Mujer iroqués

sábado, 26 de mayo de 2012

¿QUÉ SABEMOS DEL PASADO? Escepticismo y paleontología (I)



(Lo que sigue es un resumen de la charla que di en la eskepticamp de Madrid a finales de enero. Esperaba poder enlazar el video de mi presentación, pero debido a problemas técnicos parece que la mayor parte de las grabaciones de ese día se han perdido. Mis disculpas)

De cuando en cuando la prensa y los telediarios nos sorprenden con noticias sobre paleontología. Estas pinceladas suelen centrarse en tres tipos de criaturas: la fauna de megamamíferos del pleistoceno, los dinosaurios (ahí suelen meterse a capón los grandes reptiles voladores y marinos  del mesozoico) y los homínidos. Lo normal es encontrarnos con  titulares llamativos y contundentes.

Leyendo afirmaciones como las que podemos ver en las imágenes, resulta sorprendente cuanta información puede obtenerse a partir de unos huesos ¿verdad? Casi parece que la reconstrucción del pasado fuera una ciencia exacta. Pero una mente escéptica debería siempre plantearse qué hay de verdad tras una información llamativa. Es decir, cuando leemos aseveraciones precisas y detalladas sobre criaturas desaparecidas hace millones de años lo lógico es plantearnos plantearnos ¿es posible obtener esa información de las evidencias disponibles. Dicho de otro modo ¿Puede la paleontología obtener esos datos?

Una información errónea o exagerada puede partir de los propios investigadores. A veces el afán por presentar un descubrimiento lleva a lanzar las campanas al vuelo con demasiado enfasis. No hay que olvidar que las subvenciones para investigación son escasas, y la publicación de un hallazgo muy espectacular es un modo de conseguir la atención de los patrocinadores.

No obstante, la mayoría de los errores se deben a la asombrosa falta de criterio de los medios de comunicación. Un titular tan solemnemente estúpido como el que podemos ver en la noticia de la plesiosauria embarazada sólo puede achacarse al analfabetismo cietífico del redactor, al uso de traductores automáticos, a la inexistencia de un editor competente o, probablemente, a una conjunción de los tres factores.

Vayamos por partes ¿Qué elementos vamos a encontrar en una noticia de este tipo? y ¿qué validez podemos dar a cada uno?


Lo primero escuchamos cuando se produce un descubrimiento es su antigüedad, es decir, su datación. Este es un punto al que se aferraron durante décadas los creacionistas, ya que la identificación de un determinado estrato del terreno se hacía en base a los fósiles que contenía, y la antigüedad de esos fósiles se establecía de acuerdo al estrato en el que se encontraban. Sin embargo los métodos modernos son independientes de la estratificación, ya que se basan en la datación radiométrica. Resumiendo mucho la técnica, si en un objeto localizamos dos isótopos de un mismo átomo, uno de ellos inestable, y conocemos la proporción de estos isótopos en el momento de formarse la muestra, y el periodo de semidesintegración del isótopo inestable (es decir, el tiempo requerido para que el volumen de dicho isótopo se reduzca a la mitad) podremos calcular el tiempo transcurrido midiendo la proporción actual de dichos isótopos.

Hasta los 50000 años usamos la datación en base al C14, y a partir de ahí se emplea la conversión del Potasio40 en Argón, las series de uranio, o la conversión del rubidio 87 en estroncio 87. Estos métodos se solapan entre sí, y con otros métodos, como el del recuento de varvas en zonas de sedimentación lacustre, o de anillos arbóreos, lo que permite calibrar su precisión. Es decir, si tomamos una muestra especifica y la sometemos a diversos sistemas de datación, y los resultados son coherentes, sabremos que los métodos empleados funcionan correctamente.

Visto lo anterior, informaciones como la que vemos en esta captura, referida a supuestas huellas humanas mezcladas con pisadas de estegosaurios, carecen de la más mínima credibilidad. Ningún científico serio buscaría huellas humanas en un estrato cretácico, luego de partida la noticia no lo es, sólo un bulo echado a rodar por la red por algún gracioso malintencionado.

Así pues, siempre que se apliquen correctamente los métodos de datación, la información relativa a la antigüedad de un hallazgo debe considerarse correcta, dentro de los márgenes de fiabilidad de dichos métodos*.

La identificación de los restos es también bastante fiable. Para llevarla a cabo se usa la anatomía comparada, es decir, comparamos los restos encontrados con seres vivos modernos y otras criaturas extintas ya clasificadas, lo que permite establecer con bastante precisión sus relaciones de parentesco. Por supuesto todo depende de lo completos que sean los restos, si son muy reducidos, podríamos llegar a extrapolar demasiado. 

EL año pasado se anunció a bombo y platillo el hallazgo de una niña neandertal en Madrid. En este caso nos encontramos ante un ejemplo de exceso de celo por parte de los científicos, porque lo que se ha encontrado son, exactamente, cuatro dientes de leche. Por supuesto podemos precisar que son dientes humanos, y, dada la datación del hallazgo, sí, lo más probable es que sean de origen neandertal. Pero añadir que se trataba de una niña pelirroja muerta por causas desconocidas mientras sus familiares formaban parte de una expedición de caza, ponerle nombre y hacerle, de paso, un retrato, es, como mínimo, arriesgado**. 

Por otra parte, una cosa es establecer que una criatura extinta es, por ejemplo, un homínido, y otra muy distinta conocer con exactitud su parentesco con otros homínidos. Los medios suelen pecar de entusiasmo, ya que enseguida nos encontramos con titulares del tipo eslabón perdido o antepasado. Lucy, uno de los fósiles más célebres del mundo, suele ser presentada como antepasado de la humanidad moderna. Y esa es una afirmación muy aventurada. Australopitecus aferensis está claramente emparentado con nosotros, pero no podemos saber a ciencia cierta si está directamente en nuestra línea de ancestros. Podemos decir que nuestros antepasados del plioceno serían muy similares a Lucy, pero no podemos afirmar categóricamente que descendamos de ella.

Veamos otro ejemplo más reciente, una noticia que vincula a T-rex con Raptorex, un pequeño tiranosáurido de principios del cretácico. La distancia entre estas dos especies es de nada menos que 60 millones de años. Con una distancia temporal tan abismal, lo único que podemos afirmar es que ambos pertenecen a la misma familia, y eso no es poco, pero de ahí a decir que uno desciende del otro hay mucho camino. Y más cuando raptorex está representado por un único ejemplar, presumiblemente juvenil, y su datación continúa en estudio, ya que el análisis inicial pasó por alto algunos factores.

Por principio, debemos desconfiar de afirmaciones categóricas del tipo desciende de o es antepasado de. Salvo que contemos con restos que incluyan ADN, siempre nos movemos en el campo de las hipótesis, más o menos fundadas, más o menos fiables. Y lo mismo vale para cualquier noticia que incluya el término eslabón perdido***, un concepto victoriano que carece por completo de validez científica y suele ocultar estafas o autoengaños. Amen de animaladas, como las del recorte de la izquierda, donde leemos perlas como mono lemur o la relación del hombre con los mamíferos.



