Mujer iroqués

domingo, 29 de agosto de 2010

EL DARWINISMO Y LOS ÍDOLOS DEL MERCADO (II)

Además de no comprender la terminología científica más básica, los medios (y en consecuencia su público) tienen fijación por algunas expresiones, también mal entendidas, que suelen copar los titulares como si de mantras periodísticos se tratara.

El primero es  darwinismo. Dada la incapacidad de los informantes de ir mucho más allá de los primeros párrafos de la wikipedia, la imagen que recibe la sociedad es que los científicos siguen recitando los textos de Darwin a modo de Nuevo Testamento, y que El Origen de las Especies es una suerte de libro sagrado e inatacable. Al hacerlo ignoran que el propio Darwin reescribió y corrigió su obra en varias ocasiones. Tampoco suele mencionarse que en las primeras décadas del siglo XX el darwinismo como tal fue perdiendo influencia ante nuevas posibilidades como los estudios de Mendell e incluso el lamarckismo, que vivió un breve florecimiento antes de extinguirse. Sin embargo a medida que aumentaba el conocimiento sobre los mecanismos de la herencia la selección natural volvió a ser reivindicada

Lo que hoy en día llamamos darwinismo es es en realidad un Neodarwinismo o Darwinismo de Síntesis, un edificio cuyos cimientos son, en efecto, las ideas de Darwin sobre la selección natural, pero que incluye además elementos tan diferentes como la herencia mendelliana, la genética de poblaciones de Haldane y Fisher, la biogeografía de Wallace, el equilibrio puntuado de Gould y Eldredge, la selección a nivel de genes planteada por Dawkins… y lo que venga, porque la ciencia, al contrario que las creencias irracionales, no está fosilizada.

Precisamente el término fósil unido a la palabra hallazgo suele cortocircuitar los cerebros de las redacciones, ya que ante cualquier descubrimiento de interés (un dinosaurio o un homínido, para los periodistas el resto de los seres vivos no cuenta) nos encontramos con titulares como la teoría de Darwin se tambalea ante nuevo hallazgo fósil o Hallazgo fósil confirma las ideas de Darwin. Y ni una ni otra, porque la obra de Darwin no hablaba de fósiles sino de seres vivos, y las pruebas que recopiló se basaban en los seres vivos. Los fósiles nos brindan una magnífica ventana al pasado y nos ayudan a reconstruir la historia de la Tierra pero aunque no tuviéramos ni uno solo la teoría de la selección natural seguiría sosteniéndose.

A cuento de los fósiles hay otro término que copa los titulares. Cada vez que se publica un nuevo descubrimiento relacionado con los homínidos los periódicos nos saludan con Hallado el eslabón perdido, A la búsqueda del eslabón perdido, Nuevo eslabón perdido y similares, lo que el maestro bloguero Paleofreak bautizó como la eslabonitisde la prensa. El concepto en sí es una herencia victoriana sin valor científico, que se originó al simplificar groseramente las teorías de Darwin como El hombre desciende del Mono. Eso dio paso a la idea de que debía haber un antepasado intermedio entre el hombre y el mono, un eslabón perdido en la cadena de la vida. La idea arraigó tanto en la mentalidad de la época que propició la más célebre estafa paleontológica del siglo XX, el Hombre de Piltdown, construido para ajustarse al supuesto eslabón, o el icono clásico con que abrimos esta entrada, tan conocido como erróneo. Ya no digamos si juntamos la eslabonitis con la política, como hace unos años, cuando el hallazgo de Anoiapithecus brevirostris se convirtió, por obra y gracia del arte periodístico, en El eslabón perdido era catalán.

Este tipo de errores podrían evitarse con un poco de sentido común. No es necesario ser biólogo para entender conceptos tan sencillos, basta con tener un poco de interés por el trabajo bien hecho y hacer cosas tan evidentes como comprobar las fuentes, consultar un diccionario… todo lo cual, dicho sea de paso, es muy fácil gracias a la red. Eso por parte de quien redacta la noticia, pero se supone que por encima de él hay un ente conocido como editor, que cobra más que el sufrido plumilla y justifica su sueldo revisando el trabajo del primero (que a su vez suele ser una simple revisión de lo aportado por algún hambriento becario). Sin embargo hoy en día parece que tanto uno como otro dedican la mayor parte de su tiempo a olvidar lo que (supuestamente) aprendieron en la facultad.

Otro conjunto de pifias podrían evitarse con la sencilla norma de desconfiar de los traductores automáticos. Dado que la mayor parte de los medios españoles se han convertido en meros difusores de noticias de agencia, estaría bien que algún que otro redactor tuviera unas mínimas nociones de la lengua de Shakespeare y así evitar que una noticia del tipo prof. Mary Schweiltzer does a bone comparison between modern chicken and female T-rex se convierta en El profesor Mary Swechltezir demuestra que las gallinas descienden del tiranosaurio hembra o cosas peores.

