Mujer iroqués

sábado, 1 de mayo de 2021

POBRES CANICHES (turra evolutiva)

Hace poco, escuchando un programa del podcast Semental Chihuahua (y si no lo escucháis ya tardáis en suscribiros ¿qué estáis haciendo desperdiciando así vuestras vidas?) surgió la pregunta ¿Cómo se llega desde un lobo hasta un chihuahua? y, más en concreto ¿con qué cruzaron a los antepasados del chihuahua para conseguir un chihuahua? ¿con una ardilla?

Claro, al escuchar esa pregunta, se me encendió la furia darwinista y, como no podía ser de otra forma, respondí con una larga y argumentada turra sobre la selección artificial. Como creo que no me quedó mal, me he dicho, vamos a darle forma en el blog, y aquí me tenéis, dispuesto a aburriros con la domesticación del perro.

Empecemos por lo básico. Es normal que mucha gente piense, oye, ese perro parece un zorro, eso debe ser que los antiguos cruzaron lobos y zorros y salió el samoyedo. O un argumento similar, como lo de la ardilla, pero más desarrollado. Pues bien, aunque eso pueda parecer como de sentido común, ya os adelanto que no es así. 

No hay cruces con otras especies en la historia de los perros. Los perros (Canis familiaris) descienden directamente de los lobos (Canis lupus) Si me apuráis, no hay diferencias genéticas* entre los perros y los lobos, se trata de la misma especie, sólo que domesticada. Y la prueba es que son perfectamente fértiles entre sí.

Exacto.

Es lo que estáis pensando.

UN CHIHUAHUA ES UN LOBO.

Si cogemos a un chihuahua macho y lo cruzamos con una loba, la descendencia es perfectamente viable y fértil. Y al revés también funcionaría, de no ser por ciertos problemillas físicos que no me molestaré en detallar.

Vayamos al comienzo. A la domesticación del lobo. Darwin observó, en el siglo XIX; que los animales domésticos (perros, vacas, ovejas, cabras...) presentaban una notable homogeneidad en cuanto a sus diferencias respecto a las variedades salvajes de las que descienden. Resumiendo mucho, todos presentan hocicos más cortos y menos angulosos, orejas más caídas y redondeadas, y libreas más variadas, con colores más claros, dispares y en ocasiones a manchas. En esencia podríamos decir que la vaca (Bos taurus) es una versión curvy, lavada y blandita del Uro (Bos primigenius)

Pues bien, en los finales 80, en una granja peletera de la URSS se decidió criar zorros más dóciles, a fin de facilitar el trabajo. Para ello se seleccionaron los cachorros más dóciles de cada camada, y se cruzaron entre sí. En pocas generaciones se llegó a un resultado sorprendente: zorros dóciles, que interactuaban con los humanos como perros, con hocicos cortos, orejas redondeadas y libreas de color manchadas y variadas (con lo que no valían para peletería, pero fueron adoptados como mascotas)

En 2018 se descubrió que esos cambios están asociados genéticamente. Una mínima modificación en la cresta neural del embrión lleva a que se reduzcan la producción de colágeno (que forma las estructuras de las orejas y de la nariz) melanina (con lo que los animales pasan a ser de colores claros y parcheados) y adrenalina (que dispara los mecanismos del estrés y las reacciones de fuga o ataque). Es decir, que al seleccionar a los lobos (o uros, cabras, ovejas...) más dóciles, sin saberlo, los antiguos humanos seleccionaron también una serie de cambios físicos que normalmente serían recesivos, pero a fuerza de cruces repetidos entre los animales dóciles acabaron por convertirse en estables. Y ese proceso no fue largo, sino que tuvo lugar a lo largo de relativamente pocas generaciones.

Centrémonos en los perros. Igual que se seleccionaron lobos dóciles, los diversos grupos humanos fueron seleccionando los perros en función de sus necesidades. Por ejemplo, los pueblos que crían ovejas seleccionaron dos tipos de perros diferentes. Por una parte, necesitaban perros que defendieran al rebaño de los lobos. Para ello seleccionaron los más grandes y fuertes, y llegaron a algo parecido a los actuales mastines. Esos animales, además, tienden a ser tranquilos, incluso pachones, y pronto se acostumbraron a moverse con las ovejas, a ser parte de ellas. A considerarlas su manada, con lo que no sólo no atacan a las ovejas, sino que se lanzan contra quienquiera que amenace al rebaño.

Por otra parte, se seleccionaron animales ágiles, más nerviosos y dinámicos, con un comportamiento más parecido al de los lobos salvajes, que ayudaran al pastor a manejar al rebaño, rodeandolo para evitar que se disperse, empujando a las ovejas en la dirección deseada y evitando que ningún animal se aparte del grupo. Los perros de pastor (como el collie) son, en esencia, lobos que acechan al rebaño, tal y como harían los salvajes, pero al final no lo atacan.