*La gentuza que intenta defender la autenticidad de la síndole de Turín aduciendo a supuestos errores en la datación no sólo no aporta ni una sola prueba de dichos errores, sino que miente descaradamente. Según los sindonólogos y sus acólitos, el creador del método del C14, W. Libby, afirmó que esos análisis no se habían aplicado correctamente en el caso de la Sábana Santa. Dado que Libby murió en 1980, 8 años antes del análisis, está claro que quien afirma semejante cosa demuestra su mala fe.

** Empezando por el hecho de que los dientes de leche caen sin necesidad de que su poseedor muera, luego la presencia de esos dientes no indica necesariamente un enterramiento. Y desde luego sin un análisis genético no es posible determinar el sexo.

*** La presencia en un titular del término eslabón perdido permite evaluar con notable fiabilidad la falta de cultura científica del redactor: cercana a cero.

lunes, 14 de mayo de 2012

EL ATEO SE HACE (por eso molamos tanto III)


El argumento más sobado sobre la bondad de la religión, al margen de su Revelación por la Divinidad, es la necesidad del ser humano de atenerse a unas normas morales que impidan el caos y la debacle. Es decir, el temor de Dios obliga al hombre a comportarse decentemente con su prójimo, y sin él nos lanzaríamos unos al cuello de otros con cualquier excusa. Como refuerzo de ese argumento suele acudirse a ejemplos como Stalin y Hitler, pruebas vivas (ahora muertas) de lo que puede llegar a hacer el ateismo.

La supuestas pruebas son facilmente refutables con el mismo argumento que se esgrime con ellas. Hitler no sólo nunca abjuró de su catolicismo, sino que consideraba que para el nazismo era más ventajoso entenderse con la iglesia católica que con los protestantes, debido a su estructura jerárquica. Además el nazismo no pretendía erradicar la religión, sino reemplazar el cristianismo por un credo nuevo, el cristo cordero-judío por un cristo guerrero-ario. En cuanto a Stalin, deberían recordar antes de usar su nombre que su educación fue religiosa e incluso profesó como seminarista, y no dudó en devolver algunos privilegios a la Iglesia Ortodoxa en 1942. Por supuesto el punto de vista que acabo de exponer sobre esos dos dictadores es falaz, pero lo es en el mismo volumen en que lo es pretender que sus crímenes se debían a su falta de religosidad.

Por cierto, en el ranking de genocidas, y por delante de Hitler y Stalin, se encuentra su serenísima majestad Leopoldo de Bélgica, cristianísimo rey, bendecido por la Iglesia. Lo que no le impidió cuasi exterminar a la población del Congo para enriquecerse de la forma más obscena. Y, dado que el ateismo es un fenómeno muy, muy moderno, nos encontramos con que TODOS los asesinos, ladrones, violadores, genocidas, torturadores o criminales a secas anteriores al siglo XX fueron, de una u otra forma, creyentes y no ateos. Incluyendo reyes, sultanes, papas, khanes, nobles, obispos, santos, emperadores... Jack el Destripador, probablemente, era anglicano. Luego el hecho de creer en un ser superior y una justicia en el más allá no supone ninguna cortapisa al crimen ni la inmoralidad.

Veamos el otro lado de la ecuación. ¿Los ateos carecen de moral por el hecho de serlo? No parece ser así. Además la ética del ateismo es más sincera que la de la fe, ya que no se basa en el miedo a un supuesto castigo eterno a manos de una deidad vengativa, sino en la asunción, pura y dura, de que, si queremos recibir un buen trato de nuestros semejantes, nosotros debemos ofrecerles un trato similar.

Eso deja fuera las posturas de sacrificio o santidad al estilo de poner la otra mejilla, lamer llagas de leprosos o buscar el sufrimiento. Se trata de una moral práctica, basada en la idea de que, a priori, debemos confiar en la equidad de nuestros semejantes, siempre y cuando no defrauden esa confianza. Lo que Dawkins denominó, muy acertadamente, la postura Donde las dan las toman, una estrategia que experimentalmente* se ha demostrado superior a las del bondadoso confiado (lo que coloquialmente llamaríamos el pardillo o la víctima) y el aprovechado egoista (cuya supervivencia sólo está garantizada si cohexiste con suficientes víctimas bondadosas y confiadas)

Puede parecer un modo demasiado simple o materialista de plantear un código moral, pero de hecho es más sofisticado que el tantas veces alabado Tratarás al prójimo como a ti mismo del cristianismo, ya que lo complementa con la cláusula siempre y cuando el prójimo no demuestre ser un cabronazo. Así que existe la ética atea pero ¿seguirla nos hace mejores?

Volvamos a las falacias, esta vez del lado opuesto. Una estadística publicada a finales de los 90 en EEUU arrojó el curioso resultado de que, siendo la población atea un 15% del total, en las prisiones sólo suponían algo menos del 1%. Hubo quien lanzó las campanas al vuelo aduciendo que eso demostraba que la moralidad atea era muy superior a la creyente, y lo complementaba con otros datos que implicaban que los ateos tenían mejores puestos de trabajo, ganaban más dinero, sufrían menos problemas psicológicos y se divorciaban menos que los creyentes estadounidenses (este último dato era casi imperceptible, un 24% frente a un 26%, creo recordar).

La falacia es facil de encontrar. La mayoría de los ateos estadounidenses provienen de familias de clase media acomodada o clase alta y han tenido acceso a una educación universitaria, Luego es mucho más probable que tengan un buen puesto de trabajo (bien remunerado, que les permite acceder a mejores condiciones sanitarias) y no se vean en una situación personal que les empuje a delinquir. Por el contrario la mayor parte de los delincuentes preovienen de familias en la parte inferior de la escala, crecieron en barrios marginales y no tuvieron acceso a una educación razonable fuera de la escuela pública (que en los lugares marginales es MUY marginal) ni a una sanidad adecuada (recordemos que en EEUU la sanidad es privada). El hecho de que sean creyentes no es la causa de su situación, sólo es una parte del puzzle, ya que el porcentaje de afroamericanos e hispanos en la marginalidad y en prisión es muy superior a la media poblacional y esos colectivos, tradicionalmente, se identifican como religiosos. No están en la carcel, o viven vidas más miserables, por ser creyentes. Son creyentes, o mejor dicho, se definen como tales, porque pertencen a estratos sociales donde no es fácil plantearse el no serlo, y no sólo a nivel personal, sino a nivel comunitario, porque hay presión para que sea así (muy superior a la que vivimos en España, por cierto)

No obstante lo dicho, creo que la ética atea es superior a la moral creyente. No por que las estadísticas digan esto o lo otro, sino por que no depende de factores mágicos. Por un lado no nos comportamos decentemente por temor a un atroz castigo eterno, y eso la hace más valiosa, porque es más libre. Y por el otro, no se cimenta en las ideas o costumbres de un puñado de pastores cubiertos de piojos de hace 2500 años, sino en el día a día, lo que la hace flexible y realista, mientras que la moral basada en la fe es rígida e inadaptable. Salvo que una autoritas cambie su interpretación, dándonos otra versión un poco más modernizada, pero igual de rígida que la anterior.