No seré yo quien solicite una oficina de censura de titulares científicos, líbreme el FSM, pero en mi opinión una moderada tanda de latigazos de cuando en cuando beneficiaría mucho a los responsables de los noticieros. Cada vez que los periodistas hablan de divulgación surgen las lágrimas y los reproches ante la incomprensión y ceguera que muestran los científicos a la hora de relacionarse con los medios, pero el sector debería empezar por hacer autocrítica: si los científicos sienten rechazo, es en gran parte por la frivolidad y la falta de solidez que muestran los medios a la hora de informar. Nadie exige que los informadores sean titulados en ciencias exactas, pero un correcto empleo del vocabulario y un poco de dedicación a la hora de documentarse sería un excelente punto de partida.

Y paciencia, señores, un poco de paciencia. El mundo no va a colapsar porque se tomen unos minutos para repasar un texto y verificar una fuente. Si me apuran incluso podrían revisar la ortografía y quizás, sólo quizás, dar una noticia interesante sin convertirla en una mamarrachada.

lunes, 23 de agosto de 2010

EL CELIBATO: ORÍGENES Y CAUSAS (y II)



Este feliz estado de cosas terminó con la llegada de la Reforma. El pánico de la curia se plasmó en el Concilio de Trento, donde los fanáticos pasaron a ser la vanguardia de la Iglesia frente a los protestantes. La corrupción denunciada por Lutero no desapareció, pero se decidió lavarle la cara, y la carnalidad de los clérigos era demasiado visible. Trento prohibió de forma taxativa el concubinato, no por considerarlo pernicioso sino por ser motivo de escándalo.

Para empeorar las cosas, los protestantes autorizaron el matrimonio eclesial y la contrarreforma se movió al otro extremo, demonizando las relaciones entre clérigos y mujeres, castrando el arte con normas y censuras y endureciendo la vigilancia sobre la moral y las costumbres. El nuevo dogma encontró una dura oposición entre el clero bajo, que no entendía qué mal estaba haciendo. El propio Juan Ruiz hizo una encendida defensa del concubinato con palabras dolidas.

En mantener omen huérfana obra es de piedad,
Otrosí a las viudas , esto es cosa con verdat;


Porquési el arzobispo tiene, que es cosa que es maldat
¡Dexemos a las buenas, et a las malas vos tornad!

Una queja sentida: si tienen que echar a las buenas mujeres que con ellos viven ¿qué harán, sino comerciar con las malas? Los sacerdotes no se convirtieron en santos, sólo practicaron a escondidas lo que antes hacían sin avergonzarse. La situación se endureció a lo largo del XVII a medida que se extendían las guerras de religión y las persecuciones y las liviandades del clero pasaron a ser estigmatizadas. Por mucho que admiremos la poesía de Santa Teresa, la reforma de las órdenes monacales nos habla de fanatismo extremo y total rechazo por lo sensual.

A finales del XIX la pérdida de influencia de la Iglesia forzó un nuevo golpe de timón en el pontificado del rencoroso y amargado Pio IX, adalid de la moral más reaccionaria. El Concilio Vaticano II mantuvo la norma y así llegamos hasta nuestros días, con el debate en la calle, pero no en la cúpula eclesial.

Tenemos pues que el celibato no responde a la tradición cristiana y su origen no se debe a exigencias de fe sino a una simple cuestión pecuniaria. Entonces ¿porqué sostenerlo contra viento y marea? En estos tiempos en que la vocación escasea su desaparición podría ser un incentivo para aquellos que siendo creyentes y deseando consagrarse no se ven con fuerzas para mantener la castidad durante el resto de sus vidas. Además sería una buena operación de imagen, modernizando el aspecto de la Iglesia y acallando muchas voces críticas así que ¿a qué se debe esa obcecación?

No hay que buscar razones espirituales. Los motivos siguen siendo dinero, dinero, y más dinero. Los sacerdotes son la base laboral de la Iglesia y, hoy por hoy, resultan baratos de mantener, pero si pudieran casarse, los escasos sueldos que reciben no alcanzarían a sostener a sus familias y las casas parroquiales igualmente serían inadecuadas, con el consiguiente gasto adicional en vivienda.

La curia tiene medios sobrados para hacer frente a esos gastos. Si pensamos en España, un país con menos de un 50% de creyentes, aquí recibe exenciones fiscales, ayudas estatales, y donaciones de mepresas y de particulares, amén de importantes bienes inmuebles y fondos de inversión bien diversificados. Pero una buena parte de los recursos se dedica a sostener grupos de presión, emisoras, editoriales, campañas mediáticas… y una cantidad aún mayor a incrementar los fondos financieros de la iglesia (recordemos el caso Gescartera, o los escándalos bancarios italianos). Financiar el abandono del celibato es posible, sí, pero a costa de una importante bajada de los beneficios. No nos engañemos, la Iglesia de los pobres es una gran empresa, la multinacional más extensa y más antigua del mundo, y sus fines no son otros que mantener y mejorar su posición de privilegio. Y como buena empresa uno de sus medios para incrementar sus ganancias es abaratar sus costes laborales.

