Nos conocimos hace 26 años, en la Escuela Superior de Agrónomos. Llevaba media melena y un flequillo que le tapaba media cara. Luego le dio una vena rara y se tiró dos años con el pelo al uno.
Ella y su amiga C tenían serios problemas con el dibujo técnico y les di unas clases. Como profesor demostré ser una completa nulidad, porque no aprendieron nada de nada, pero nos cogimos confianza.
Era una compañera agradable, no muy habladora, pero vivaz y muy suelta. Me pareció una chica muy interesante. Me encantaron sus pecas, sus enormes ojazos y su sonrisa.
Yo le parecí un perfecto gilipollas, pero no me enteré hasta años después.
Fui con ellas dos veranos de acampada al Pirineo. Estaban de moda los bikinis de punto y los suyos les quedaban geniales. Quizás porque llevaban muy poco punto, poquísimo:, apenas unos escuetos triangulillos. El segundo verano tiraron la toalla: la carrera se les había atragantado y decidieron ponerse a trabajar. A mí también, pero fui tan cerril que insistí un año más antes de pasarme a la Escuela Técnica.
Pensé que no nos veríamos más, pero dos años más tarde su amiga C me llamó por si me apuntaba a otra acampada en Semana Santa por las Calanques, cerca de Cassis. Al volver a España, charlando en el autobús, medio quedé con ella para ir al cine una semana más tarde.
Nunca le ha gustado hablar de temas personales, así que tardé seis meses en llegar a la conclusión de que no tenía pareja. Tonteamos un poco durante un año. Yo quedaba a veces con alguna otra chica, pero pronto dejé de hacerlo: estaba a gusto con ella, aunque no fueramos oficialmente nada. Y nunca lo fuimos, ni hablamos de ello.
Al cabo de un año empezó a soltarse más y a abrirse; pero sólo conmigo, como descubrí meses después cuando su hermana pequeña me llamó al trabajo. Divagó unos minutos y luego fue directa al grano...
-¡A ver! ¿Te estás follando a mi hermana?
- ...¿Perdón?...
- ¡Que si te la estás follando!
-....mm....¿No crees que eso deberías preguntárselo a ella?...
- ¡Ya lo hago! ¡Pero la jodía no suelta prenda! ¡Y no es justo, yo se lo cuento todo, pero ella a mí, nada de nada!
¿He mencionado ya que no gusta hablar de temas personales?
Llevábamos unos años juntos cuando me dijo que pensaba tener un hijo. Yo nunca me había preocupado por el tema, pero pensé: si es con ella, vale.
Cuando mi madre supo que dormíamos juntos cuando nos íbamos por ahí me cayó una soberana reprimenda.... A la media hora de oírla me fui a mi cuarto a trabajar y ella siguió sermoneándome desde el salón. Un par de veranos después, estando solo en Madrid, me llamó desde el pueblo para avisarme de que volvían unos días para resolver unos papeles de mi padre. Yo le dije que no se preocupara, que recogería la casa antes de que llegaran y escondería la ropa interior que se hubieran podido dejar mis amigas. Mi madre se calló unos segundos...
- Mira, si te pillo con ella, no voy a decir nada ¡pero como te coja con otra te saco la piel a tiras!
Decidimos irnos a vivir juntos hace 14 años. Las primera semanas estuve solito, luego se vino ella, lo que le costó una bronca con su madre, que estuvo dos meses sin hablarla.
Cuando empezamos a convivir nos repartimos los armarios del dormitorio: ella el grande, yo el chico. Hoy mi ropa se comprime en dos balditas y un cajón; la suya ocupa el armario grande, el chico, la mitad del armario de mi cuarto de trabajo y la mitad del de nuestro hijo, más el sinfonier. Tiene un puntito Diógenes, pero toda le sienta de muerte.
Juntar nuestras bibliotecas fue un proceso largo, porque teníamos muchos libros repetidos. Al final decidimos quedarnos con el ejemplar que estuviera en mejor estado, salvo que hubiera uno con dedicatoria. La música, en cambio, es cosa de ella. Yo he recuperado desde hace unos años algunos discos que me gustaban antaño y he reunido algunas cosas más modernas, pero por cada uno de los míos ella tiene un centenar.
Yo leo historia, tebeos y ciencia ficción, a ella le gusta mucho la narrativa japonesa y se pirra por las novelas de vampiros. No son esas ñoñeces que están ahora de moda: sus vampiros no tienen complejos, muerden con saña y follan un montón. Yo tengo mis quedadas escépticas y mis frikadas de dinosaurios, ella ha montado una web de complementos con su amiga C.
Es la hermana mayor, pero para su familia es la matriarca. La consultan para todo, la solicitan para todo, lo organiza todo. A veces la agobian y necesita desahogarse: creo que soy el único que la ha visto llorar.
Llevo 14 años durmiendo a su lado. Las pocas veces que he estado fuera, sin ella, me cuesta conciliar el sueño: echo en falta el calor de su cuerpo, el sonido de su respiración y el jaleillo de su dormir. Yo cojo la postura y tiro millas hasta que me despierto, ella da vueltas como una peonza.
Cualcuier cosa que se ponga le queda genial. Cualquier cosa que se quite le queda aún mejor: cuando se desnuda, me arrebata. Su cuerpo, de talla petit, es abrazable, suave, redondeado y muy cálido. A veces, cuando follamos, me quedo un ratito más dentro de ella, y siento ganas de hacerme pequeñito y acurrucarme para siempre en su interior, protegido, calentito y a salvo.
No sé si seguiremos juntos el año que viene, o el mes que viene o la semana que viene. Hoy está conmigo, esta noche dormiré a su lado, y cuando abra los ojos por la mañana la veré ahí: sentiré el perfume de su piel y el sabor de su boca. Probablemente pasado mañana también seguirá ahí. Ya son dos días más que estaré con ella. No necesito saber más.