Resumiré mis planteamientos. Los ateos llegamos a serlo a través de la racionalidad, lo que implica que hemos superado el encadenamiento de la fe, un saludable ejercicio para la mente. No nos dejamos lastrar por esa fe, lo que da alas a nuestra curiosidad. Somos coherentes y no buscamos falsos consuelos ni tiritas ficticias ante la realidad. Por añadidura nuestra ética es más sólida y valiosa que la que se basa en el miedo o la obediencia ciega. 

Añadiré que somos más interesantes en general porque sabemos que ESTO ES LO QUE HAY, que no hay segundas oportunidades tras la muerte, ni angelitos cantarines ni vírgenes ansiosas de dejar de serlo. Sólo esta vida, breve, finita y en general difícil. Así que procuramos sacarle todo el partido posible, y sacárnoslo a nosotros mismos. En los últimos años he conocido a muchos creyentes y muchos ateos, y puedo afirmar que, salvo honrosas excepciones (sí, Susana, me estás jodiendo la estadística) el trato con los segundos me ha aportado mucho más, en todos los sentidos.

Un consejo para todos los progenitores: educad a vuestros hijos en la racionalidad y el escepticismo. No es un camino fácil, pero es sólido y, a mi humilde entender, tiene más ventajas.

Qué leches, si hasta somos más guapos ¡todo son ventajas!

p.d.: Termino este post en el Día de Dibujar a Mahoma. La imagen que lo acompaña es mi modesta contribución, para recordarnos a todos que un mundo sin religiones sería un mundo mucho mejor. Y de paso para cerrarles el hocico a los desocupados mentales que, ante cualquier alusión a las animaladas, incoherencias e incluso delitos perpetrados por el catolicismo en España responden airados ¿A que no te metes con los musulmanes? En general su opinión me la trae floja, pero hoy debemos recordar especialmente que el islam es una de las creencias más desfasadas, discriminatorias, y homicidas del mundo, porque en las sociedades que lo practican no ha surgido un contrapeso secular que impida sus desmanes y sus líderes saben demasiado bien que la ignorancia y la irracionalidad son el abono imprescindible para seguir sometiendo la voluntad de sus fieles. Eso no significa que el cristianismo sea moralmente superior, lo que sucede es que hemos tenido tiempo y medios para ir sacudiéndonos su cadenas.

* Se trata de un experimento virtual, basado en un modelo informático, con unas condiciones de partida genéricas pero bien definidas y no necesariamente extrapolables a situaciones reales. El resultado evidencia las ventajas de un saludable nivel de desconfianza a posteriori pero en otras condiciones pueden presentarse estrategias más adecuadas.

martes, 8 de mayo de 2012

EL ATEO SE HACE (por eso molamos tanto II)



Se oye a menudo entre los voceros religiosos que los ateos, en realidad, somos incoherentes porque A: el ateismo es una religión y B: los ateos no deberían preocuparse por la religión. En cuanto al punto A, yo no veo en qué modo caminar descalzo con los pies sintiendo la hierba puede considerarse similar a ponerse unos zapatones con suela de seis dedos. Y en cuanto al punto B, no necesito ser creyente para interesarme por el origen de las creencias. La religión es un producto cultural, y eso la convierte en objeto de estudio, con interesantes ramificaciones económicas, sociales y psicológicas. Por ello es bastante usual que atraiga nuestra atención, y de ahí deriva la leyenda de que los ateos estamos obsesionados por la religión. Y digo leyenda, porque es al revés: lo que sucede es que las personas religiosas, en realidad, no muestran el más mínimo interés por el hecho religioso. Entre otras muchas cosas, la fe es enemiga de la curiosidad. Si alguien con mitra (o túnica azafrán, o barba de imán) ha dicho que algo es de una determinada manera, es que es así y punto pelota, y el buen creyente no debe plantearse preguntas al respecto.

La incoherencia, de hecho, es una característica del creyente. Muchos cristianos convencidos de serlo dicen que no se sienten representados cuando los obispos vomitan alguno de los exabruptos a que nos han acostumbrado en las últimas décadas. Es más, afirman que los mitrados sólo hacen uso de su derecho a la libertad de expresión a título personal, y no expresan la posición oficial de la iglesia. No está mal como argumento de una sitcom, pero es una profunda muestra de ignorancia en una persona que se considera creyente.

Un católico, por el hecho de serlo, acepta la obediencia a la jerarquía eclesial, Y cada vez que recita el credo afirma su conformidad con esa autoridad*. Si el obispo de Granada anima a violar a las mujeres que han abortado, o el de Tenerife estima que los adolescentes están deseando que alguien les encule, hacen esa declaración como obispos, con la autoridad que emana de su posición. Y si la Conferencia Episcopal no desautoriza explícitamente esas declaraciones, las avala. Luego cuando ese señor gordo de Alcalá arremete contra la homosexualidad acusándola de todos los males, expresa la posición eclesial al respecto y lo que dice, a ojos de cualquier católico VA A MISA. Si un feligrés no se siente representado tiene un problema muy serio, porque ese señor habla en su nombre y él está obligado a aplaudir y seguir sus recomendaciones.

Para ser coherente con la fe hay que suscribir todas y cada una de las afirmaciones de la jerarquía. Punto por punto y sin discusión. Dado que en general no es así, está claro que hay una epidemia de incoherencia entre los creyentes. Como si las ovejas tuvieran derecho a opinar ante el pastor.

Lo mismo sucede si obviamos los dogmas de la Iglesia y vamos directamente a la fuente, después de todo muchos cristianos dicen que lo son por el mensaje de Cristo, no por las decisiones o interpretaciones de la clerecía ¿no?

Pues, cuando el joven de familia acomodada preguntó a Jesús que debía hacer para ganar el reino de los cielos, el Mesías no se anduvo con rodeos: ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme. Llamadme puntilloso, pero a mí me parece que esto no admite matices ni interpretaciones. Y en otro pasaje añade No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Luego, hablando en plata, un buen cristiano, para serlo, debe regalar todo lo que tiene y tocarse los güevos con fe, que ya le llegará alguna ayudita celestial.

Ah, y pagar sus impuestos religiosamente, porque también está ese párrafo admirable de ¿Es o no es lícito pagar tributo al César?. A lo cual Jesús, conociendo su malicia, respondió: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?. Enseñadme la moneda con que se paga el tributo. Y ellos le mostraron un denario. Y Jesús les dijo: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción?. Respóndenle: Del César. Entonces les replicó: Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.  

O sea, regalarlo todo, confiar en que te llueva del cielo la comida y el vestido y, por supuesto, pagar tus impuestos marcando cuidadosamente la casilla de la iglesia (a Dios lo que es de Dios). Sin embargo no vemos muchos cristianos dispuestos a seguir el mandato de Cristo. Bueno, el de los impuestos, en general sí, pero obligados por ley, de mala gana, racaneando y murmurando cosas feas contra el César

Ojo, no es necesario ser cristiano, musulmán o budista para ser incoherente en cuestiones de fe. Muchos supuestos agnósticos suelen soltar memeces del tipo Yo no creo en Dios pero está claro que tiene que haber un algo, una fuerza, una energía, un llámalo X que vela por la vida porque el universo está lleno de belleza y blabliblú, blobliblá... Al margen de que yo nunca he considerado que las pilas Duracell merezcan una especial reverencia, tampoco veo demasiada coherencia en la actitud de estos comeflores, porque si hay un yenesecuá que vela amorosamente por el universo y la vida ¿porqué te molestas en cruzar cuando el semáforo está rojo? ¿Acaso LlámaloX es tirando a despistado, o te preocupa que en sus planes para el bienestar cósmico esté incluído que la diñes atropellado? 