¿Matrimonio para los sacerdotes? Tal vez a medio plazo, porque la pérdida de vocaciones no va a frenarse. El sacerdocio cada vez es menos atractivo y llegado un momento la Iglesia se enfrentará a una crisis laboral sin precedentes en su historia. En ese momento aplicarán los remedios que ahora consideran de todo punto inaceptables, y lo que hoy es anatema se convertirá en dogma de fe por obra y gracia del Espíritu Santo. Pero hasta entonces no hay motivos para cambiar las cosas, porque la causa última del celibato no es espiritual sino sólida y material, y el problema real de la Iglesia no es, como piensan muchos, la lujuria, sino la simple y llana codicia.

viernes, 20 de agosto de 2010

EL CELIBATO: ORÍGENES Y CAUSAS (I)


(Publicado originalmente en RED LAICA)

En los últimos años los escándalos sexuales han reavivado el debate sobre el celibato sacerdotal. Al margen de la relación entre el voto de castidad y los delitos de pederastia (personalmente creo que hay otros factores más importantes) llaman la atención los argumentos esgrimidos por Roma para justificar su política: los sacerdotes deben permanecer célibes porque así lo marca la tradición y es necesario para dedicarse plenamente a su labor evangélica. Para mí, como ateo, estas razones no tienen peso, pero deberían ser válidas para los creyentes ya que se apoyan en la autoridad papal, indiscutible en cuestiones de fe. Pero ¿y si no fueran cuestiones de fe?

En 1123 se celebró en Roma el I Concilio de Letrán que entre otras decisiones prohibió el matrimonio y el concubinato a sacerdotes, diáconos, subdiáconos y monjes. la prohibición fue ratificada en el II Concilio de Letrán y el concubinato fue nuevamente condenado en el Concilio de Trento, cuyas sesiones terminaron en 1563. Estas sentencias indican que durante sus diez primeros siglos de existencia la Iglesia aceptó el matrimonio de los clérigos y que el concubinato se mantuvo de forma más o menos abierta durante otros cinco siglos, luego el celibato, entendido como norma estricta de castidad para los clérigos sólo tiene 450 años de antigüedad lo que deja el argumento de la tradición en mal lugar.

Si durante más de 1000 años los clérigos se casaban ¿porqué condenar una costumbre bien establecida? Aquí entra en el argumento de la dedicación, es decir, el sacerdote consagra su vida a la fe con total entrega si no desvía su atención con asuntos mundanos. Pero no son esas las razones esgrimidas en Letrán: la prohibición obedecía a cuestiones puramente materiales. El concilio condenó el matrimonio clerical para evitar que los sacerdotes legaran a sus hijos legítimos los bienes eclesiales: las parroquias, los obispados y los recursos (rebaños, tierras, legados…) a ellos asociados. El papado temía que el patrimonio de la Iglesia se disgregara en pequeñas parcelas por toda la cristiandad con lo que su poder e influencia irían menguando. Al prohibir nuevos matrimonios y considerar nulos los consumados previamente el problema desaparecía de raíz: los hijos ya nacidos y los futuros descendientes de los tonsurados pasaron automáticamente a ser bastardos sin derecho a herencia.

El concubinato, pese a su prohibición, no fue demasiado perseguido ya que no suponía una amenaza a los bienes eclesiales y todos, del diácono más humilde al cardenal más pomposo, pudieron seguir manteniendo su vida carnal. Al alba del siglo XV el amancebamiento era una costumbre consolidada y socialmente aceptada. Todo el mundo, salvo los fanáticos que señalaban a la carne como fuente de todos los males, entendía que debajo de las sotanas había hombres y nadie se escandalizaba.

Obras como el Heptamerón, el Decamerón, o Gargantúa y Pantagruel  confirman que la figura del fraile de cascos ligeros, galanteador de solteras y casadas era más la norma que la excepción. En El Libro del Buen Amor Juan Ruiz nos ofreció un texto fresco y alegre donde se valora el trabajo de las trotaconventos, se pondera la lozanía de las serranas e incluso se establece la medida y forma adecuada de las tetas. De haber sido una situación anómala o perseguida no la hubiera publicado con su nombre y oficio, pero eso es lo que hizo, firmando como Arcipreste de Hita, sin azoro ni vergüenza.

Todos felices, pues, pese a no poder casarse, pero ya se sabe: cuando las cosas van bien siempre aparece alguien decidido a arreglarlas

jueves, 19 de agosto de 2010

Breve guía del improperio (IV)

Continuando mi defensa del castellano sin tapujos he recopilado una nueva serie de epítetos que, sin renunciar al colorido y la elegancia, brillan por su exactitud descriptiva.