Ahora bien, también se empezaron a seleccionar características estéticas. Así, los westies son terrier blancos, cuyo color se seleccionó para que no fueran confundidos con conejos durante las cacerías. Los pastores alemanes son una variación del pastor del Ruhr, un animal muy similar de tamaño y aspecto, pero con el pelo rizado y las orejas redondas. Los criadores de finales del XIX quisieron mejorarlos estéticamente para obtener pastores más elegantes, de acuerdo a los criterios de la época.

Resulta que uno de los cambios estéticos más comunes consiste en que las razas, digamos, de prestigio social, los perros mascota de los poderosos, tienden a ser pequeños. Hay algunos antropólogos que creen que es para que parezcan bebés humanos, pero la verdad, si un carlino se parece a un bebé humano, debe tratarse de un bebé humano muy feo. Y llegamos por fin a los chihuahuas.

Los antiguos toltecas tenían una raza de perro denominada Techichi, que descendía de los perros que cruzaron el estrecho de Behring con los cazadores que colonizaron América. Los toltecas parecen haberlo criado como animal de prestigio, un perro de compañía para los ricos. Y, como en otras partes del mundo, eso llevó a un perro de tamaño mediano-pequeño. 

Por motivos que desconocemos a los sucesores de los toltecas les dio por criar perros cada vez más pequeños. Quizás porque eran más fáciles de alimentar (la carne era un lujo en la meseta centromexicana**) y así el Techichi dio paso al Chihuahua. El nombre, evidentemente, hace referencia al ladrido de esos perritos, una característica común a los perros pequeños, porque cuanto más canijos son, más nerviosos y ruidosos se vuelven (supongo que para que no los pisen)

Cuando los europeos llegaron a américa, ese perro pequeñajo (no tan pequeño como los actuales, ojo) les hizo gracia y lo llevaron al otro lado del charco. Allí fue cruzándose con otras variedades de perros pequeños hasta llegar al chihuahua escuálido pero aún saludable de comienzos del siglo XX. En ese momento estos pobres animales fueron víctimas de la moda. Las damas elegantes de principios de siglo se aficionaron a llevar esos perrillos diminutos y pelones y. a fin de que resultaran más graciosos, los criadores fueron seleccionando los más pequeños. Hasta que a finales del siglo XX una señora muy adinerada de la JetSet Neoyorquina empezó a dejarse ver con uno especialmente enano que le cabía en el bolso, y los criadores se lanzaron a satisfacer la demanda de chihuahuas miniatura de sus pijísimas clientas, obteniendo así el Chihuahua Toy.

Los criadores de perros son nazis NO TENGO PRUEBAS PERO TAMPOCO DUDAS.

Y así hemos llegado desde el lobo salvaje al pobre Chihuahua Toy, también conocido como Mátenme Por Dios Tengan Compasión de Mí y a otras razas igual de maltratadas como los Papillon, cuya gracia es que parezcan un copo de algodón y sean ligeros y etéreos. tTn ligeros y etéreos que sus patitas de palitroque tiemblan continuamente porque apenas les sostienen.

Y, tras terminar la turra evolutiva, va el mensaje final

_ Lo primero, si algún conocido os dice soy criador de perros, dadle con la piedra más grande que encontréis en la cabeza una y otra vez hasta que no se mueva. Le estaréis haciendo un favor a la humanidad y a la perridad.

_ Y lo segundo, NO COMPREIS PERROS DE RAZA, no sólo por lo asqueroso que es el negocio de la cría, sino porque, gracias a los criadores, están plagados de problemas genéticos. Los pastores alemanes sufren displasia de cadera porque los criadores pensaron que serían más elegantes con la espalda inclinada. Los Westies padecen problemas renales, los bulldog franceses se asfixian... NO LO HAGÁIS.

_ En resumen: ADOPTAD, SIEMPRE. Y no olvidéis lo de la piedra en la cabeza y los criadores.

Y ya me despido. Mis disculpas si me ha quedado muy largo, y no olvidéis seguirme para más exabruptos.

*No se trata de que sean identicos geneticamente, ojo: la frecuencia de genes de los perros es diferente a la de los lobos porque llevan aislados geneticamente muchos miles de años. Es el mismo caso que el del tan mentado e inexistente "gen vasco", no es que los vascos tengan un gen distinto al del resto del mundo, sino que presentan una frecuencia de genes ligeramente distinta que la de los pueblos vecinos.

** Según Marvin Harris es posible que el canibalismo religioso de los Aztecas fuera una manera de justificar el consumo masivo de carne humana por parte de las élites, a falta de otros recursos cárnicos, ya que la fauna mesoamericana estaba esquilmada y hasta la llegada de los españoles no conocían especies cárnicas domesticables, como sí conocían los incas y otros pueblos andinos, que domesticaron al guanaco y la vicuña para llegar a la llama y la alpaca.