En eso los teistas (palabra que engloba a todo tipo de tontolhabas) no difieren mucho del Papa. Si el vicario de Cristo cree sinceramente en la existencia de Dios, en la bondad de los dogmas eclesiales y en la promesa de que el martirio garantiza un puesto a la diestra de DIos ¿A que viene el cristal blindado del Papamóvil? Y, en general, la mayoría de los cristianos deberían preguntarse, si esto es un valle de lágrimas, y lo que cuenta es la promesa de la vida futura ¿porqué ese afanarse en aguantar aquí hasta el último aliento, yendo al médico al primer resfriado? ¿Qué no os esperan los gozos del Edén?

La realidad es que si nos fijamos en el modo de vida de los creyentes, del signo que sean, salvo una minoría de aborregados y fanáticos (que sí son coherentes), la grey vive su vida de una forma muy similar a los ateos: procuran buscarse la vida, follan siempre que pueden, tiran de condón (las ventas de Durex durante las JMJ se dispararon, jóvenes y cristianos: no gilipollas) y hacen lo posible por ser felices aquí y ahora, en este mundo supuestamente efímero. Pero, eso sí, acuden a misa en bodas-bautizos-comuniones-fiesta mayor (fuera de esas fiestas la feligresía usual es un puñado de ancianicas de negro arracimadas en mitad de una iglesia desértica) y aprovechan cualquier excusa religiosa para ponerse hasta arriba de panceta y vino*.

(to be continued...)

* Las palabras no son simplemente palabras: el credo es una profesión oficial de fe, sancionada por Roma desde el concilio de Nicea
** Lo de la abstinencia de cuaresma es cachondeo puro: incluso el que se toma un potaje de vigilia se lo aprieta a fuerza pan, y el tapeo tras la procesión de Viernes santo no se lo salta nadie.

viernes, 27 de abril de 2012

EL ATEO SE HACE (por eso molamos tanto I)


Bueno, no sé si a estas alturas alguien no se ha dado cuenta de ello, pero por si acaso lo voy a confirmar. Soy ateo. Lo siento si esta confesión supone un mazazo para alguno de mis lectores, pero así es la vida.

Como la mayoría de mis conocidos, fui educado en el catolicismo, con todos los extras: bautismo, comunión y confirmación. Y me lo tomé en serio. Al menos durante mi niñez y adolescencia.

La fe se me borró sobre los 19 años, para tristeza de mi madre. Alguien podría suponer que me aparté de la Iglesia por las cosas que viví en mi colegio pero no es así. A los 16, cuando me confirmé, creía sinceramente que era cristiano. Pero en los años que siguieron empecé a hacerme preguntas, por gracia (paradójicamente) de un sacerdote, Chacho, que pese a sus muchos defectos (muchísimos) era un buen profesor y gustaba de hacernos pensar.

El paso de la devoción al escepticismo fue... natural. A la primera duda, quizás diminuta, siguió otra, y otra más, en rapida sucesión. Bastó una mínima luz para comprender que los preceptos eclesiales eran arbitrarios, que las religiones sólo ofrecían humo y que los domingos, la mayoría de los feligreses se limitaban a murmurar las oraciones de la misa con desgana y mirando el reloj.

Mi ateismo era de bajo perfil, casi se me podía considerar agnóstico. La cosa cambió cuando me aficioné a leer textos de divulgación: el llorado Stephen J. Gould. Gould me enseñó a analizar críticamente, a buscar más allá de las apariencias, y a interesarme por el origen de las ideas preconcebidas. Y despertó mi curiosidad por Thomas Henry Huxley. Sagan también hizo una buena labor en mi cerebro y Richard Dawkins* tan solo remató la tarea: cuando lei "El gen egoista" ya era un ateo feroz y combativo.

Con la llegada de las redes sociales empecé a contactar con otros librepensadores (gracias, Rebeca, ya sé que te lo he dicho muchas veces, pero conocerte fue lo mejor que podía pasarme) y empecé a implicarme de forma activa. Los círculos en los que me muevo ahora son abiertamente ateos y escépticos y, dada mi manía de analizar y observar compulsivamente a la gente que me rodea, he llegado a una interesante conclusión: los ateos somos, de promedio, mucho más interesantes que los creyentes.

Ojo, he conocido ateos muy bobos, incluso completos gilipollas, porque la estupidez es independiente de cualquier otro rasgo de la personalidad. Ser ateo no te hace más inteligente. Ni más atractivo. Ni siquiera te hace mejor persona. Lo que sucede es que el proceso de conversión al ateísmo supone un esfuerzo intelectual y eso hace que, en promedio, el nivel intelectual de los librepensadores sea superior a la media, y esa es una situación puramente coyuntural.  La mayoría de los ateos, de niños, fueron educados en una religión basada en la fe. Superar ese estado requiere un esfuerzo, y un esfuerzo consciente, porque el único modo de borrar las secuelas de la fe es mediante la racionalidad. Y eso es un excelente ejercicio para la mente.

La fe nos es presentada como una virtud, pero en realidad es una tara. Bueno, al menos la fe irracional. Yo puedo tener una fe racional en que el sol saldrá mañana por el horizonte porque llevo toda mi vida viendo cómo lo hace, así que aunque no entendiera ni una sola palabra de astronomía mi fe en el amanecer estará asentada sobre la realidad de la experiencia. Pero la fe irracional es distinta: el niño debe aceptar (la existencia de Dios, la rueda de las reencarnaciones, la virginidad de María, el nirvanah, la glosolalia, el infierno, las 99 vírgenes, el cielo, el purgatorio...) porque otra persona le dice que debe tener fe, así, sin más. Y, si no es un hipócrita, lo dice porque a su vez a él, de niño, le dijeron que debía tener fe personas que, por su parte, creían lo que decían porque en su momento alguien les dijo que... y así hasta el infinito, sin que en ningún momento aparezca una prueba tangible de lo que se dice que es una verdad de fe.

Es decir, tener fe es creer ciegamente en lo que te dice una autoridad sin plantearte ni una sola duda al respecto. O lo que es lo mismo: renunciar a pensar. Puede que eso le parezca maravilloso a las jerarquías eclesiales, ya que es mucho más fácil conducir un rebaño de ovejas que uno de cabras, pero implica que cada vez que se encuentra con un hecho que desmiente su fe, el creyente mutila, consciente o incoscientemente, una parte de su racionalidad, a fin de seguir creyendo.

Por contra el ateo empieza planteándose esas dudas y resolviéndolas, no mediante la fe, sino a través del intelecto. Lo que, paradójicamente, hace que un ateo, de media, conozca de forma mucho más profunda el hecho religioso, ya que en vez de tragárselo sin mirar, lo disecciona. Cierta amiga creyente se sorprendió en su momento de mis conocimientos sobre religión y el  modo en que analizo y argumento al respecto cuando discutimos. Pero es normal que sea así: cada vez que me he encontrado una incoherencia, o me he planteado una cuestión al respecto, he procurado indagar y dado mi carácter obsesivo no me quedo tranquilo hasta llegar al fondo del asunto. No soy un caso único, al menos la mitad de mis conocidos ateos se caracterizan por una insaciable curiosidad. Y la curiosidad, sin las trabas de la fe, es una excelente gimnasia para la mente.