El primero es la forma compuesta Tuercebotas, concisa metáfora visual que retrata el andar de aquellos personajes desprovistos de gracia o sutileza, que al intentar caminar patean de forma desequilibrada y exagerada,  como si en vez de cuerpo arrastraran un fardo de patatas mal cosido.

Otra feliz semblanza es la que nos regala la austera palabra Tarugo. En su acepción literal se refiere al trozo de madera grueso, corto y sin desbastar, pero también señala al individuo vulgar sobre el que la educación resbala, como lluvia sobre el granito, sin dejar la menor huella. No obstante soy más amigo de sus sinónimos Zoquete y Mastuerzo, ambos de mayor sonoridad gracias a la vivificante presencia de la Z.

Hablando de zetas, ha llegado a mi oído un bello localismo extremeño, sinónimo de Zarrapastroso: se trata del término Zarrio, de similar raíz y probablemente mayor antigüedad ya que en su sentido originario un zarrio es, bien un harapo, bien un pegote reseco de lodo en los bajos de la ropa o el calzado (¿posible origen, entonces, del sustantivo Zurraspa? La etimología es un mundo fascinante).

Cambiamos de tercio para encontrarnos con Meapilas, una verdadera rareza de nuestro léxico, ya que su significado, persona gazmoña (otra maravilla de adjetivo) de exagerada y ostentosa devoción, contrasta con la imagen que recoge, ya que el acto de orinar sobre el agua bendita resulta clara y agresivamente blasfemo. También resulta extraño (en apariencia) que el más católico de los pueblos haga objeto de chirigota a los que manifiestan públicamente su piedad.

Dije en apariencia porque si hay algo que desprecie el español es la hipocresía y el meapilas es ante todo hipócrita, es decir, Fariseo, un epíteto con más de dos mil años de antigüedad, nobles raíces bíblicas y amplio espectro:  tan fariseo es el defensor acérrimo de los valores familiares  que sigue al santo en procesión, cirio en mano, para luego hacerse sodomizar ataviado con ceñido corpiño rojo como el supuesto progresista que se llena la boca en defensa del proletariado mientras legaliza la sodomía del trabajador, sin siquiera derecho a corpiño.

Tan antiguo o más que fariseo es Fenicio, que no alude a la audacia de ese pueblo de navegantes, ni a su sabiduría como creadores del alfabeto, sino a su avidez de riquezas, pues la avaricia ha sido tan mal vista en estos pagos como la hipocresía. De ahí la proliferación de epítetos dedicados al avaro, como Roñoso (oxidado como las monedas guardadas en el proverbial calcetín), Agarrado (al vil metal), Cicatero (remolón a la hora de pagar) o Agiotista (que se beneficia del cambio monetario), pero, dado mi amor por los términos de origen religioso, me decanto por una fórmula tal vez demasiado larga pero repleta de expresividad: Cofrade de la Virgen del Puño.

No  quiero cerrar esta entrada sin mencionar un epíteto de nueva cosecha, un feliz hallazgo de la sin par Moli: se trata de Oligolérdica emputecida. Esta construcción suma la nimiedad de la persona aludida expresada en la raíz oligo con la alusión a su cortedad mental merced a la sonora terminación lérdica, todo ello rematado con emputecida, vívida descripción de su aliño y atuendo. Tres niveles de significado bellamente combinados que despiertan en mí un profundo sentimiento de felicidad, ya que estas novedades demuestran que nuestro idioma, lejos de estar anquilosado en el academicismo, sigue creciendo, fértil y vigoroso.

martes, 10 de agosto de 2010

EL DARWINISMO Y LOS ÍDOLOS DEL MERCADO (I)


Siempre que mantengo una conversación sobre evolución o veo alguna noticia relacionada con el darwinismo me viene a la cabeza una duda ¿Porqué resulta tan difícil de explicar? Quiero decir que no estamos hablando de algo tan abstracto como las hipercuerdas o el bosón de Higgs: la Selección Natural es una de las teorías científicas más sencillas, elegantes y fáciles de comprender que conocemos así que ¿dónde está el problema?

Tras darle algunas vueltas he llegado a la conclusión de que no es uno, sino una serie de problemas relacionados con el lenguaje y las ideas preestablecidas. Estamos ante un ejemplo excelente de lo que Francis Bacon llamó ídolos, entendiendo por tales los obstáculos que impiden el pensamiento racional y científico. Bacon habló de cuatro tipos de ídolo y uno de ellos se ajusta como un guante a nuestro problema. Los idola fori o ídolos del mercado son los obstáculos motivados por el lenguaje y sus carencias y, por desgracia, nos encontramos ante una larga serie de problemas con el lenguaje.

