en mi cuarto, en cuanto siente que te levantas,  se estira, bosteza, y va tras de ti a la huerta, al trotecillo, moviendo su enorme cola peluda. Se tira la mañana contigo, viéndote trabajar con el azadón, con el arado de mano, recogiendo verduras... Mamá bromea, dice que va a hacerle al perro unas alforjas para que te lleves el bocadillo y algo de beber.

Rocko sabe que eres el jefe de la manada, pero también que a quién hay que obedecer es a mamá. Yo soy algo así como su hermano mayor. El resto de la familia... simplemente están. Salvo la Yaya: los meses que pasa con nosotros, se tumba siempre a su lado, como si fuera una especie de diosa benéfica

Te recuerdo con la Yaya. No pareces su yerno, sino su hijo. Te recuerdo llorando cuando nos dejó. Como si hubieran abierto una presa y tus lágrimas no se acabaran. Roto.

Te recuerdo en el hospital, tras aplastarte las rodillas. No he visto un enfermo con mejor humor. Ni a nadie que a los dos meses de algo así se baile una jota. Despacito, en la boda de Suso.

Te recuerdo feliz cuando Suso vuelve del Salvador, con Tere. Feliz no sólo por él, sino por todos nosotros, feliz de vernos a los cinco con las vidas en marcha. De vernos bien. A todos.

Te recuerdo cuando ves publicado mi primer dibujo. Tu sonrisa.

Te recuerdo en mi primer permiso. Llego a casa, me abrazas y, luego, me presentas a Cristina. Mi primera sobrina, tu primera nieta. En tus brazos: jamás te he visto tan orgulloso. Bueno, sí: veo ese mismo orgullo cuando nacen Carmen, Pablo, María, Sole, Carlos, Diego... creo que siempre te dices, no llegaré a conocer al siguiente, y cuando llega, lo recibes con el doble de amor. Pero Cris es especial.


Te recuerdo con Pablo, de la mano, yendo a ver patos y conejos. Con Sole y Diego, volviendo de la huerta. Si está el abuelo, los demás no existimos.

Te recuerdo en cada cumpleaños, los ojos brillantes, como si supieses que cada año de más es un regalo, dando gracias por ello, por poder disfrutarlo. Y tu ilusión porque ahora te damos tres regalos. Para compensar por tantos años, que ya es puñeta nacer en San José y tener santo, cumpleaños y día del padre el mismo día.

Te recuerdo al irte a NYork. Te imagino en el hotel, en la habitación, sin moverte de ella tras el curso, porque si no estás con mamá no sabes ir a ningún sitio. Y sé que es así porque vuelves con el mismo dinero que te fuiste, sin gastar ni un céntimo en ti. Recuerdo tu cara de alivio al entrar por la puerta, ese gesto de ¡por fin!

Si no estás con mamá, no eres tú.

Te recuerdo haciendo crucigramas, sacándolos de esa carpeta que vas llenando para cuando te jubiles. Como si te hiciera falta entretenimiento: la casa convertida en guardería, la huerta, las partidas con los amigos... y te recuerdo dándome una paliza al mus... leches, qué bien juegas.

Te recuerdo fuerte. Muy fuerte, fibroso. Como si en vez de piel y carne fueras corteza y madera de nogal.... y te gusta sentarte bajo el nogal del abuelo. Te gusta su sombra, su frescor, su protección.

Te recuerdo con cara traviesa tras apuntarme al concurso. Tu mirada de orgullo el día que participo, y lo mucho que nos reímos tú, Cristina y yo. Todos te ven sonriendo en la tele, allá en el pueblo. Sonríes mucho más que el día de la boda de la infanta, que mira que te aburriste.

Te aburren las ceremonias, recuerdo que el mando que más disfrutas de todos es el de Pavía. Tú con tu regimiento, sin papeleos ni besamanos. Y cómo disfrutas contándome cada anécdota, cada historia. Cada persona.

Te recuerdo con personas, siempre a gusto. No recuerdo a nadie con quien no sepas llevarte bien. Nadie. No recuerdo que nadie me haya dicho jamás que le ofendiste o le defraudaste. Nadie.

Te recuerdo en mis sueños. Sueño de cuando en cuando contigo, y me gusta. Me alegra volver a hablar contigo.

Te recuerdo la tarde que os vais para el pueblo. Acaba de morir tu compañero de mus de toda la vida y quieres despedirte de él. Ese día como con vosotros, te doy un abrazo y un beso, y hasta la vuelta.

No habrá vuelta.

Recuerdo el dolor. Y mis hermanos tan rotos como yo, si no más. Recuerdo la falta de aire, mis ojos ardiendo, el pecho lleno de cemento... y mamá manteniéndonos en pie, por todos, por ella y por ti, por nosotros. Recuerdo a tus hermanos, mis primos, tus amigos. Todo el pueblo, media Segovia, gente llegando de todas partes, Sevilla, Barcelona, Zaragoza, A Coruña... y la sonrisa que nos recorre de pies a cabeza cuando el flequillo se te escapa de la mortaja y mamá dice, se casó despeinado y le enterraremos igual.

De haberlo sabido, de haberlo sospechado, al despedirnos te habría dicho algo más. Te habría dicho gracias, papá. Gracias por todo. Te habría dicho adiós. Te habría dicho...

... te quiero.

Siempre te recuerdo.

Hoy cumplirías 78 años.

Te echo de menos.


7 comentarios:

Miren dijo...

Qué bonito, qué emocionante y como me alegra que me hayas hecho recordarlo también. Gracias Josela!!!

Concha Pardo dijo...

Palabras que salen delcorazón y llenan los humedecen los ojos, esas cosas se recuerdan de las personas buenas. Yo tambien recuerdo su disposición siempre al favor o la ayuda y su optimismo y en este día de los Pepes y papis yo también le mando un abrazo de cariño.
Conchi

Pepe dijo...

Gracias por recordármelo. Recuerdo el miedo que sentí después de decirle las setas que podía encontrar en la huerta. No olvido la acogida en vuestra casa la noche anterior a seguir los viajes con toda la tribu a Malaga para pasar las Navidades con mis suegros. No se como nos acoplaba. Lo veo como entonces. Un abrazo

anasegovia dijo...

joder me has hecho llorar...

sobretodo el final, mi padres fue a un pueblo, a una boda, no volvio.

yo tenia 7 años, y todavia lloro por el.

gracias.

Anónimo dijo...

No os conozco, pero me he emocionado! afortunado eres de haber tenido un padre así, y por poseer recuerdos tan bellos que siempre te acompañarán...
fuerza!

Oskar HR dijo...

No nos conocemos. He visto tu entrada cumpleañera (Felicidades por cierto)a través de un amigo y me he puesto a leerla. Me ha gustado tanto que me he puesto a leer algunas entradas mas (no conocía episcophagus antes... con lo que me quedan 4 años de lectura... poco a poco).

Pero me he parado en este entrada. Dedicas una palabras preciosas a tu padre y a toda una vida de quien te dio la vida. Me he sentido muy identificado contigo porque hace menos de un año que perdí a mi madre demasiado pronto. Reconozco que me has provocado lágrimas mientras sonreía con algunos buenos momentos que describes. El momento flequillo me parece memorable y precioso.

Hay mucho de tu padre en ti. No importa que no dijeras un último te quiero. Seguro que el lo sabía.

Un saludo.

Oskar HR dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.