* A nivel personal Dawkins ha demostrado ser una persona bastante lamentable, o al menos para mí es así. Eso no le quita su mérito como divulgador

jueves, 12 de abril de 2012

GEORGE LUCAS ES UN MENTIROSO (y II) O por qué aborrezco la precuela de SW


Hay mucha tela que cortar en la noble y gloriosa orden jedi. El deber de tan santos guerreros es mantener el orden y la paz en la galaxia, pero no parecen muy capacitados para ello. Siendo mal pensado, incluso apuntaría a que no les molestan el desorden y el caos, siempre y cuando sean los que manejen el cotarro. Es probable que la situación de anarquía y desintegración a que ha llegado la República  se deba a su nefasta influencia, que ha ido mutilando la capacidad de decisión de todos aquellos ajenos a la secta. Les da igual que todo se hunda, mientras ellos sigan siendo los amos y tengan sus espaditas de colores y sus brillantes navecitas. Y padaguanes tiernos que les calienten la cama, claro.

¿Por qué, si no, esa animadversión que siente el consejo jedi por el canciller Palpatine? Porque es un self-made men que ha subido al cargo más alto de la administración republicana por sus méritos, no por tener las venas petadas de bichos de colores, y en vez de sentarse en el regazo de los jedis intenta que la República tenga una gestión eficaz. Hasta el punto de que con muy escaso gasto, seguramente en las rebajas de la Semana Fantástica, el canciller dota a la República de un ejército operativo, disciplinado y sin estrenar.

Justo a tiempo, porque los supuestos defensores de la paz y el amor se han largado a Geonesis a luchar con (oh, sorpresa) otro jedi discrepante y no les va muy allá. En realidad les están dando la del pulpo cuando llegan los soldados a salvarles el culete. A partir de ahí los monjes ya no ven tan mal que la República tenga tropas, ojo, con ellos al mando. Si algo han demostrado los jedis hasta ahora es su penosa incompetencia en asuntos militares, pero ahí están, mandando ejércitos que no han pagado y que se mantienen a cargo de los presupuestos generales, que ellos son de la cofradía del puño.

Lo del mandar les viene de casta: si hay algo que guste a los jedis es dar órdenes, y que la República empiece a no obedecer a ciegas no les hace mucha gracia. Por eso el consejo está decidido a quitar de en medio al canciller en cuanto la situación bélica esté estabilizada, ya que tiene demasiado poder. Claro, ellos prefieren que nadie tenga poder fuera de su círculo de viejunos privilegiados. Porque esa es otra, la orden jedi es una gerontocracia, y el ascenso de los jóvenes talentos está bloqueado por el acúmulo de viejos sin jubilar en la cúpula. Cada vez que Anakin, que tiene más lacasitos en sangre que el propio Yoda, intenta hacer algo por su cuenta, tiene que escuchar impaciente eres, joven skywalker, la prisa te hace imprudente. Que significa, calla y sigue chupando, niño, que los padaguanes, en cuanto os sale barba, os ponéis más tontos...

Normal que el chico esté cabreado. Y normal que se busque un rollete con una madurita, porque el pobre debe tener el ojete como la úlcera de un wookie que haya comido mucho chile.

La prueba más palpable de la dictadura religiosa llega cuando el consejo jedi descubre que el canciller es un sith. Muy espabilados, los jedis, que en veintimuchos años no se habían dado cuenta. Pero a lo que vamos, según se enteran de ello, deciden asesinar al canciller.

El canciller fue elegido DEMOCRATICAMENTE por el senado, no por los jedis. Ha logrado que la República funcione, ha saneado la administración, establecido cuerpos de seguridad y salvado de una muerte segura a los propios jedis. Y estos van a matarlo PORQUE ES DE OTRA RELIGIÓN. Y para asegurarse de que la cosa no se tuerce, se quitan incómodos testigos de en medio y van a por el anciano en comandita: cuatro contra un viejecito. Y les cuesta ¿eh? que el abuelo resiste, pero al final el noble y valeroso Windu  lo tiene desarmado, arrinconado, gravemente desfigurado y agonizante. De no ser por Anakin la muerte de Palpatine se habría presentado a los medios como un suicidio, o un triste accidente.

¿Y qué hace el canciller? Actuar de acuerdo a la ley. Antes incluso de recibir asistencia médica informa de inmediato al senado y, ante la evidencia de UN PUTO GOLPE DE ESTADO POR PARTE DE UNA ORDEN RELIGIOSA QUE ADEMÁS MANDA SOBRE EL EJÉRCITO el gobierno recibe los poderes necesarios para salvar la situación. Podríamos echarle en cara a Palpatine que aproveche para establecer el Imperio pero sucede que el canciller, al igual que Octavio Augusto en el siglo I A. de C, sabe que la República ya no es viable y un Principado es la única forma de evitar el desastre.

¿Es de extrañar, entonces, que los jedis sean eliminados? De un lado una administración civil y laica, del otro una caterva de fanáticos que secuestran niños y atentan contra viejecillos. ¿Dónde están la nobleza y el honor? No lo hemos visto por ningún lado. De acuerdo que el modo de eliminar a los jedis en el frente no es muy limpio pero, amigos, imaginemos la frustración de los oficiales clon, incapacitados para ascender pese a sus méritos militares porque los puestos de mando están en manos de una aristocracia religiosa de pederastas torpones. Tan torpes que sólo Yoda se cosca y salva el culo, porque el resto ni lo ven venir, vaya birria de jedis. Seguidamente el Emperador, de un plumazo, acaba con las oligarquías capitalistas sin necesidad de andar dando volatines con sable laser. Eficacia, esa es la clave del éxito imperial.

Queda claro que Lucas mintió: vendernos la Rebelión como una causa justa demuestra su mala fe. La añorada República anterior a Palpatine era un sistema caduco, injusto e ineficaz, paralizado por una burocracia asfixiante, corrompido por el fanatismo religioso y al borde del colapso. Una sociedad donde los poderosos eran libres de aplastar a los humildes sin que nadie les refrenara. Pero la firme mano de Palpatine trajo orden, leyes y fuerza para aplicarlas. Incluso los mundos periféricos, que se reían de la República, están integrados en el Imperio.

No todo es de color de rosa. Hay muchos problemas a resolver para garantizar la paz entre tantos mundos y la administración imperial encuentra resistencia por todas partes. Puede parecer que no hay igualdad de oportunidades ya que los mandos militares son humanos, pero eso es un problema heredado. El ejército clon era humano, y su equipamiento, logística, adiestramiento y estructura de mando respondía a ese hecho. Han pasado sólo veinte años y la recluta se dirige aún a los humanos para amortizar vehículos, software, armas... Sólo diseñar uniformes y armaduras para todas las razas supone un coste tremendo. Y Palpatine es, ante todo, un hombre ahorrador y austero, que lleva la misma toalla harapienta en la cabeza desde que subió al poder (no es Camps)

¿Y porqué hay rebelión, si todo funciona mejor bajo el Imperio? Es fácil de entender: en el antiguo caos, las oligarquías locales tenían todo el poder y el senado, que al fin y al cabo es una asamblea de oligarcas (las princesas no son cargos electos ¿no?) quiere volver a mangonear ahora que los jedis ya no estorban. Además las grandes fortunas se ven obligadas a pagar impuestos, que las Estrellas de la Muerte y los AT-AT no crecen en los árboles. Y claro, los capitalistas añoran los tiempos felices cuando lo único que importaba era ser rico para hacer lo que te viniera en gana.