El primer error afecta al propio concepto de base, ya que los medios y la gente dicen que Darwin descubrió la Teoría de la Evolución, pero la evolución no es una teoría, sino un hecho, observable y comprobable: todas las especies vivas están estrechamente emparentadas entre sí y descienden a su vez de especies más antiguas igualmente emparentadas. Darwin observó ese hecho y buscando su explicación desarrolló la Teoría de la Selección Natural, es decir, el mecanismo que hay tras la evolución, su cómo y su porqué. Eso no tendría demasiada importancia de no ser por el segundo error, que esta vez es de puro vocabulario: Y si la evolución (o la selección natural) es cierta ¿porqué es sólo una teoría?

En este caso se trata de una confusión entre Teoría (conjunto de leyes que relacionan una serie de fenómenos) e Hipótesis (suposición que se establece provisionalmente como base de una investigación). La ciencia trabaja según una secuencia lógica: primero observa un hecho específico, después establece una hipótesis sobre ese hecho y, en base a esa hipótesis, hace una serie de predicciones o desarrolla un experimento. Si las predicciones no se cumplen o los experimentos la desmienten, la hipótesis queda invalidada, pero si la confirman, la hipótesis pasa a ser un modelo descriptivo refrendado por pruebas, es decir, una teoría. Y los seguirá siendo hasta que nuevas pruebas o nuevos experimentos la invaliden, porque la ciencia puede probar la falsedad de una teoría, pero no validarla al 100% ya que no es posible saber qué nuevos datos podemos encontrarnos en el futuro (uno es Popperiano, nadie es perfecto).

Así que el que la selección natural (que no la evolución, insisto) sea solo una teoría no es ningún problema, porque todo el conocimiento científico se basa en teorías: la gravitación universal, el heliocentrismo, la física cuántica, la relatividad… todo son teorías y seguirán siéndolo hasta que se vean refutadas. O ampliadas, ya que Einstein no invalida a Newton, sino que lo amplía.

Lo malo es que en castellano hay una ambigüedad entre ambos conceptos, ya que teórico significa aquello que no está comprobado en la práctica lo que se da de bofetadas con el concepto científico. Y a fecha de hoy no parece que nadie en la RAE esté por la labor de corregir ese problema.

jueves, 29 de julio de 2010

LA EPILEPSIA DE LOS JULIO CLAUDIOS

Lo que sigue es el resumen de una fenomenal paja mental que me hice hace ya un año, leyendo algunos textos clásicos sobre el comienzo del Imperio en Roma  (vidas paralelas, los doce césares…) Publiqué el texto original en un hilo del foro Gran Capitán (dedicado a la historia militar)  sobre la demencia de los césares. Si alguien se pregunta a qué dedican el tiempo libre los pirados, esta es una pequeña muestra.

De todos es sabido, gracias a la extraordinaria serie Yo, Claudio (basada a su vez en la más que extraordinaria novela homónima de Robert Graves) que Gayo Calígula, tercer emperador romano, era un demente. Algunos de los síntomas que nos han remitido los historiadores romanos apuntan además a que era epiléptico. Lo que poca gente sabe es que esa epilepsia puede esgrimirse como prueba de cargo contra su bisabuelo, el emperador Octavio Augusto, sucesor de Julio César y fundador del Principado.

Para entenderlo debemos meternos en las turbias aguas de la genealogía , y digo turbias porque, al margen de la epilepsia, es asombroso que esta familia alcanzara la cuarta generación, ya que su consanguineidad era tal que a su lado Caín y Abel parecerían simples conocidos.

La familia Julia parece haber sufrido una epilepsia de tipo genético. César era epiléptico y Augusto también sufrió alguna crisis. Sin embargo la familia Claudia, a la que pertenecían tanto Livia, esposa de Augusto, y su hijo Tiberio, segundo emperador de Roma, no se vio afectada de ese mal hasta su unión con los Julios, es decir, el matrimonio de Antonia la Menor (sobrina de Octavio e hija de Marco Antonio) con Druso, hermano menor de Tiberio e hijo de Livia y su primer marido, Tiberio Claudio Nerón.

En un primer vistazo el gen defectuoso debió pasar a los Claudios a través de Antonia, pero la historia se complica, porque los problemas de los Claudios fueron mucho más graves que los de los Julios, como si la enfermedad hubiera cogido fuerza. El futuro emperador Claudio sufrió grávemente durante su infancia, quedándole secuelas como temblores y tartamudez y Calígula, hijo de Germánico sufrió al menos una crisis casi mortal, antes de enloquecer tras lo que podría haber sido una meningitis. El gen parece asociarse al cromosoma Y, ya que sólo se manifestó en los varones, pero no en todos ellos, luego para sufrir la enfermedad un Julio Claudio debería recibirlo (atención) por parte de padre y de madre. Eso no cuadra con la incidencia de la enfermedad en la primera generación Julio Claudia (Germánico, que lo transmitiría a su hijo Calígula, y Claudio)

La explicación médica más sencilla para ese cuadro de enfermedad familiar es que Druso no fuera un Claudio, sino un Julio. De acuerdo a los cronistas de la época Augusto obligó a Tiberio Claudio Nerón a divorciarse de su esposa y se casó con ella pese a que Livia estaba esperando su segundo hijo de Tiberio, es decir, Druso.

