Los últimos diez, doce años, me han llevado desde una postura, digamos, concienciada, a una actitud sobre el feminismo más comprometida y activa. ¿Porqué ha sido así?
Como ya he comentado en otras ocasiones, observo y analizo todo lo que me rodea, y lo que veo es que, en estos años, en vez de avanzar en pro de una igualdad real, nos hemos estancado en unas apariencias que le parecen bien a todo el mundo. O mejor dicho, a todo el que no tiene que sufrir la realidad.
Nos bombardean a diario con un ideal femenino. En los medios, en la publicidad, en el día a día... debes ser una gran profesional, mantener siempre tu aspecto impecable, estar en forma, vestir a la moda, tacones vertiginosos, la lencería más atrevida, depilarte, conseguir un peso optimo, ser la amante perfecta y, por supuesto, prohibidas las arrugas, canas, celulitis, ojeras... , envejecer esta vetado.
Claro que hay un modelo ideal masculino, pero sus costuras son mucho más holgadas. El madurito galán puede ligar con jovencitas porque sus canas le sientan bien, y en las comedias el gordo picarón se liga a la maciza. Pero nunca vemos a la chica gorda* conquistar al guapo, y la cincuentona que liga con jovencitos es presentada como una depredadora (¿no las llaman cougar?)
Las niñas no sólo reciben el mensaje de que su misión en la vida es hacer cocinitas, limpiar la casa e ir de compras sino que además les indican que hay que agradar a los chicos. ¿Creéis que exagero? en el último carnaval pasé por la sección de disfraces INFANTILES del Corte Inglés.Los de niña eran de princesa-enfermera-hada-vampira, o de princesa-enfermera-hada aputonada (el de vampira es aputonado, sí o sí). Y en halloween se suma el de zombie aputonada. Por cierto, varios de esos disfraces incluían tacones altos y relleno en el pecho, al menos en las modelos fotografiadas (de 7 a 10 años)
Si salimos de las pantallas y bajamos a la calle, el panorama es desolador. Al comienzo de la crisis se despidió mayoritariamente a mujeres, y hubo políticos, empresarios y obispos justificandolo como lo normal, porque ese sueldo no era el importante, sino el que usaban las mujeres para sus caprichos, mientras el del marido era para vivir. Ergo lo normal es que la mujer dependa económicamente de otra persona.
La parte más dura es el maltrato. Tenemos a los que dicen que en realidad el maltrato de género no existe. Están los que dicen que sí, pero que antes no lo había**, luego el problema es que las mujeres se han independizado y por eso hay maltrato. Y luego los que afirman que en realidad los maltratados son los hombres y hay miles de muertos pero una conspiración del lobby feminazi con los medios ocultan los datos. Es más, esos miserables se presentan como víctimas y exigen la retirada de la ley al respecto porque hay denuncias falsas.
Sí, hay denuncias falsas, pero con las cifras reales en la mano (no las mentiras que difunden desde las asociaciones de maltratadores) no son más que las que hay en cualquier otro delito, y nadie exige la abolición de las leyes sobre la propiedad privada porque alguien denuncie en falso un robo. Por mucho que psicólogos, políticos o sociólogos busquen explicaciones alternativas, tras de la muerte de una mujer a manos de su pareja está su convencimiento de que esa mujer es de su propiedad.
En nuestra familia hemos vivido otra de las maniobras de ese hatajo de ratas, la exigencia de la custodia compartida. Sobre el papel, algo muy deseable. En la realidad, el modo de dejarle al maltratador un arma para seguir martirizando a su víctima: sus hijos. Como los puntos de encuentro o toda la parafernalia que rodea al falso SAP, la excusa favorita de los pederastas.
Y si señalas estas o cualquier otra injusticia, desigualdad o discriminación, enseguida salta el coro de lamentaciones, con tópicos como...
- La igualdad ya existe, luego el feminismo es innecesario.
- El rol femenino es natural y salirse de el es ir contra la naturaleza.
- Las feministas odian a los hombres y quieren esclavizarlos.
- Es mejor educar a las niñas por separado, porque son distintas a los niños.
- Las feministas son.... (póngase feas, gordas, marimachos, malfolladas, tortilleras... cualquier apelativo relacionado con el aspecto físico o la sexualidad)
- Los hombres son tan víctimas como las mujeres porque el maltrato es recíproco.
- El lobby de las feminazis-hembristas llena los noticiarios de mentiras.
- La culpa es de ellas por vestir como visten.
Traducción: si todo el mundo disfruta de mis mismos derechos y oportunidades, dejaré de ser un privilegiado, luego las cosas están muy bien como están***.
Sí. Me he radicalizado. Y no creo que vaya a atemperarme. Con la excusa de la crisis algunos sectores políticos (y no siempre de derechas, muchos izquierdistas prefieren a las mujeres en su sitio) intentan volver a los tiempos anteriores a Clara Campoamor, empezando por recortar la libertad sexual. Con la impunidad otorgada bajo mano por el gobierno, y el apoyo descarado de las facciones más rancias de la Iglesia española (Hazte Oir, Foro de la Familia, Camino Neocatecumenal...) los machitos rebuznan más y más. Y día a día, el hecho de ser mujer supone tener que luchar y soportar el doble para conseguir la mitad.
No, la igualdad no existe, y nos queda aún muchísimo por andar.
Me han llamado feminazi, hembrista, sometido, lametacones, marica, y algunas cosas más. Me resbala. Sé quien soy y sé además que cualquiera que use esos términos no merece ni un instante de mi atención.
Soy feminista. Y sólo dejaré de serlo el día en que, de verdad, ser feminista sea innecesario.
* Si es gorda, adelgazará y sorprenderá al guapo, que descubrirá que era una persona mucho más maravillosa que la rubia tetona. Pero antes adelgazará. Si es fea, se operará. Y en ambos casos, si tiene gafas, se las quitará.
** Lo que no había era denuncias, porque no era delito apalear a la mujer o a las hijas. De hecho, hasta primeros de los 70 matar a la esposa sólo era falta (no delito) si se aducían sospechas (que no evidencias) de infidelidad
*** Esto se aplica igualmente a los derechos de los homosexuales, y en los EEUU se usaron esos mismos argumentos en defensa de las leyes segregacionistas. Como si la igualdad de derechos mermara el valor de los mismos.