¿Quien forma la Alianza Rebelde? Una curiosa combinación de niños pijos aburridos deseosos de ser ellos los que manden, delincuentes de todo tipo (contrabandistas, sin ir más lejos), jedis relictos que desean volver a entrenar niños, todo financiado probablemente por las oligarquías capitalistas del senado, para pagar a las razas alienígenas empleadas como carne de cañón. Porque ojo, cuando las tropas humanas de los rebeldes se enfrentan a los imperiales en Hoth salen por patas al primer tiro que cae cerca, mientras los calamari o los ewoks luchan hasta el último aliento en mucho peores circunstancias*.

Veamos el caso paradigmático de la princesa Leia. Una pija pedorra y maleducada, aficionada a la lencería fetichista y las cadenas, que manda sobre un planeta porque sí, porque su mami era una cougar y se folló a un jedi menor de edad. ¿Es al menos una buena gobernante? No mucho, ya que cuando tiene que velar por la seguridad de su mundo el resultado es la destrucción del planeta (por cierto ¿se puede ser princesa sin planeta?) ¿Y qué hace la fallera galáctica cuando ve que la ha cagado? lloriquear.

O sea, lleva toda la peli poniendo a los mandos imperiales, INCLUÍDO SU SUFRIDO PADRE, como hoja de perejil ¿y ahora quiere dar penita? ¡No, Alderaan es un mundo pafícico, no estamos armados... mira, guapita, a la rebelión se viene llorado y armado. Y si no, no te rebeles. Y para rematar el caracter elitista de la Alianza, cuando la niña llega a la base rebelde todos se quedan aliviados porque temían lo peor. O sea, la han diñado sopotocientosmil millones de alderaagurritanos, pero como la de las ensaimadas está viva, todo está en orden.

No queda mucho por decir. El vil asesinato de Palpatine a manos de dos jedis traicioneros (dos contra un anciano, el típico estilo jedi), a uno de los cuales estaba ofreciendo un buen puesto de trabajo porque el emperador está muy preocupado por el paro juvenil, pone en bandeja a los rebeldes la toma del poder. Volverá la anarquía y las mafias camparán a sus anchas, sin un gobierno que los ponga firmes. Los festejos que vemos al final de El Retorno del Jedi pronto se convertirán en lamentaciones, cuando la gente humilde vuelva a ser pisoteado por especuladores y nadie ponga freno a los delirios de las monarquías planetarias caducas y retrógradas, apoyadas por una nueva secta fanática.

Salvo los festejos de los ewoks. Esos acabarán mucho antes. Porque los rebeldes, a los que se la suda el bienestar de los no humanos, han volado la Estrella de la Muerte en órbita de la Luna de Endor, y lo que no quede incinerado cuando la lluvia radiactiva arrase los bosques quedará pulverizado cuando trillones de toneladas de chatarra se precipiten sobre la atmósfera. Pero para entonces la princesita y el resto de delincuentes estarán muy lejos de ahí así que les pueden ir dando por el orto a los ositos.

Merecido lo tienen, por gilipollas. Así que cuando estéis calvos y cubiertos de ampollas recordad quién os metió en ese berenjenal, peluches de mierda.

*La destrucción de la primera Estrella de la Muerte es un caso excepcional. Sin extraterrestres a los que mandar a morir, los aristócratas humanos no tuvieron más opción que mojarse, y aún así colocaron en primera línea a un granjero, total, si no volvía tampoco iban a llorarle demasiado...

miércoles, 4 de abril de 2012

GEORGE LUCAS ES UN MENTIROSO (I) O por qué aborrezco la precuela de SW


Sé que no estoy solo. Por mucho que lo neguéis, sé que los que crecimos con la trilogía original de Star Wars abominamos profundamente de la precuela perpetrada por el supuesto genio jolibudiense. Sin embargo mis motivos para el odio van más allá.

Ojo, estoy de acuerdo con vosotros. Las incongruencias de la precuela con la original son cantosas a más no poder. JarJarBinks merece una muerte lenta, el niño Anakin necesita una buena azotaina y el joven Anakin es un llorica. Meter con calzador a R2D2, a C3PO, a Chiguaca y a Bobafett resulta patético. Yoda dando brincos ninja causa risa cuando nó lágrimas y el abuso de escenas dedicadas en exclusiva a vender videojuegos deja muy a la vista el poquito dinero que se dejó el amigo George en el apartado argumento. Sólo por eso Lucas merece una paliza a manos de dos negros ciegos de crak con un soplete. Sí, deberían ponerse medievales con su culo, y se quedarían cortos.

Algún irreductible fanático me ha intentado justificar su aprecio por la saga con el argumento de que las dos primeras son malas ¡pero en la tercera Anakin se convierte en Vader! ooooohhhh, qué sorpresaaaaa... Sí, cae en el Lado Oscuro. ¿Y? ¿Acaso te pareció inesperado, es que no suponías que iba a suceder? ¿Te desmayaste de la impresión? ¿No habías deducido ya quien era el malo?

Pero al margen de eso, e insisto, no es poco, yo tengo otra objeción. Y es que la historia que nos vendió Lucas en la trilogía original era falsa. Una puñetera mentira. Recordemos los hechos. La galaxia vive oprimida bajo el dominio imperial, y unos animosos jóvenes han formado una alianza para romper el yugo del tirano Palpatine, recuperando así los valores de la antigua República, esa edad dorada que el señor Kenobi nos describe como una era más noble

Estupendo ¿no? Las cosas están claras: Imperio = caca, República = chupilandia. Pero entonces llegó la precuela, y descubrimos la amarga verdad. La República era un truño.

Veamos los hechos y comparemos las cosas bajo uno y otro sistema político. Al comienzo de La Amenaza Fantasma una asociación de comerciantes bloquea el planeta Naboo porque sí, porque le sale de los pezones. Llegan dos jedis a solucionarlo ¿Y cual es el plan de esos sabios guerreros? Correr de un lado para otro agitando sus bonitas espadas. Resultado, los comerciantes invaden el planeta.

¿Qué hace el senado republicano ante la invasión? Monta una comisión de estudio para analizar el problema con calma y saber qué ha pasado. Bravo y hurra. Pero veamos qué sucede en el pobre Naboo.

El planeta está gobernado por una quinceañera. No seré yo quien se ponga a hablar mal de las monarquías pero ¿no debería haber al menos un consejo de regencia, un parlamento, un jefe de gobierno...? Una adolescente a la que le han salido las tetas hace poco toma las decisiones sobre la vida y la muerte de los habitantes del planeta. Llamadme quisquilloso, pero no suena muy democrático ¿no?