La trama empieza así a desembrollarse: supongamos que Livia no fuera un ejemplo de casada virtuosa y recordemos que Augusto fue un joven muy calavera antes de sentar cabeza tras su matrimonio. Si antes del divorcio de ella ya eran amantes y la dejó embarazada, es lógico que presionara a Tiberio para que le dejara casarse con Livia. Reconocer a Druso como su hijo era imposible, ya que ello hubiera sido una ignonimia para su esposa, pero al menos sus siguientes hijos sí lo serían (no tuvieron más hijos, pero eso no le quita peso al argumento, porque Octavio deseaba tener hijos varones).

Otra cosa que sabemos gracias a los historiadores antiguos es que Druso siempre fue el preferido de Octavio, mientras que Tiberio era postergado en todo, y que ambos hermanos eran muy diferentes física y anímicamente. Así pues hay una posibilidad más que razonable de que Druso fuera hijo de Augusto y heredara el gen asociado a la epilepsia en su cromosoma Y. No se manifestó porque Livia no tenía ningún parentesco con la familia Julia y seguramente la mezcla de genes anuló el problema. pero Druso se casó con Antonia, que llevaría ese gen por vía materna. La epilepsia no se expresó en ella porque su padre, Antonio, tampoco estaba emparentado con los Julios y no tenía el gen, pero ella lo transmitió a sus hijos asociado a su cromosoma X, y Druso hizo lo mismo con el cromosoma Y, luego tanto Germánico como Claudio lo heredaron (no así Livila, la hija de Druso y Antonia, porque Druso lo transmitiría asociado al cromosoma Y, recibido de Augusto, no al X, heredado de Livia). Germánico era un niño robusto y no parece haber manifestado la enfermedad, pero Claudio era débil y la epilepsia hizo estragos en él.

Entonces se acordó el matrimonio de Germánico con Agripina la mayor (hija de Marco Agripa y Julia, la única hija de Augusto) que transmitió de nuevo el gen defectuoso asociado al cromosoma X, mientras Germánico lo hacía a través del Y, y el resultado fue Calígula, que heredaba el gen defectuoso por partida doble. Sus hermanos Druso y Nerón lo heredarían también, pero se conoce muy poco de ellos aparte de su asesinato por orden de Sejano.  En cambio sabemos que Calígula sufrió varias crisis.

A Calígula le sucede Claudio, epiléptico a su vez, cuyo hijo Británico probablemente habría heredado la epilepsia ya que su madre Mesalina pertenecía a la familia Julia (era nieta de Antonia la mayor). Pero Británico fue asesinado antes de los 16 años sin que la enfermedad llegara a manifestarse.

La dinastía Julio Claudia se cierra con Nerón, hijo de Agripina la Menor, que se casó con Claudio, su tío. Ésta era hija de Germánico y Agripina la Mayor, y llevaría el gen defectuoso asociado a sus dos cromosomas X y lo transmitiría sí o sí. Pero el padre de Nerón era Cneo Domicio, hijo de Antonia la Mayor y sobrino nieto de Augusto, y no pudo transmitirle el gen ya que su cromosoma masculino venia de Lucio Domicio, ajeno a los Julios. Y si bien se acusa a Nerón de todo tipo de extravagancias, no hay episodios de epilepsia conocidos en su vida. La mayor parte de sus locuras parecen deberse a un carácter de niñato consentido que recibe el poder absoluto sin cortapisas, ya que no empezaron a manifestarse hasta que se quitó de encima a su madre Agripina y a su maestro Séneca, los únicos que aún mantenían alguna autoridad (aunque fuera moral) sobre el criajo.

(Dicho sea de paso, es una suerte que Claudio y su sobrina no tuvieran descendencia, aunque, quién sabe, a lo mejor en vez de Nerón hubieramos tenido como emperador a un engendro de dos cabezas y tres brazos, lo que hubiera dado mucho juego)

Dado que Nerón se casó con Octavia, hija de Claudio, sus hijos podrían haber vuelto a heredar la epilepsia por ambas ramas familiares, pero Nerón se divorció de ella antes de tener hijos y luego la hizo asesinar, con lo que a su muerte el gen defectuoso de los Julio Claudios desapareció definitivamente. O deberíamos decir, de los Julios, porque si la aseveración inicial (que Druso era hijo de Octavio) es correcta, entonces nunca hubo una descendencia Julio-Claudia, sólo Julia-Julia

Mis disculpas por el ladrillo, pero la historia de esta familia de locos incestuosos me parece bien digna de un homenaje.

Por supuesto esto se trata de un ejercicio intelectual, nada más. Para empezar no sabemos si el hecho de que sólo conozcamos epilepsia en los varones julios y julio claudios se debe a que las mujeres no la padecían, o que a los historiadores no les interesaban las mujeres. Otra cosa que ignoramos es si eran reales las epilepsias documentadas, ya que desde Julio César esa enfermedad pasó a ser una prueba de prestigio, una enfermedad de semidioses, y fingirla sería un modo de asociarse a ese prestigio. En el caso de Calígula no podemos saber si era epiléptico o sólo lo fingía, o incuso si sus supuestos ataques no serían pataletas exageradísimas de un niño-adolescente extremadamente malcriado. Sin datos médicos, todo lo anterior, como dije al principio, no pasa de ser una elaboradísima paja mental.

No obstante creo que no es un ejercicio inútil: la Historia pasa por ser una ciencia muerta, tan fosilizada como los legajos en los que se basa, pero una chorrada como la anteriormente expuesta demuestra, al menos, que no es así. Lo fascinante de la Historia es que permite nuevas miradas y análisis: lo que antes se daba como sólido e inamovible puede verse dado la vuelta  a la luz de nuevos descubrimientos, nuevos métodos de trabajo o tan sólo nuevas formas de pensar.

Insisto, es una simple paja mental, pero si la masturbación física es considerada como pecado nefando por la Iglesia es precisamente por lo placentera, saludable y asequible que resulta, así que el onanismo intelectual, como mínimo, es un buen ejercicio y conmino a todo el mundo a darle a la manita con entusiasmo, ya sea física o intelectualmente.

martes, 20 de julio de 2010

LA JORNADA DEL DIBUJANTE (II) Cómo vendí mi alma


18'30.
Dejamos el cretácico, imprimo los planos de las termas y unas cuantas fotos de los restos, a ver si soy capaz de entender como estaba estructurado este mamotreto. Esto parece el IKEA ¿Por dónde se sale a la natatio? Debe ser por los lados, entran por los laterales, hombres por la derecha, mujeres por la izquierda y el gangbang en el medio ¿Cómo se dirá gangbang en latín? ¿Totus tuus?

Fondo sonoro: el niño no acaba de asumir que se ha acabado el periodo de gracia veraniega y en julio toca empezar deberes y repaso. Hoy mi chica le ha puesto un dictado y de sus protestas se deduce que la letruja infame que ha perpetrado en las dos primeras líneas quedaría compensada con la letra de amanuense que pensaba hacer en el resto de la hoja, luego es notoriamente injusto que se le obligue a borrarlas y empezar otra vez. Ah, esta es nueva: según parece haberse equivocado en todas las palabras con b solo cuenta como una falta, porque siempre es la misma falta. Su madre no está demasiado conforme con esa elegante simplificación y le toca igualmente copiar cada palabra por separado, con su b en el sitio correspondiente ¿Habrán reimplantado la mili cuando tenga 18 años? Sueño con ello.

Lo tengo, son dos circuitos por separado, entrando por los laterales y pasando por la puerta central de la natatio a la basílica central donde ahora está la iglesia, o por las puertas de los lados directamente a las piscinas del frigidarium. Luego por el centro de la basílica al tepidarium, de ahí al caldarium que se separa otra vez y por estos pasillos laterales a las palestras. No, si estos cabrones hacían las cosas con cabeza.

Una palestra para cada sexo, luego ésta estaría llena de romanas que saldrían del caldarium tal y como las echaron al mundo, con la piel perlada de sudor, depiladitas, listas para un poco de gimnasia o que sus (desnudas) esclavas las acicalaran… cubitos de hielo, necesito muchos cubitos de hielo.

Hola, cariño. Sí, puedes cogerme los tebeos del Hombre Máquina, pero luego vuelve a embolsarlos, ya sabes, con la solapa por arriba y hacia atrás… Porque se hace así, hijo, porque se hace así. ¿Esto? Un edificio romano, unos baños. No, los dinosaurios fueron antes, no todo van a ser dinosaurios. Y mañana los deberes te tocan conmigo ¿vale? Lectura de inglés, ficha de lectura y a ver si empezamos con el dibujo. ¿Dinosaurios? Vale, pues dibujarás dinosaurios.

¿Por qué taparían los curas las piscinas del frigidarium? Podrian haberlas dejado y abrirlas en veranito, así los fieles hubieran ido con mucha más devoción: sermoncito, comunión-tapita y piscineo, todo sin salir de la iglesia.