Un momento, no sobre todos. Resulta que hay una población nativa, el pueblo Gungan, los habitantes originales del planeta. Viven escondidos en un puto pantano, porque no tienen otro lugar donde vivir. Los humanos se han quedado su mundo y ellos, a la reserva. Y NO TIENEN NINGÚN TIPO DE REPRESENTACIÓN POLÍTICA. Eso sí, al final de la peli, cuando se requiere que alguien luche con el ejército robótico de los comerciantes, entonces sí cuentan con los nativos, vamos, mejor ellos muertos que los guapos humanos ¿no? En cambio, en Una Nueva Esperanza vemos que Tatooine es un crisol de razas, y no hay una dominante. Es más, en las calles de Mos Eisley todos conviven sin problemas. Parece que al menos en lo referente a los temas raciales, el imperio no es tan tiquismiquis como la República. 

Tatooine también aparece en La Amenaza, y muestra algunas curiosas diferencias con el mundo que vimos en Una Nueva Esperanza. Hay un niño, hijo de una esclava que... un momento ¿esclava? Vaya. Resulta que en los nobles tiempos de la República, la esclavitud está bien vista. Pero no vemos esclavos bajo el Imperio ¿no? Se diría que alguien pensó que a lo mejor es preferible usar androides para trabajar en vez de ponerle grilletes a los pobres.

Hay otro detalle interesante al comienzo de la (para mí soporífera) carrera de vainas. Jabba el Hutt preside los juegos y es aclamado por la multitud. Un puñetero capo domina un mundo como si tal cosa. Pero en El retorno del Jedi Jabba vive escondido en un agujero. Sí, ahí es amo y señor, pero no se aventura fuera de él. Parece que el Imperio no tolera demasiado bien los gobiernos mafiosos.

¿Porqué existe semejante dejadez administrativa? La galaxia está en manos de delincuentes, los capitalistas tienen ejércitos privados y nadie mueve un dedo para hacer nada. Las pistas las tenemos en El Ataque de los clones. Nadie hace nada, porque no hay nadie. NO EXISTE NINGÚN ORGANISMO ENCARGADO DE HACER VALER LA LEY. ¿Cómo que no? Me direis ¡Están los jedis! Bueno, a eso vamos.

Los jedis no están al servicio del senado galáctico. Ni del pueblo. Ni de nadie. Sólo de ellos mismos. Les va bien, eso está claro, pueden ir por la galaxia en sus chulísimas naves llevándose niños de aquí y allí para follarselos* entrenarlos y, en el planeta Coruscant, tienen un templo que hace que el propio Senado parezca una choza. Vamos, que no les falta el dinerito, luego podemos suponer que viven a costa del erario público (¿nos quejábamos del 0'5% de la Iglesia? la casilla de los jedis debe ocupar la mitad del impreso del IRPF) y complementarán sus ingresos con desinteresados donativos, por ejemplo de la asociación de comerciantes, es un suponer.

¿Como es la relación de los jedis con el senado? Como mínimo tirante. Dado que el senado no dispone de una fuerza militar que le permita imponerse, los jedis no tienen que obedecer a nadie y pueden interpretar las leyes de acuerdo a sus ideas. Pero los jedis son sabios y pacíficos caballeros rebosantes de nobleza, así que no hay problema, más allá de su sospechosa afición por los niños muy, muy muy jóvenes.

O no tan pacíficos, ya que pronto vemos que los caballeros se pasan el día sacando el sable a las primeras de cambio y sin preguntar se lían a mandobles. En cuanto a su sabiduría y nobleza, en La Amenaza escuchamos a Yoda decir que los Siths fueron exterminados. No dice, desaparecieron, o se fueron. No. Exterminados. Eso no suena muy zen. Y la única prueba que tenemos de la maldad de los shit es que los jedis dicen que eran malos. El mismo argumento esgrimido por la Iglesia de Roma al referirse a los gnosticos, los cátaros, los arrianos, los monofisitas y todas y cada una de las herejías que amenazaron su autoridad, así que a lo mejor resulta que lo único malo que hicieron los Siths fue negarse a encular reclutar niños, o puede que no creyeran que una secta fanática debiera estar por encima del poder del senado. O simplemente rezaban una versión distinta del padrenuestro jedi.

Por cierto, que cuando aparece el único Sith al que vemos en toda la peli, los dos jedis se lanzan contra él. Los dos. Qué valientes y nobles ¿verdad? Dos contra uno. Y casi pierden.

(Continuará)

*No exagero: cuando los jedis conocen a Anakin, le encuentran demasiado mayor. Es un criajo y les parece demasiado mayor, se ve que les van más las delicatessen, que son unos refinados conneusseurs.

jueves, 29 de marzo de 2012

Y SIN EMBARGO... (III) Hablando (bien) de Roma


¿Porqué Ratzinger podría ser adecuado para introducir cambios en la doctrina eclesial? Después de todo no parece muy amigo de novedades ni mucho menos un fervoroso creyente o un revolucionario. Ni siquiera es simpático. De hecho resulta bastante gris.

Los medios han intentado traspasar la popularidad del anterior papa al actual, como si bastase con un lema pegadizo para convertir a cualquiera en un fenómeno de masas. Pero  por mucho que los obispos movilicen masas de felices jóvenes a su paso, Benedicto XVI no rebosa carisma. Ratzinger es un burócrata nato, un gestor que ha trabajado en la sombra durante décadas y se ha ocupado de las tareas más incómodas desde la Congregación en Defensa de la Fe (el antiguo Santo Oficio). Y eso es bueno: la Iglesia no necesita un lider carismático sino un administrador frío y calculador.

Su racionalidad pudo apreciarse a comienzos del pontificado, cuando acarició la idea de apoyar las tesis del Diseño Inteligente frente a la Teoría de la Selección Natural. Ratzinger, tras unos meses de vacilaciones, dio carpetazo al asunto. No porque tenga una mente volcada hacia la verdad científica, sino porque un giro en esa dirección hubiera supuesto desautorizar a dos papas, Pio XII y Juan Pablo II, y sentaría un peligroso precedente. Así que cerró la puerta a los coqueteos con el creacionismo (aunque algunos grupos como el opus intentan mantenerla abierta). 

También ha procurado no dejarse arrastrar por la ultraconservadora Conferencia Episcopal Española a las luchas políticas de nuestro país, para decepción de Rouco y sus afines, que esperaban un decidido espaldarazo del pontifice al tea party español. Por supuesto el Papa es de derechas, pero sabe nadar y guardar la ropa. Así pues tenemos a un hombre conservador pero pragmático, que mide sus pasos. Un buen timonel a la hora de encarar las crisis que tiene abiertas en estos momentos la iglesia católica. 

Insisto: conservador y pragmático. No debemos esperar un salto en asuntos que podrían suponer un grave conflicto en la mayor parte de los países de mayoría católica. Pero hay una serie de problemas a los que la jerarquía eclesial va a tener que hacer frente en los próximos años y este Papa podría ser la persona adecuada para dar los primeros pasos de forma que la transición sea lo más suave posible.

· El más evidente, a priori, es el de la posición subordinada de la mujer en la iglesia. Sin embargo ese es un bocado difícil porque Juan Pablo II lo bloqueó de forma cruda y directa, entronizando a la monja Teresa de Calcuta como ejemplo a seguir por todas las mujeres cristianas. Esto es, sacralizando el papel de sierva y cerrando todas las puertas a la ordenación de mujeres. Ese bloqueo, hoy por hoy, resulta insalvable, y dudo mucho que veamos avances en las próximas décadas. Lo que dificulta la búsqueda de soluciones al segundo problema.

· La pérdida de vocaciones supone una crisis de base muy grave. En Europa el clero nativo está muy envejecido y no hay un recambio a la vista. La prensa católica ha lanzado las campanas al vuelo porque este año hay en España 40 seminaristas más que el pasado (¡40!), lo  que demuestra hasta que punto es grave la cuestión. Muchas bajas han sido cubiertas con sacerdotes sudamericanos, pero esa solución no da demasiada alegría a los feligreses, ya que los curas foráneos no sólo carecen de raices en las parroquias españolas, sino que suelen tener un perfil ultraconservador, lo que choca bastante con una sociedad como la nuestra que, pese a los voceros del extremismo como Hazte Oir o los Quicos, se ha vuelto bastante moderada e, incluso relativamente abierta. Si las mujeres pudieran ordenarse el volumen de seminaristas aumentaría mucho, ya que su participación en el culto sigue siendo mayoritaria y es lógico suponer que, de partida, habría un buen número de vocaciones femeninas.

No obstante sería un alivio temporal. La realidad es que, mal que le pese a la clerecía, el volumen de creyentes disminuye en todo el mundo y si quieren cubrir las bajas a medida que se jubilan los sacerdotes ordenados en los años 60 y 70, la única solución es ofrecer unas condiciones más atractivas. La crisis económica incentivará un poco las vocaciones pero cuando remita el problema seguirá ahí y volverá a agravarse, porque parte de los que vistan la sotana para sacar el vientre de penas la colgarán si consideran que volver al mundo va a suponerles una vida más aceptable. Las últimas campañas publicitarias ponen el acento en la cuestión laboral, subrayando la estabilidad del trabajo del sacerdote, así que parece que en ese sentido la Iglesia ha empezado a moverse, aunque sea muy lentamente, aceptando que lo que está ofreciendo es una salida laboral y debe tratarla como tal.

· La crisis de la pederastia se ha convertido en la cruz más pesada del Vaticano. La Iglesia está empezando tímidamente a aceptar sus responsabilidades en el tema, ya que ha llegado a un punto en el que tratar de presentar el diluvio de denuncias como malentendidos, equívocos o casos aislados se ha vuelto activamente en su contra e incluso ha apartado de su lado a parte de los creyentes. Ratzinger está gestionando de forma bastante fría la crisis, minimizando en lo posible los daños y procurando acallar las quejas con indemnizaciones y actos de contrición.

Puede que lo peor esté todavía por llegar: hasta ahora el escándalo ha saltado en países donde el catolicismo no es mayoritario (salvo el caso de Irlanda, pero este país siemrpe ha sido una rara avis). Sin embargo podría haber un nuevo estallido en naciones como Italia, Austria, España, o los países suramericanos, y convertirse en un verdadero incendio anticlerical. En España la postura actual de la iglesia es muy agresiva, y a cualquier crítica en ese sentido se responde desviando la atención a otros asuntos (es ya un lugar común que los medios ultracatólicos ondeen la bandera de Cáritas o aludan a los musulmanes cada vez que se menciona la pederastia o el robo de bebés) pero un afloramiento repentino de miles de casos, como ha sucedido en Alemania, EEUU o Irlanda, sería un mazazo difícil de esconder.

El último problema no suele mencionarse demasiado pero resulta muy acuciante a nivel social: se trata de las relaciones de pareja. La Iglesia sigue entronizando la institución del matrimonio como santa y, sobre todo, indisoluble. Lo que Dios ha unido que no lo separe el Hombre. Bellas palabras, pero ajenas a la realidad, porque miles y miles de matrimonios católicos se rompen todos los años, y eso deja a una gran cantidad de creyentes sinceros en una difícil situación. Cualquier relación posterior a la ruptura les está vedada, salvo que acepten los lentos (y costosos) trámites del Tribunal de la Rota. La postura eclesial, a día de hoy, ha sido hacer la vista gorda. Si a veces sale en las noticias algún sacerdote que niega los sacramentos a una persona separada es, precisamente, por lo raro del hecho: es mucho más cómodo fingir que no pasa nada.

Lo mismo sucede en cuanto a las relaciones prematrimoniales o los anticonceptivos. Por mucho que se lancen campañas en pro de la virginidad y se pongan como ejemplo a seguir a matrimonios con trece o catorce hijos, lo cierto es que la inmensa mayoría de los jóvenes católicos se desprecinta mucho antes de pasar por el altar y la mayoría de las parejas casadas usan preservativos. Todas esas personas, teóricamente, están en pecado mortal y deberían ser excluidos de la comunión, pero los sacerdotes prefieren mirar para otro lado y no buscarse problemas. El debate al respecto lleva ya varios años en marcha, aunque sea de forma soterrada, y más tarde o temprano veremos cambios doctrinales.

· No veremos ningún cambio en la cuestión del celibato sacerdotal. No por cuestiones doctrinales, sino económicas: si un parroco tuviera la posibilidad de casarse y formar una familia, necesitará unos ingresos que le permitan hacer frente a sus obligaciones familiares, lo que supondría un notable encarecimiento de las nóminas en la Iglesia. Mucho me temo que, pese a que el debate está ahí y buena parte de la grey cree que no hay nada malo en el matrimonio de los sacerdotes, los curas van a tener que seguir teniendo la polla de adorno o usándola ilícitamente durante muchos años.

Tampoco veremos avances en lo referente a la homosexualidad. La Iglesia ni siquiera acepta que hacerse pajas sea natural, así que la idea de que dos (o más) personas del mismo sexo puedan retozar con la bendición de Cristo está muy, muy lejos de asomarse a las mentes de los obispos. En una sociedad como la española esto podría aceptarse sin demasiados problemas, pero la mayor parte del mercado católico está compuesto de países con escaso nivel educacional y posturas profundamente homófobas, así que nadie va a mover baza en un asunto que puede suponer muchos disgustos y sólo aliviaría a un reducido porcentaje de feligreses.

Puede parecer, de lo dicho hasta ahora, que aquí, como decía el Gatopardo, se trata de cambiar para que todo siga igual. Cierto, esa es la manera eclesial. Dando, eso sí, mucho bombo a cualquier mínima modificación del dogma y vendiéndola como una prueba de modernidad y audacia. Y seguramente dejará encarriladas las cosas para que su sucesor mantenga una política similar. Veremos mucho maquillaje, muchas buenas palabras y pocos cambios reales. Pero habrá cambios, por reducidos que sean, porque la Iglesia sabe cuando debe mover ficha, aunque sólo sea una casilla.

Suelen hacerse muchos chistes por lo que ha tardado Roma en perdonar a Galileo y disculparse por su condena. Cuatrocientos años son muchos, eso es indudable, pero al final rectificaron. A día de hoy, sigo esperando a que los calvinistas pidan disculpas a Miguel Servet.

Despacio, muy despacio. Pero Roma, a la larga, se mueve.