20'30. Me levanto, me estiro, paso por el dormitorio, mi chica está leyendo sobre la cama  a lo odalisca ¿Como es posible que después de 22 años juntos siga mirándola el culo con esta cara de tonto? ¿Cómo es posible que después de 22 años lo siga teniendo así de firme? ¿Servirá de algo el bromuro?  No, nada, cariño, miraba lo fresquita que estás así, leyendo. Claro, el calor, oye, voy a machacármelaconunapiedr… preparar la cena ¿qué le hago al pequeño protestón?

Mientras el crío cena paso a limpio el boceto para el club del Junior. Menos mal que E lo escaneó y me lo ha podido mandar, porque debió quedarse encima de mi cajonera en la redacción. Vaya temita: niña con papis divorciados. Pues nada, le pongo ojos de Bambi descubre qué han sido esos disparos.

22'00. Troceo media sandía para nuestra cena. Por fin un ratito juntos, sin curro ni niño. Me dispongo a hacer algunas propuestas calenturientas pero según he empezado a darle un masaje en los pies mi maciza ha entrado en coma. Algo me dice que esta noche no va a haber alegre encuentro follandero.

23'00.
Niño acostado, besito y algún bocado a mi dueña (inefectivo, sigue en coma, pero mira, que me quiten lo mordido) Tercer café, tercera manzana y vuelta a las minas de sal. Menos mal que pillé un buen cargamento de manzanas en el Carrefour. Otro vistazo al muro (mensajes de Red Laica, parece que poco a poco nos ponemos en marcha)  y a ver cómo coloco los tiranosaurios. De puta madre, a la primera. No sé qué me pasa con los polacos, que sus temas me salen sin problemas.

24'00. Cartagena, hay que preparar escenas de barcos. Preparo una secuencia de las tres carabelas ¿Qué tendrán que ver con Cartagena? La Santa María tendrá que ir en primer plano, porque es el único modelo preparado para las tomas cercanas. A ver, hay que inflarle un poco las velas y menearle un poco las enseñas… lo más cómodo será olvidarse de huesos y hacerle algunos morphings… Joder, el modelo de la Pinta es una puta mierda. Tendría que haberle metido un buen repaso hace tiempo, porque las texturas no le encajan ni llorando. Pues nada, cruz en las velas, genérico de madera en el casco y al tercer plano, donde no cante mucho. La Niña es otra cosa, éste tuve tiempo de prepararlo en condiciones. No tiene tanta definición como la Santa María pero aguantará la toma sin problemas. ¿Cómo pongo las olas, hacia adelante o hacia atrás? Se supone que son veleros, y deberían seguir la dirección del oleaje ¿no?

02'00. Los tiempos de render son aceptables. Ahora toca el torneo: el caballero tiene que salir despedido de la silla y caer de culo, luego arrastrará unos dos metros por la inercia y al final tiene que quedar inerte en el suelo, todo ello sin soltar su lanza y sin que ésta atraviese el suelo. Menos mal que la hierba me disimula los detalles menores. Joder, ¿porqué se le mueve la lanza al otro? A ver el Graph Editor… ¿Para qué le puse este key en el fotograma 900? deshacer… anular lineal tras secuencia… vale, la lanza ya no tiembla pero ahora se le va una pata al caballo. Debo haber borrado parte del ciclo de ese hueso… (siguen casi dos horas de ajustes: cada vez que arreglo algo se descoloca otra cosa, es lo bonito de animar personajes. Cariñosos insultos dedicados a los programadores de Newtek, a los de Microsoft, a los caballeros medievales y a la humanidad en general, con una breve interrupción)

03'00. Cariño, ya sabes que tienes un vaso en el lavabo, llénatelo tú, no me necesitas para eso, que ya tienes diez años. Buenas noches.

La cota de malla atraviesa la sobreveste, tendré que ajustarlo a mano en el modelo, no hay tiempo para florituras. Bueno, parece que funciona todo. Ahora un preview… un poco acelerado, pero queda creíble. Tiempo de render… genial, puedo dejar grabando ambas secuencias.

03'45. Pues nada, f10 y  yastá. Voy a darle un repaso al correo. Dos entradas más en el clítoris: A lo tonto ya van más de treinta. A lo mejor tendría que aplazar el libro sobre los panzer y escribir La chica que soñaba con acribillar a su novio con un AK47 porque no sabía como funcionaba su clítoris, firmo como Josiff Peñassson y me forro a vender trilogías.

Feisbuq.… feisbuq ¡chiquilla! ¡Qué haces conectada a estas horas? Si yo no estuviera currando andaría de copas, follando (ojalá) o durmiendo, no chateando.

04'15. Al catre, y mañana a las 8 de vuelta al mundo. Menos mal que las colonias se acaban ya y pasado podré dormir un par de horitas más. ¡Viva el verano!

Necesito otra vida…

… huele como a azufre ¿no?  ¿Otra vida? Eso podría negociarse,.  ¿Flanders?   ¡Hola, holita, vecinito! sí, ya sabes, siempre es quién menos te lo esperas…